Marca distancia España con El Vaticano
Benedicto XVI mantuvo un encuentro con José Luis Rodríguez Zapatero, en el que abordaron la crisis económica
El Gobierno español advirtió que el pensamiento del Papa Benedicto XVI no va a influir en su estrategia política. "Respetamos las creencias del Papa, pero sus creencias no marcan la acción del Gobierno", aseguró el portavoz y Ministro de Fomento, José Blanco, al término de la reunión del Consejo de Ministros.
"El respeto a la Iglesia católica no es óbice para que el Gobierno legislara en materias como la ley del aborto, el matrimonio de personas homosexuales o la ley de cuidados paliativos y de muerte digna que está tramitándose en el Congreso", agregó el portavoz gubernamental en el marco de la visita que el Papa realiza a Madrid con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Zapatero ha expresado en varias ocasiones su preocupación ante cualquier injerencia del Papa en los asuntos internos españoles, tal como hizo en su última visita de noviembre de 2010 al criticar el proceso de secularización que afectaba al país y reprobar las leyes socialistas sobre los matrimonios gays y la ampliación de los plazos para abortar.
Hasta ahora, el Papa se ha abstenido de cuestionar en sus discursos la realidad española, aunque ha reiterado la oposición de la Iglesia al aborto y a la eutanasia.
Por cierto, el vocero papal Federico Lombardi, se refirió a las marchas de protesta contra la celebración de la JMJ que tuvieron lugar en la Puerta del Sol el miércoles y el jueves por la noche, como un “fenómeno marginal” dentro de la Jornada Mundial de la Juventud, que no afecta a su celebración.
“La Iglesia está a favor de la libertad de expresión” y que “puedan expresarse opiniones distintas”, si bien que esto se realice “de forma respetuosa y correcta”, afirmó el portavoz vaticano durante la rueda de prensa celebrada hoy en el Palacio de Congresos de Madrid.
Respecto a los momentos de tensión vividos entre la noche del miércoles y la del jueves en la Puerta del Sol, entre grupos de manifestantes y peregrinos, precisó se trata de fenómenos “desagradables”, pero con todo, “dentro de la marginalidad” y que el mantenimiento del orden público es una responsabilidad de las autoridades.
Además, manifestó que no existe preocupación, por parte de la Santa Sede, de que estas protestas afecten al normal desarrollo de la Jornada.
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