Tuvo en encuentro el pasado viernes 1 de junio con organizaciones de la sociedad civil en las instalaciones del edificio de la cultura jurídica en Tijuana BC. Participaron el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, Tijuana Innovadora, Alianza Civil y Club de Niños y Niñas
El encuentro fue moderado por el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, Óscar Vega Marín.
Habló de la estrategia para combatir a los delincuentes, transformar las instituciones y reconstruir el tejido social, dijo ésta “no es una estrategia nada más del Gobierno Federal (sino), es una estrategia que han avalado el Congreso de la Unión en muchos de los cambios legales y en el presupuesto que ha destinado para los proyectos; los gobiernos de los estados en el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Y la verdad es una estrategia que se ha construido en mesas como ésta, de cara a la sociedad.
“Precisamente, respecto al final del día, de uno de los datos centrales que más nos interesa, que es la reducción de los índices delictivos. “…en materia de reducción de homicidios dolosos estamos a un 26 por ciento menor al año pasado, que ya era relativamente más bajo que otros; en materia de extorsión 29 por ciento menos; en materia de robos violentos, que incluyen casas-habitación, transeúntes, vehículos, entre otros, 31 por ciento menos…
“..Hay más confianza, hay más denuncias y, a pesar de que hay más confianza y hay más denuncias, también en estos delitos como es la extorsión, también en ellos hay una reducción significativa en los delitos. Esto desde luego tiene que ver con el primer eje de la estrategia: el ir tras los criminales, llevarlos ante la justicia.
Discurdo completo
Palabras del Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré Romero,
Doctor Guadalupe Osuna Millán, de verdad muchas gracias por su hospitalidad, muchas gracias por la oportunidad de estar aquí y es un momento especial.
Se lo digo de todo corazón, les agradezco la oportunidad de estar aquí, en el estado de Baja California, de estar aquí en Tijuana.
Muchas gracias, señor Presidente don Carlos Bustamante.
Para mí es motivo no solamente de reflexionar sobre una tarea de gobierno, sobre una tarea de sociedad, sobre un momento de orgullo legítimo.
Es verdaderamente una oportunidad para que cada uno de nosotros, yo en lo personal, valoremos desde una perspectiva un poquito más amplia lo alcanzado, lo que nos falta por hacer y cómo de lo que hemos logrado tomamos lecciones para nuestra vida, para nuestra tarea como mexicanos y, en particular para nuestra tarea en este caso de cara a Tijuana, de cara a Baja California y, específicamente, en el ámbito de seguridad.
Me da mucho gusto estar aquí con los servidores públicos del gobierno del estado; acompañado también del equipo de trabajo, y, sobre, todo en esta mesa de líderes ciudadanos y de representantes de una sociedad que le ha dado muchos ejemplos a México y muchos motivos de orgullo, desde luego, a Tijuana, desde luego, a Baja California y, muy especialmente, a todo nuestro país.
Si me lo permiten voy a hacer algunos comentarios específicos sobre algunas de las presentaciones y las reflexiones que me motivan en esta ocasión.
Realmente, lo decía con una gran claridad el señor gobernador, estamos en un momento en el cual no podemos decir que ya se haya solucionado el problema de seguridad, por supuesto que no, pero sí estamos en un momento en el cual esta estrategia, que también sintetizaba el señor gobernador en su presentación, una estrategia de combatir a los delincuentes, de transformar las instituciones, de reconstruir el tejido social, sí nos está dando frutos; sí nos está dando frutos y sí nos está señalando un camino.
Y es una estrategia, por supuesto, encabezada por el Gobierno del Presidente de la República, el licenciado Felipe Calderón.
Pero no es una estrategia nada más del Gobierno Federal, es una estrategia que han avalado el Congreso de la Unión en muchos de los cambios legales y en el presupuesto que ha destinado para los proyectos; los gobiernos de los estados en el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Y la verdad es una estrategia que se ha construido en mesas como ésta, de cara a la sociedad.
El propio Presidente de la República con los líderes de las organizaciones de la sociedad civil, con los académicos, con los presidentes municipales, los gobernadores, los legisladores; con todos los actores políticos y sociales hemos ido construyendo esa estrategia.
Desde luego, siempre abiertos a la crítica, siempre abiertos al escrutinio, a la exigencia, pero en un ánimo de transparencia y democracia, es una estrategia de todos. Es una estrategia que como toda estrategia se tiene que seguir evaluando, se tiene que seguir profundizando, se tienen que ir identificando las áreas de oportunidad para poder avanzar más rápido.
Pero que no quepa duda: hay un rumbo claro en materia de seguridad.
Y esto es algo que quizás en esta ciudad es relativamente más fácil decirlo que en otros lugares, porque ya se han podido pasar por encima de algunos obstáculos muy significativos, pero es algo que sirve tener en mente cuando vamos a otros lugares que no necesariamente han todavía logrado algunos de los efectos y algunos de los hechos notables que aquí sí se han alcanzado.
Hay que tener en mente: La estrategia está clara, es una estrategia integral. Requiere de mucho esfuerzo, requiere de mucho coraje, de mucho valor, de mucha responsabilidad, pero si lo hacemos todos juntos tenemos buenos resultados.
Déjenme compartir datos que ustedes conocen y que quizás sean solamente complementarios, algunos de los datos que ya nos pueden dar las autoridades del gobierno del estado, del gobierno municipal, pero que nos hablan de que una estrategia de esta naturaleza puede tener resultados muy valiosos.
Precisamente, respecto al final del día, de uno de los datos centrales que más nos interesa, que es la reducción de los índices delictivos.
Cuando nosotros comparamos los delitos registrados en los primeros cuatro meses de 2012 en Baja California, con el mismo periodo de años anteriores, se puede constatar una tendencia sostenida a la baja en varios de los indicadores.
Fíjense, por ejemplo, en materia de reducción de homicidios dolosos estamos a un 26 por ciento menor al año pasado, que ya era relativamente más bajo que otros; en materia de extorsión 29 por ciento menos; en materia de robos violentos, que incluyen casas-habitación, transeúntes, vehículos, entre otros, 31 por ciento menos.
Entre estos primeros cuatro meses y los primeros cuatro meses del año pasado, que ya había sido inferior a los que veníamos viendo en años anteriores.
En Tijuana, el impacto de este esfuerzo de los tres órdenes de gobierno, es aún mayor.
Por ejemplo, en el rubro de homicidios la disminución es del 45 por ciento, comparando los cuatro primeros meses de este año contra el 2011, de 60 por ciento comparando con el año del 2009.
Entonces, podemos ver que al final del día lo que es más importante, que es justamente el reducir el índice delictivo estamos teniendo disminuciones muy significativas.
Y no olvidemos que este es un índice delictivo, particularmente en algunos de los delitos como son extorsión u otros, que se tienen que comparar contra índices de denuncia mucho mayores, porque muchas veces no tenemos denuncias porque no había confianza en las autoridades, porque no había resultados.
Ya le dimos la vuelta, en alguna medida, no sé si en toda la medida, pero ya la dimos la vuelta al fenómeno de la desconfianza crónica.
Hay más confianza, hay más denuncias y, a pesar de que hay más confianza y hay más denuncias, también en estos delitos como es la extorsión, también en ellos hay una reducción significativa en los delitos.
Esto desde luego tiene que ver con el primer eje de la estrategia: el ir tras los criminales, llevarlos ante la justicia.
El segundo eje de la estrategia, precisamente el que se refiere a la transformación institucional, también quisiera compartir con ustedes algunos datos bien importantes.
Esta es una transformación en la cual, particularmente, a nivel nacional vale la pena dar un pasito para atrás y tratar de ver todo el bosque porque a veces estamos metidos entre los árboles y no nos damos cuenta, verdaderamente, de la extraordinaria transformación que se ha llevado a cabo en los últimos años en todo nuestro país.
Y no voy a hablar de la transformación que ya mencionaba el señor gobernador en materia del sistema de justicia penal.
Voy a darles un dato nada más, que creo que es muy significativo y que también nos alerta con respecto a una tarea pendiente.
Como ustedes saben, desde el inicio la administración el Gobierno del Presidente Calderón puso un gran énfasis en reconocer que no teníamos policías confiables, punto.
Teníamos una Policía Federal pequeña de 6 mil 500 efectivos, que hoy tenemos cerca de 38 mil, todos ellos pasados por Control de Confianza, profesionales, de los cuales en el momento en que se cometa un abuso se puede llevar a cabo la denuncia y son sancionados y llevados ante la justicia de una manera sistemática.
Pero de esos 38 mil, incluso tenemos más de 8 mil con perfil universitario, de las mejores universidades de todo el país, públicas y privadas, para hacer las labores de investigación, para dedicarse a las tareas de análisis y para poder prevenir el delito con mayor eficacia.
Ese era un fenómeno en que se hizo una transformación muy importante a nivel federal y que se tenía, se tiene todavía, que reproducir lo propio a nivel de las policías estatales y municipales; porque así como tenemos 38 mil policías federales, tenemos cerca de 415 mil policías y distintos cuerpos de seguridad de los estados y de los municipios, obviamente, con niveles de ingreso, con niveles de profesionalización y de equipamientos muy inferiores a los que hemos podido lograr, en general, en la Policía Federal.
Una de las principales tareas, y qué les digo a ustedes, aquí se sabe perfectamente bien el reto que todavía se tiene en esa materia y se tiene en todo el país, era garantizar primero -como lo dijo el señor gobernador- que los policías fuesen parte de la solución y no parte del problema.
Hoy día, hemos construido en México, con el liderazgo del Gobierno Federal, con el compromiso de los gobiernos estatales, una Red de Centros de Control de Confianza Certificados; es decir, validados que hacen controles de confianza conforme a un estándar acordado por todos los gobiernos de los estados y el Gobierno Federal.
Esos Centros de Control de Confianza, en noviembre del 2010 no teníamos ni uno a nivel estatal ya certificado; se ha venido avanzando.
Ya tenemos 24 Centros Estatales de Control de Confianza certificados; es decir, que dan un servicio de excelencia como lo da cualquier centro a nivel federal, como pudiera ser el de la Policía Federal, de la Procuraduría, etcétera.
Con esos Centros de Control de Confianza, hoy día, tenemos ya, de enero del 2010 a la fecha, cerca de 20 mil policías aptos que han pasado por ese Control de Confianza para ingresar a las policías estatales en todo el país.
Estamos hablando de una fuerza de 20 mil muchachos en general, jóvenes listos para incorporarse a las nuevas policías estatales; un promedio de 625 por estado.
Por supuesto, hay algunos estados que van un poquito más rápido y otros que van un poquito más lento, pero esos son nada más los de nuevo ingreso.
Además, obviamente, se les está haciendo el Control de Confianza a todos los policías que están en activo, estatales y municipales, empezando con los mandos, precisamente para garantizar que las corporaciones funcionan con mandos que son aptos, que no están metidos con la maña, para decirlo con las palabras que corresponde.
De esos Controles de Confianza de los niveles estatales, precisamente gracias a este impulso de transformación, hoy día han aprobado, no sido evaluados; es decir, no solamente que fueron al Control de Confianza. Hoy día han aprobado sus Controles de Confianza 79 mil policías estatales y municipales en todo el país, de enero de 2010 a abril del 2012.
¿Qué quiere eso decir? Algo que ya sabíamos: Que no todos los policías están en una condición de complicidad.
Pero más importante, que tenemos cerca de 100 mil policías estatales y municipales que han mostrado ser aptos para el servicio. Esa es una transformación fundamental; eso quiere decir que hemos logrado construir entre los 79 mil, digamos que ya se hicieron los Controles de Confianza de permanencia y los 20 mil de nuevo ingreso, estamos construyendo algo que nunca tuvimos, que es una policía fundamentalmente integrada por personas aptas, por personas que están lejos de las prácticas de corrupción, por personas que van a poder constituirse en verdaderamente una fuerza al servicio de los ciudadanos en todo el país.
Estos 100 mil significan, prácticamente, 3 mil elementos en promedio por cada entidad.
¿Qué nos falta?
Nos falta, por supuesto.
Ya los identificamos, allí están los buenos y seguimos avanzando.
¿Qué nos falta? Nos falta, desde luego, además de identificarlos depurarlos, porque así como hemos identificado a estos 100 mil que son buenos, hemos identificado a muchos otros que no lo son.
Y es terriblemente injusto para los buenos y, especialmente, para los ciudadanos, el que hoy día yo no sepa, como ciudadano, si la persona que está en un crucero, si la persona que está recibiendo mi denuncia de un delito, si la persona que está investigando sea de los que ya pasó su Control de Confianza o no lo pasó.
Yo quiero tener la certeza, como ciudadano, de que todos son aptos y esa es la tarea que nos falta por hacer. Desde luego avanzar en todos los Controles de Confianza, pero además aquéllos que ya se demostró que no pasaron el Control de Confianza, sacarlos de las corporaciones, sacarlos de las corporaciones, precisamente porque es probablemente mucho más eficaz una policía de 200 policías aptos todos, que una policía de 800 solamente con esos 200 policías aptos, porque los otros 600 no van a ser parte de la solución.
Sabemos bien que es un reto administrativo muy importante, pero precisamente por eso también están los fondos federales para apoyar la liquidación de estos policías, que por cualquier razón no pasaron por su Control de Confianza.
Pero démonos cuenta, sí del reto, todavía los tenemos que sacar, los temas que depurar, etcétera; pero démonos cuenta también del avance.
Hoy día cerca de 100 mil policías de todo el país ya pasaron por un Control de Confianza, ya demostraron ser aptos. Por justicia con ellos, con los ciudadanos y con este proceso, tenemos que dar el siguiente paso y acelerar la depuración.
Pero hoy lo que nos reúne no es esta transformación institucional ni la disminución específica de los índices delictivos.
Hoy lo que nos reúne es un extraordinario ejemplo de trabajo de sociedad y de gobierno en la reconstrucción fundamentalmente del tejido social.
Y la verdad, les decía yo, para mí es motivo de orgullo, es motivo de reflexión el poder escuchar sus propuestas, el poder valorar sus proyectos.
Déjenme iniciar muy específicamente con algo que nos comentaba don José Carlos, en materia de los migrantes que llegan aquí, a la frontera.
Yo la primera vez que estuve como servidor público aquí, en Tijuana, fue como Subsecretario de Migración y de desde ese momento, obviamente, mi primera tarea fue visitar los puntos de internación y las instalaciones que tenemos, es que son la verdad todavía muy limitadas en términos de particularmente nuestra capacidad para atender las deportaciones que vienen por parte de los Estados Unidos.
Y sé muy bien, ya no digamos de las dificultades que significa eso para la administración pública municipal y estatal; sé perfectamente bien del drama que significa para los migrantes el llegar a las 10 de la noche a una ciudad que no conocen, en una circunstancia particularmente, todavía se da en muchos puntos migratorios, pero también aquí, en Tijuana, por supuesto; pensemos también lo que pasa en Juárez, en Nogales, en Reynosa, en Matamoros, en términos de las condiciones de vulnerabilidad de estas personas.
Estamos haciendo dos cosas. Primero estamos ampliando algunos programas que ya tenemos con la autoridad migratoria de Estados Unidos, para que podamos llevar a nuestros migrantes que están sin documentos en los Estados Unidos y que van a ser de todas maneras devueltos a territorio nacional, para que no nos los dejen a todos en la zona fronteriza, porque la verdad es que muchas de esas personas no son de la zona fronteriza.
Entonces tenemos que encontrar mecanismos más ágiles para llevarlos a sus comunidades de origen, de manera conjunta con la autoridad estadounidense.
Pero también, creo que tenemos mucho que aprender, mucho que valorar y mucho que desarrollar juntos, desde luego la autoridad federal y las autoridades municipales y estatales, con la participación de los ciudadanos, si evaluamos soluciones alternativas más eficaces para la atención de quienes, de todas maneras, van a estar siendo regresados de manera sistemática en nuestra frontera.
No anda por aquí nuestro Delegado del Instituto Nacional de Migración, Toño Valladolid, pero le voy a pedir que se ponga en contacto, sé que lo está, con el gobierno del estado y con el gobierno municipal, pero particularmente con su organización don José Carlos, para que podamos discutir mejores formas de atender éste que es un reto innegable que tenemos en Tijuana y que tenemos en toda la frontera específicamente.
Creo que muchas de las cosas que ustedes han visto y que nos pueden aportar van a ser útiles para el trabajo cotidiano en materia migratoria.
La verdad es que yo me quedo conmovido por estas historias de éxito, por estos proyectos; el del Proyecto de Camino Verde verdaderamente es algo extraordinario; por supuesto el de Tijuana Innovadora es un orgullo a nivel nacional lo que se ha logrado y hay que seguirlo apoyando para octubre, que siga siendo un ejemplo muy exitoso.
Y cada una de las iniciativas que nos han mostrado también de Alianza Civil y de las distintas organizaciones. Creo que vale la pena no solamente ver cómo apoyamos cada una de ellas.
Creo que tenemos un extraordinario reto, porque lo que estamos viendo aquí es un ejemplo, desde luego, de los más exitosos a nivel nacional en materia de movilización de la sociedad civil, en materia de identificación de proyectos exitosos.
Pero tenemos un reto muy importante adicional: que estamos haciendo muchas cosas, que estamos avanzando; digamos el Programa de Recuperación de Espacios Públicos del Gobierno Federal ha alcanzado más de 5 mil espacios públicos, ha tocado la vida de más de 20 millones de personas, etcétera.
Y, sin embargo, eso que se siente aquí, en esta mesa y en este salón, que es un sentido de orgullo legítimo, válido -no me dejarán mentir- no es necesariamente como nos ven afuera; no es necesariamente, muchas veces ,incluso como nos vemos a nosotros mismos.
Todavía tenemos y por supuesto hay que reconocerlo, porque todavía hay mucho dolor y hay mucha preocupación; pero hay un sinfín de historias extraordinarias de éxito, de historias de lucha, de historias de que -lo digo como mexicano- de que nos estamos sobreponiendo a la adversidad, nos estamos sobreponiendo a la delincuencia, nos estamos sobreponiendo al dolor, al temor, a las circunstancias difíciles, particularmente en algunas localidades.
Y todavía nos falta ser capaces de transmitir esa esperanza, que no es la esperanza necesariamente del logro gubernamental, no; es la esperanza del éxito ciudadano, por supuesto, apoyado en su autoridad, por supuesto exigiéndole a la autoridad, pero es la esperanza de México, y tenemos que hacer un esfuerzo extraordinario por mejorar nuestra capacidad para transmitirlo.
En atención a eso, aprovecho esta ocasión para instruirle al Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Oscar Vega, que para la próxima sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública desarrollemos un mecanismo que nos permita de manera sistemática, en el seno del Consejo, darle visibilidad a estas historias de éxito.
Y no se trata nada más de presentar un video, se trata de una tarea sistemática y permanente, por parte del Gobierno Federal y de los gobiernos y de los municipios, para que estas historias de éxito se conozcan, se hagan públicas, encontremos una forma además para medir con claridad su impacto.
Es decir, qué pasaba antes y qué pasó después. Todo esto que nos han presentado aquí lo sugiere, pero yo estoy seguro que hay formas en las cuales podemos profesionalizar ese desarrollo y, de alguna forma, que no solamente dependa de nuestra capacidad como gobierno de llevarlo a un foro, sino que tengamos las mejores herramientas sistemáticamente para que estas iniciativas exitosas, que son exitosas en el ámbito local, se multipliquen.
Y que las lecciones valiosas y que los parámetros de éxito que están teniendo algunas de estas iniciativas se vayan reproduciendo de una manera mucho más autónoma, mucho más viral, vamos a decirlo así, y mucho más potente, entre una sociedad que no solamente está ávida de esas historias de éxito, sino que las está generando día con día.
Tenemos un reto muy importante, es un reto ante el cual el día de hoy Tijuana nos está dando un ejemplo adicional y es nuestra tarea ser capaces de potenciar esos efectos.
Vale la pena y hay que decirlo también, sí tenemos los recursos. Simple y sencillamente, si pensamos en todos los fondos de seguridad pública destinados a los municipios, particularmente en el área de prevención, por iniciativa del Gobierno del Presidente de la República y con el apoyo del Congreso, los fondos dedicados a esta materia de prevención de riesgos de accidentes, a prevención de la violencia escolar o intrafamiliar, etcétera, pasaron de 400 millones de pesos en 2011 a más de mil 250 millones para este año.
Desde luego se distribuyen en todo el país, en muchos municipios, pero por un lado sí es un tema de recursos para cada una de las organizaciones, pero por otro lado también es un tema de saber exactamente cómo podemos tener mucha más potencia en iniciativas que son extraordinariamente valiosas a nivel comunitario y que en la medida en la que seamos capaces de darlas a conocer, de que se desarrollen y se multipliquen las instancias que lo conocen, lo van valorando y le van aprendiendo, no solamente vamos a cambiar la fuerza de cada una de esas iniciativas, sino que vamos a empezar a cambiar de manera sistemática ese círculo virtuoso de la confianza.
Y ese círculo virtuoso de la confianza ya no digamos en la autoridad, en nosotros mismos, porque eso es lo que ustedes traen a esta mesa, traen confianza, traen esperanza, traen orgullo; y es un orgullo que yo estoy seguro que no solamente le sirve a Tijuana, hoy en día, le sirve a México, y es un orgullo que tenemos que ser capaces de multiplicar.
Entonces, esa es la tarea Oscar, y yo estoy seguro, además, que vamos a contar con el respaldo, la creatividad y el esfuerzo de los señores gobernadores y, por supuesto, el liderazgo del señor Gobernador de Baja California porque ciertamente es en esta tierra en donde, en muy buena medida, tenemos el ejemplo más logrado de estas iniciativas.
Creo que además de estas lecciones yo quisiera aprovechar y cerrar mi intervención el día de hoy reflexionando sobre algunas de las lecciones que nos da este evento, que nos da Baja California, que nos da Tijuana, que nos dan ustedes.
Indudablemente que muchas veces los retos son extraordinarios. Qué duda cabe que Tijuana y Baja California se han enfrentado a retos extraordinarios en materia de seguridad.
Pero qué duda cabe que en los últimos años, particularmente, en los últimos cinco años, hemos enfrentado estos retos con un carácter profundamente democrático, con un sistema de gobierno en el cual hay pluralismo, hay división de poderes, hay elecciones libres, hay mecanismos de transparencia, de rendición de cuentas, hay libertad de expresión, hay libertad de manifestación, no hay represión alguna. Hay, en esa medida, una democracia plural con todos sus pesos y contrapesos actuando.
Hay mucha participación ciudadana y qué duda cabe, que ha habido más apertura que nunca por parte del Gobierno de la República, para abrir las puertas, para escuchar las opiniones, para incorporarlas y para rendir cuentas sobre su tarea, especialmente en materia de seguridad.
Si algo ha sido la estrategia de seguridad del Gobierno del Presidente Calderón, ha sido una estrategia abierta a la ciudadanía.
Pero ha sido una estrategia que, precisamente, asume ese carácter democrático, en la medida en la que por supuesto es abierta, se dialoga y se acepta la crítica y se aceptan todos los debates.
Pero ha sido también democrática en la medida en la que parte del hecho de que democracia no solamente significa pluralismo; significa también el hacer respetar la ley. Democracia significa seguridad.
No podemos pensar que vamos a tener una democracia si los policías no hacen su tarea; no podemos pensar que vamos a tener una democracia si los jueces no cumplen con su mandato; no podemos pensar que tenemos una democracia si los ciudadanos no se sienten tranquilos en las calles, y en sus negocios y en sus escuelas.
Es decir, estamos avanzando en al estrategia de seguridad de una forma democrática. Y en la medida en la que estamos haciendo nuestra tarea en materia de seguridad, también fortalecemos a la democracia.
Creo que el hecho de que estemos hoy aquí, en esta mesa, es un ejemplo y es una lección muy importante de que la verdadera fuerza de esa estrategia, en materia de seguridad y en materia de democracia, son los ciudadanos.
Porque ellos son los protagonistas de la democracia, porque son los ciudadanos quienes verdaderamente tienen esa labor de decidir quién gobierna, pero también son el objeto y tienen que ser el objeto central, el propósito central de la tarea de seguridad.
Por eso empezaba yo hablando de la reducción de los índices delictivos; porque si no tenemos reducción de los índices delictivos, todavía no hemos cumplido la tarea.
Y creo que esa es la gran lección del avance que ha tenido Tijuana en los últimos años, que es precisamente aumentando la participación ciudadana, ensanchando los cauces de la democracia y fortaleciendo el Estado de Derecho y fortaleciendo la ley, como vamos a poder avanzar más rápidamente en lograr nuestros objetivos. Esa es la lección de Tijuana.
Y esa lección de Tijuana nos dice que en el futuro, si algo tenemos que hacer es seguir adelante en la estrategia de seguridad, y seguirlo haciendo de una forma abiertamente democrática.
Que van juntas seguridad y democracia, y que para acelerar los logros tenemos que empujar con los ciudadanos, todos juntos, cada quien en su responsabilidad y desde su perspectiva política, pero en democracia, en transparencia, con apertura y no olvidándonos de que todo esto pasa por el cumplimiento de la ley.
La gran lección de Tijuana, la lección que me llevo el día de hoy, es que debemos de sentirnos orgullosos.
Es que tenemos muchos retos, sí, sin duda, pero debemos de sentirnos orgullosos, que frente a la violencia está la esperanza; que frente al rencor está la reconciliación; que frente a la indolencia del servidor público está la responsabilidad; que frente al crimen está la ley; que frente al temor está el coraje y la convicción de un pueblo, y su convicción sobre todo, como se ha dicho en esta mesa, de grandeza.
Esa es la convicción de México y eso es de lo que nos tenemos que sentir orgullosos.
Fuente: -Dirección General de Comunicación Social-SEGOB
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