14 oct 2012

'Habrá rediseño institucional' /César Camacho

'Habrá rediseño institucional' /César Camacho, presidente de la Fundación Colosio.
Ernesto Núñez
Enfoque de Reforma, Ciudad de México  (14 octubre 2012).- Enrique Peña Nieto está obligado a ejecutar un rediseño profundo de la Administración Pública Federal, advierte el priista mexiquense César Camacho Quiroz, presidente de la Fundación Colosio.
En ese rediseño, explica el ex gobernador del Estado de México, deberán crearse, desaparecer y readaptarse secretarías de Estado, subsecretarías y organismos descentralizados.
Además, deberá implementarse el Servicio Profesional de Carrera conforme a los planes trazados en 2003, cuando el Congreso aprobó la ley en la materia, que el PAN implementó a medias.
"Hay que hacer un rediseño institucional. Se va a hacer, no soy el autorizado, pero podría decir que se va a hacer porque es una necesidad. La administración ya está anquilosada, requiere una cirugía mayor. Tenemos claros los cambios, y no deben ser cosméticos, ni sólo de nombres.
"Es un cambio que tuvo que hacerse hace 12 años, era necesario y hasta simbólico, y el PAN no lo hizo. Hoy vuelve a ser simbólico, porque Enrique Peña Nieto no va a recuperar la estafeta del PRI del 2000, va a iniciar la nueva época del PRI a partir del 2012. No vamos a ser otro capítulo de la vieja historia, sino vamos a ser el primer capítulo de la nueva historia del PRI", sentencia Camacho.
El rediseño
El equipo de transición de Peña Nieto trabaja ya en la reestructuración del gobierno federal, con base en un diagnóstico contundente: el organigrama actual ya no es operativo ni corresponde a la sociedad del siglo XXI.
El PAN, durante los 12 años que mantuvo el poder, ejecutó un solo cambio profundo: la creación de la Secretaría de Seguridad Pública, con el subsecuente adelgazamiento de la Secretaría de Gobernación. Un cambio aprobado por el Congreso en los días previos a la toma de posesión de Vicente Fox y que hoy está siendo revisado por los priistas para determinar si es mejor regresar a una Secretaría de Gobernación fuerte, que maneje la política interna y la seguridad nacional.
Los demás cambios que hicieron los panistas fueron sólo de denominación: se le quitó la palabra Pesca a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, y se incorporó dicha área a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
Y en 2003, al entrar en vigor el Servicio Profesional de Carrera, se rebautizó la Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo como Secretaría de la Función Pública.
Felipe Calderón dejó prácticamente intacta la estructura del gobierno federal, salvo algunos cambios en Pemex y la Secretaría de Energía derivados de la reforma energética de 2008. En septiembre de 2009 propuso al Congreso la desaparición de la Secretaría de la Función Pública y de la Secretaría de la Reforma Agraria, argumentando una política de austeridad y no un rediseño de la administración pública.
"Los cambios de Calderón no operaron porque eran aislados; no eran parte de un rediseño, era quitar parches que se habían puesto antes", afirma César Camacho, "desde José López Portillo no hay una cirugía mayor a la Administración Pública Federal y, a la distancia, fue un error de los panistas meter vino nuevo en odres viejos. Los gobiernos de alternancia, sobre todo Fox, estaba casi obligado a hacer ese cambio y hubiera sido perfectamente entendible, era de sensibilidad, era iniciar una época diferente, cambiar estructuras, desde luego paulatinamente, racionalmente. Pero no: dejaron todo igual.
"Nosotros sí lo vamos a hacer", añade.
Sin embargo, Camacho evita adelantar información sobre ese rediseño institucional que, afirma, Peña Nieto es el primero en impulsar.
Los funcionarios
El también ex senador (2000-2006) advierte que otro de los problemas que se van a enfrentar, heredados de las administraciones panistas, es la excesiva creación de plazas de alto nivel.
Según un estudio del Instituto Belisario Domínguez del Senado, entre 2001 y 2012 se crearon 5 mil 321 nuevas plazas de mandos superiores en la Administración Pública Federal; esto representó un incremento del 127 por ciento.
De esas nuevas plazas, 287 fueron de subsecretario de Estado y homólogos; 625 de director general; 886 de director general adjunto, y 3 mil 523 de director de área.
Las tres dependencias que más plazas crearon fueron Hacienda (808), PGR (740) y Gobernación (613).
"Fox tomó una mala decisión: tuvo más renta petrolera y, en lugar de invertir en obra pública o infraestructura, gastó en crear plazas. Y hubo un crecimiento exponencial de la burocracia", señala el priista.
La creación de estos cargos, añade Camacho, coincidió con un "empanizamiento" del gobierno: se colocó a panistas en cargos para los cuales no estaban capacitados y se repartieron las delegaciones del gobierno federal bajo el criterio de poner ahí a operadores políticos de Acción Nacional.
Esto, en contraposición a la Ley del Servicio Profesional de Carrera, que entró en vigor el 10 de octubre de 2003, a la mitad del sexenio foxista.
Lo que buscaba esa ley, aprobada a partir de una iniciativa que presentó el PRI desde el 2000, era crear un ejército de servidores públicos profesionales, colocar a los idóneos en cada cargo, promover su capacitación permanente y darles estabilidad ante los cambios de gobierno. Se pretendía acabar con el amiguismo y el compadrazgo y, en palabras de Fox, "blindar a la administración pública contra las turbulencias sexenales".
La ley preveía un periodo transitorio de tres años para el diseño e implementación del Servicio Profesional de Carrera, lo que implicaba que para inicios del 2007 debía estar operando al 100 por ciento.
Pero entonces vino el cambio de administración de Fox a Felipe Calderón y hoy las cifras señalan que no se cumplieron las metas.
Actualmente, de los 42 mil 402 puestos de la administración pública federal susceptibles de ser concursados mediante las reglas del Servicio Profesional de Carrera, 29 mil 972 están adscritos al servicio, según datos de la Secretaría de la Función Pública (Reforma, 1o. de octubre de 2012).
Además de estas plazas regidas por servicio profesional, existen en el gobierno federal 6 mil 931 cargos de libre designación que, según funcionarios de la SFP, serán los primeros en salir con el cambio de gobierno.
Y en la mayoría de los casos, se trata de militantes del PAN.
"Los que se vayan no se irán por panistas, se irán por ineptos. Se irán porque se acredite su impericia, su insuficiente formación, sus pocas luces. Y la gente que debe ingresar no será por ser priista, sino por ser capaz, por tener el perfil, por ser la idónea", afirma César Camacho.
El ex senador lamenta que en el gobierno de Felipe Calderón se haya exacerbado la práctica del amiguismo y se haya recurrido a colocar a políticos leales más que funcionarios experimentados en las áreas de responsabilidad, incluso a nivel de secretario de Estado.
"Hoy la administración pública tiene que ver con una decisión personal de Felipe Calderón de preferir lealtad a capacidad. Se rodeó de incondicionales, en vez de gente idónea; en lugar de blindar la administración pública, una buena parte fue 'empanizar', con magros resultados. El empanizamiento es de por sí grave, pero además hubo ineficiencia y malos resultados", agrega.
Según Camacho, en el gobierno de Peña Nieto esto no ocurrirá. No será requisito ser priista para formar parte de la administración pública.
"Sí habrá priistas en una buena medida, pero ése no será el elemento condicionante. Se buscará que estén los mejores y habrá también gente sin militancia, competente y comprometida con México", promete.

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