Así
fue la ayuda de la CIA para 'cazar' jefes de las Farc
Por:
REDACCIÓN JUSTICIA |
El Tiempo...9:56
p.m. | 22 de Diciembre del 2013
Se
habla de apoyo de EE. UU., de Israel y Gran Bretaña en megagolpes a la
guerrilla.
Aunque
este domingo no hubo en Bogotá pronunciamiento oficial sobre el tema, altos
mandos militares que estuvieron al frente de las principales operaciones contra
las Farc en los últimos siete años le confirmaron a EL TIEMPO que la ayuda
encubierta de Estados Unidos fue clave para asestar los golpes que le cambiaron
el curso al conflicto interno.
La
noticia de 'The Washington Post' sobre la estrecha colaboración norteamericana
que le permitió a Colombia ‘cazar’ a los duros de las Farc le dio este domingo
la vuelta al mundo. Los principales medios del país y de la región y varios
portales internacionales recogieron la información y la pusieron en el contexto
de las negociaciones que se siguen hoy en La Habana.
Según
el diario norteamericano, el programa encubierto, manejado por la Agencia
Central de Inteligencia (CIA), arrancó en la administración Bush, siguió en la
de Obama y ha sido clave en las operaciones aéreas que llevaron a la muerte “al
menos a dos docenas de jefes guerrilleros, de acuerdo con más de 30 antiguos y
actuales oficiales de Colombia y los Estados Unidos”.
El
Post dice que la entrega de información de inteligencia en tiempo real,
recabada por satélites y aviones plataformas, y el suministro de bombas
inteligentes, guiadas por GPS, hacen parte de un plan secreto que ha costado
decenas de millones de dólares y que no se manejó dentro de la ayuda normal del
Plan Colombia.
Las
Fuerzas Militares y la Policía hicieron la parte fundamental de la tarea,
primero infiltrando personal de inteligencia que ubicó en los campamentos
guerrilleros los dispositivos electrónicos que guiaron las bombas y, segundo,
realizando los ataques desde aeronaves colombianas. La fórmula se usó desde los
primeros golpes contra mandos claves de las Farc como el ‘Negro Acacio’ y
‘Martín Caballero’, en el 2007, y luego contra pesos pesados como ‘Raúl Reyes’
en la frontera con Ecuador y contra el ‘Mono Jojoy’.
EL
TIEMPO consultó este domingo a varias altas fuentes del sector de seguridad que
confirmaron la versión. Una de ellas, que desde su fuerza participó
directamente en las principales operaciones, señaló que en efecto el apoyo de
los Estados Unidos, no solo de la CIA, fue clave en “todos los grandes golpes
aéreos de los últimos años, incluido el del ‘Mono Jojoy’”, el máximo ícono
militar de las Farc, en el 2010.
Las
fuentes consultadas señalan que, desde finales del 2005, la Fuerza Aérea empezó
a utilizar las bombas de precisión tipo Paveway II, un arma casi infalible
guiada por coordenadas. “No podemos negar que en todos los golpes claves de la
última década hubo ese apoyo, no solo de ese gobierno sino del Reino Unido e
Israel”, agregó la fuente sobre la revelación del Post.
Las
bombas que inclinaron, según la publicación, la balanza del conflicto
colombiano han sido usadas también en las guerras de Irak y Afganistán. La
Fuerza Aérea ya trabaja en varios prototipos de esas bombas inteligentes con
tecnología ciento por ciento criolla.
El
espejo de Afganistán
En
su extenso reportaje, 'The Washington Post' afirma que “hoy, una comparación
entre Colombia, con su vibrante economía y la elegante vida social de Bogotá, y
Afganistán puede parecer absurda”. Pero, agrega, “hace apenas una década, el
país tenía las más altas tasas de homicidio en el mundo” y había temor de que
“pudiera convertirse en un Estado fallido”.
En
el 2006, el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, encabezó una
estrategia del gobierno Uribe para lograr que Estados Unidos compartiera
información y tecnología de punta, dice el Post.
El
11-S –que redundó en el uso de la ayuda antinarcóticos del Plan Colombia para
la lucha contra la guerrilla en zonas del narcotráfico– y el secuestro de los
tres norteamericanos, en febrero del 2003, jugaron en favor del sí para esa
petición.
La
publicación agrega que la estrategia superó tres grandes obstáculos: primero,
las dificultades para acoplar las bombas inteligentes, hechas para los
poderosos F-16 norteamericanos, a los aviones colombianos.
Un
segundo escollo fue jurídico: se planteó la duda de si un ataque con centenares
de explosivos contra los guerrilleros en tierra podría suponer, bajo leyes
federales, un asesinato. Se impuso la tesis de que, como los jefes de AlQaeda,
los de las Farc eran blancos legítimos pues representaban una amenaza real para
los mismos EE. UU. y para países amigos.
Y
hubo, dice el Post, reservas sobre el eventual uso de las nuevas tecnologías en
contra de “opositores políticos” del pasado gobierno. Por eso, supuestamente,
la CIA cumplió el papel de ‘policía’ en cada caso. Hasta hoy, dice el informe,
no hay ni un reporte de uso indebido de las ayudas o de daños colaterales.
Lo
que dice el ‘Post’ sobre Fénix y Jaque
En
marzo del 2008, la famosa operación Fénix marcó el primer golpe militar en la
historia contra el secretariado de las Farc. La muerte de ‘Raúl Reyes’ en
territorio ecuatoriano fue una de las razones esgrimidas por el presidente
Rafael Correa para acabar con la base norteamericana en la región de Manta.
Según Correa, desde allí se habría apoyado a Fénix.
El
Post no menciona a Manta, pero sí confirma que Estados Unidos siguió minuto a
minuto la operación y que la consideró un acto de “legítima defensa” contra un
grupo terrorista refugiado en territorio extranjero.
También
señala que, en el 2008, la presencia militar de EE. UU. llegó a superar los mil
uniformados, muchos de ellos dedicados a la búsqueda de los tres
norteamericanos secuestrados.
El
reportaje dice que, en julio de ese año, la mayor parte de ese personal había
salido de Colombia y que solo una unidad siguió en la misión.
Los
experimentados marines, concluye el Post, tuvieron que jugar el papel de
observadores de la operación Jaque, que trajo a la libertad a los
estadounidenses y a otros 12 ‘canjeables’, “sin un solo disparo”: “Ellos eran
el plan ‘B’ en caso de que saliera mal la operación colombiana”.
Silencio
de Farc en La Habana
Los
delegados de las Farc en Cuba guardaban silencio sobre la información del
‘Washington Post’. Tampoco se pronunciaron sobre el pedido de extradición de
EE. UU. –revelado por este diario– contra dos guerrilleros que están en La
Habana.
REDACCIÓN
JUSTICIA
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