La
reaprehensión de 2014, cuestionada por jueces/
ANABEL
HERNÁNDEZ
Revista Proceso, 17 de enero de 2016.
Además
de integrar un expediente sólido para consignar a Joaquín Guzmán Loera,
resolver su extradición y lo que proceda a partir de la fuga del sinaloense del
penal del Altiplano, las autoridades federales aún tienen que enfrentar el
juicio por la reaprehensión de febrero de 2014. Ni la PGR ni la Marina han
podido acreditar la legalidad de esa acción contra Guzmán Loera y su entonces
“secretario particular”, Carlos Manuel Hoo.
Nada
de la Operación Gárgola ni la versión del gobierno federal sobre la recaptura
del Chapo Guzmán ocurrida en febrero de 2014 en Mazatlán, Sinaloa, pudo ser
acreditado por la Procuraduría General de la República (PGR) ni por la
Secretaría de Marina (Semar) ante el Poder Judicial. Cuando menos así quedó
demostrado en el Segundo Tribunal Unitario y el Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Décimo Segundo Distrito en dos sentencias de amparo dictadas en 2014
y 2015.
De
hecho en el único parte informativo de la detención, suscrito por los marinos Ángel Rafael Martínez Yépez y José
Antonio Nava Luna, sostienen que ellos dos solos detuvieron al líder del Cártel
de Sinaloa de manera casi accidental.
En
aquella ocasión el gobierno de Enrique Peña Nieto dio a conocer que la recaptura de Guzmán Loera y su entonces
secretario particular, Carlos Manuel Hoo Ramírez, militar retirado de un grupo
de élite, obedeció a una operación de las áreas de “inteligencia” del gobierno
de México y fue el resultado de meses de trabajo de diferentes instituciones.
“Esta
detención es producto de una operación que fue trabajada durante varios meses
en una coordinación plena entre todas las instancias del gobierno federal que
han concurrido de manera importante para este trabajo y la detención fue
impecablemente lograda por elementos de la Secretaría de Marina”, afirmó
durante una conferencia, en el hangar de la PGR en el aeropuerto de la Ciudad
de México, el entonces procurador Jesús Murillo Karam, al anunciar oficialmente
la recaptura.
“Solamente
quiero decirles que en razón de este operativo hemos asegurado a 13 personas y
se han asegurado 97 armas largas, 36 armas cortas, dos lanzagranadas, un
lanzacohetes, 43 vehículos –de los cuales 19 eran blindados–, 16 casas y cuatro
ranchos hasta este momento”, añadió el titular de la PGR.
De
acuerdo con la información filtrada por el gobierno a diversos medios de
comunicación, se afirmó que al menos 30 marinos, en un operativo en la torre
Miramar, lograron detener al Chapo junto con Hoo Ramírez y un supuesto arsenal.
Pero
según dos amparos concedidos en el distrito judicial de Sinaloa a favor de Guzmán Loera y Hoo Ramírez, de los
cuales Proceso tiene copia, ni la PGR ni
la Marina pudieron acreditar los operativos previos en Culiacán ni cómo
supieron que el capo estaba en la torre Miramar, ni la forma en que dicen que
lo detuvieron.
En
este momento la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tiene en sus
manos la resolución de dos recursos de revisión en los que ejerció la facultad
de atracción; tendrá que resolver si la detención de Guzmán Loera y Hoo Ramírez
fue legal y si se mantiene el auto de formal prisión de aquella detención.
La
Operación Gárgola
El
procurador Murillo Karam afirmó que Guzmán Loera estuvo a punto de ser
capturado entre el 13 y 17 de febrero en Culiacán, Sinaloa, tras ser ubicados
domicilios que usaba el capo, pero que no se logró su detención porque esos
lugares estaban conectados por túneles entre sí y al drenaje de la ciudad.
“Las
puertas de la casa en las que se intervino estaban reforzadas con acero y eso
hizo que los minutos que nos tardamos en abrirlas sirvieran para el escape por
los túneles; sin embargo, la investigación era tan plena que continuamos”,
declaró el procurador el 22 de febrero.
Después
la propia Marina organizó tours para los medios y mostró las casas y los
túneles debajo de la bañera; y se filtró a diversos medios la misma versión de
la Operación Gárgola. Televisa fue la más entusiasmada en repetirla.
Se
dijo que un teléfono satelital delató la ubicación de Guzmán Loera y que en la
operación iniciada el 13 de febrero participaron 200 marinos. Particularmente
la mañana del 22 de febrero, en la parte culminante de la Operación Gárgola, se
afirmó que 30 marinos llegaron a la torre Miramar y entraron, pero al final
fueron seis quienes detuvieron en el departamento al Chapo.
Se
derrumba la versión oficial
Tras
su captura, Guzmán Loera y Hoo Ramírez fueron acusados de portación de armas de
uso exclusivo del Ejército. La PGR dijo haberlos detenido en flagrancia. En realidad,
aunque sus elementos afirmaron que tenían localizado el escondite del Chapo por
las tareas de inteligencia, no contaban con orden judicial ni para ingresar a
la torre Miramar ni para entrar al departamento 401, donde el capo fue
capturado.
En
cuanto un juez de Toluca les dictó el
auto de formal prisión al capo y a Hoo Ramírez por ese supuesto delito, sus
abogados interpusieron amparos ante el distrito judicial de Sinaloa
argumentando que la detención había sido ilegal porque no hubo flagrancia ni
orden de cateo, se violó el domicilio de los detenidos y no se acreditó que
tenían armas, por lo que dejaron entrever que éstas habían sido sembradas por
la Marina.
Los
dos recursos fueron interpuestos por los abogados de Guzmán Loera, quienes han
defendido por igual a Hoo Ramírez: José Refugio Rodríguez Núñez, Andrés
Granados Flores, Carlos Omar Ramos Barajas y Óscar Manuel Gómez Núñez.
Rodríguez,
Granados y Gómez visitaban asiduamente a Guzmán Loera, de acuerdo con el
expediente de la fuga publicado por este semanario (Proceso 2023). Gómez fue
detenido en noviembre último, acusado de haber colaborado en la fuga del Chapo,
y Granados está bajo investigación de la PGR por haber servido de contacto
entre el capo y los actores Sean Penn y Kate del Castillo.
Sólo
lo arrestamos dos: Marina
Ante
los jueces y magistrados que llevaron los amparos se presentó el único parte
informativo de la aprehensión, firmado únicamente por Ángel Rafael Martínez
Yépez y José Antonio Nava Luna, elementos de la Semar.
Afirmaron
que circulaban por la Avenida del Mar a las 6:40 horas en tareas de rutina. Al
pasar frente a la torre Miramar una persona les hizo el alto sin identificarse
y les pidió ayuda porque había alguien armado en el inmueble.
La
defensa argumentó que una denuncia anónima no es válida para justificar un
allanamiento y los tribunales le dieron la razón.
Los
dos marinos dijeron que contaban con datos de que en el inmueble se encontraba
Guzmán Loera por “información obtenida de los diferentes aseguramientos que se
habían realizado en Culiacán, Sinaloa”, y que al entrar revisaron el primero,
el segundo y el tercer piso, hasta que en el cuarto supuestamente vieron a Hoo
Ramírez sentado en la puerta del departamento 401 armado.
Añadieron
que al gritarle “¡Armada de México, tire el arma!”, les apuntó pero no disparó
y se metió corriendo al departamento.
La
defensa señaló que los supuestos aseguramientos ocurridos en la ciudad de
Culiacán no estaban señalados ni demostrados en la causa penal, “por lo que se
trata de argumentos infundados”. Los tribunales le volvieron a dar la razón.
Según
los marinos, en la sala del departamento, Hoo Ramírez tiró el arma al piso y
dijo: “Me doy, no hay problema”. Afirman que le quitaron el fusil de asalto que
tenía como aditamento un lanzagranadas, y encontraron una pistola, una
carabina, cartuchos y cargadores. Fue en ese momento cuando, según declararon,
Guzmán Loera salió de una recámara y ellos dos solos lo detuvieron.
Hoo
Ramírez, quien dijo ser exmiembro del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales
(GAFE) del Ejército mexicano, declaró que cuando los marinos ingresaron al
departamento él estaba dormido y no les apuntó con ningún arma. Y de las armas
supuestamente aseguradas sólo reconoció una.
Al
ser presentado Hoo Ramírez ante el Ministerio Público, tenía heridas en la
cara, cuello, esternón, antebrazo, rodillas, piernas, muslos y dedos.
Los
marinos dijeron que, luego de desarmarlo y leerles a los dos todos sus
derechos, cuando se le dijo a Hoo Ramírez que “sería puesto ante la autoridad
correspondiente”, supuestamente intentó correr, “motivo por el cual se vieron
en la necesidad de utilizar (los marinos) la fuerza necesaria para poder
esposarlo por medidas de seguridad”. Hoo Ramírez dijo al MP que se había caído
días antes.
En
la sentencia del juicio de amparo 41/2014, a favor del Chapo, emitido por el
Segundo Tribunal Unitario del 12º distrito (Sinaloa) y la del juicio de amparo
2/2015, emitido por el Tribunal Colegiado a favor de Hoo Ramírez, se determinó
que la Marina no pudo acreditar el delito de flagrancia para ingresar a la
torre Miramar; tampoco pudo probar que hubo investigaciones previas
supuestamente realizadas en Culiacán, lo que también les hubiera ayudado para
acreditar que el ingreso a la torre y al departamento fue legal.
Respecto
a Hoo Ramírez, el Tribunal Colegiado fue más allá y determinó que el secretario
privado de Guzmán Loera tardó 10 horas en ser presentado ante el MP sin ninguna
justificación.
Los
tribunales exigieron a los juzgados que se repusiera el procedimiento y se
analizaran esas quejas para resolver de nueva cuenta el auto de formal prisión.
Los juzgados ratificaron la aprehensión.
En
abril de 2014 los abogados de Guzmán Loera interpusieron el amparo de revisión
213/2015 ante el Tribunal Colegiado, que determinó en agosto de 2015 pedir a la
SCJN que ejerciera su facultad de atracción. En este momento el expediente
335/2015 está en manos del ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Los
mismos abogados promovieron otro amparo para Hoo Ramírez, el cual también fue
atraído por la SCJN y actualmente está a cargo del ministro Arturo Saldívar
Lelo de Larrea.
Será
la Suprema Corte la que determine si fue ilegal la reaprehensión de Guzmán
Loera en febrero de 2014. l
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