“No
puede ser… ¿Cómo va a tener dos mamás?” decía un joven y otro respondía “Pues
sí pero piénsalo… no pasa nada, hasta puede que le vaya mejor ¡tendrá dos
mamás!”.
Estos
comentarios fueron provocados por la nota que se publicó hace unos días en la
que se da a conocer que el Registro Civil de Hermosillo otorgó acta de
nacimiento a un bebé como hijo de una pareja de mujeres. Aquí el debate.
Leyendo
sobre los cambios en la estructura familiar encontré una investigación de la
Universidad Iberoamericana y el Instituto de Investigaciones Sociales que llamó
mi atención porque señala que para el 2050 en México tendremos ya normalizados
siete tipos de familias.
1.
Parejas jóvenes sin hijos, quienes deciden aplazar el momento de tener bebés;
2. Padres y madres de 60 o más años que viven el llamado “nido vacío”; 3.
Familia reconstituida, formada por parejas divorciadas o separadas con hijos e
hijas de uniones anteriores; 4. Familias de parejas del mismo sexo; 5. Familia
unipersonal, una persona viviendo sola; 6. Familia uniparental, los hogares
donde sólo hay o madre o padre; y 7. Famiiia extensa, en la que conviven varias
generaciones e incluye a personas que viven en la familia sin tener algún
parentesco.
Pregunto
si acaso estas situaciones no significan mucha más violencia que la de un bebé
que es querido y protegido por dos mamás.
¿Por
qué nos preocupa tanto la orientación sexual de quienes brindarán techo,
alimentación, protección y amor? Mientras convivimos y somos permisivos con
situaciones sociales que vulneran la seguridad y sano desarrollo de niños y
niñas. Sin mencionar el intento de atropellar el derecho de cada persona a
decidir como y con quien desea vivir.
El
futuro ya está aquí con todos los tipos de familia mencionados y otros más.
¿Estamos listos para formar parte de estas
familias?
La
verdadera pregunta debe ser ¿Estamos listos para formar parte de estas
familias?
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