30 ago 2017

Así será la rebaja fiscal prometida por Donald Trump, la más ambiciosa de la historia

Así será la rebaja fiscal prometida por Donald Trump, la más ambiciosa de la historia

Nota de CAROLINA MARTÍN/
El País,  Nueva York, 30 AGO. 2017 04:28
Trump anuncia la mayor bajada de impuestos de la historia de EEUU con 20 puntos menos para las empresas
El Congreso de Estados Unidos inicia el nuevo curso la próxima semana y con una asignatura crucial para el presidente Donald Trump: la reforma fiscal. Su promesa de bajar los impuestos a empresas y ciudadanos flota en el aire. La duda está en cómo hará para que cuadren las cuentas y si tendrá los apoyos suficientes. Trump inicia hoy en Springfield (Missouri), en un acto en una fábrica, un 'tour' para explicar las claves de su proyecto:
¿Cuáles son los principios de la reforma?

Desde la campaña presidencial, el presidente Trump defendió que si llegaba a la Casa Blanca bajaría los impuestos a los estadounidenses y simplificaría el código impositivo. La reforma presentada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en abril de 2017 apuntaba un recorte de 20 puntos para las empresas; el tipo impositivo pasaría del 35% al 15%. Para los ciudadanos, el proyecto incluía reducir a tres los siete tramos actuales -de la declaración de la renta-; estos quedarían en el 10%, el 25% y un tipo máximo del 35% -frente al 39,5% actual. El consejero de política económica de la Casa Blanca, Gary Cohn, explicó hace unos días al Financial Times que quieren mantener las deducciones por vivienda, por aportaciones a fondos de pensiones y por ayudas a caridad. Desaparecerán algunos impuestos -como el de sucesiones- y otras deducciones personales. También incluirá estímulos para que las compañías repatrien sus ganancias, aunque no está claro el tipo impositivo.
¿Quiénes están trabajando en ella?
La reforma fiscal es uno de los grandes proyectos de la agenda del presidente y del Partido Republicano, que lleva años demandando una modificación de un sistema que, dicen, ha quedado obsoleto y perjudica el crecimiento de la economía estadounidense porque les hace menos competitivos. El trabajo está en manos de los '"seis grandes". Así calificó Cohn al grupo de asesores de Casa Blanca que trabaja en el proyecto y entre los que se encuentran los líderes republicanos del Congreso, el portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y el líder en el Senado, Mitch McConnell. Desde la semana pasada ambos comenzaron a 'vender' la reforma fiscal en sus respectivos estados. Acompañado del secretario del Tesoro, McConnell criticó en Kentucky lo engorroso que es el régimen tributario para los ciudadanos y lo asfixiante que es para las pymes. Ryan subrayó la necesidad de simplificar el sistema impositivo y "hacerlo más justo para todos los estadounidenses".
¿Cómo se prevé su tramitación?
Según Cohn, el proyecto de ley se escribirá en las próximas semanas una vez el Capitolio vuelva a estar en funcionamiento porque serán "los comités y el Congreso" los encargados de la escritura de esta legislación (a diferencia de lo que ocurrió con la reforma sanitaria). En las filas republicanas esperan poder atraer a los demócratas para la aprobación de la reforma, que ambas formaciones mirarán con lupa. Cohn confía en que ambas cámaras den luz verde a la reforma en 2017. Un plazo que algunos consideran demasiado corto y que tiene un lastre. La negociación sobre el techo de la deuda que se verá también en septiembre. El asesor de la Casa Blanca no tiene dudas de que el Congreso "al final del día" tendrá que incrementarlo. Un asunto que se tratará antes que la reforma impositiva.
¿Por qué es importante para el presidente su aprobación?
La reforma fiscal es prioridad absoluta en la agenda del presidente Trump. Durante los primeros seis meses de su mandato, el magnate no ha conseguido avanzar en ninguna de sus otras promesas estrella de campaña. Especialmente, el muro con México (encallado ahora con la financiación que demanda al Congreso) y la derogación de la ley sanitaria de Barack Obama; algo que, como reiteró en varias ocasiones, los republicanos venían demandando desde hace siete años y que al final no prosperó porque su propia formación no apoyó el proyecto.

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