9 jul 2018

“Separar a niños de las familias va contra la Biblia y es antiamericano”

“Separar a niños de las familias va contra la Biblia y es antiamericano”:  cardenal Timothy Dolan,
Vatican Insider, 09/07/2018
SALVATORE CERNUZIO
ROMA

«Separar a los niños de sus familias va en contra de la Biblia y es antiamericano». Nada de medias tintas, sino una denuncia en contra de la medida que ha suscitado incluso las críticas de la primera dama Melania. El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, escribió una carta abierta a sacerdotes y fieles de todas las parroquias de la Gran Manzana para dar voz al malestar de la Iglesia estadounidense al ver a niños separados por la fuerza de sus padres en la frontera con México, según una decisión de Donald Trump, que pretende desanimar a los inmigrantes ilegales. 
  
El cardenal decidió escribir estas líneas después de haber visitado la semana pasada un ex convento del Bronx en donde actualmente se encuentran algunos de estos menores de edad separados de sus familias. Reciben la ayuda de diferentes asociaciones de caridad locales. Según Dolan «ha sido terrible ver a estos niños sin sus padres». El purpurado estadounidense afirma en la carta que fue «conmovedor» el encuentro con los profesionistas que «con competencia y compasión se están ocupando de ellos». Claro, no se sabe hasta qué punto podrán ayudar estas terapias para resolver «el caos y los traumas» que todos estos niños deben y deberán seguir afrontando. 
  El problema es muy serio y también toca «a la Iglesia no solo desde el punto de vista pastoral, sino también ético y humanitario», afirmó el cardenal, diciéndose «muy preocupado» al respecto. Se trata de una preocupación «no de político, sino de pastor», aclara: «no soy ningún experto de las complejidades legislativas, de las órdenes ejecutivas ni de las políticas que cambian todos los días, pero sé que las políticas que han alejado a los niños de las propias familias van contra la Biblia y son antiamericanas. Han creado daños que requerirán muchos esfuerzos y mucho tiempo para curarse». 
  El arzobispo de Nueva York también recuerda que los católicos han estado activos con respecto a la cuestión migratoria «mucho antes de las emergencias actuales»; un ejemplo de ello es el Catholic Immigration Center de la Caritas, en el corazón de Manhattan, en donce «en los últimos cinco años se ha ofrecido asistencia legal y educación a más de 10 mil menores, que han llegado a la ciudad con sus familias o no acompañados». 
  El purpurado agradece a la Iglesia de Nueva York, por haber sido durante mucho tiempo «madre acogedora para tantos niños inmigrantes que buscaban» allí «su nueva casa».  Este espíritu de acogida ha permanecido «vivo», subraya, «y el testimonio de fe de los migrantes es un don de vivacidad para nuestras comunidades y escuelas». Dolan reza para que esta inclinación pueda proseguir en este tiempo y para que «nuestra Iglesia y nuestra nación puedan vivir fielmente y de la mejor manera todos nuestros valores». 
  La voz del pastor de Nueva York está en sintonía con las posiciones que han expresado en los últimos meses los obispos de los Estados Unidos en contra de la política gubernamental que ha provocado fuertes críticas en todo el mundo. Y que el mismo Papa Francisco, en la reciente entrevista con la Reuters, ha llamado «inmoral» y en contra «de nuestros valores», haciendo propias las palabras de la Conferencia Episcopal del país que dedicó a la cuestión la sesión de primavera de la plenaria en Fort Lauderdale, Florida. 
  Los obispos han visitado personalmente, la semana pasada, la frontera entre México y Texas, a la que solamente la mitad de los migrantes logra llegar. Los demás mueren de hambre o de inanición. Una delegación de obispos guiada por el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Di Nardo, hizo suya una propuesta del cardenal de Newark, Joseph Tobin y se dirigió a la diócesis de Brownsville para ofrecer su solidaridad a los inmigrantes e insistir en la contrariedad de la comunidad católica frente a la política de «tolerancia cero». En esa ocasión, el cardenal Tobin habló de «cardioesclerosis y endurecimiento del corazón», refiriéndose a la política anti-inmigración que en pocas semanas provocó la separación de más de 2300 niños de sus familias, que fueron llevados a estructuras de acogida porque sus padres fueron acusados de haber atravesado ilegalmente la frontera de los Estados Unidos.  
  En este contexto, cientos de llamadas por parte de familias y también de varias personas están saturando los teléfonos de la Conferencia Episcopal del país para ofrecer asistencia precisamente a los niños latinoamericanos separados por la fuera de sus padres en la frontera entre México y Estados Unidos.  

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