El padre Francisco Javier, detenido por el asesinato de Leonardo, presuntamente lo asfixió por un "juego", según apuntan peritajes y testimonios asentados en el expediente FCIH/1/UI-1C/D/00108/06-2019 al que LA SILLA ROTA tuvo acceso
LSR; / ANTONIO NIETO Y SHARENII GUZMÁN, reporteros...
La hasta ahora única hipótesis del caso apunta a que esto ocurrió cuando Leonardo y su victimario estaban en casa de éste último, pero el juego -cuyas connotaciones son reservadas y la Procuraduría no revelará- se salió de control.
Leonardo tenía 29 años de edad y era uno de sus ayudantes en la Iglesia Cristo Salvador, donde Francisco Javier oficiaba desde hace diez años. Registros públicos de la Arquidiócesis de México precisan que se convirtió en sacerdote el 29 de junio de 1995.
El religioso tenía dos caras: un personaje muy querido en su comunidad, pero en secreto tendría al menos tres parejas masculinas con quienes practicaba el mismo "juego"; el expediente no sostiene que Leonardo haya sido alguna de ellas.
Testimoniales obtenidos por agentes de investigación señalan que las parejas eran más jóvenes que él e inmiscuidos de un modo u otro en asuntos de la iglesia.
Consta en la carpeta que él y Leonardo acordaron verse la noche del 11 de junio. El también estudiante de maestría y seminarista llegó a la casa del párroco a bordo de su Chevrolet Trax.
Estuvieron en el domicilio, ubicado en la alcaldía Tlalpan, cuatro horas 12 minutos, donde se produjo las asfixia. El cuerpo de Leonardo no presenta huellas de violencia de otro tipo o de intento de defensa.
El padre y principal sospechoso del crimen intentó reanimar al muchacho, según argumentó al ser cuestionado por los detectives, pero al no conseguirlo echó el cuerpo en los asientos traseros de la camioneta y condujo hasta la carretera Picacho Ajusco.
Tras dejar el cadáver, desnudo de la cintura para arriba, Francisco Javier presuntamente llamó por teléfono a otra persona, la cual lo recogió casi a las 4:00 horas de 12 de junio y lo ayudo a huir, acorde con grabaciones del C5.
Días más tarde, el padre fue cuestionado por agentes de la Procuraduría y aseguró que no veía a Leonardo desde el domingo 9, lo cual resultó mentira, pues el joven avisó a un amigo que vería a Francisco Javier el día del homicidio; inclusive le mandó un mensaje de texto cuando llegó a la casa.
Todo el rastreo telefónico de Leonardo y de su probable victimario forman parte de las evidencias del caso.
Francisco Javier no tenía antecedentes penales ni denuncias en su contra, pero los testimonios de sus parejas ayudaron a dilucidar la forma en que se relacionaba con algunos de sus seguidores.
Usualmente, aseguraron, el padre los citaba en su oficina para que lo auxiliaran a contar el dinero de las limosnas y ahí los intentaba convencer de ir a su domicilio.
Ahora se encuentra en el Reclusorio Oriente, donde se inició su proceso por homicidio doloso, por el cual podría alcanzar hasta 50 años de cárcel.
La persona que lo ayudó a escapar del paraje boscoso donde fue encontrada la camioneta de Leonardo y su cadáver, es rastreada también al sur de CDMX.
Sorprende a la comunidad religiosa
Francisco Javier era el sacerdote de la Parroquia Cristo Salvador, ubicada en la colonia Miguel Hidalgo, alcaldía de Tlalpan. Pertenece a la Sexta Vicaría "San José" de la Arquidiócesis Primada de México a cargo del vicario episcopal, José Antonio Carballo García desde el 7 de noviembre de 2018.
"Es un santo", "muy buena persona", "excelente ser humano", así describen feligreses y vecinos al sacerdote Bautista, ahora imputado por el homicidio de su acólito Leonardo Avendaño.
"Lo venía a ver mucha gente, es muy querido. Esta calle se llenaba de autos todos los martes, sábados y domingos que es cuando oficiaba misa. Venían muchos artistas", dice el dueño de una vulcanizadora situada enfrente de la Parroquia, quien prefirió omitir su nombre.
La Arquidiócesis Primada de México en su página de internet detalla que en la Sexta Vicaría, donde pertenece la Parroquia Cristo Salvador, brinda "asistencia a enfermos terminales, niños con enfermedades incurables, ancianos, madres solteras y enfermos mentales. También hay comunidades de vida contemplativa".
Según sus feligreses, la gente hacía largas filas para verlo. De acuerdo con la Arquidiócesis Primada de México de manera oficial se sabía que Francisco Javier Bautista hacía misas de sanación. Incluso el Padre publicó una antología titulada "Salmos y oraciones para sanar el alma" con la editorial Época.
"Una misa de sanación es una celebración eucarística normal, en la que se hace énfasis en los carismas y dones del Espíritu Santo, a fin de difundir fortaleza física y espiritual a la salud de los fieles. Se ha hecho usual que en algunos templos católicos, los fieles se reúnan para tener celebraciones carismáticas. En ellas cantan con entusiasmo, levantan los brazos y expresan su alegría con fuerza", señala el portal católico Encuentra.
De ahí la fama del sacerdote. Acudían a verlo enfermos no solo con problemas físicos, sino también espirituales. Abiertamente estaba en contra del culto a la Santa Muerte. En 2005, participó en el segundo Encuentro Nacional de Exorcistas y Auxiliares de Liberación con la plática "La oración por imposición de manos".
"El Padre es un excelente sacerdote, excelente ser humano. No es posible que lo estén acusando de algo semejante. Puras cosas horribles. Es pésimo lo que le están haciendo. Nosotros lo conocemos de hace muchísimos años y nos consta de que es un santo al que siempre lo voy a querer y siempre voy a estar con él en las buenas y en las malas", dice Patricia, una asistente a la parroquia.
Los vecinos relatan que el sacerdote llegó a la comunidad de Miguel Hidalgo hace más de 13 años y él, junto con sus feligreses, construyeron la Parroquia Cristo Salvador. Además, lo describen como una persona solidaria que luchaba en contra de la inseguridad. Desde hace varios meses, indican, que comenzó a hacer recorridos para "exorcizar a los demonios de las calles".
Antes de llegar a esa comunidad, estuvo en la Parroquia de María Reina, también el construyó ese templo. "No ven todo lo bueno que ha hecho en tantos años desde que llegó. Toda la comunidad lo admira", expresa el señor Juan.
Por la mañana de este jueves, un día después de su detención, vecinos y feligreses bloquearon la calle de Ayuntamiento e Insurgentes Sur, para exigir por la liberación del cura. A medio día, realizaron oraciones afuera de las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.
MJP
LSR; / ANTONIO NIETO Y SHARENII GUZMÁN, reporteros...
La hasta ahora única hipótesis del caso apunta a que esto ocurrió cuando Leonardo y su victimario estaban en casa de éste último, pero el juego -cuyas connotaciones son reservadas y la Procuraduría no revelará- se salió de control.
Leonardo tenía 29 años de edad y era uno de sus ayudantes en la Iglesia Cristo Salvador, donde Francisco Javier oficiaba desde hace diez años. Registros públicos de la Arquidiócesis de México precisan que se convirtió en sacerdote el 29 de junio de 1995.
El religioso tenía dos caras: un personaje muy querido en su comunidad, pero en secreto tendría al menos tres parejas masculinas con quienes practicaba el mismo "juego"; el expediente no sostiene que Leonardo haya sido alguna de ellas.
Testimoniales obtenidos por agentes de investigación señalan que las parejas eran más jóvenes que él e inmiscuidos de un modo u otro en asuntos de la iglesia.
Consta en la carpeta que él y Leonardo acordaron verse la noche del 11 de junio. El también estudiante de maestría y seminarista llegó a la casa del párroco a bordo de su Chevrolet Trax.
Estuvieron en el domicilio, ubicado en la alcaldía Tlalpan, cuatro horas 12 minutos, donde se produjo las asfixia. El cuerpo de Leonardo no presenta huellas de violencia de otro tipo o de intento de defensa.
El padre y principal sospechoso del crimen intentó reanimar al muchacho, según argumentó al ser cuestionado por los detectives, pero al no conseguirlo echó el cuerpo en los asientos traseros de la camioneta y condujo hasta la carretera Picacho Ajusco.
Tras dejar el cadáver, desnudo de la cintura para arriba, Francisco Javier presuntamente llamó por teléfono a otra persona, la cual lo recogió casi a las 4:00 horas de 12 de junio y lo ayudo a huir, acorde con grabaciones del C5.
Días más tarde, el padre fue cuestionado por agentes de la Procuraduría y aseguró que no veía a Leonardo desde el domingo 9, lo cual resultó mentira, pues el joven avisó a un amigo que vería a Francisco Javier el día del homicidio; inclusive le mandó un mensaje de texto cuando llegó a la casa.
Todo el rastreo telefónico de Leonardo y de su probable victimario forman parte de las evidencias del caso.
Francisco Javier no tenía antecedentes penales ni denuncias en su contra, pero los testimonios de sus parejas ayudaron a dilucidar la forma en que se relacionaba con algunos de sus seguidores.
Usualmente, aseguraron, el padre los citaba en su oficina para que lo auxiliaran a contar el dinero de las limosnas y ahí los intentaba convencer de ir a su domicilio.
Ahora se encuentra en el Reclusorio Oriente, donde se inició su proceso por homicidio doloso, por el cual podría alcanzar hasta 50 años de cárcel.
La persona que lo ayudó a escapar del paraje boscoso donde fue encontrada la camioneta de Leonardo y su cadáver, es rastreada también al sur de CDMX.
Sorprende a la comunidad religiosa
Francisco Javier era el sacerdote de la Parroquia Cristo Salvador, ubicada en la colonia Miguel Hidalgo, alcaldía de Tlalpan. Pertenece a la Sexta Vicaría "San José" de la Arquidiócesis Primada de México a cargo del vicario episcopal, José Antonio Carballo García desde el 7 de noviembre de 2018.
"Es un santo", "muy buena persona", "excelente ser humano", así describen feligreses y vecinos al sacerdote Bautista, ahora imputado por el homicidio de su acólito Leonardo Avendaño.
"Lo venía a ver mucha gente, es muy querido. Esta calle se llenaba de autos todos los martes, sábados y domingos que es cuando oficiaba misa. Venían muchos artistas", dice el dueño de una vulcanizadora situada enfrente de la Parroquia, quien prefirió omitir su nombre.
La Arquidiócesis Primada de México en su página de internet detalla que en la Sexta Vicaría, donde pertenece la Parroquia Cristo Salvador, brinda "asistencia a enfermos terminales, niños con enfermedades incurables, ancianos, madres solteras y enfermos mentales. También hay comunidades de vida contemplativa".
Según sus feligreses, la gente hacía largas filas para verlo. De acuerdo con la Arquidiócesis Primada de México de manera oficial se sabía que Francisco Javier Bautista hacía misas de sanación. Incluso el Padre publicó una antología titulada "Salmos y oraciones para sanar el alma" con la editorial Época.
"Una misa de sanación es una celebración eucarística normal, en la que se hace énfasis en los carismas y dones del Espíritu Santo, a fin de difundir fortaleza física y espiritual a la salud de los fieles. Se ha hecho usual que en algunos templos católicos, los fieles se reúnan para tener celebraciones carismáticas. En ellas cantan con entusiasmo, levantan los brazos y expresan su alegría con fuerza", señala el portal católico Encuentra.
De ahí la fama del sacerdote. Acudían a verlo enfermos no solo con problemas físicos, sino también espirituales. Abiertamente estaba en contra del culto a la Santa Muerte. En 2005, participó en el segundo Encuentro Nacional de Exorcistas y Auxiliares de Liberación con la plática "La oración por imposición de manos".
"El Padre es un excelente sacerdote, excelente ser humano. No es posible que lo estén acusando de algo semejante. Puras cosas horribles. Es pésimo lo que le están haciendo. Nosotros lo conocemos de hace muchísimos años y nos consta de que es un santo al que siempre lo voy a querer y siempre voy a estar con él en las buenas y en las malas", dice Patricia, una asistente a la parroquia.
Los vecinos relatan que el sacerdote llegó a la comunidad de Miguel Hidalgo hace más de 13 años y él, junto con sus feligreses, construyeron la Parroquia Cristo Salvador. Además, lo describen como una persona solidaria que luchaba en contra de la inseguridad. Desde hace varios meses, indican, que comenzó a hacer recorridos para "exorcizar a los demonios de las calles".
Antes de llegar a esa comunidad, estuvo en la Parroquia de María Reina, también el construyó ese templo. "No ven todo lo bueno que ha hecho en tantos años desde que llegó. Toda la comunidad lo admira", expresa el señor Juan.
Por la mañana de este jueves, un día después de su detención, vecinos y feligreses bloquearon la calle de Ayuntamiento e Insurgentes Sur, para exigir por la liberación del cura. A medio día, realizaron oraciones afuera de las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.
MJP
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