Claudia: ¡Pre-si-den-ta…! A Claudia ya le dicen la Regenta...
¿Y si fuera Rocío Nahle (la secretaria d Energía) la elegida?, comenta Luis Cárdenas.
Ocurrió en la mañanera del lunes 5 de julio de 2021, cuatro días después del “destape” en el auditorio Nacional.
Un reportero le pregunta...”Señor presidente, usted abrió anticipadamente la sucesión presidencial en marzo cuando dijo: ‘Estoy muy contento porque hay relevo, porque hay de la generación que sigue. No sé si me explico, o sea, yo tengo 67, de 50 para arriba, incluso hay mujeres y hombres. Se van a enojar los adversarios, pero la verdad, la verdad, sí hay revelo de este lado. Ellos tienen problemas, nosotros no. Es un abanico’. Es decir, ya esto ha evolucionado, tras las elecciones del 6 de junio se recompuso el panorama y la estructura política del país.
Y bueno, no es novedad que se mencionen como aspirantes a la Presidencia de la República a Claudia Sheinbaum, algunos la consideran la consentida de Palacio; otros mencionan a Marcelo Ebrard. Estos últimos con problemas por la Línea 12 del Metro, pero es algo circunstancial.
Usted no ha mencionado a Ricardo Monreal, operador legislativo, pero en los medios sí. Él está en abierta campaña, públicamente lo ha dicho. También usted mencionó a Tatiana Clouthier.
Y la pregunta es si no hay alguien más, como Zoé Robledo o incluso algunos dicen, no sé si de broma, que Hugo López-Gatell pudiera ser un precandidato.
Son dos preguntas, señor presidente: uno, si estos mencionados están en la carrera dentro de la caballada o si, como otros dicen, que usted tiene un ‘tapado’ o una ‘tapada’.
La respuesta del Señor de Palacio de antología...
"Bueno, lo del ‘tapado’ es del porfiriato, él creó ese modo de actuar en política. El primer tapado que hubo fue su compadre Manuel González.
( se echo un rollo sobre el tema)...Ese es el ‘tapado’; acá no es, ya eso ya es historia.
¿Quiénes pueden sustituirme?
Bueno, pues primero hay que tomar en cuenta que va a ser el pueblo el que va a decidir.
Ahora, del flanco progresista, liberal, hay muchísimos, como Claudia, como Marcelo, como Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, bueno, muchísimos, afortunadamente hay relevo generacional.
Y yo voy a estar aquí hasta… Y eso si el pueblo lo decide, porque voy a una consulta en marzo el año próximo. Y eso no me preocupa mucho porque sé que la gente me va a mantener el apoyo, me preocupa más la ciencia y el Creador, lo que permita la naturaleza y el Creador, eso para terminar en septiembre y retirarme( ...)
Yo ya voy a terminar. Si el pueblo lo decide así, si el Creador me lo permite, si la naturaleza también, yo voy a estar hasta finales de septiembre del 24 y a partir de entonces me jubilo, no vuelvo a participar en política, en nada.
Entonces, lo que estoy haciendo ahora es aplicándome para que avancemos en la transformación, que sea tanto el avance logrado que, en el caso remoto -y toco madera (ya es teatral)- de que regresaran los conservadores corruptos, les costara trabajo dar marcha atrás a lo alcanzado, por eso me estoy apurando a que queden las bases para la transformación, para el cambio.”
Reacciones.
Esa mañanera generó ruido. Ebrard calló por prudencia., pero quien si reaccionó fue Ricardo Monreal, y dijo que “está muy a destiempo y precipitada la decisión de abrir la sucesión”, ayer y hoy dijo a periodistas que se postulará por Morena ( o por otro partido);
No lo veríamos en otro partido-, le pregunta Mayolo López a Monreal
"No lo he pensado, no creo, pero es muy temprano para adelantar vísperas. Lo que sí puedo decir es que yo voy a luchar limpiamente adentro de Morena para ganar a la buena en Morena".
-¿Aun sin el respaldo presidencial?
"Sí, voy a tenerlo. Creo en el Presidente. Y si soy internamente seleccionado, él cumplirá con que el Gobierno no se meterá”
Mmm.
"Mantengo mi legítima aspiración a participar, llegado el momento, en el proceso sucesorio presidencial, dentro de Morena, respetando el proceso y las reglas que el movimiento fije al respecto, considerando mi condición de fundador, militante y aliado histórico del Presidente y de la 4T.”, escribió en Milenio, y dio entrevistas una de ellas a Pascal Beltrán en la radio, la primera ayer a Pancho Garfias.
Leamos algunas columnas ...
BAJO RESERVA/El Universal
AMLO está cuidando a Monreal
Aunque en la lista de presidenciables, el senador morenista Ricardo Monreal no está vivo, él asegura que no lo se le debe dar por muerto, y que sea como sea, buscará la candidatura de Morena a la Presidencia. Si algo no se le puede criticar a don Ricardo es su optimismo, pues asegura que si el presidente no lo menciona como presidenciable para 2024 es porque el mandatario respeta su investidura de legislador.
Así, que si usted no había entendido, no es que Monreal esté fuera, o que en Palacio Nacional se piense que jugó las contras a Morena en la Ciudad de México, sino que en realidad el presidente López Obrador lo está cuidando.
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TRASCENDIÓ /Milenio Diario
Que el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, no se agüitó después de que volvió a quedar fuera de la selección de presidenciables que Andrés Manuel López Obrador dio a conocer, en la que hasta hubo personajes que dieron la sorpresa, como Rocío Nahle y Tatiana Clouthier.
El zacatecano aduce que “está muy a destiempo y precipitada la decisión de abrir la sucesión”, aunque la semana pasada fue el tema político con la aclamación a Claudia Sheinbaum en el cónclave morenista y con la ausencia de Marcelo Ebrard ahí y en el acto por el triunfo de 2018 por andar de viaje de trabajo en Europa.
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CONFIDENCIAL /El Financiero
El ausente de la lista
En la lista de suspirantes que el Presidente nombró ayer para ser su posible sucesor, el gran ausente fue a todas luces Ricardo Monreal. Unos dirán que la elocuente omisión se debe a que no figura entre los de confianza del mandatario y se quedará de nueva cuenta en la raya, como cuando se decidió la candidatura para la CDMX.
Otros dirán que es más bien porque el senador no depende del Ejecutivo, al formar parte de otro poder, y por ello tiene fuerza propia. Lo cierto es que el legislador ha dicho: “Llegaré puntual a la cita de la historia”, y confía en la palabra de López Obrador, quien –según sus propias declaraciones– alguna vez le aseguró: “Habrá piso parejo y el que esté mejor posicionado será quién me suceda’”.
(...)
Sheinbaum y la nueva oposición
En la Ciudad de México se han conformado dos grandes bloques de alcaldes, el de los morenistas y el de los aliancistas. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha dicho que atenderá a todos por igual, pero, a la fecha, un mes de las elecciones, sigue sin reunirse con alcaldes electos o en funciones de partidos distintos al suyo. No se sabe hasta cuándo tendrá a bien recibir a los mandatarios opositores, pero ellos ya se agruparon en la Unión de Alcaldes de la Ciudad de México y acordaron solicitar “por oficio” una reunión con Sheinbaum. A ver si les hacen caso.
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RAZONES/La Razón
• CRECE BARAJA PARA 2024
En estos días en los que se habla con mucha anticipación de sucesiones, desde tres partidos se pusieron sobre la mesa algunas cartas que podrían figurar en la contienda por la Presidencia en 2024. Primero fue el Presidente quien agregó a la baraja de precandidatos a la titular de Energía, Rocío Nahle. En esa lista ya figuran Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier y Esteban Moctezuma.
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SACAPUNTAS/El Heraldo de México
Cierre de filas
A un mes de las elecciones, alcaldesas y alcaldes electos de Morena en la CDMX se reunieron en conferencia y públicamente cerraron filas en torno a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. No sólo eso, se comprometieron a realizar acciones coordinadas para disminuir al máximo la desigualdad social en la capital del país.
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SERPIENTES Y ESCALERAS/Salvador García Soto /
El Universal
AMLO abre su lista al 2024 y elimina a Monreal
¿Qué pudo haber motivado al presidente para intentar “cortarle las alas” a Monreal?
La primera vez que López Obrador mencionó públicamente una lista de nombres de presidenciables de su gobierno para sustituirlo en 2024 fue el pasado 14 de junio, una semana después de las recientes elecciones.
En ese entonces, para tratar de romper la idea de un enfrentamiento entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, por la tragedia de la Línea 12, el presidente dijo que ellos dos no eran los únicos aspirantes en el “abanico” de la 4T y mencionó por primera vez a Juan Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier y Esteban Moctezuma. Ya en esa ocasión el mandatario omitió mencionar al líder del Senado, Ricardo Monreal, como presidenciable.
Ayer, de nuevo en su conferencia mañanera, el primer morenista de la nación volvió a abrir la baraja sucesoria y esta vez sumó a una nueva precandidata: la secretaria de Energía, Rocío Nahle, además de los ya mencionados Sheinbaum, Ebrard, De la Fuente, Moctezuma y Clouthier.
Y de nueva cuenta, en lo que ya confirma una intención clara y abierta del presidente, el nombre de Ricardo Monreal fue eliminado por el presidente de la lista de prospectos a la candidatura de Morena en 2024. Si alguien pensó la primera vez que la omisión de López Obrador al no mencionar al líder del Senado de la República en su “abanico” sucesorio había sido un descuido o un olvido, ayer quedó claro que no.
En cualquier país democrático un líder senatorial como Monreal está de entrada incluido entre los posibles candidatos a la Presidencia. El mismo Joe Biden salió del Senado para convertirse en presidente de los Estados Unidos y, en el caso del coordinador de los senadores de Morena, para nadie son ya un secreto sus aspiraciones presidenciales y él mismo se ha encargado de decir públicamente que tiene interés en buscar la nominación presidencial por su partido y que “llegados los tiempos lo hará”, aunque también ha dicho que “no es momento todavía de pensar en la sucesión”.
¿Por qué entonces el presidente decidió que el que ha sido su principal operador político en el Senado, quien ha negociado y cabildeado con las bancadas de oposición la mayoría de sus iniciativas importantes para lograr mayorías aprobatorias en el Congreso de la Unión, no debe figurar entre los nombres de los posibles candidatos a sucederlo tras la terminación de su mandato?
Todavía hace una semana López Obrador recibió a Ricardo Monreal en Palacio Nacional, en sus acostumbrados desayunos o encuentros después de su conferencia mañanera y hablaron de la agenda legislativa para el próximo periodo, de las posibilidades de las reformas constitucionales que quiere el presidente en los próximos meses y de otros asuntos políticos y legislativos. Hasta donde se sabe y por lo que ha declarado en entrevistas recientes el propio Monreal, la relación con el presidente no ha tenido altibajos ni ha habido reclamos o regaños del presidente al político zacatecano.
El mismo líder senatorial nos decía recientemente en una entrevista que le hicimos para el noticiero de “A la Una” del Heraldo Radio que tampoco aceptaría un regaño presidencial “porque el presidente y yo somos compañeros y aliados, somos pares, yo no soy empleado de nadie ni permitiría algo que vaya en contra de mi dignidad”.
¿Qué pudo entonces haber motivado al presidente para intentar “cortarle las alas” a Ricardo Monreal y eliminarlo de su lista de prospectos a la sucesión presidencial?
En los pasillos del Palacio Nacional, en oficinas cercanas al presidente se escucha la versión de que las quejas y denuncias de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y de su equipo, sobre una presunta “traición” de Monreal, a quien acusan de operar en su contra en las pasadas elecciones y de ser responsable de las derrotas morenistas en la mitad de la CDMX, habrían surtido efecto en el oído y el ánimo de López Obrador, quien sin preguntárselo personalmente o aclararlo con él, decidió que el zacatecano era culpable y lo expulsó de su lista sucesoria.
De ser ciertas esas versiones, Monreal no sólo tendría en contra las acusaciones de Sheinbaum que, buscando eludir su responsabilidad en la derrota capitalina, ha culpado a todo tipo de causas y actores, sino que también el líder del Senado estaría bregando en contra de un aliado estratégico de la jefa de Gobierno que, igual que ella, goza de toda la confianza y escucha del presidente: el consejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra.
Con esos dos aliados en contra, se entendería por qué el senador ya no fue incluido en la baraja del presidente para 2024.
Ayer mismo, a pregunta de los reporteros que cubren la fuente del Senado, el coordinador morenista respondió a la ausencia de su nombre en las listas sucesorias tratando de restarle importancia a la omisión presidencial:
“El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene el derecho de expresar lo que él considera conveniente y, por esa razón, no creo que sea extraño el hecho de no ser mencionado entre los nombres que podrían ser candidatos presidenciales”, dijo Monreal, quien advirtió que adelantar los tiempos de la sucesión traerá división a Morena y distracción a los funcionarios del gabinete.
“Los funcionarios nombrados por el presidente son destacables, pero creo que es muy pronto para hablar de sucesión presidencial, ya que todavía hay muchos problemas que atender como la quiebra de empresas, la seguridad, las modificaciones constitucionales que ha anunciado el presidente en materia de Guardia Nacional, rectoría eléctrica o reforma electoral”, recordó Monreal, quien al mencionar las reformas constitucionales que ha anticipado el presidente, también pareció mandar un mensaje de vuelta al Palacio.
En fin, que el banderazo de salida para la sucesión presidencial ya fue dado; y no precisamente por el presidente que ayer no hizo más que oficializar el destape que el jueves pasado organizaron los grupos de poder morenista en el Auditorio Nacional, donde los gritos de “¡presidenta, presidenta!” para Claudia Sheinbaum fueron el auténtico banderazo de arranque para el 2024.
Y no está difícil adivinar quién fue la que se adelantó en la salida y ya lleva toda la ventaja. Del resto de los mencionados ayer por López Obrador sólo hay uno que podría seguirle el paso a la adelantada y se llama Marcelo Ebrard. El resto de la lista presidencial son de pura utilería.
NOTAS INDISCRETAS…
Hablando de aspirantes presidenciales, la semana pasada, el lunes 28 de junio, el presidente recibió a dos gobernadores de oposición, Enrique Alfaro, de Jalisco, y Javier Corral de Chihuahua.
El diálogo con ambos, nos dicen, fue muy civilizado y político y, sobre todo en el caso del chihuahuense, la plática sirvió para limar asperezas y dejar atrás el fuerte enfrentamiento que tuvieron el presidente y Corral por el tema del agua de las presas de su estado.
Con ambos el presidente hizo acuerdos y se comprometió a apoyar programas y requerimientos para los dos estados, pero en la plática con Alfaro hubo algo que de pronto sorprendió a López Obrador: “Quiero hacerle una pregunta personal y pedirle su opinión”, dijo el mandatario de Jalisco. “¿Puedo moverme para el 2024?”, planteó en forma de pregunta el político emecista.
La respuesta del presidente, no sin cierta sorpresa, fue positiva. “Adelante”, le dijo a Alfaro “Si usted así lo considera está en todo su derecho”. Así que el gobernador de Jalisco salió doblemente contento aquella mañana de lunes del Palacio Nacional, por un lado se llevaba el compromiso del presidente de seguir apoyando con recursos y programas a su estado y por el otro la “bendición” para su precampaña con miras a ser candidato presidencial por Movimiento Ciudadano…
A propósito de las reuniones que el presidente ha estado teniendo con gobernadores electos de Morena, llamó la atención que López Obrador recibió sin problema a los candidatos morenistas que ganaron en estados cuyos resultados fueron impugnados ante lo cerrado de los resultados.
Es el caso de Layda Sansores en Campeche y de Alfredo Ramírez Bedolla en Michoacán, y Evelyn Salgado en Guerrero, cuyos triunfos han sido motivo de impugnaciones ante los Tribunales electorales por sus contrincantes.
Lo curioso del caso es que al presidente no le importó que aún no se resuelven esas impugnaciones cuando en diciembre de 2018, siempre se negó a reunirse con la gobernadora electa de Puebla, Martha Erika Alonso, argumentando que no podía recibirla en Palacio hasta que no se resolviera la impugnación en su contra que había interpuesto el morenista, Miguel Barbosa.
Pero a la panista no sólo se negó a recibirla durante la impugnación, sino que aun cuando ésta se resolvió a su favor, el 8 de diciembre de aquel año, nunca se quiso reunir con ella, ni como electa ni una vez que tomó posesión el 14 de diciembre, diez días antes de que muriera junto con su esposo Rafael Moreno Valle en aquel accidente del helicóptero que según la investigación federal se debió a una falla técnica de la aeronave.
Lo de Martha Érika ya es historia, pero el presidente no deja de sorprender por las claras distinciones que hace en la forma en que trata a sus compañeros y amigos y a los opositores.
Se ve en el escritorio de Palacio hay varas distintas para medir a los gobernadores electos… Los dados mandan Serpiente. Otra caída.#
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HISTORIAS DE REPORTERO/Carlos Loret de Mola /
El Universal
SACIAMORBOS
2.- Cuentan que Claudia Sheinbaum fue la que puso a Gabriel García en la guillotina. Que ella se quejó ante el presidente de que su operador electoral y financiero no había hecho bien su trabajo en la Ciudad de México. Platican que García se defendió diciendo que los funcionarios de ella no lo dejaron entrar a la Ciudad, ni a él ni a Mario Delgado. Pero el presidente inclinó la balanza por su candidata presidencial… y se fue García de Palacio.
3.- El presidente dice que tiene muchos presidenciables para echar mano en la sucesión del 2024. Hizo su lista: dos expriistas, una expanista, dos experredistas.
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ALHAJERO/Marta Anaya /
El Heraldo de México
GEMAS: AMLO cambia el orden al bat y añade un(a) extra para la candidatura presidencial. Ahora van así: Claudia (Sheinbaum), Marcelo (Ebrard), Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle.3#
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El lopezobradorismo, mucho mejor sin López Obrador/Luis Cárdenas
El Universal 06/07/2021
“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto” George C. Lichtenberg.
Nuestro presidente es un hombre testarudo, él tiene sus datos que reflejan su realidad, su particular verdad, se mira a sí mismo como una especie de “padre” del pueblo bueno y sabio, como un guardián celoso de su destino, un tutor severo que cuida las amistades de sus solovinos.
Por eso, nuestro presidente no dejará para el 2024 a un sucesor con ideas ni un poco ajenas al país que él vislumbra. La batuta, el cetro de su poder será heredado, si gana las elecciones, a quien siga su ejemplo al pie de la letra y a quien, también, pueda influenciar en caso de ser necesario, a quien se deje, pues, “enderezar el rumbo”, algo así como el maximato de Calles.
A López Obrador no le gustan los seres que brillan con luz propia porque le opacan su influencia: él domina todo, él sabe todo, él puede todo... Evidentemente, es imposible y por eso comete tantísimos y tan frecuentes errores de gravedades serias para el país, pero eso no le importa porque, simplemente, no lo ve, él también es perfecto.
Y por eso será que López Obrador se declinará por Claudia Sheinbaum en 2024, que podría convertirse en la primera presidenta de México, de un país, por cierto, ahogado en feminicidios y machismos.
La doctora Sheinbaum no parece independiente al poder presidencial, ni tiene intenciones de parecerlo, ciertamente es una mujer de sobra preparada para grandes retos, con holgura intelectual y académica pero, ciertamente, no parece brillar políticamente con luz propia sino, más bien, ser un satélite obediente del lopezobradorismo.
Quizá la noticia no es tan mala si somos optimistas, con orden y buena gestión, con ciencia y menos palabrería, el lopezobradorismo podría ser un buen sino para el país. Paradojas del destino: el lopezobradorismo podría funcionar mucho mejor sin López Obrador.
Empero, la cosa no es tan sencilla, si bien pareciera que Sheinbaum carga en la bolsa ya su destino a 2024, ganar la elección no será pan comido: la clase media aborrece cada vez más todo lo que hieda a 4T y un sector cada vez más importante del partido fundado por el presidente está dispuesto a traicionar la obediencia ciega y a buscar alternativas rumbo a la elección presidencial.
Opciones más autocríticas y moderadas, como las de Marcelo Ebrard o Ricardo Monreal, van ganando simpatías en los círculos anti-4T y hay quien se aventura a colocar estos nombres como posibles candidatos de una alianza opositora con todo y PRIANDR en el paquete.
Si la elección final fuese solo de dos candidatos, el moderado contra el radical (que encabeza el delfín de Palacio), seguramente ganaría el moderado. La mayoría del país quiere más resultados y menos labia.
Pero no habrá solo dos candidatos, ni tampoco queda claro que López Obrador termine, también en la sucesión, cediendo a los caprichos que le dicta su pecho no bodega.
Todo esto, estimado lector, no es más que una especulación. En política no hay nada escrito. ¿Usted que piensa?
DE COLOFÓN
¿Y si fuera Rocío Nahle la elegida?...
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ARSENAL /Francisco Garfias /
Excélsior
Monreal se autodestapa para el 24
El Presidente volvió a dejar a Ricardo Monreal fuera de su lista de aspirantes a sucederlo. Es la segunda vez desde las elecciones del 6 de junio.
Eso llevó al coordinador de los senadores de Morena a autodestaparse ayer mismo. “En su momento, cuando se abra la convocatoria, voy a inscribirme”, nos dijo en exclusiva.
Y más: “A nadie debe ofender ni molestar que sea una aspiración legítima la mía. No soy un ambicioso vulgar. Sólo un aspirante normal. Soy fundador de Morena y es mi derecho participar”.
La ausencia de Monreal en las dos veces que López Obrador ha mencionado a los presidenciables no es un olvido. Es una exclusión deliberada, un mensaje al senador que confirma lo que ya sabíamos: no está considerado en el 2024 por el hombre de Palacio.
Hay voces morenas que se han encargado de difundir que AMLO está convencido de que el senador por Zacatecas tuvo que ver con la derrota de Dolores Padierna en la alcaldía Cuauhtémoc.
El ala más sectaria del partido oficial se ha encargado de esparcir la especie de que el senador “traicionó” al movimiento para perjudicar a la favorita del Presidente: Claudia Sheinbaum. ¿Quiénes? Los que fueron a la “fiesta” del destape de Claudia y el abucheo a Mario Delgado.
Ya que estamos. Las ventajas de Monreal sobre Sheinbaum saltan a la vista. Vimos que la jefa de Gobierno no sabe operar políticamente. Nada más perdió la mitad de la CDMX. Algo inconcebible para AMLO. Ella —y sólo ella— es responsable de las malas decisiones en cuanto a candidatas y candidatos que perdieron. Fue excluyente.
A Claudia se le asigna, desde Palacio Nacional, el triste papel de regente de la CDMX. Si el Presidente le pide que se calle sobre la L-12, se calla. Figura idónea para un maximato después del 24. La jefa de Gobierno tampoco tiene el respeto visible de la oposición; mucho menos el manejo de las relaciones con el sector empresarial. La ven como una extensión de López Obrador, a quien la gran mayoría de emprendedores mira con desconfianza.
La manifiesta preferencia de AMLO por Sheinbaum no le asegura la candidatura. Ya mencionamos que perdió la mitad de la CDMX en las urnas en junio pasado y, como sea, era la jefa de Gobierno cuando se desplomó la Línea 12 del Metro.
En la lista que mencionó AMLO en la mañanera de ayer apareció otra aspirante de “relleno”: Rocío Nahle, secretaria de Energía. Para nadie es un secreto que esta ingeniera química es una entusiasta promotora del uso de combustibles fósiles en el mundo en pleno siglo XXI.
AMLO la puso detrás de su protegida, Claudia Sheinbaum, de Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma y Tatiana Clouthier, en ese orden.
“Son muchísimos, afortunadamente hay relevo generacional”, presumió en la mañanera. Dice que eso de los tapados ya es historia.
“¿Quiénes pueden sustituirme? Primero, hay que tomar en cuenta que es el pueblo el que va a decidir. Ahora, del flanco progresista o liberal hay muchísimos”, insistió.
Es muy temprano para abrir el proceso de sucesión. No vamos ni a la mitad del sexenio. Lo extraño es que sea el propio López Obrador el que obligue a moverse a los aspirantes antes de tiempo. Está claro que ya quedaron atrás los tiempos de “el que se mueve no sale en la foto”. Hoy es al revés, pero no hay que exagerar.
* Sube a 41% quienes votarían por decirle adiós a López Obrador en el revocatorio, según encuesta publicada ayer por El Financiero. Nada qué ver con los datos sobre la ratificación de mandato que dio a conocer el Presidente en su más reciente informe. Sostuvo que el 72.4% de los mexicanos quiere que se quede hasta el 2024.
El 21 de marzo de 2022 sería la consulta, de acuerdo con el calendario que el propio AMLO dio en noviembre de 2019. A ver si no la retrasan o la cancelan por el desgaste que ya muestra el Presidente.
* Otra vez dejaron hablando solo al gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles. Esta vez fue en la SCJN. Su intención de hablar con el ministro Arturo Zaldívar se vio frustrada.
El michoacano, sin embargo, entregó un documento donde, asegura, “expresó la gravedad de los hechos y la importancia de que se reciban las pruebas de que el narco operó en las elecciones de ese estado”.
Silvano dice que todavía tiene esperanzas de que Zaldívar lo reciba. Sabe, sin embargo, que en Palacio les daría “urticaria” si lo hace.
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EN PRIVADO/Joaquín López Dóriga /
Milenio Diario
Claudia: ¡Pre-si-den-ta…!
Son de los que se reúnen para festejar la derrota. Florestán.
Así resonó el Auditorio Nacional que Mario Delgado rentó el miércoles para celebrar los tres años del triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador.
Primero pensó en él, como dirigente, y luego en el Presidente. Nunca reparó en la derrota de Morena, y su fundador, en Ciudad de México, lo que no ha digerido ni en su desgaste al frente del partido ni en la figura de Claudia Sheinbaum.
Por eso, cuando empezó su discurso, iniciaron abucheos y silbidos que contrastaron con los coros que celebraron la intervención de la jefa de Gobierno, a la que la galería ungió: ¡Pre-si-den-ta…! ¡Pre-si-den-ta…! ¡Pre-si-den-ta…!, que no podía ni, en el fondo, ella quería acallar.
Con los brazos en alto, jubilosa como pocas veces, saludaba feliz, investida.
Era su proclamación para 2024, lo que sí, la proyecta, pero también la expone, pues nunca un precandidato presentado con tanta anticipación ha resistido el desgate del tiempo. Pero AMLO es distinto.
Quizá por eso mismo ayer, sin que nadie se lo preguntara, volvió a hablar de los numerosos candidatos que tiene hasta para echar para arriba.
Refiriéndose a la consulta de revocación, el 21 de marzo del año que viene, saltó a los que podrían sucederlo para quitarle presión a Claudia, que, sin embargo, fue a la primera que mencionó, para después echarle un salvavidas a Marcelo Ebrard, recurrir otra vez, como en 2006 y en 2012, al prestigio de Juan Ramón de la Fuente, a Esteban Moctezuma, al que subió, y luego ya perderse con Tatiana Clouthier.
Sin embargo, tras su declaración siguió resonando el coro del miércoles en el Auditorio Nacional: ¡Pre-si-den-ta…! ¡Pre-si-den-ta…! ¡Pre-si-den-ta…!
Y él debe haber sonreído, satisfecho, desde su despacho en Palacio Nacional.
Su proyecto, la 4T, va.
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ANTILOGÍA/Ricardo Monreal Ávila /
Milenio Diario
¿Sucesión anticipada?
El cambio de régimen político se está reflejando en la transformación de algunos de los rituales y prácticas más característicos del ancien régime.
Uno de ellos es el de los modos y tiempos para referirse al posible sucesor de un presidente en turno. El famoso “tapado”.
Durante décadas, el paradigma que rigió la sucesión presidencial fue el clásico: “El que se mueve no sale en la foto”. Con base en ello, todos los aspirantes permanecían quietos, y las posibilidades de ser el sucesor eran inversamente proporcionales al número de grupos que apoyaban a los aspirantes. A más grupos apoyando a un postulante, menos oportunidad de ser el elegido.
Todo eso ha cambiado. El “tapado” pasó a la historia, y hoy están a la luz del día los posibles sucesores del presidente AMLO. ¿Quién les dio ese rango o categoría? El propio mandatario, al señalarlos uno a uno por sus nombres. Desde Claudia Sheinbaum hasta Juan Ramón de la Fuente, desde Marcelo Ebrard hasta Rocío Nahle. Y así, sucesivamente, hasta contemplar una baraja sucesoria muy nutrida.
Anteriormente, destapar a alguien antes del quinto año de gobierno era un sacrilegio. Se consideraba que el presidente en turno se debilitaría, entre otros factores, porque se presentaba el fenómeno de “la cargada”. Todos los actores y grupos políticos buscaban acomodarse con el nuevo ungido.
Hoy existe la madurez política y hay fortaleza presidencial suficiente como para considerar que estos pronunciamientos podrían hacer mella en la gobernanza de la nación. Por el contrario, fortalecen al presidente AMLO, pues él proyecta y transmite que tiene el control de todos los tramos de procedimiento de su sucesión.
Todos los nombres mencionados por el primer mandatario tienen, al menos, tres características en común: son competitivos electoralmente, garantizan la continuidad y consolidación de la 4T y poseen identificación personal con la lucha histórica por alcanzar la Presidencia de la República. Es decir, han acompañado al Presidente en su devenir político.
A este gesto de apertura democrática que el Presidente ha tenido con las y los colaboradores mencionados debe corresponder ahora un gesto de madurez de ellos mismos para no alterar, distraer o dispersar el trabajo y la conducción gubernamentales en la segunda parte de la actual administración.
Son muchos los desafíos, retos y amenazas que un proceso de cambio de régimen como el que está en marcha va a enfrentar en los próximos tres años. De entrada, viene el proceso de revocación/ratificación de mandato presidencial en marzo de 2022, así como posteriormente la elección de gubernaturas y la elección presidencial misma.
La tarea principal que tenemos quienes simpatizamos con la 4T es mantener la unidad, la cohesión y la consistencia del movimiento que condujo y llevó al poder al presidente López Obrador, para que la sucesión sea una fuente de consolidación y no de vulnerabilidad en su crecimiento posterior.
Por lo que a mí respecta, entiendo que la mención de las y los aspirantes a sucederlo alcanza en este momento a quienes forman parte del Ejecutivo federal, y no implica la exclusión o discriminación de otros simpatizantes de la 4T en el Poder Legislativo o en las gubernaturas.
Mantengo mi legítima aspiración a participar, llegado el momento, en el proceso sucesorio presidencial, dentro de Morena, respetando el proceso y las reglas que el movimiento fije al respecto, considerando mi condición de fundador, militante y aliado histórico del Presidente y de la 4T.
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