6 jul 2021

¿Quien es quien en las mentiras? Otro chaleco sin mangas/ Jorge Zepeda P.

PENSÁNDOLO BIEN/Jorge Zepeda Patterson / 

Milenio Diario, 6 de junio de 2021

Otro chaleco sin mangas

Hace mucho tiempo que el gobierno dejó de otorgar el Premio Nacional de Periodismo, al imponerse el sensato criterio de evitar que fuera el poder quien decidiera qué es buen periodismo.

Lo mismo valdría para cualquier ejercicio en el que la autoridad sea quien defina qué es mal periodismo.

Una tarea esencial de la prensa es exhibir las malas prácticas de la vida pública y los excesos del poder; dejar en manos justamente de ese poder la decisión de premiar o castigar a los que ejercen esa crítica sería tan absurdo como dejar la cantina en manos del borracho o el arbitraje del partido en el director técnico de uno de los dos equipos parados en la cancha.

La sección “Quién es quién en las mentiras” inaugurada en las mañaneras el miércoles pasado incurre en ese problema. Habría que reconocer el derecho que tiene el Presidente para hacer uso de lo que él llama su “derecho de réplica”. También está en lo correcto cuando afirma que ningún mandatario de la historia contemporánea había sido tan criticado como él. No podría ser de otra manera considerando que su gobierno pretende nada más y nada menos que un cambio de régimen; después de todo los medios de comunicación no solo forman parte del sistema, literalmente están en manos del statu quo. Por razones ideológicas o de mero interés, son contrarios a mucho de lo que López Obrador representa y a la mayor parte de lo que intenta hacer.

En consecuencia, los medios observan sus dichos y acciones con una mirada desfavorable, y muchos no esconden su animadversión. Con frecuencia esta mirada se expresa en información incompleta, sesgada y no pocas veces distorsionada en detrimento de la imagen del gobierno.

El problema es que esta animosidad termina por comprometer la tarea crítica y profesional que la prensa está obligada a realizar de cara a los errores o abusos de la autoridad. Esa responsabilidad fracasa tanto con una prensa sumisa como con una prensa que milita en la tarea de demonizar al gobierno. A estas alturas cuesta trabajo diferenciar cuánto de lo que hace la 4T es un error y cuánto se debe a una lectura sesgada o incompleta para exhibirlo como un error.

En ese sentido, insisto, López Obrador está en su derecho de dirigirse a la opinión pública para enmendar una exageración, una información fuera de contexto o francamente equivocada difundida en las últimas horas. Pero también habría que decir que, el desmentido de toda opinión crítica, la ausencia de cualquier asomo de autocrítica y la insistencia en exhibir como éxito toda acción de gobierno (sea el número de muertos por la pandemia o las remesas de los emigrados) termina siendo tan parcial y en última instancia tan opaca como el de la prensa adversa.

La verdad o simplemente la radiografía de lo que está sucediendo, terminan sepultadas en la espuma tóxica de estas dos campañas de propaganda antagónicas; una decidida a mostrar la infalibilidad del gobierno, otra a exhibir a toda costa sus perfidias e ineptitudes. 

Buena parte del problema reside en que los dos bandos trasladaron la disputa de la arena de la información a la descalificación de quien la genera. Los psicólogos afirman que una discusión genuina se transforma en pleito cuando el error que se echa en cara se convierte en insulto.

 Una cosa es pedir a otro que llegue a tiempo, luego de un retraso, y otra distinta acusarlo de irresponsable. Lo primero es poner sobre la mesa un error que puede explicarse y, de ser pertinente, enmendarse, lo segundo es emitir un juicio inapelable sobre un rasgo de carácter. 

Prensa y presidencia hace rato que cruzaron ese límite.  En Palacio Nacional las críticas periodísticas son devueltas con acusaciones sumarias sobre propietarios de medios y descalificaciones específicas de columnistas. ¿Para qué argumentar contra las razones expuestas por un crítico si basta con infamarlo y desautorizarlo moralmente? Pero del otro lado no se conforman con menos; para la prensa las acciones y palabras de AMLO solo son dardos que exhiben su naturaleza torcida o su ineptitud. Lo menos importante, para ambas partes, es dilucidar el dato en cuestión; lo que interesa es esencialmente convertirlo en prueba fehaciente de la maldad del adversario.

Otra vez, la verdadera víctima de todo esto es la opinión pública y su derecho para tener una visión razonablemente informada de la vida pública.

La sección “Quién es quién en las noticias falsas” inaugurada la semana pasada se inscribe en este intercambio de golpes. Tal como está concebida no es un ejercicio de información, sino de acusación. Algo que no dejará nada bueno a los dos contendientes, mucho menos al periodismo y a la comunidad. En su primera edición, atropellada y mal resuelta, terminó siendo una ópera bufa, una versión caricaturizada y actualizada de “Las Mangas del Chaleco”, un tribunal destinado a descalificar desde el olimpo y sin apelación a los enemigos del régimen, lo sean o no.

No sé quién le vendió esta idea al Presidente. Supongo que los mismos seudoperiodistas que en las mañaneras piden reacciones a AMLO sobre alguna maldad de los “enemigos del pueblo”. Inquinas sembradas para mantener viva la confrontación y destruir cualquier posibilidad de entenderse por encima de las diferencias. Vertidas ahora en un programa institucional producido por presidencia se convierte en algo más ominoso. Solo espero que la mesura, que también existe en Palacio, reconsidere el asunto antes del próximo miércoles. 

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LAS ESTRELLAS DEL PERIODISMO EN LA MAÑANERA/Federico Arreola / SDPnoticias.com

Krauze y Aguilar Camín, lo mismo que Ciro y López-Dóriga, podrían ir a Palacio Nacional a decirle lo que se les pegara la gana a AMLO en su propia cara.

El RamosShow, bueno para la democracia mexicana 

Jorge Ramos, de Univisión y Reforma, ha estado dos o tres veces en la mañanera. Lo que sea de cada quien, ha dado buen espectáculo con sus preguntas agresivas al presidente López Obrador.

Debemos subrayar un hecho: la actitud de Ramos, al mismo tiempo educada y belicosa, demuestra que en México se respira, como nunca antes, un maravilloso ambiente de libertades.

El propio Ramos fue sacado a empujones de una conferencia de prensa de Donald Trump. En Venezuela a don Jorge lo retuvieron algunas horas en el palacio de gobierno —y además le confiscaron el material que había grabado— después de entrevistar a Nicolás Maduro.

En México el señor Ramos ha podido decirle lo que se le ha pegado la gana a Andrés Manuel sin que este lo moleste, sino todo lo contrario. El portavoz presidencial, Jesús Ramírez, hasta lo ha celebrado en Twitter:

Otras estrellas del periodismo en la mañanera

√ Denise Dresser, de Reforma y Proceso, estuvo en la mañanera. No lo hizo bien. O tal vez sí fueron adecuadas sus preguntas. El problema de esta mujer es su natural antipatía. Quizá por esa razón su participación frente al presidente López Obrador no gustó a nadie.

√ Peniley Ramírez, de Reforma, acudió también a la conferencia de prensa diaria de AMLO. Lo hizo mejor que Dresser, sin duda. Pero a Peniley le perjudicó la frivolidad que caracteriza a cierta prensa y a las redes sociales mexicanas. No hay otra explicación al hecho de que, en las búsquedas de Google, lo más destacable de “Peniley mañanera” tiene que ver con el vestido rojo con el que ella acudió a Palacio Nacional.

√ Denise Maerker, de Televisa y Radio Fórmula, una vez llegó temprano a la mañanera, se sentó en las filas de atrás, no preguntó nada y se fue sin hacer ruido. Seguramente le pareció aburrido el formato o, quizá, andaba desvelada —diariamente conduce un noticiero nocturno—, el hecho es que, diría El Perro Bermúdez, la mañanera era suya, la tenía, pero la dejó ir. Nos debe la señora Marker una intervención en Palacio Nacional cuestionando a AMLO acerca de cualquier cosa cuestionable de la 4T. 

Estoy seguro de que, para empezar, llamaría muchísimo la atención, y creo que Denise sabría utilizar las palabras correctas para motivar al presidente López Obrador a dar información verdaderamente importante para la sociedad mexicana. Ojalá Denise se anime y acuda de nuevo, pero esta vez con ganas de participar. Sin que le dé flojera, pues.

√ Ricardo Rocha, de Radio Fórmula y El Universal, estuvo en una mañanera, pero solo para quejarse por cierta injusticia que sufrió o algo por el estilo Una pena, claro está, ya que si hubiera sacado su profesionalismo periodístico habría hecho muy buen trabajo.

√ Nino Canún, vieja gloria del periodismo televisivo y radiofónico, estuvo en la diaria conferencia de prensa para darle las gracias a AMLO por quién sabe qué cosa. Nino, en mi opinión, se vio bastante mal. Lo mismo opinaron los periodistas que estaban a su lado en Palacio Nacional, ya que le chiflaron. Se la ganó, sin duda.

√ Isabel Arvide, otra periodista de la vieja escuela, apenas empezaba a destacar en las mañaneras del presidente López Obrador cuando este la nombró cónsul en Estambul, donde se ha metido en algunos problemas que han hecho las delicias de las personas aficionadas a las redes sociales.

https://www.sdpnoticias.com/.../federico-arreola-las.../

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QUIÉN ES QUIÉN EN LA ESTUPIDEZ/Guadalupe Loaeza / 

Reforma

¿Quién es quién en la estupidez? Andrés Manuel López Obrador.

¿Quién es quién en el autoritarismo? AMLO.

 ¿Quién es quién en el abuso del poder? AMLO.

¿Quién es quién en la estigmatización y en la intimidación contra los periodistas? AMLO.

¿Quién es quién aquel que se atreve a erigirse como poseedor de la verdad? AMLO.

¿Cómo podrá justificar López Obrador su nueva sección de las mañaneras, "Quién es quién en las mentiras", inaugurada el miércoles pasado en el salón de la Tesorería de Palacio Nacional, "para conocer las mentiras que se difunden en medios de información convencionales y también en las redes"?

Lo anterior ha provocado una gran polémica entre los periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos. Nos queda clarísimo que al presidente lo tienen sin cuidado estas críticas porque:

"Yo, como presidente de la República, soy el único que tiene la verdad. Yo represento el tribunal de la verdad, el único que puede decir quién miente y quién no. El único que tiene el monopolio de la verdad. A mí nadie me puede replicar, eso sería lo más antidemocrático. Yo tengo el derecho de decir 'esto es una calumnia' y probarlo. 

También puedo decir quién es quién en la clase media, en el conservadurismo; quién es quién como neoliberal; quién es quién como aspiracionista, y quién es quién le ha dado la espalda al pueblo. Yoooooo, que se escuche bien, solo yoooooooo puedo pontificar la verdad absoluta, porque yo no miento, no robo y no traiciono. Tampoco estigmatizo a los periodistas y menos a los medios, lo único que hago es poner por delante la puritita verdad. A qué vienen todas esas críticas si ya no existe la censura, ni hay persecución por las ideas por parte del gobierno federal. Les debería de dar vergüenza defender un periodismo de mentiras. Estos periodistas son pura tergiversación que busca la calumnia. Imagínense, tocar a los intocables, a los que se consideraban intocables, nada más ellos podían cuestionar, destruir... Imagínense cómo eran en época de Salinas. ¡Ay, nanita!", exclama con su folklórica expresión de los cincuenta.

Nos preguntamos si el mandatario más mentiroso que ha tenido México está enterado de que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) rechazó la "campaña de estigmatización del presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de medios de periodistas y medios de comunicación mexicanos, por lo que pidió su cese inmediato toda vez que suelen degenerar en hechos de violencia".

El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Carlos Jornet, agregó: "... en el caso de México, uno de los países de mayor riesgo para el ejercicio del periodismo, resulta doblemente peligroso el discurso directo de la Presidencia con insultos contra los periodistas y medios, un tipo de agresiones que, como lo indica la experiencia, suelen degenerar en hechos de violencia". (Infobae).

¿Por qué el presidente no se pregunta quién es quién entre los funcionarios de su gabinete y sus familiares lejanos y cercanos?

¿Por qué no se pregunta quién es el verdadero responsable del derrumbe de la Línea Dorada y quién es quién entre los lambiscones que lo rodean y que en lo oscurito y a sus espaldas lo critican horrible y rechazan sus ocurrencias totalmente estúpidas?

Pero, eso sí, contradecirlo: ¡¡¡¡jamás!!!!

Para estos funcionarios de cuarta, imposible confrontar a su dios y señor dueño de la verdad.

Uno de los aspectos más lamentables de este gobierno es la gente que lo rodea y que le hacen creer al presidente que todo va bien y que "vamos a todo dar"; esos son los peores y que más daño le hacen a López Obrador.

Y mientras AMLO le preguntará todos los miércoles, divertidísimo, a su "experta" en la materia: Ana Elizabeth García Vilchis, ¿quién es quién en las mentiras de la semana?.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se cuestiona, no los miércoles, sino a diario: ¿Who's who en la corrupción en México?

Who's who entre los narcos de los nuevos cárteles surgidos en la 4T? Who's who entre los funcionarios millonarios más cercanos al presidente de México?  Y ¿who's who en el Ejército mexicano?.

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