3 feb 2022

Onésimo Cepeda Silva, primer Obispo de Ecatepec/

Onésimo Cepeda Silva, primer Obispo de Ecatepec/ Fred Álvarez Palafox

@fredalvarez

La Silla Rota, 3 de febrero de 2022

A los últimos minutos del lunes 31 de enero, justo a la entrada del año nuevo lunar y luego de varios días de permanecer internado en un hospital murió el obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, tenía 84 años de edad.


El primero en dar las condolencias fue el presidente López Obrador al inicio de conferencia manera del martes.

El prelado nació el 25 de marzo de 1937 y vivió una vida mundana; ostentosa, de conversación amena, dicharachero, mal hablado, ocurrente a quien le gustaban las corridas de toros, los buenos vinos, las motos, el beisbol, el golf que jugó desde los 6 años según decía. Pero algo le ocurrió cuando tenías veintitantos años que decidió cambiar y ser sacerdote., 

En los años cincuenta había estudiado derecho en la UNAM y uno de sus trabajos fue el de ser socio de quien es hoy el hombre más rico de México: Carlos Slim; también trabajó al lado de Roberto Hernández Ramírez, y fue amigo de Alfredo Harp Helú.

Pero decía que algo le había ocurrido -alguna revelación quizá-.  y decide ser cura para lo que se fue estudiar filosofía en el Seminario de los Misioneros de Guadalupe, y teología en la Pontificia Universidad de Friburgo, Suiza; años después -en 1970-, fue ordenado Sacerdote quedando bajo las órdenes del VII obispo de Cuernavaca, Mons. Sergio Méndez Arceo (1907-1992), quien era e el principal impulsor de la teología de la Liberación.

En aquella diócesis ocupó varios cargos como el de ser vicario, párroco, secretario Canciller, director Espiritual y tuvo una fuerte participación en equipo pastoral de la Renovación Católica Carismática en el Espíritu Santo.

No fue casual que la Santa Sede estableciera una diócesis a modo donde había un gran crecimiento de grupos cristianos pentecostales.

Onésimo estuvo en ese cargo durante 16 años, y una de sus obras fue construir la catedral con recursos propios y de sus amigos de juventud; el templo fue inaugurado por el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, también fueron invitados los entonces candidatos a la gubernatura del Estado de México, Arturo Montiel Rojas por el PRI; Higinio Martínez Miranda por el PRD y José Luis Durán Reveles por el PAN.

Fue un hecho histórico, después hubo una comida con 31 obispos de diferentes diócesis del país.

Fue comentado que EZPL no se quedó al servicio religioso para no violentar la ley en la materia.

Hay muchas anécdotas que se pueden comentar de Onésimo, tuve la suerte de asistir a algunas de sus fiestas de cumpleaños donde acudía muchísima gente, sobre todo del poder. político y económico; Cepeda competía con las fiestas que hacía su amigo Sayedna Antonio Chedraui Tanus (1932-2017).

Cuando cumplió 75 años, Benedicto XVI le aceptó la renuncia casi de inmediato, haciendo alusión el artículo 401.1 del Código de Derecho Canónico, se quedó como ejidatario sin parcela, dijo entonces a manera de broma.

Onésimo Fue considerado uno de los prelados más polémicos que ha tenido el país, admirado por sus amigos y antipático para muchos; uno de los motivos son muchos, una de ellas fue su soberbia y codearse con el poder, pero a él no le molestaban las críticas, eso sí peleaba muy duro en tribunales, y ganó pleitos por la vía civil, uno de ellos fue contra el dirigente del PRD, el hoy morenista Leonel Cota Montaño, condenado a pagarle 100 mil pesos por reparación de daño moral.

¿Intentó ser diputado?

Una de los comentarios que varios medios han comentado fue cuando en abril del año pasado anunció su intención de ser candidato a diputado, eso generó polémica y lo colocó en las primeras planas; la verdad es que el prelado se reía de su broma; dijo que lo aceptaría "porque estoy harto de tanto pendejo que gobierna y que se sienta en curules por todos lados. Yo creo que México merece algo mejor”. Fue nota, y lo hizo por ayudar a su amigo Pedro Haces dirigente de aquel instituto político.

Aseguró entonces que se comunicó con la Santa Sede -vía el nuncio Coppola-, para abordar el tema con lo que ello implicaba el quedar reducida su situación al estado laical. Pero al recibir la respuesta vaticana de negarle la posibilidad reculó en su aspiración. Le dijo a Carlos Marín para MILENIO TV, que jamás abandonaría su ministerio religioso por una “pendejada de tres años”.

Mucha gente se fue con la finta. Onésimo sabía de lo que implicaba y quizá hubiera sido interesante dar esa batalla para que nuestra legislación quedará armonizada.

Por otro lado, no era novedad, hay varios prelados que incursionaron en política, uno de ellos fue el cardenal paraguayo Fernando Lugo quien llegó al cargo de presidente de su país; caso distinto, es el del nicaragüense Ernesto Cardenal, quien Juan Pablo II lo suspendió adivinis por participar en la política. En febrero de 2019 y pocos meses antes de morir el poeta sacerdote hizo una petición al papa Francisco para que lo reintegrara al seno de la Iglesia Católica como fue... pudo morir en paz y plena comunión con la Iglesia Católica.

De la teología de la Liberación a la teoría de la prosperidad

¿La pregunta es qué le ocurrió a Onésimo que pasó de la teología de la Liberación a la teología de la prosperidad? ¿Por qué se separa de los principios que le enseño Mons. Méndez Arceo?, prelado que acudió al Primer Encuentro Latinoamericano de cristianos por el Socialismo celebrado en Chile entre el 23 y el 30 de abril de 1972. Acudieron entre otros el entonces pastor metodista Raúl Macin Andrade: no estoy seguro si fue también Gilberto Rincón Gallardo (1939-2008), quien estaba en ese grupo del cual era miembro del Centro Intercultural de Documentación (Cidoc) que fundó Ivan Illich en 1966 en Cuernavaca.

Su relación con Samuel Ruiz fue de respeto.

Hace años, en los 90s en una entrevista que le hicimos Carlos Martínez Assad y yo, le preguntamos por don Samuel., su respuesta fue categórica:

“-¡Jamás he criticado la labor de don Samuel Ruiz! En cuanto a que pienso distinto que él, eso sí lo digo a quien quiera escuchar. Me parece que él es una persona muy inteligente, muy respetable y muy…muy obispo ¿no? Y agregó que lo conoció en los años setentas cuando iba a Cuernavaca a ver a don Sergio Méndez Arceo. 

El sacerdote diocesano Antonio Roqueñí  (1934-2006) -quien fue amigo de Onésimo en la juventud-, encuadró al Cepeda y a otros obispos más, cercanos al nuncio Girolamo Prigione (1921-2016) con el mote de El Club de Roma, así se les quedó.

Se puede decir muchas cosas de Onésimo, estar o no de acuerdo con él – yo estuve muchas veces en desacuerdo y lo critiqué-, pero nunca me lo reprochó, y decir que fue consecuente con su forma de pensar.

Lo conocí en 1994 a través de una amiga común Ángeles Fernández, entonces reportera del periódico El Heraldo, quien me vaticinó entonces en cortó que ese hombre iba a ser obispo. No le creí, y después me sorprendí...

Muy pocos lo conocieron a fondo fuera de sus amigos; vivió intensamente a su manera como dice la canción de Paul Anka.

La última vez que lo ví y charlé brevemente con él fue en junio de 2017 al salir de la Catedral de San Jorge en la colonia Roma, entonces era emérito, pero curiosamente ese día iba investido como prelado quizá por haber participado en la misa de réquiem por su amigo Antonio Chedrahi Tanus, arzobispo De la Iglesia Ortodoxa de Antioquía en México.

Las exequias se llevaron a cabo ayer miércoles en el Panteón francés; el próximo 11 de febrero a las 12:00 horas se depositarán sus cenizas en la diócesis de la que fue el primer Obispos y se realice la misa solemne por su eterno descanso.

Así era Onésimo.

Todo tiene su tiempo dice Eclesiastés, descanse en paz.


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