Aristegui Noticias, 06 Mar, 2022 10:26
Claves de lo que viene sobre Gertz Manero/ Alfredo Lecona
Para Alejandra, quien nunca debió pisar prisión.
“Y le tenemos confianza, siempre lo digo, lo repito, al fiscal Alejandro Gertz Manero, como le tenemos confianza al presidente de la Suprema Corte de Justicia y a otros ministros”. -Andrés Manuel López Obrador, 1 de marzo de 2022.
El 21 de febrero de 2019 (Sic fue el 18), el Senado de la República designó a Alejandro Gertz Manero como el primer fiscal general de la república y hasta 2028. Un mes atrás nació la Fiscalía General de la República tras la aprobación de su ley orgánica que se construyó con organizaciones de la sociedad civil y legisladores de Morena durante la transición presidencial de 2018.
Pero la travesía de Gertz Manero al frente de la FGR llegó a su final, o eso es lo mínimo que debería esperarse tras la revelación de audios que, de ser ciertos, confirmarían que el fiscal general de la república ha usado su poder y los recursos de la FGR para destrozar a su familia política reteniendo a su cuñada, Alejandra Cuevas Morán, en prisión y consumiendo la salud de su mamá, Laura Morán, la expareja de su hermano Federico, con quien vivió medio siglo. Y lo ha hecho presionando a ministerios públicos de Ciudad de México, a jueces, magistrados y ahora a ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y si lo sabemos es por la razón incorrecta. El 14 de abril de 2021, la periodista Zorayda Gallegos y la Red en Defensa de los Derechos Digitales, R3D, dieron a conocer que en sus primeros dos años la FGR contrató programas para el espionaje masivo de teléfonos móviles. Y en un sexenio en el que se repite una y otra vez que se acabó el espionaje, el espía terminó espiado.
Todas las capas de ilegalidades, abuso y corrupción que surgen cuando se habla de Alejandro Gertz Manero, están presentes y engrosadas en el contenido de esas llamadas obtenidas ilegalmente y difundidas en una cuenta de YouTube creada el 3 de marzo. Durante tres años, el fiscal se dedicó a hacer de la PGR que debía demoler su despacho de venganzas personales. El fiscal cerró su puerta a las víctimas y solo se asomaba públicamente para sus anuncios espectaculares o para hacer algún torpe e ilegal manejo de crisis, como cuando se presentó a la mañanera para entregar un cheque por 2 mil millones de pesos para la rifa no rifa del avión no avión, que terminó siendo un cheque incobrable. Y todo para que el presidente le lavara la cara tras el escándalo por su intento de desparecer el tipo penal de feminicidio y la propuesta de reformas regresivas cuando, a principios de 2020, Julio Scherer aún estaba tan cerca y tan del brazo del fiscal general.
Y entre una veintena de escándalos en medio sexenio, mucho conecta. El año pasado, en pleno proceso electoral, el Congreso terminó de confeccionar la FGR a la medida de Gertz Manero. Aquella ley orgánica que fue el acta de nacimiento de la FGR y que se construyó entre sociedad civil y Morena, fue eliminada a petición y cabildeo del fiscal general de la república. Prácticamente todos los partidos en una u otra cámara aprobaron la Ley Gertz. Entre todos los retrocesos y excesos, le crearon la Fiscalía Especializada en Control Competencial (FECOC) para encargarse de las investigaciones más importantes a juicio del fiscal. Prácticamente una vicefiscalía ocupada ni más ni menos que por Juan Ramos, con quien se escucha a Gertz Manero hablar en los audios ilegales y quien durante años ha sido su mano derecha. Y esto es relevante porque la Ley Gertz estableció que, en caso de ausencia definitiva del fiscal general de la república, y mientras el senado designa a una nueva persona, la FGR estaría encabezada interinamente por el titular de la FECOC, es decir, por Juan Ramos, el cómplice del fiscal.
A la crisis que toca la puerta de las más altas instituciones de justicia del país, hay que sumar la inviabilidad de que Ramos sea quien encabece la transición entre gestiones y despache interinamente durante todo el tiempo que puede tardar el senado en designar a una nueva persona. Cuando a Gertz se le ocurrió garantizar una eventual salida segura de la FGR, no pensó en que se llevaría al leal Juan Ramos entre las patas. El congreso ni prestó atención.
Cuestiones como esta tendrán respuesta muy pronto, porque la revelación de los audios se da a 10 días de que la Suprema Corte de Justicia resuelva el caso de Alejandra, el 14 de febrero según se ha anunciado, y en un momento en el que solo los ministros y ministras deberían tener el proyecto. Ahora sabemos que el Fiscal obtuvo el documento, según él, de parte del propio ministro.
Que el asunto de Alejandra terminara en la Suprema Corte ya había resultado extraño y sorpresivo, sobre todo para la familia de Alejandra, pues la resolución de los amparos en cuestión se iba a dar desde el 11 de noviembre del año pasado en el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal de Ciudad de México, pero dos días antes, el caso fue atraído por la corte, alargando la prisión de Alejandra 4 meses más. El presidente de la corte, Arturo Zaldívar, justificó la atracción por el “daño a la honorabilidad de la fiscalía” que el asunto estaba causando.
El 19 de enero, Alejandro Gertz Manero y Juan Ramos fueron a ver al ministro Alberto Pérez Dayán a su oficina en la corte. El ministro propuesto por Felipe Calderón a finales de su sexenio, fue el encargado de elaborar el proyecto de sentencia que es el centro de la controversia. Según los audios, Pérez Dayán habría accedido a dejar en la sentencia una ventana abierta para que al remitir el asunto a la instancia inferior, mantuviera en prisión a Alejandra. Pero al final no lo hizo.
–De lo que él dice que iba a poner, que el delito, que la coautoría, que la calidad de garante, nada, ni una línea– dice Ramos.
–Ni una línea de todo lo que dijo que iba a poner– coincide Gertz.
La acusación de Gertz contra su cuñada de 94 años y su sobrina de 69 es que la salud y la vida de Federico eran responsabilidad de Laura y Alejandra, aunque en agosto de 2015, un mes antes de su fallecimiento, Alejandro se llevó a Federico para tenerlo bajo su cuidado. De ahí “la calidad de garante” sobre la que Gertz ha construido la acusación que nadie le compró hasta que llegó a encabezar la FGR.
Alejandro Gertz Manero es un agente de corrupción vengativo y colérico que corre rápidamente al callejón sin salida de sus propios excesos. Para el 9 de noviembre que la corte decidió atraer el caso de Alejandra, ya había evidencia de más sobre las presiones de Gertz Manero en las instancias inferiores y en la sospechosamente callada fiscalía de Ciudad de México que encabeza Ernestina Godoy. Aún así Zaldívar decidió atraer el caso, uno pensaría que para evitar que esas presiones llegaran corte, pero el poder corrupto y corruptor de Gertz Manero ha alcanzado al máximo tribunal en los dichos filtrados.
–Fíjese que el propio presidente de la corte le tenía una desconfianza del carajo (a Pérez Dayán)– le dice Gertz a Ramos– Cuando yo le dije “no, pues fíjate que se ha portado bien”, me dijo, “no, pues qué bueno…”.
–Siempre encontramos una bola de cabrones así– le responde su vicefiscal.
Después, Gertz Manero le dice a Ramos que “Germán” iba a juntar jurisprudencia a favor de los razonamientos de Gertz para mandárselos al propio Zaldívar, amarrando al presidente de la corte a su propio hundimiento.
–Mire, tenemos 3 o 4 ministros que nomás no se la van a dejar pasar, porque además no lo quieren– afirma Gertz a Ramos.
¿A cuántos niveles no ha dañado ya la confianza este escándalo? Aunque como lo refiere el propio fiscal, el proyecto de Pérez Dayán se haría público este mismo lunes, hoy ya hay 11 personas que saben si lo que dice Gertz que está en el proyecto es cierto. Las 3 ministras y los 8 ministros lo tienen desde el 28 de febrero, según El Universal. Y tan pronto como se publique, la sociedad sabrá qué arreglo hicieron, o no, entre ministras y ministros para confirmar o desmentir la entrega irregular del mismo a una de las partes.
¿Y quién demonios va a investigar todo esto? ¿Qué fiscalía procedería en contra del fiscal general de la república y “3 o 4 ministros”? El viernes por la noche, cuando los audios se empezaban a conocer masivamente, la FGR declaró a Animal Político que abriría una investigación por la intervención ilegal de las comunicaciones del fiscal, sin desmentir el contenido de las mismas. La fiscalía a la que hay que obligar judicialmente a actuar frente a atrocidades del crimen organizado (como la de Camargo, Tamaulipas) se moverá de inmediato para saber quién espió al espía, pero no podría pensarse una investigación al pode, desde el poder, para saber el alcance de esta perversa y nauseabunda trama de corrupción y tráfico de influencias.
Si Gertz Manero no renuncia, el presidente lo puede remover por incurrir en el delito de abuso de funciones y actuación bajo conflicto de interés, en términos del artículo 102 de la constitución, la propia Ley Gertz y la Ley General de Responsabilidades Administrativas. El senado tendría 10 días para objetar la remoción. Ese senado que lo nombró y le aprobó la ley que quiso (con un notable apoyo de Dante Delgado y la cúpula de Movimiento Ciudadano), que no ha sido capaz de tocarlo ni con el pétalo de una comparecencia y que ahora debería sentenciarlo en juicio político si la Cámara de Diputados lo acusara (ajá). A la inminente salida de Gertz Manero hay que vigilar con lupa lo que pase con Juan Ramos y los cambios que puedan darse en las siguientes horas o días en la FECOC, cuyo titular encabezaría provisionalmente la FGR.
Pero de ninguna forma la magnitud kafkiana del asunto puede quedar diluida en la rutina mañanera del complot de los adversarios, la descalificación a periodistas y el anuncio de investigaciones. Repetir la cantaleta de que se le tiene confianza a Gertz Manero sería otro error político de Andrés Manuel López Obrador. La saliva no le va a alcanzar al presidente de México para que el país voltee hacia otro lado. Gertz Manero, Julio Shcerer, Arturo Zaldívar y quienes demonios estén en medio de las revelaciones, son producto del empoderamiento que les brindó la confianza del presidente.
@AlfredoLecona
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