Mañanera del miércoles 5 de octubre de 2022
Le preguntan al C. Presidente...
-En otro punto, señor, en esta confianza que usted le tiene a las Fuerzas Armadas, el hecho de que le propongan hacer una aerolínea, algo que no surgió del parte, por ejemplo, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, es decir, si al gobierno le interesa poder cubrir parte de este mercado, ¿por qué no fue el área civil del gobierno quien pudiera hacerse cargo de esto?
Las aduanas ahora también… Bueno, no las aduanas, las áreas de migración en el aeropuerto de la Ciudad de México, ya lo dijeron ayer, va a quedar cargo de la Marina, aunque entiendo que la ley faculta exclusivamente a la Secretaría de Gobernación para estas funciones.
Y ante este crecimiento que vemos de la presencia de los militares en las áreas tradicionalmente atendidas por el gobierno civil, con este crecimiento yo me pregunto, y es una cuestión muy personal, está… Lo digo, perdón, también con esta conciencia que usted tiene,que refleja o pide que, para que no haya privatización, para que se acabe con la corrupción, para mantener ciertas cuestiones que usted está buscando dejar asentadas en su gobierno, ¿estaría usted por qué o vería bien la postulación de un militar para el próximo, para las elecciones del 2024, quizá por su partido?
PRESIDENTE: ¡No, no! Mire, yo soy juarista y Juárez siempre separó el poder militar del poder civil, así como separó el poder eclesiástico del poder civil, en este último caso, porque ‘a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César’. Y Juárez era civilista y su civilismo pues no sólo era teórico, él vivió los abusos del autoritarismo militar, a él le tocó enfrentar a Santa Anna.
Santa Anna lo encarceló después de ser gobernador de Oaxaca, estuvo Juárez preso en San Juan de Ulúa, porque durante todo el periodo del conservadurismo precisamente —no es ninguna fijación, ¿eh?— cuando se concluye el periodo federal, liberal de la primera República pues México es país de un solo hombre, de Santa Anna, y son los militares que gobiernan en los estados y tienen los dos cargos, son gobernadores y son comandantes militares al mismo tiempo.
Esto se repite con Porfirio Díaz. Por ejemplo, en el auge del porfiriato la mayoría de los gobernadores eran militares; Juárez no, Juárez, a pesar de que fueron los militares en muchos casos, no en todos, los que enfrentaron la invasión francesa, cuando triunfa la República les ordena a los militares que dominaban los estados que entregaran el mando de nuevo a los civiles, aunque los gobernadores civiles no habían enfrentado a los invasores, se habían escondido.
Por ejemplo, el gobernador en mi estado, cuando viene la invasión inicial, porque en mi estado se derrotó desde antes de la batalla de Puebla a los invasores, en mi estado no hubo imperio, Tabasco siempre ha sido liberal, pero cuando llegan y desembarcan los primeros enviados de Napoleón III, el gobernador civil se retira y los que entran son militares también formados en las circunstancias.
Ahí surge en ese entonces un coronel, Gregorio Méndez Magaña, es nuestro héroe del movimiento liberal en contra del conservadurismo y de la intervención extranjera. Y se triunfa, regresa Juárez y le ordena al que había enfrentado, que había triunfado en la famosa Batalla de El Jahuactal a los franceses, le ordena que le entregue el mando al gobernador que estaba, al civil.
Bueno, el caso de Porfirio Díaz es parecido, él enfrenta la invasión, Porfirio Díaz, resiste como coronel, actúa con rectitud. Por eso hay una calle que se llama ‘Coronel Porfirio Díaz’, ya cuando es general ya es otra cosa.
Entonces, yo no creo que debe de haber autoridad militar, pero eso es totalmente distinto a lo que estamos haciendo, o sea, el mando es civil y tenemos la fortuna de contar con Fuerzas Armadas profesionales, disciplinadas, leales, que surgen de un movimiento revolucionario y que pertenecen al pueblo, no a la oligarquía.
Y no quiero desaprovechar todo ese apoyo que significa contar con las Fuerzas Armadas, que además por ley tienen como misión contribuir al desarrollo del país y también desde luego proteger a la población en casos de desastre, por eso es el Plan DN-III, pero también en su misión, creo que son cinco misiones, está la de impulsar y contribuir al desarrollo de México, y eso es lo que estamos haciendo.
INTERLOCUTOR: Entonces, ¿está claro para las Fuerzas Armadas cuál es el límite y no veremos aquí en México a un general de cinco estrellas?
Presidente: ¡No, no, no eso no, no! ni ellos están pensando en eso. Este es un Ejército leal al gobierno civil, legal, democráticamente constituido.
Y yo tengo mucho que agradecerles, mucho, mucho, mucho, a los marinos y al Ejército, soldados, oficiales, mandos de las dos instituciones, me han ayudado mucho ahora, en todo.
¿Qué hubiese pasado en un asunto relativamente menor, si no resolvemos el problema del sargazo en Quintana Roo, en el Caribe? ¿Por qué lo resolvimos? Por Marina.
Bueno, la pandemia, a ver, ¿qué dependencia tiene capacidad, profesionalismo, experiencia, en logística? ¿Cómo distribuimos vacunas a todo el país, como lo hicimos, 250 millones de dosis? ¿Cómo?
Entonces, es una dicha enorme, es un gran apoyo el contar con estas instituciones.
INTERVENCIÓN: (Inaudible)
PRESIDENTE: No, no, no, ellos tienen una formación distinta, no es como otros ejércitos. Es que no puedo poner ejemplos, pero eso se los dejo de tarea a ustedes, vean cómo son otros ejércitos.
Esto es distinto, es un proceso distinto, completamente. Esto se lo debemos a nuestra Revolución, por eso nunca olvidar nuestra historia, que es la maestra de la vida.
A ver, imagínense el orgullo de que en esta nación tuvimos a dirigentes como Miguel Hidalgo, como Morelos, como Juárez, como Madero, como Villa, como Zapata, como el general Cárdenas. Con todo respeto, ¿en dónde?
Por eso la grandeza de México y además su fortaleza cultural de este país es para sentirnos orgullosos, como se sienten nuestros paisanos migrantes, un gran orgullo por México, por nuestras culturas.
No deja de haber el pensamiento conservador, y no de ahora, de siempre, de estar nada más exaltando lo de otros países. Pero nosotros no somos un pueblo decadente, tan no somos un pueblo decadente que, por la fortaleza cultural de nuestro pueblo, por nuestras culturas que siempre nos han salvado, estamos haciendo a un lado a un régimen decadente y lo está haciendo un pueblo con mucha consciencia histórica, un pueblo ejemplar.
Eso no lo reconocen, no lo quieren aceptar, los que no saben en dónde viven. Quien no sabe de dónde viene difícilmente va a saber hacia dónde va. Este es un gran pueblo, son nuestras culturas.
Por eso es de pena ajena el racismo, es para decirle a un racista: No te expongas; para decir: Ternurita, no te exhibas así, no muestres el cobre. Y decirles ¿no?: Es de sabios cambiar de opinión, es importante saber rectificar, no caer en la autocomplacencia.
Ya nos vamos porque, si no, nos quedamos sin desayuno y nos vayan a sacar que no desayuné hoy, vayan a sacar lo de… ¿Cómo se llama?
Es la Guacamaya. ¿Cómo le van a poner el nombre Guacamaya, si es…? Un día vamos a hablar de la guacamaya. Yo escribí un texto sobre las guacamayas, es un ave única, bellísima, o sea, ver volar las guacamayas, bueno, allá en Palenque, sus comportamientos, lo que comen.
Comen una frutita antes. Les cuento así rápido. Es un árbol grande, se llama guapaque, guapaque, entonces, es una semilla, una semillita y tiene una pulpa alrededor. Entonces, llega la guacamaya y con su pico le quita la pulpa y la tira, y cae la pulpa. Y como tiene mucha fuerza el pico, lo que hacen es que rompen la semilla y se comen lo que está dentro de la semilla, que es su delicia.
Entonces, antes en el campo, en Tabasco y en Chiapas, en el sureste, la gente recogía la pulpa debajo de los árboles, la que cortaba la guacamaya e iba recogiendo toda la pulpita, la lavaba y se hace un dulce de guapaque de lo más exquisito.
Entonces, la guacamaya es algo bellísimo como para meter a las pobres guacamayas en estos asuntos tan feos.
Bueno, adiós.
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