Rezo del Ángelus en la Jornada Mundial de la Paz.
En el Ángelus dominical de este domingo 1 de enero, y ante una multitud de fieles y turistas, el papa Francisco volvíó a recordar, como lo había hecho un día antes en el Te Deum a Benedicto XVI con palabras de afecto y gratitud...
Minutos antes, en la misa dominical en la Basílica de San Pedro tuvo una oración especial por el fallecido Papa emérito Benedicto XVI, y por la paz en el mundo.
“Hoy encomendamos a la santísima madre al amado papa emérito Benedicto XVI para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios”.
Más tarde, De nuevo en el Ángelus, volvió a rendirle tributo desde la ventana del Palacio Apostólico.
“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y feliz año! El inicio de un nuevo año está encomendado a María Santísima, que hoy celebramos como Madre de Dios. En estas horas invocamos su intercesión en particular para el Papa emérito Benedicto XVI, que ayer por la mañana dejó este mundo. Nos unimos todos juntos, con un único corazón y una única alma, al dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”.
A sus palabras siguieron los aplausos de los presentes en la plaza, desde donde ondeaban banderas alemanas o con el nombre de "Benedicto XVI".
Palabras después del Ángelus
A todos los aquí presentes ya los que me siguen a través de los medios de comunicación, mis mejores deseos para el nuevo año. Expreso mi profundo agradecimiento al Presidente de la República Italiana, el Honorable Sergio Mattarella, invocando la prosperidad para el pueblo italiano; con los mismos deseos también para el Presidente del Gobierno.
En este día, que san Pablo VI quiso dedicar a la oración y la reflexión por la paz en el mundo, sentimos aún más fuerte e intolerable el contraste de la guerra, que en Ucrania y en otras regiones siembra muerte y destrucción. Sin embargo, no perdamos la esperanza, porque tenemos fe en Dios, que en Jesucristo nos ha abierto el camino de la paz. La experiencia de la pandemia nos enseña que nadie puede salvarse solo, sino que juntos podemos transitar caminos de paz y desarrollo.
En todo el mundo, en todos los pueblos, se alza el grito: ¡no a la guerra! ¡No al rearme! Los recursos van al desarrollo: salud, nutrición, educación, trabajo. Entre las innumerables iniciativas impulsadas por las comunidades cristianas, recuerdo la Marcha Nacional celebrada ayer en Altamura, tras las cuatro caravanas que llevaron la solidaridad a Ucrania. Saludo y agradezco a los numerosos amigos de la Comunidad de Sant'Egidio que han venido nuevamente este año para dar testimonio de su compromiso por la "paz en todas las tierras", aquí y en muchas ciudades del mundo. ¡Gracias, queridos hermanos y hermanas de Sant'Egidio!
Saludo a las dos bandas de música de Virginia y Alabama, EU. ¡Queremos escucharlas más tarde! Saludo a los jóvenes del movimiento Regnum Christi, ¡gracias! ¡Se hacen oír! – de varios países de América y Europa; así como a los niños y familias de la Comunidad Cenáculo, con una bendición para Madre Elvira y para todas las comunidades.
Les deseo a todos un buen domingo y un feliz año nuevo. No olvides orar por mí. ¡Que tengas un buen almuerzo y adiós!
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