26 abr 2024

Ocurrió hace 10 años...Y me dispuse ir a ver a Serrat..

Ocurrió hace 10 años...Y me dispuse ir a ver a Serrat..

Joan Manuel Serrat, de gorra/Fred Alvarez

Se publicó en la web La Otra Opinión, 2 de febrero de 2014

“Antes que nada soy partidario de vivir..” Serrat



 Tarde noche del sábado 1 de febrero de 2014; me dispuse a ir a ver al cantautor catalán a Bellas Artes.

Por la red social Twitter pude contactar a la persona indicada para que me vendiera dos boletos: 1,000 pesos cada uno

 ¡Una ganga que no debería desaprovechar! 

Hablamos por teléfono y acordamos de vernos minutos antes de la función, afuera del recinto. Un contratiempo no me permitió llegar a la cita. Para eso el vendedor de boletos esperaba inquieto; le dije que llevaba retraso, que me esperara 10 minutos y en caso de no llegar en ese tiempo que rompiera el compromiso.

Lo lamentaría mucho pero así son las cosas...

Y en efecto, a la primer oferta los vendió a un revendedor –cual debe- que por cierto abundan siempre que hay un buen espectáculo, como es el caso, para muchos “son un mal necesario”, y esa es su chamba. Bien.

Intenté conseguir los boletos con otras personas pero las localidades habían subido de precio...

¡El artista los vale!-, nos dijeron lo compitas.

¡Y claro que vale eso y más!.. pero...sólo llevaba en mi bolsillo dos mil pesos..

¿Qué hacer?

La primera propuesta fue de 2,500 pesos (200 dólares) en efectivo: ¡una fortuna! Ofrecí los mil pesos por boleto; la respuesta fue ¡no, ni locos (bajitos, agregue)!

“Lo menos y con ganas de vendérselos “carnalito”-, nos dijo el vendedor-;  “1500 varos al "chas chas".

Claro que la transacción debe ser en efectivo.

En ese momento ya estaba la tercera llamada, ¡tercera!

Mi acompañante, mi hijo -Fred Alberto-, más vago que yo en esos menesteres les dijo ¡piénselo! por aquí andaré, esa es nuestra oferta.

Y  es que normalmente los boletos bajan de precio, al final, muy al final, como dice Paquita la del Barrio...en la canción “Falsaria....

El revendedor no quiso bajarse y nosotros no pudimos pagar más, ni modo.

Lástima. Me quedaría sin ver a Serrat, aunque todavía podría buscar espacios en el último concierto en el DF para el domingo 2 de febrero, o bien como me dijo mi amiga Ángeles Fernández, “te vienes a Oaxaca para el día 14 de febrero”.  Clodomiro  me dijo que podría ir a Culiacán el 1 de marzo.

Pero..... siempre hay un pero..

Al llegar a Bellas Artes habíamos visto a mucha gente sentada en sillas enfrente de una pantalla enorme dispuesta a ver el concierto.

Me acerque al guardia de seguridad para preguntarle, y en efecto, nos dijo que el concierto iba a transmitirse gratuitamente; que lo había autorizado el Señor Serrat.

Debo decir que las pantallas las pusieron para otro concierto.

¡Maravilloso!

De inmediato buscamos –mi hijo y yo-, una localidad; había espacio –piso- de más. Y nos acomodamos a disfrutar el concierto; la pantalla gigante la teníamos a tan sólo 10 metros.

Había quizá la misma cantidad de gente afuera que adentro.

Debo decir que al iniciar el concierto Joan Manuel nos mando saludar.. “a la gente de afuera”; los aplausos de la "raza", de la prole -dirían una mujer- no se hicieron esperar.

Aplauso, mil.

Mi hijo me dijo que tenia hambre..."sólo nos falta el “hatdoquero”, comentó- ¿así le dicen al que vende “perros calientes, y quien nos venda unas chelas o de perdida un tinto para el frio de la noche.

La verdad es que la noche era ideal, la luna de febrero era  nueva, iniciaba el año chino de El Caballo de Madera.

Abrace a mi hijo, le sonreí y nos tiramos al suelo, como si hubiera pasto.

Me imagine de repente en mi niñez cuando en aquella población del México rural iba a ver el cine de "húngaros"; en aquel tiempo debías de llevar tu silla o de plano sentarte en el suelo, con la idea de que llegarías a casa lleno de tierra, pero feliz de haber visto un filme mexicano.

Imagínense al catalán de 70 años.

Apareció con atuendo informal:  jeans de mezclilla, camisa  y saco negro; se veía mejor que antes, changoleón. (dicho sea con todo respeto).

De entrada nos había advertido que estaba feliz de estar en México y que traía una larga lista de canciones de antes,,,

"vienen de lejos, de muy lejos. Así que abróchense los bragueteros, los ligueros y los cinturones de seguridad porque vamos a viajar en el tiempo. Vamos a viajar al mero principio".

En efecto, el concierto incluyó canciones “viejas” emblemáticas para celebrar que hace casi 45 años se presentó por primera vez en Bellas Artes en el que fue su primer viaje a México, en noviembre de 1969; para ser mas preciso el dos de noviembre día de los fieles difuntos.

Esa fecha le quedó grabada al bardo; fue cuando se enamoro de México, de la gente de las canciones de Álvaro Carrillo, de Cri-Cri  y hasta de José Alfredo Jiménez.

Cantó en Bellas Artes como un homenaje al poeta guanajuatense uno de sus poemas hechos canción: “Un mundo raro”..

Agregó el cantautor que en aquel tiempo –finales de los sesenta- la “zona Rosa era rosa y que estaban vivos los hechos lamentables del 2 de octubre de Tlatelolco.”

 Alguien entre en el publico dijo algo pero para nosotros “los de afuera” fue inaudible.

Serrat fue ovacionado y recibido de pie, afuera lo hicimos parados, sentados y acostados.

La primera rola que cantó fue la esperada: “Hoy puede ser un gran día"...eso nos prendió...

 El repertorio fue amplio e incluyó nuevas y las viejas canciones con unos músicos de primera; Serrat viajó de "Penélope" a "Mediterráneo", de "Cantares" a "Titiritero", de Esos locos bajitos”, a una hermosa versión de "Lucía":

"...Si alguna vez fui sabio en amores,

lo aprendí de tus labios cantores.

En total más de 20 poemas hechos canción.

No podía faltar Cantares de  Machado...

Ah! al final Intentó cerrar con La Fiesta....

Se acabó,

el sol nos dice que llegó el final,

por una noche se olvidó

que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta

que arriba en mi calle

se acabó la fiesta....”

El público lo ovacionó de pie pero no lo dejo irse, “otra, otra, otra....”

Y no se hizo del rogar nos regaló más canciones.

Al final cantó una de las mejores canciones compuesta por él que se llama Pueblo Blanco....

De nuevo se despidió y de la misma manera con la que lo recibimos, todos de pie y con una larga ovación en señal de agradecimiento por tan maravillosos concierto.

Y más para nosotros gratis, de gorrita café.

Me ahorre dos mil pesos, la cena me costó 100 pesos.

El único inconveniente fue la interrupción por el ulular de las sirenas y el ruido de los cohetes del Barrio Chino, a dos cuadas de ahí que siguen en fiesta por el del Año del Caballo de Madera y la Fiesta de la Primavera china.

¡Fue una gran velada, única e irrepetible!

Para nosotros –los de afuera- de película e inenarrable.

¡Ah y nunca vimos vendedores ambulantes, quizá no sabían que hubo concierto gratis en Bellas Artes.

Gracias Joan Manuel, ojalá –quiera Alá-, que vivas 100 años cantando!

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