REVISTA R, 07 julio 202.
Derrumbe tricolor
Érika Hernández y Claudia Salazar
En Asamblea Nacional, el PRI discutirá hoy reformas a sus estatutos que permitirán a Alejandro Moreno su reelección como presidente y un mayor control, con la reducción del Consejo Nacional. Ante esta situación y el desplome electoral del partido, priistas críticos de "Alito" alertan sobre los riesgos de que, si continúan las tendencias, desaparezca el tricolor y se debilite aún más la oposición a Morena.
En el 2012, cuando Enrique Peña Nieto ganó la Presidencia de la República, el PRI sólo tomaba un respiro para su debacle.
Hacía dos sexenios que había perdido la Presidencia, pero mantenía su fuerza en la Cámara de Diputados y Senado, lo que le permitió negociar las llamadas “reformas estructurales” del Mandatario.
Sin embargo, el empuje sólo duraría ese sexenio, pues no lograron frenar la fuerza demoledora de Andrés Manuel López Obrador, y sus conflictos internos arreciaron.
De los 16 millones de votos que obtuvo el PRI en la elección de 2012, un 32.6 por ciento, con la popularidad de Peña Nieto, en el 2018 bajó a menos de la mitad, al sacar 7 millones 677 mil 180, un 13.5 por ciento.
Su descalabro en el Congreso fue mayúsculo: de 214 diputados federales, apenas retuvieron 49 curules, y en el Senado pasaron de 52 a 13 escaños.
En ese sexenio varios Gobernadores y funcionarios fueron encarcelados por corrupción, así que, mezclado a la ola morenista, también comenzó la debacle tricolor en los estados. En 2012 tenían 19, y para el 2018 ya habían perdido seis.
Durante su sexenio, a Peña se le acusó de excluir a liderazgos de antaño y darle cabida a su grupo, llamado “Los Golden Boys”, así, en la elección intermedia, en 2015, logró colocar como diputados a un gran número de operadores.
Él definió quién lo sucedería: José Antonio Meade, entonces Secretario de Hacienda, de entre una decena de aspirantes, que poco a poco fueron decantándose. Incluso, quitó el candado en los estatutos para que compitiera como externo.
Las diferencias del Mandatario con Miguel Ángel Osorio Chong quedaron evidenciadas, pues fue el último en bajarse de la contienda interna, y le dio una senaduría.
La repartición de candidaturas al Congreso metió al partido en crisis, por lo que varios liderazgos renunciaron o simplemente se alejaron. Incluso, se les acusó de hacer campaña o no mover a sus estructuras durante esa elección.
Sumido, hasta ese momento, en su peor crisis interna, los bloques internos comenzaron a presionar por la salida de su dirigente nacional, Enrique Ochoa, colocado ahí por Peña Nieto. Así que tuvo que dejar el Comité Ejecutivo Nacional en plena campaña, dos meses antes de la elección.
En su lugar quedó René Juárez por dos meses. En su balance, el guerrerense argumentó que la derrota tricolor se debió a los escándalos de corrupción en el Gobierno federal, entre ellos Odebrecht, la Casa Blanca, Grupo Higa y la Estafa Maestra.
Ahí hubo un problema de irritación social, sí, que fue expresado en las urnas, sí. Solamente quien se quiera engañar a sí mismo no se dará cuenta”, afirmó.
Además, argumentó que los priistas no se identificaron con Meade, al no ser un militante priista.
Una vez pasada la elección, Peña impulsó que Claudia Ruiz Massieu, su Canciller, se quedara al frente del partido, lo que ahondó la irritación interna.
Con un PRI debilitado, un Presidente de la República aliado a López Obrador y después exiliado en España, el partido navegó en el 2019.
EL PRINCIPIO DE LA PERPETUIDAD
En junio de 2019, el PRI abrió un nuevo capítulo de su devastación.
Desde que arrancó la disputa interna por la dirigencia nacional, los aspirantes acusaron de una cargada a favor de Alejandro Moreno, entonces Gobernador de Campeche, además del empadronamiento sospechoso de 654 mil militantes.
El proceso de elección ha dado principio y lo ha hecho con los mayores vicios y las prácticas menos deseables, con mentiras e incumplimiento de acuerdos. La mascarada para imponer a Alito al frente de la dirigencia ya comenzó”, afirmó José Narro, ex Rector de la UNAM y ex Secretario de Salud con Peña.
El 11 de agosto se disputaron la dirigencia: Moreno; la ex Gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, y la ex legisladora, Lorena Piñón.
“Alito” arrasó, pero en lugar de recomponer al partido excluyó a los pocos liderazgos que quedaban, armando una dirigencia de desconocidos y novatos.
La ola de renuncias inició. Entre ellos José Narro, Beatriz Pagés, Rogelio Montemayor y Ulises Ruiz.
Apenas había asumido la dirigencia, Moreno fue acusado de enriquecimiento ilícito, por lo que se afirmó que era una forma de presionarlo para que el PRI apoyara a Morena en reformas impulsadas por López Obrador.
Cuestionado por llevar a cuestas acusaciones delictivas y su mal manejo del partido, llegó la elección de 2021, y nuevamente “Alito” excluyó de las candidaturas a diputados a perfiles de carrera, como ex Gobernadores o ex funcionarios, para colocar a sus colaboradores, quienes no tenían ni trayectoria gubernamental o política ni arraigo en el PRI.
“Por eso soy pluri, y a gusto”, gritaba la diputada del PRI, Paloma Sánchez, quien pasó de acomodar invitados en los eventos de Peña Nieto a Secretaria de Comunicación del PRI y después a diputada federal.
Ese video se hizo viral y evidenciaba el perfil de legisladores primerizos por los que optó Moreno.
Ese año, en la elección federal mejoró su votación, pues alcanzó un millón más que en el 2018, y logró 20 diputados más.
Sin embargo, el enojo y la percepción de crisis repercutió en los estados. De las 15 gubernaturas que se jugaron en el 2021, el PRI perdió las 8 donde gobernaba: Sonora, Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí, Sinaloa, Tlaxcala, Campeche y Colima.
Además, de los 570 municipios que gobernaba, de más de 2 mil 500 en los que está dividido el País, ese año bajó a 447, y en la elección del 2024 esa cifra disminuyó aún más.
Moreno también perdió en 2022 otras cuatro gubernaturas: Quintana Roo, Tamaulipas, Hidalgo y Oaxaca, y en 2023 la más importante para el priista, el Estado de México.
Desde 2019 a la fecha, decenas de liderazgos priistas nacionales y estatales han dejado el partido para incorporarse, junto con sus estructuras, a Morena. Incluso sindicatos que siempre estuvieron al amparo del PRI.
Estos años, ante la mínima expresión que representa en la Cámara de Diputados, tuvo que negociar con el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano para ser considerado como Oposición. Aunque en algunos momentos ha jugado con Morena, argumentando que lo hace “por el bienestar del País”.
Su mandato concluía en agosto de 2023, pero “Alito” logró que los órganos internos le ampliaran su mandato. Ese año, el INE anuló ese acuerdo, pero el Tribunal Electoral lo revivió.
Esto provocó otra ola de renuncias, entre ellas las de Miguel Ángel Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu.
Así, en las elecciones de 2024 nuevamente tuvo el control para designar las candidaturas, y aunque incorporó a liderazgos de antaño, como Manlio Fabio Beltrones, repartió las primeras posiciones entre sus cercanos, quienes llegarán al Congreso.
A la asamblea de este domingo, Moreno llega con los peores resultados electorales en toda la historia del PRI, pues será la cuarta fuerza política, con apenas un 9.5 por ciento de la votación en los comicios del 2 de junio. Apenas tendría 35 diputados, 16 senadurías y mantendrá 2 gubernaturas.
Pese a esto y la inconformidad de decenas de liderazgos, “Alito” busca reelegirse por, al menos, otro periodo más.
ALERTA SOBRE EXTINCIÓN DEL PARTIDO
José Encarnación Alfaro Cázares, ex secretario de Organización en el PRI, alerta que las reformas estatutarias que se discutirán este domingo en la 24 Asamblea Nacional llevarán a la extinción del partido y su único objetivo es mantener a Alejandro Moreno en el cargo rumbo al 2030.
Integrante de la corriente Frente Amplio de Renovación Interna, Alfaro Cázares cuestiona cuál es el propósito real del actual dirigente para modificar los estatutos del tricolor y permitir su reelección.
Quiere completar más de 12 años ¿Por qué? Porque quiere llegar al 2030 siendo presidente del partido, pero la verdad es que lo estaría condenando a la extinción, a la muerte. Esas reformas estatutarias serían los clavos en el ataque de un partido histórico”, opina con miras a la Asamblea de este domingo.
“Moreno no tiene ningún tipo de oferta para decir por qué se quedaría, si es el presidente del partido que peores resultados ha dado, si es el único presidente del partido que los militantes tenemos más de un año pidiendo que se salga del partido.
“Si con él desaparecieron del registro partidario más de 5 millones de militantes. ¿Cuál es su oferta? ¿Cuál es la razón por la que pretende quedarse?
“Sigue con esa idea (de ser candidato). La única explicación es la ambición desmedida y el uso personal del partido, no como una entidad de interés público, sino como una franquicia a su servicio. Esa es la realidad”, expresa.
Miembro del equipo de campaña del ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y funcionario del partido en varias ocasiones, José Encarnación Alfaro asegura que Alejandro Moreno convocó apresuradamente a la Asamblea Nacional.
Fue absurdo, clasifica, porque lo hizo días después de la elección donde el PRI obtuvo los peores resultados, y obligó a que el Consejo Político Nacional en dos días convocara a una Asamblea Nacional.
Lo que queda claro es que él lo que pretende es simplemente modificar el Estatuto para poder elegirse", señala.
No le interesa ninguna otra cuestión de organización, de reforma, de replanteamiento del proyecto ideológico del programa, considera.
“No le interesa. Lo único que le interesa es poder cumplir, antes de que se le venga el plazo que le dio el Tribunal, para convocar a la elección de una nueva dirigencia, cumplir con su capricho de modificar los Estatutos. Es lo único para lo cual convocó”.
Como parte del grupo de priistas que mantienen una postura crítica a la gestión de Moreno, el ex diputado federal afirma que no es aceptable por ningún motivo la convocatoria a la Asamblea Nacional ni el objetivo detrás de tal decisión.
Critica que en un par de semanas se organizó la deliberación de la militancia en las asambleas estatales para modificar documentos básicos.
“Lo que procedería sería un ejercicio amplio a nivel nacional, extenso, para analizar los resultados, ver qué nos falló, ver qué es lo que tenemos que hacer y de una manera muy razonada, muy dialogada, en todo el país, con la tranquilidad de la inclusión de todos los grupos, poder definir o redefinir el rumbo del partido.
“Pero no, Alejandro lo que quiere es convertir al PRI, parece que lo está logrando, en una franquicia, una franquicia electorera que le deja beneficios económicos y de posiciones a él y al grupo que le sigue. Esa es la realidad”, acusa.
La corriente interna, explica, lo primero que hizo fue rechazar la convocatoria a la Asamblea, demandando que se pospusiera, así como exigir la renuncia de Alito Moreno y que hubiera una dirigencia interna que organizara un nuevo proceso interno.
“Hemos rechazado esa actitud desmedida de Alejandro Moreno.
“Habremos de tomar las medidas políticas y legales para combatir esas modificaciones estatutarias que le permitirían quedarse hasta 12 años”.
Sin embargo, también habría que ver si el PRI supera la prueba del 2027 en las elecciones intermedias y no pierde el registro, comenta.
Si Alejandro Moreno se queda al frente del partido, el pronóstico es que el partido no avance más allá del 27. Esa es la realidad. Esto con toda objetividad”.
Señala que los disidentes a la dirigencia nacional no podrán acudir a la Asamblea Nacional porque no hubo una elección democrática de delegados.
Es tal el rechazo a las reformas al estatuto citado que los ex presidentes del tricolor, Beatriz Paredes y Manlio Fabio Beltrones, le han enviado a Moreno su opinión en contra de la Asamblea, porque no les dieron voz en las mesas de debate.
“A ese grado llega la cerrazón de Alejandro Moreno”, reprocha.
El siguiente paso es acudir al Instituto Nacional Electoral y Tribunal Electoral para impugnar el proceso y pedir se ordene la reposición de la convocatoria a la Asamblea Nacional, detalla.
“Impugnar es lo único que queda, pero la inconformidad está creciendo muchísimo en el ámbito nacional, en los estados.
“Esto va a crecer, va a crecer en todo el país, y ese sería el aspecto político territorial que sumaremos a las acciones legales, por supuesto”.
Confía en que puedan dar la batalla para que sea anulada la Asamblea, porque se hizo sin cumplir con las disposiciones estatutarias y reglamentarias en materia de organización de las asambleas municipales y estatales.
La asamblea al vapor, dice, sólo puede tener el objetivo de modificar el artículo que le permitirá a Moreno la reelección en la presidencia del PRI por dos periodos más de 4 años.
Sobre qué esperan del tricolor, Alfaro menciona que quieren el relevo de la dirigencia para iniciar un proceso de reflexión interna y de transformación democrática.
“Sin duda alguna, si Alejandro Moreno se mantiene al frente del partido, miles de los que aún quedamos en este instituto político, habremos de replantear nuestra permanencia o no en el partido.
“La alternativa es que Alejandro Moreno deje la dirigencia, que otra dirigencia distinta convoque a los diferentes grupos, a las diferentes expresiones, a hacer un ejercicio democrático”, menciona.
Recuerda diferentes momentos de crisis en que el PRI convocó a una profunda reflexión.
Por ejemplo, dice, con la salida de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, fue Luis Donaldo Colosio quien convocó a la 14 Asamblea Nacional para replantear qué generó la salida de militantes destacados.
“En la 14 Asamblea tardamos un año en su desarrollo, un año. Un año con debates municipales, seccionales, con organizaciones, con foros regionales, con mesas de reflexión amplias y extensas. Un año de deliberación para hacer la 14 Asamblea Nacional”, menciona.
Agrega que lo mismo sucedió cuando el PRI perdió la Presidencia en el año 2000, convocando a la 18 Asamblea, que duró seis meses en el debate, para replantear al partido frente a la derrota.
“Y ahora este señor pretende que en menos de un mes, y frente a la peor derrota electoral del partido, se pueda hacer un ejercicio serio, congruente, con relación al futuro del partido.
“No, lo que está claro es que no le interesa al PRI. Él sólo tiene sus intereses personales y de grupo. Tristemente, su propósito es convertir el partido en una franquicia electoral. Y eso no tiene mucho futuro”, lamenta.
Alfaro destaca que el País va a vivir un proceso de transformación institucional muy importante, en el que, opina, la oposición debería buscar participar.
Confía en que la virtual Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se abra a la participación democrática de todos los partidos para discutir las reformas que vienen en el Congreso federal.
ADVIERTE RIESGO DE PERDER CONTRAPESO A 4T
La 24 Asamblea Nacional del PRI no unificará, será la fractura del partido y con ello la ciudadanía perderá otra opción en el sistema político para contener el naciente autoritarismo del nuevo Gobierno de Morena, considera Carlos Flores Rico, experto en comunicación política.
Ex diputado federal, señala que la crisis que empieza a vivir el Revolucionario Institucional tendrá un impacto en la vida democrática del País y en la calidad de la representación en el Congreso.
Los ciudadanos todavía pueden replicar en la vida interna de los partidos como un espacio todavía rescatable para reunir o reclamar la voz de los sectores que aún se aferran a vivir en democracia, sin el PRI es más difícil”, señala.
Carlos Flores Rico fue nombrado en 2020 por Alejandro Moreno como Coordinador General del Instituto de Formación Política “Gustavo Carvajal Moreno” de la COPPPAL.
Este domingo 7 de julio el PRI llevará a cabo una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, cuyo punto medular será derogar a los candados que impiden la reelección de la dirigencia nacional a cargo de Alejandro Moreno Cárdenas, lo que ha generado el rechazo de amplios sectores del tricolor.
Flores Rico señala que es una propuesta que terminará por debilitar más al PRI, para enfrentar el peor resultado electoral de su historia, el pasado 2 de junio.
“En el futuro, a raíz de esta decisión, puede haber una eventual pérdida de registro, pero a lo mejor nunca llega, porque se requiere el 3 por ciento de la votación y siempre habrá priistas leales.
“Pero ese no es el tema, el tema es la carencia de opciones para una sociedad que reclama un control del autoritarismo, un Parlamento que reclama sus capacidades de control sobre el Ejecutivo y una democracia en declive, que se ve amenazada en perder su independencia sobre las decisiones autoritarias, mediante el balance de poderes.
“Lo que está enfrente es horrible, es la reconfiguración del control parlamentario para subordinarlo, la reconfiguración del Poder Judicial para subordinarlo, la reconfiguración del poder regulador electoral para subordinarlo, la reconfiguración de la vida civil para subordinarlo a lo militar”, agrega Flores Rico, sociólogo de profesión.
Ante el poder que tendrá Morena en el Congreso y con el respaldo de millones de votos en la elección de la virtual Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, el ex diputado del PRI considera que el País está expuesto a que haya excesos en la nueva administración.
“Estamos frente a un verdadero monstruo, digamos con los mayores, los más alarmantes tintes, fascistoides”, señala Flores Rico.
Dice que para enfrentar tales excesos, la sociedad necesita vías para expresarse y para participar, como son los partidos políticos, por eso la gravedad de que el PRI se debilite más por las consecuencias de la Asamblea Nacional de este domingo.
“La sociedad está quedándose sin opciones partidistas inmediatas, porque uno de los objetivos del Obradorato es la liquidación del pluralismo, y eso se consigue de varias formas; una, cambiando la configuración del Congreso, para evitar que las minorías estén representadas.
“Otra, boicoteando las relaciones del Ejecutivo con los opositores”, explica.
La tercera opción, menciona, es la autodestrucción de los propios partidos, y es donde puede quedar el PRI.
“Otra forma de quedarse sin pluralidad es la insospechada, pero también existente, la propia autodestrucción de los partidos, por la deriva autoritaria, la incompetencia directiva y la completa subordinación a los ritmos y mandatos del Presidente en turno”, alerta.
El también ex líder del Movimiento Territorial del PRI advierte que, por la forma en que está planteada la realización de la Asamblea del PRI, se van a aprobar las reformas que rechazan y critican un amplio sector de la militancia.
“La asamblea está preconfigurada, es una broma saber cómo concluirá, pero eso es una cuestión menor frente al destino del partido.
“Van a hacer su propia configuración a modo, también creo que será impugnada por quienes están confrontados y no admitirían absolutamente más excesos.
“Pero también creo que una y otra, lo único que conducen es a una institución u organización política testimonial en conflicto, fracturada, reducida y presa de los intereses del Obrador”, declara.
Señala que, como dijo el filósofo Leibniz, el PRI está en el peor de los mundos posibles.
“No solo estamos ante una situación muy adversa en lo electoral, muy adversa en lo político y muy adversa en lo organizacional.
Este es un asunto realmente crítico que puede seguir, pues si sigue en esta ruta, el partido tendrá que sufrir más sangría de lo poco que deje, más abyección en lo poco que deje de dirección, más subordinación en lo poco que deje de independencia y más vergüenza en lo poco que deje de dignidad”, remarca.
'EXCESO DEL EXCESO'
Alejandro Moreno debió dejar la presidencia del partido en 2023, pero con cambios estatutarios se autorizó una prórroga de un año.
En agosto, “Alito” debe concluir su periodo, pero ahora se llevará a cabo la Asamblea Nacional para modificar el artículo que prohíbe la reelección de la dirigencia del PRI.
“Es obvio que la crítica a la dirigencia procede porque las decisiones tomadas para la extensión del primer mandato por un año más acabaron siendo confirmadas como voluntaristas y personalistas”, afirma.
Agrega que el grupo de la dirigencia se apuntó “injustificada, inmerecida e inapropiadamente” en las primeras posiciones de las listas plurinominales.
“Se trata de una promoción facciosa, para mantener una hegemonía más allá del partido ante las próximas posiciones de relación con el nuevo Gobierno.
“Me parece a mí que en esas circunstancias no sólo cabe la crítica en la renovación del mando, en la reconfiguración de su organización interna, sino que también alcanza a la actuación del grupo parlamentario o de lo que quiera el grupo parlamentario, sobre todo en el Senado, que es donde está la crítica”, menciona.
En particular, explica, está en juego la situación de la bancada respecto de la mayoría calificada en el Senado.
“Cabe duda de la intención de la conformación del partido y cabe duda de cuál será la actuación parlamentaria del grupo en el Senado.
“En tales circunstancias no puede aceptarse tampoco que la dirigencia o conducción de los pequeños grupos parlamentarios del PRI en la Cámara y en el Senado puedan ser restricciones personales de la dirigencia del partido”, opina.
En los cambios estatutarios que se prevé discutir, está la designación de los coordinadores parlamentarios por parte del presidente del partido.
“Entonces me parece a mí que el exceso pasa a ser el exceso del exceso y va más allá de la intención partidaria y ahora aborda al poder público, que es el asunto que está en cuestión sobre la coordinación en las cámaras”.
CEDIÓ CAMPAÑA A PAN
Carlos Flores Rico, dedicado ahora a la consultoría sobre comunicación política, opina que los resultados del PRI en la elección de 2024 vienen de errores en la dirección del partido y de la campaña.
Considera que el tricolor y los partidos aliados del PAN y PRD subestimaron las condiciones de competencia existentes, que estaban preestablecidas de manera dolosa, abusiva y autoritaria por el propio Jefe del Ejecutivo y toda la parafernalia que rodea lo que se ha denominado el Obradorato.
Esto llevó a los partidos de la alianza opositora a ser “presa fácil” de varias estrategias defensivas, como tener una coalición entre dos formaciones ideológicas completamente contrarias y contradictorias, como la democracia cristiana del PAN y la socialdemocracia del PRI.
Menciona que el priismo cedió el mando de la campaña presidencial al PAN, partido que compite por otra base social y con otros métodos más discursivos que territoriales.
Otros errores, comenta, vienen del método organizativo, en el ejercicio de estrategias de comunicación y en el empobrecimiento de la vida interna del PRI.
Edición: REFORMA Nacional
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