Palabras del Presidente Calderón en su participación en la Ceremonia de Clausura del V Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo
Medellín, Colombia, Sábado, 30 de Mayo de 2009 Discurso
Muy buenas noches.
Excelentísimo señor Álvaro Uribe, Presidente de la República de Colombia.
Distinguida señora Lina María de Uribe.
Señor Luis Alfredo Ramos Botero, Gobernador del Departamento de Antioquia.
Señor Alonso Salazar Jaramillo, Alcalde de Medellín.
Señora Diana Sofía Giraldo, Presidenta de la Fundación Víctimas Visibles y de este V Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo.
Amigas y amigos:
El terrorismo es la peor amenaza a la paz y a la seguridad internacional, y exige la unión de esfuerzos de todas las sociedades y de todas las naciones del mundo.
Por eso, para mí es un honor, y además un enorme compromiso, el estar con ustedes hoy para clausurar el V Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo.
En nombre de las mexicanas y los mexicanos, agradezco una vez más al pueblo de Colombia por su entrañable hospitalidad, y a quienes están reunidos aquí, que desde su dolor y su sufrimiento, han dado un paso adelante, no sólo para hacer visibles a las víctimas del mundo, sino con ello, transformar la realidad desesperante del terror en una realidad de esperanza.
Por eso, saludo con afecto a todos los organizadores y a todos los participantes de este encuentro internacional.
Este foro representa, sin duda, un paso fundamental para darle voz a todos aquellos que han vivido la tragedia y el dolor de la violencia cruel; a todos aquellos que han padecido un acto de terror; y todos ustedes por el hecho de estar aquí, de expresarse, de exigir, son un ejemplo de valor y de coraje por la entereza con la que enfrentan la adversidad.
Las naciones del mundo, y desde luego, las naciones de nuestra América Latina enfrentamos el reto de consolidar instituciones democráticas capaces de garantizar la seguridad y la certidumbre jurídica necesarias para el desarrollo.
Y uno de los mayores obstáculos para superar esos desafíos radica, precisamente, en el terror; en el terror generado entre la sociedad por los violentos, cuyos sus fines podrán ser ideológicos o simplemente delincuenciales, como es el caso de nuestro país.
Pero como bien dicen ustedes, cualquiera que sea el pretexto o la cortada nada justifica el dolor, del terror que un hombre puede causar a otro u a otros hombres.
Hoy en México libramos nuestra propia y peculiar batalla contra el terror, que es un terror que deriva fundamentalmente del crimen, del crimen que se organiza para lucrar a través del terror.
Y el punto central de esta batalla, amigas y amigos, es la lucha por reducir la violencia y el miedo, la violencia y el terror, que las bandas criminales ejercen sobre la sociedad.
De una década a la fecha, el crimen ha comenzado a actuar en contra de la sociedad mexicana con una virulencia inusitada.
Los criminales han puesto la mira en el terror que son capaces de provocar, en el terror que son capaces de infundir en la gente, y algo importante que vale la pena destacar, el terror que son capaces de infundir también en las autoridades para paralizarlas, y hacer así del terror una fuente renovada de su lucro insaciable.
Al aterrorizar a una familia con el secuestro de un ser querido; al aterrorizar a la sociedad mediante la práctica masiva de extorsiones, al aterrorizar a la sociedad al hacer estallar una bomba en medio de la gente, al aterrorizar a los pueblos o ciudades enteras a través del desplante grotesco de la impunidad y la violencia, el crimen organizado ha asentado sus redes y escala en la jerarquía social y política de muchas comunidades en México y en América Latina, y eso no lo podemos permitir.
No podemos permitir que el terror, el miedo que infunde, se apodere de los pueblos, se apodere de la gente o se apodere de los gobiernos, que deben defender a los pueblos.
No podemos permitir que por miedo, o por razones políticas o por ninguna razón cese, disminuya o se detenga la actividad del gobernante para combatir a los criminales.
La gran mayoría, la gran mayoría de los actos criminales vinculados al terror, parten también o de la incapacidad de la autoridad, o del miedo de la autoridad, o de la cooptación de la propia autoridad que le impide cumplir con su deber.
Y cada vez son más los casos en que la sociedad misma es blanco de la agresión abierta y directa de la delincuencia y la criminalidad.
Lucrar y dominar a través del miedo y del terror, imponer ideas que no son capaces de plantear y que no convencen a nadie. Y de ahí, precisamente, la cobardía de establecerlas a través del terror; el detener, paralizar, el condenar al miedo permanente a familias y sociedades enteras a través de actos violentos, son formas que no pueden seguir subsistiendo entre nosotros.
Hoy en México, en nuestro México, en nuestra América Latina, cientos de víctimas son secuestradas y muchas asesinadas. Hoy, en nuestro México y en América Latina, se siguen dando, precisamente, casos de cobardía, como ocurrió en nuestro México con el estallamiento de granadas en medio de una multitud que celebraba el Día Patrio. (en la Plaza Melchor Ocampo en Morelía)
O bien, hoy mismo, aquí en esta querida tierra colombiana, el miedo que se pretende infundir desde la cobardía del asalto, del levantamiento o del secuestro de algún concejal.
Es grave que el terror persista, y grave que se apodere de la gente. Pero más grave aún, amigas y amigos, que el terror se apodere de los gobernantes, y entonces, los paralice y, entonces haga que el que tiene la capacidad y la fuerza y el deber, para enfrentar al crimen, simplemente haga la mirada hacia a un lado y deje a la pobre gente a su suerte.
El dominio de la criminalidad se vuelve entonces inevitable. Así, aprovechando el criminal su tamaño, su capacidad de armamento, su capacidad de despliegue territorial, actúa sobre la base de la parálisis de la sociedad, pero también y más grave, de la parálisis de los gobiernos.
Así se socaba la paz y así se generan ambientes, donde la extorsión, el tráfico de personas, el secuestro, se vuelven la regla de la vida cotidiana.
El círculo vicioso tiene que romperse, la delincuencia genera terror, el terror paraliza a los ciudadanos y paraliza a los gobernantes; y la parálisis y el miedo de los gobiernos genera impunidad, y a la vez, la impunidad alimenta otra vez, y cada vez más fuerte, a la criminalidad.
Este círculo de terror, miedo, parálisis, impunidad, criminalidad, nuevamente el terror tiene que romperse, y de ahí la enorme responsabilidad de los gobernantes que tenemos para hacerle frente, a pesar de las dificultades, a pesar del temor, a pesar de los costos que implican la delincuencia y su terror, y de ahí la importancia relevante, fundamental, de la acción decidida de los gobiernos; de ahí la importancia de la determinación, la valentía, el valor de quien está investido por el propio pueblo para gobernar.
Y por eso, aquí, aprovecho para refrendar nuestro reconocimiento a las acciones y a la determinación del Presidente Uribe y de su Gobierno para hacerle frente a la criminalidad y al terror en este país.
Y sé que si Colombia un día pensó que todo estaba perdido, que si pudo hacerse en Colombia, por supuesto que se puede, y lo vamos a hacer, y lo estamos haciendo también en nuestro querido México.
Para enfrentar estos retos tenemos que vencer el miedo; tenemos que derrotar el miedo tanto sociedad, como gobiernos; tenemos que armarnos del valor a partir del ideal de nuestros seres queridos; tenemos que darnos el valor que se necesita para romper esta esclavitud que el terrorismo pretende imponer en millones y millones de gobernados.
Eso es lo que queremos hacer y lo que tratamos de hacer en México, en eso consiste, precisamente, el poner en marcha una estrategia integral de seguridad.
En el corto plazo, hacerle frente a la delincuencia y hacerle frente en su terreno, decirle que quien manda es el pueblo, y no puede mandar su ley de terror, por eso en estos años hemos asegurado más de 40 mil armas, y hemos puesto a disposición de la justicia a más de 70 mil personas vinculadas, a quienes delinquen en el crimen organizado.
Hemos logrado decomisos históricos y hemos detenido decenas de líderes criminales, con lo cual estamos no sólo venciendo el miedo, sino también estamos venciendo la base de poder de estos grupos delictivos, que generan terror en nuestra sociedad.
Quizá el frente, el frente que más debilita, el frente que más duele a nuestra gente en las expresiones del terror en México es el secuestro. El secuestro es, por supuesto, un acto de terror y en esto también México, Colombia y estoy seguro que España y todos los países aquí representados, estamos unidos.
El secuestro es un acto cruel y deleznable, que no sólo afecta a la persona que lo vive directamente, sino que daña a las familias y a las comunidades.
Y por eso, estamos trabajando para romper ese círculo: el círculo vicioso de impunidad, miedo, crimen y nueva impunidad; y por eso, nos hemos empeñado, precisamente, siguiendo la exigencia, siguiendo el reclamo de las víctimas en México que se han hecho presentes, y han hecho valer su voz, hemos puesto, precisamente, en marcha un largo camino para poder vencer el secuestro y el terror que genera en nuestro país.
Falta mucho por hacer. Las fuerzas del orden han liberado más de 450 víctimas en estos dos años y detenido a más de 600 secuestradores, pero sabemos que por cada una por cada uno de ellos hay muchos, muchos más.
Sabemos que, por desgracia, esta pesadilla sigue enlutando decenas de familias en nuestro país Y lo que podemos decirle a las víctimas de México y del mundo es que no cejaremos, es que no descansaremos hasta que esta pesadilla sea erradicada para siempre.
En el mediano plazo, lo que queremos es una estrategia que contempla la depuración y fortalecimiento de las policías y los cuerpos de justicia en México; eso es vital para desarticular las redes de corrupción tanto a nivel Federal, como en los gobiernos locales.
Sé que atentar contra las instituciones de cobertura, contra las estructuras de cobertura y complicidad del crimen, tiene costos y genera resistencias, pero los mexicanos lo exigen y nosotros estamos absolutamente determinados a romper las estructuras de complicidad dentro de los aparatos gubernamentales en nuestro país.
La peor tragedia que podemos tener, es que un buen número de bandas no sólo no son combatidas, sino que son alimentadas e integradas por los propios integrantes de policías y cuerpos, encargados de darle justicia a los ciudadanos. Que en lugar de garantizar su libertad, atentan contra ella.
Por eso, también, hemos lanzado programas para formar, así nos tome el tiempo que nos deba de tomar, nuevas generaciones de policías profesionales y honestos.
En el largo plazo, nuestra estrategia contempla nuevas leyes y renovadas instituciones; y por eso promovimos una reforma al Sistema de Justicia Penal, que deberá marcar un antes y un después en temas vitales de justicia.
Hoy, una de las cosas que hemos establecido en México en esta reforma, recientemente aprobada, es la incorporación de un capítulo que desarrolla y protege los derechos y garantías de las víctimas en el Derecho Penal.
Y el día de ayer publiqué en México, en el Diario Oficial de la Federación, la Ley de Extinción de Dominio, mediante el cual no sólo podremos tomar los bienes utilizados por el crimen en contra de los ciudadanos, sino utilizar esos bienes para crear un fondo destinado a resarcir a las víctimas de los delitos.
Amigas y amigos:
Como ya se ha dicho aquí, el terrorismo no es problema, ni debe serlo, de una sola familia o de un pueblo aislado; es un problema de todos, es un problema de la humanidad. Es un desarrollo global y tiene que enfrentarse con cooperación internacional.
Por eso, participamos activamente, junto con Colombia, en el Grupo de Alto Nivel sobre Seguridad y Justicia. Por eso, México asume la Presidencia del Comité Interamericano contra el Terrorismo, para promover la cooperación hemisférica y fortalecer las capacidades institucionales de los países de la región.
Amigas y amigos:
En su calidad de Miembro No Permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, México considera fundamental avanzar en la negociación de una Convención General contra el Terrorismo Internacional, porque no hay nación en el mundo que esté libre de esta amenaza y porque todos debemos cerrar filas en contra de quienes buscan imponer sus intereses, dañando a personas inocentes.
La clave está en vencer el miedo, la clave para nosotros, los gobernantes, está en romper la parálisis que permite la impunidad y actuar ahora. Ustedes han hablado del terror y del miedo de la gente; es hora también de hablar de cómo las autoridades debemos vencer el miedo y la parálisis para poder derrotar de una vez por todas los actos de terror, el terrorismo.
América Latina está en un momento histórico, de las decisiones que tomemos hoy, dependerá que derrotemos la amenaza de la violencia generada en el terror, de lo que decidamos hoy, dependerá el derrotar al terrorismo trasnacional.
Las naciones de América y del mundo debemos cerrar filas en un frente común contra estos males.
Gobiernos, organismos internacionales y, desde luego, la sociedad civil, tenemos que sumar esfuerzos, no sólo para fortalecer nuestras instituciones y mejorar las leyes, sino para crear una nueva cultura de legalidad y de repudio, de rechazo al terror, a la impunidad, a la corrupción y a la violencia.
Estar unidos para, precisamente, como se dijo aquí, ser fuertes en contra de los crueles, para no terminar siendo crueles en contra de los débiles. Eso lo llevo como un compromiso, por eso su voz, víctimas del mundo, nos hace fuertes; su voz nos llena de fuerza, de valor, de ánimo para seguir combatiendo con firmeza y con determinación a quienes son capaces de crueldades inadmisibles para la humanidad.
Enhorabuena por este Congreso, y que siga brillando la luz de los que quieren ser libres en todo el mundo.
Muchas gracias.
Y si me lo permiten, voy a proceder a la clausura solemne de este Congreso. Si me acompañan de pie, por favor.
Hoy, 30 de mayo de 2009, siendo las 19 horas con 48 minutos, en la Ciudad de Medellín, Colombia, Antioquia, es para mí un honor declarar formalmente clausurado el V Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo.
Enhorabuena y muchas felicidades a todos.
Medellín, Colombia, Sábado, 30 de Mayo de 2009 Discurso
Muy buenas noches.
Excelentísimo señor Álvaro Uribe, Presidente de la República de Colombia.
Distinguida señora Lina María de Uribe.
Señor Luis Alfredo Ramos Botero, Gobernador del Departamento de Antioquia.
Señor Alonso Salazar Jaramillo, Alcalde de Medellín.
Señora Diana Sofía Giraldo, Presidenta de la Fundación Víctimas Visibles y de este V Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo.
Amigas y amigos:
El terrorismo es la peor amenaza a la paz y a la seguridad internacional, y exige la unión de esfuerzos de todas las sociedades y de todas las naciones del mundo.
Por eso, para mí es un honor, y además un enorme compromiso, el estar con ustedes hoy para clausurar el V Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo.
En nombre de las mexicanas y los mexicanos, agradezco una vez más al pueblo de Colombia por su entrañable hospitalidad, y a quienes están reunidos aquí, que desde su dolor y su sufrimiento, han dado un paso adelante, no sólo para hacer visibles a las víctimas del mundo, sino con ello, transformar la realidad desesperante del terror en una realidad de esperanza.
Por eso, saludo con afecto a todos los organizadores y a todos los participantes de este encuentro internacional.
Este foro representa, sin duda, un paso fundamental para darle voz a todos aquellos que han vivido la tragedia y el dolor de la violencia cruel; a todos aquellos que han padecido un acto de terror; y todos ustedes por el hecho de estar aquí, de expresarse, de exigir, son un ejemplo de valor y de coraje por la entereza con la que enfrentan la adversidad.
Las naciones del mundo, y desde luego, las naciones de nuestra América Latina enfrentamos el reto de consolidar instituciones democráticas capaces de garantizar la seguridad y la certidumbre jurídica necesarias para el desarrollo.
Y uno de los mayores obstáculos para superar esos desafíos radica, precisamente, en el terror; en el terror generado entre la sociedad por los violentos, cuyos sus fines podrán ser ideológicos o simplemente delincuenciales, como es el caso de nuestro país.
Pero como bien dicen ustedes, cualquiera que sea el pretexto o la cortada nada justifica el dolor, del terror que un hombre puede causar a otro u a otros hombres.
Hoy en México libramos nuestra propia y peculiar batalla contra el terror, que es un terror que deriva fundamentalmente del crimen, del crimen que se organiza para lucrar a través del terror.
Y el punto central de esta batalla, amigas y amigos, es la lucha por reducir la violencia y el miedo, la violencia y el terror, que las bandas criminales ejercen sobre la sociedad.
De una década a la fecha, el crimen ha comenzado a actuar en contra de la sociedad mexicana con una virulencia inusitada.
Los criminales han puesto la mira en el terror que son capaces de provocar, en el terror que son capaces de infundir en la gente, y algo importante que vale la pena destacar, el terror que son capaces de infundir también en las autoridades para paralizarlas, y hacer así del terror una fuente renovada de su lucro insaciable.
Al aterrorizar a una familia con el secuestro de un ser querido; al aterrorizar a la sociedad mediante la práctica masiva de extorsiones, al aterrorizar a la sociedad al hacer estallar una bomba en medio de la gente, al aterrorizar a los pueblos o ciudades enteras a través del desplante grotesco de la impunidad y la violencia, el crimen organizado ha asentado sus redes y escala en la jerarquía social y política de muchas comunidades en México y en América Latina, y eso no lo podemos permitir.
No podemos permitir que el terror, el miedo que infunde, se apodere de los pueblos, se apodere de la gente o se apodere de los gobiernos, que deben defender a los pueblos.
No podemos permitir que por miedo, o por razones políticas o por ninguna razón cese, disminuya o se detenga la actividad del gobernante para combatir a los criminales.
La gran mayoría, la gran mayoría de los actos criminales vinculados al terror, parten también o de la incapacidad de la autoridad, o del miedo de la autoridad, o de la cooptación de la propia autoridad que le impide cumplir con su deber.
Y cada vez son más los casos en que la sociedad misma es blanco de la agresión abierta y directa de la delincuencia y la criminalidad.
Lucrar y dominar a través del miedo y del terror, imponer ideas que no son capaces de plantear y que no convencen a nadie. Y de ahí, precisamente, la cobardía de establecerlas a través del terror; el detener, paralizar, el condenar al miedo permanente a familias y sociedades enteras a través de actos violentos, son formas que no pueden seguir subsistiendo entre nosotros.
Hoy en México, en nuestro México, en nuestra América Latina, cientos de víctimas son secuestradas y muchas asesinadas. Hoy, en nuestro México y en América Latina, se siguen dando, precisamente, casos de cobardía, como ocurrió en nuestro México con el estallamiento de granadas en medio de una multitud que celebraba el Día Patrio. (en la Plaza Melchor Ocampo en Morelía)
O bien, hoy mismo, aquí en esta querida tierra colombiana, el miedo que se pretende infundir desde la cobardía del asalto, del levantamiento o del secuestro de algún concejal.
Es grave que el terror persista, y grave que se apodere de la gente. Pero más grave aún, amigas y amigos, que el terror se apodere de los gobernantes, y entonces, los paralice y, entonces haga que el que tiene la capacidad y la fuerza y el deber, para enfrentar al crimen, simplemente haga la mirada hacia a un lado y deje a la pobre gente a su suerte.
El dominio de la criminalidad se vuelve entonces inevitable. Así, aprovechando el criminal su tamaño, su capacidad de armamento, su capacidad de despliegue territorial, actúa sobre la base de la parálisis de la sociedad, pero también y más grave, de la parálisis de los gobiernos.
Así se socaba la paz y así se generan ambientes, donde la extorsión, el tráfico de personas, el secuestro, se vuelven la regla de la vida cotidiana.
El círculo vicioso tiene que romperse, la delincuencia genera terror, el terror paraliza a los ciudadanos y paraliza a los gobernantes; y la parálisis y el miedo de los gobiernos genera impunidad, y a la vez, la impunidad alimenta otra vez, y cada vez más fuerte, a la criminalidad.
Este círculo de terror, miedo, parálisis, impunidad, criminalidad, nuevamente el terror tiene que romperse, y de ahí la enorme responsabilidad de los gobernantes que tenemos para hacerle frente, a pesar de las dificultades, a pesar del temor, a pesar de los costos que implican la delincuencia y su terror, y de ahí la importancia relevante, fundamental, de la acción decidida de los gobiernos; de ahí la importancia de la determinación, la valentía, el valor de quien está investido por el propio pueblo para gobernar.
Y por eso, aquí, aprovecho para refrendar nuestro reconocimiento a las acciones y a la determinación del Presidente Uribe y de su Gobierno para hacerle frente a la criminalidad y al terror en este país.
Y sé que si Colombia un día pensó que todo estaba perdido, que si pudo hacerse en Colombia, por supuesto que se puede, y lo vamos a hacer, y lo estamos haciendo también en nuestro querido México.
Para enfrentar estos retos tenemos que vencer el miedo; tenemos que derrotar el miedo tanto sociedad, como gobiernos; tenemos que armarnos del valor a partir del ideal de nuestros seres queridos; tenemos que darnos el valor que se necesita para romper esta esclavitud que el terrorismo pretende imponer en millones y millones de gobernados.
Eso es lo que queremos hacer y lo que tratamos de hacer en México, en eso consiste, precisamente, el poner en marcha una estrategia integral de seguridad.
En el corto plazo, hacerle frente a la delincuencia y hacerle frente en su terreno, decirle que quien manda es el pueblo, y no puede mandar su ley de terror, por eso en estos años hemos asegurado más de 40 mil armas, y hemos puesto a disposición de la justicia a más de 70 mil personas vinculadas, a quienes delinquen en el crimen organizado.
Hemos logrado decomisos históricos y hemos detenido decenas de líderes criminales, con lo cual estamos no sólo venciendo el miedo, sino también estamos venciendo la base de poder de estos grupos delictivos, que generan terror en nuestra sociedad.
Quizá el frente, el frente que más debilita, el frente que más duele a nuestra gente en las expresiones del terror en México es el secuestro. El secuestro es, por supuesto, un acto de terror y en esto también México, Colombia y estoy seguro que España y todos los países aquí representados, estamos unidos.
El secuestro es un acto cruel y deleznable, que no sólo afecta a la persona que lo vive directamente, sino que daña a las familias y a las comunidades.
Y por eso, estamos trabajando para romper ese círculo: el círculo vicioso de impunidad, miedo, crimen y nueva impunidad; y por eso, nos hemos empeñado, precisamente, siguiendo la exigencia, siguiendo el reclamo de las víctimas en México que se han hecho presentes, y han hecho valer su voz, hemos puesto, precisamente, en marcha un largo camino para poder vencer el secuestro y el terror que genera en nuestro país.
Falta mucho por hacer. Las fuerzas del orden han liberado más de 450 víctimas en estos dos años y detenido a más de 600 secuestradores, pero sabemos que por cada una por cada uno de ellos hay muchos, muchos más.
Sabemos que, por desgracia, esta pesadilla sigue enlutando decenas de familias en nuestro país Y lo que podemos decirle a las víctimas de México y del mundo es que no cejaremos, es que no descansaremos hasta que esta pesadilla sea erradicada para siempre.
En el mediano plazo, lo que queremos es una estrategia que contempla la depuración y fortalecimiento de las policías y los cuerpos de justicia en México; eso es vital para desarticular las redes de corrupción tanto a nivel Federal, como en los gobiernos locales.
Sé que atentar contra las instituciones de cobertura, contra las estructuras de cobertura y complicidad del crimen, tiene costos y genera resistencias, pero los mexicanos lo exigen y nosotros estamos absolutamente determinados a romper las estructuras de complicidad dentro de los aparatos gubernamentales en nuestro país.
La peor tragedia que podemos tener, es que un buen número de bandas no sólo no son combatidas, sino que son alimentadas e integradas por los propios integrantes de policías y cuerpos, encargados de darle justicia a los ciudadanos. Que en lugar de garantizar su libertad, atentan contra ella.
Por eso, también, hemos lanzado programas para formar, así nos tome el tiempo que nos deba de tomar, nuevas generaciones de policías profesionales y honestos.
En el largo plazo, nuestra estrategia contempla nuevas leyes y renovadas instituciones; y por eso promovimos una reforma al Sistema de Justicia Penal, que deberá marcar un antes y un después en temas vitales de justicia.
Hoy, una de las cosas que hemos establecido en México en esta reforma, recientemente aprobada, es la incorporación de un capítulo que desarrolla y protege los derechos y garantías de las víctimas en el Derecho Penal.
Y el día de ayer publiqué en México, en el Diario Oficial de la Federación, la Ley de Extinción de Dominio, mediante el cual no sólo podremos tomar los bienes utilizados por el crimen en contra de los ciudadanos, sino utilizar esos bienes para crear un fondo destinado a resarcir a las víctimas de los delitos.
Amigas y amigos:
Como ya se ha dicho aquí, el terrorismo no es problema, ni debe serlo, de una sola familia o de un pueblo aislado; es un problema de todos, es un problema de la humanidad. Es un desarrollo global y tiene que enfrentarse con cooperación internacional.
Por eso, participamos activamente, junto con Colombia, en el Grupo de Alto Nivel sobre Seguridad y Justicia. Por eso, México asume la Presidencia del Comité Interamericano contra el Terrorismo, para promover la cooperación hemisférica y fortalecer las capacidades institucionales de los países de la región.
Amigas y amigos:
En su calidad de Miembro No Permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, México considera fundamental avanzar en la negociación de una Convención General contra el Terrorismo Internacional, porque no hay nación en el mundo que esté libre de esta amenaza y porque todos debemos cerrar filas en contra de quienes buscan imponer sus intereses, dañando a personas inocentes.
La clave está en vencer el miedo, la clave para nosotros, los gobernantes, está en romper la parálisis que permite la impunidad y actuar ahora. Ustedes han hablado del terror y del miedo de la gente; es hora también de hablar de cómo las autoridades debemos vencer el miedo y la parálisis para poder derrotar de una vez por todas los actos de terror, el terrorismo.
América Latina está en un momento histórico, de las decisiones que tomemos hoy, dependerá que derrotemos la amenaza de la violencia generada en el terror, de lo que decidamos hoy, dependerá el derrotar al terrorismo trasnacional.
Las naciones de América y del mundo debemos cerrar filas en un frente común contra estos males.
Gobiernos, organismos internacionales y, desde luego, la sociedad civil, tenemos que sumar esfuerzos, no sólo para fortalecer nuestras instituciones y mejorar las leyes, sino para crear una nueva cultura de legalidad y de repudio, de rechazo al terror, a la impunidad, a la corrupción y a la violencia.
Estar unidos para, precisamente, como se dijo aquí, ser fuertes en contra de los crueles, para no terminar siendo crueles en contra de los débiles. Eso lo llevo como un compromiso, por eso su voz, víctimas del mundo, nos hace fuertes; su voz nos llena de fuerza, de valor, de ánimo para seguir combatiendo con firmeza y con determinación a quienes son capaces de crueldades inadmisibles para la humanidad.
Enhorabuena por este Congreso, y que siga brillando la luz de los que quieren ser libres en todo el mundo.
Muchas gracias.
Y si me lo permiten, voy a proceder a la clausura solemne de este Congreso. Si me acompañan de pie, por favor.
Hoy, 30 de mayo de 2009, siendo las 19 horas con 48 minutos, en la Ciudad de Medellín, Colombia, Antioquia, es para mí un honor declarar formalmente clausurado el V Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo.
Enhorabuena y muchas felicidades a todos.
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