“Ganamos hace mucho tiempo”
JORGE CARRASCO ARAIZAGA
JORGE CARRASCO ARAIZAGA
Revista Proceso # 1719, 11 de octubre de 2009;
La periodista argentina Olga Wornat celebra la derrota definitiva de Marta Sahagún en el juicio por daño moral que interpuso en 2005 contra Proceso. Pero en lo que respecta a la demanda en su contra, considera injusto que, por “un tecnicismo”, se le ratifique a ella la multa de medio millón de pesos, por lo que advierte: “No voy a pagarle a esta mujer”. Y afirma: “Nosotros ganamos hace mucho tiempo y la Suprema Corte lo confirmó de manera contundente y unánime: aquí nadie invadió su vida privada, nadie le causó daño moral. Ni Proceso ni yo”.
A pesar de la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su contra, la periodista argentina Olga Wornat dice estar convencida de que tanto ella como Proceso habían ganado desde hace tiempo en el litigio abierto por Marta Sahagún: “¿Quién es ella ahora? ¿Quién es Vicente Fox? ¿Dónde están ellos y dónde estamos nosotros? ¿Dónde están con todo su abuso de poder contra mí y contra la revista?”, cuestiona.“Nosotros ganamos hace mucho tiempo y la Suprema Corte lo confirmó de manera contundente y unánime: aquí nadie invadió su vida privada, nadie le causó daño moral. Ni Proceso ni yo”, dice la autora del texto periodístico que fue materia del juicio civil por supuesto daño moral y duró cuatro años y medio. Con la resolución que se dio a conocer el miércoles 7, Sahagún lo perdió definitivamente.
Entrevistada el jueves 8 vía telefónica desde Caracas, Wornat expresa los sentimientos contradictorios que le produjo la doble decisión tomada el día anterior por la Primera Sala del máximo tribunal del país: exonerar a Proceso y confirmar la multa a ella, pese a que no se acreditó que hubiera daño moral. Pero reitera que no le pagará “ni un peso” a Sahagún.“Como periodista no puedo dejar de alegrarme por el fallo que privilegió la libertad de expresión sobre la vida privada de los personajes públicos; pero como autora del texto, es lamentable que tres de los cinco ministros de la Sala me hayan condenado por un tecnicismo”, señala.
Los ministros Sergio Valls Hernández, José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan Silva Meza, en efecto, votaron en contra de Wornat apoyados en criterios jurisdiccionales sobre la caducidad de los juicios. La periodista había solicitado a la Corte un amparo en contra de la sentencia de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, dictada en enero de 2007, que la encontró responsable de haber incurrido “en una ilicitud” al hacer imputaciones más allá de la información que publicó sobre la nulidad del matrimonio religioso de Sahagún con Manuel Bribiesca Godoy. Pero la Primera Sala de la Corte señaló que, durante 348 días, la defensa de Wornat evitó hacer promociones judiciales, con lo que aplicó el principio de caducidad del juicio, que da un plazo máximo de 300 días.
Aunque el ministro Silva Meza calificó la caducidad de los juicios como “una institución odiosa”, y Valls Hernández como “no simpática”, ambos hicieron mayoría junto con Gudiño Pelayo e impusieron el criterio de que el amparo solicitado por Wornat se debía sobreseer debido a la inactividad procesal.Los ministros José Ramón Cossío Díaz y Olga Sánchez Cordero argumentaron infructuosamente. Ambos proponían flexibilizar ese criterio porque, desde el momento en que la Primera Sala de la Corte decidió atraer el amparo, ese recurso no podía operar tal y como lo establece la jurisprudencia, pues se había modificado la naturaleza procesal del caso al considerarlo como un asunto de importancia y trascendencia.
La Corte sabía que existía la caducidad del juicio y decidió atraerlo para discutir el fondo del amparo y no evadirlo, argumenta la periodista desde Caracas, donde es directora de Editorial Televisa para Venezuela.“Si hubieran resuelto por unanimidad en mi contra, la discusión sería otra, pero hubo dos ministros que aceptaron que se trataba de un criterio odioso o no simpático, y otros dos que de plano lo rechazaron. Los ministros no se atrevieron a modificar ese criterio que viene desde 1950”, sostiene Wornat. Considera que esa decisión, además de ser “muy difícil de entender, no es buena para la Corte, porque los ministros ya vienen un poco castigados por casos como los de la escritora Lydia Cacho y de Atenco. Esto no los ayuda. Ojalá se hubieran animado a dar un paso más”.
Pero al margen de eso, añade, la decisión de la Corte es muy importante, “y lo digo aunque yo haya perdido y esté indignada y me sienta impotente y frustrada. Lo que me parece trascendente es que a esta señora le hayan dicho unánimemente: aquí nadie invadió su vida privada, nadie le causó daño moral”.“Está muy desprestigiada”Autora de libros sobre la exfamilia presidencial Menem en Argentina y la Iglesia católica en ese país, Wornat califica el fallo de la Corte como histórico, pues dice que “la vida privada de los personajes públicos en México era un tabú”. Asegura que cuando publicó el libro La jefa. Vida pública y privada de Marta Sahagún de Fox, el tema de la vida privada se convirtió en un asunto de discusión pública porque “la señora salió a decir que yo había invadido su vida privada, cuando ella me abrió la puerta de Los Pinos”.
Había una gran contradicción entre el personaje y la prensa, señala, “porque se molestaba por lo que publicaban algunos medios de ella, como el derroche del dinero y las fiestas que organizaba; pero al mismo tiempo aparecía en las revistas para mostrar sus vestidos, la residencia de Los Pinos y hasta su dormitorio”. “Cuando salió La jefa, muchos periodistas me decían que el libro está basado en chismes de mucamas y peluqueras y que contaba intimidades. Pero lo que dejaban de lado es que entrevisté a esta mujer”, dice.
Además, añade, no hay nada que describa mejor a un personaje público de la trascendencia que tenía Marta Sahagún que hacerlo a través de esos elementos de su vida privada, que no era privada porque era la primera dama y vivía en Los Pinos, “y así lo determinó claramente la Corte, al acotar la vida privada de las personas públicas”. Ejemplifica: “El traje de Chanel que se compró para casarse lo compró con plata de la gente, de los mexicanos; eso es lo que a la gente le costaba trabajo entender. O si los hijos usaban el avión presidencial. Eso no era vida privada, era usar recursos públicos”.Wornat sostiene que la resolución de la Suprema Corte “ha sido un golpe muy duro” para Sahagún “porque se pasó proclamando a los cuatro vientos que le habíamos invadido su intimidad y que le habíamos provocado daño moral” con la publicación de los argumentos que le dio a los tribunales eclesiásticos en México para conseguir la anulación de su matrimonio religioso con Manuel Bribiesca Godoy.
El texto, titulado “Historia de una anulación sospechosa”, fue publicado en febrero de 2005 (Proceso 1478), pero Sahagún interpuso la demanda civil por daño moral hasta mayo siguiente, en medio del escándalo por la revelación de las actividades de sus hijos al amparo del poder presidencial.Para la esposa de Vicente Fox, insiste Wornat, la resolución de la Suprema Corte “fue un palazo en la cabeza porque ya se le acabó el discurso. Qué espacio tiene ahora, cuando su imagen está muy desprestigiada, pues no hay una sola persona que la defienda”.Sobre el pago de 500 mil pesos al que fue sentenciada por la Primera Sala Superior del Distrito Federal, y que se confirmó con el sobreseimiento del amparo en la Suprema Corte, la periodista cuestiona que se le obligue a cubrir esa suma como indemnización si el máximo tribunal determinó que no hubo daño moral ni se invadió la vida privada porque se trataba de una persona muy pública, incluso con trascendencia nacional e internacional.“Yo estoy segura que no voy a pagarle a esta mujer, como no le pagué ni un peso a Manuel Bribiesca”, dice Wornat en relación con la demanda por daño moral que le ganó el hijo mayor de Marta Sahagún.
Bribiesca la demandó por la publicación del libro Crónicas malditas desde un México desolado, en el que dedica un capítulo a las actividades de los hijos de Sahagún mientras su padrastro ocupaba la residencia oficial de Los Pinos.Explica que Bribiesca nunca se presentó a reclamar la indemnización. “Nadie me reclamó nada y el asunto caducó. Él nunca reclamó nada y despareció. Si alguien gana y cree que tiene la razón, y es una persona transparente e hizo las cosas bien, se va a reclamar inmediatamente por el daño moral, pero en este caso nunca más se supo de Bribiesca. Tampoco tuvimos que modificar ni un párrafo del libro. Hubo una reimpresión y el capítulo no se modificó”, asegura.En esa demanda, la editorial que publicó el libro, Random House Mondadori, también fue absuelta de la acusación de daño moral y sólo Wornat fue sentenciada a pagar la indemnización. “Fue lo mismo en el caso de la revista Proceso. Todo me parece absurdo”, dice.El debate sobre la responsabilidad de los autores y las empresas editoriales se anuló con la decisión de la Primera Sala de sobreseer el amparo solicitado por la escritora por inactividad procesal.–¿Por qué se suspendieron las promociones judiciales?–Seguimos una estrategia y yo defiendo totalmente a mis abogados. No tengo nada que cuestionarles porque sé todo lo que hicieron. Ahora hay que ver qué hace Marta Sahagún. Tal vez decide bajarle el perfil, aunque es una mujer con ansias de protagonismo, y como todo lo de ella es impredecible, no sabemos. Aunque también es verdad que el tiempo pasa y su imagen es otra, hay que ver qué hace.–¿Y usted qué va a hacer?–Yo voy a seguir con lo mío. No me voy a rendir ante esto. Voy a acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)… aunque aquí parece que la CIDH les importa poco, a pesar de que México forma parte del Pacto de San José.Refiere que en Argentina hubo un caso similar, cuando el periodista Horacio Verbitsky fue perseguido penalmente por el entonces presidente Carlos Menem por la publicación de un libro sobre él, y la justicia de ese país condenó al autor a pagar una indemnización. “Horacio se fue a la CIDH y Menem, siendo presidente, tuvo que aceptar (su fallo) porque Argentina es parte del Pacto de San José”, resume.Wornat también fue demandada por Eduardo Menem, hermano del expresidente. “El caso duró 10 años, pero lo gané en todas las instancias; incluso sin llegar a la Corte Suprema de Argentina. Ahora no tengo ninguna demanda en Argentina por ninguno de mis libros”.Entonces reafirma: “Aquí no sé lo que pueda pasar, pero conociéndola (a Sahagún) es probable que aparezca. Sé que puedo no pagarle y nadie me puede meter presa”.
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