16 ago 2010

Reacciones ante lo dicho por Castro

Fidel votó por Andrés Manuel/Jorge Fernández Menéndez
Columna Razones
Excélsior, 16 de agosto de 2010
Los dos textos que publicó Fidel Castro sobre México en el Granma tendrán una inevitable repercusión en la política nacional porque la relación con Cuba siempre ha terminado siendo, como la que mantenemos con Estados Unidos. Un tema de la agenda interna del país.
Castro, senil, advirtiendo de una inminente guerra nuclear que nadie más considera como un peligro tan urgente, obsesionado aún con el imperio, con la defensa de los indefendible regímenes de Venezuela e Irán, con un lenguaje muy anterior al fin de la Guerra Fría, demuestra con sus textos por qué él mismo y su hermano Raúl se han convertido en el principal dique para cualquier transformación en Cuba. Castro decidió romper con la mayoría de los actores políticos mexicanos, votando desde ahora para la elección de 2012 por Andrés Manuel López Obrador. El elogio es tan desmesurado como el encargo final que el dictador le hace al tabasqueño: ser el único con la estatura moral que sobrevivirá al derrumbe del sistema capitalista y del imperio en México. Un hombre que puede ayudar, según Fidel, a evitar el holocausto de la inminente guerra nuclear.
Los colaboradores más inteligentes de Andrés Manuel trataron de deslindarlo rápidamente del beso del diablo, pero no pudieron porque el que lo aceptó gustoso fue su propio jefe, comparando además a Castro con Churchill, De Gaulle, Roosevelt, Gandhi, Allende y olvidando que ninguno de ellos querría (salvo Allende) sentarse siquiera cerca de Castro, que todos ellos llegaron al poder por la vía democrática, que todos ampliaron las libertades y buscaron fortalecer la democracia, mientras que Castro se mantiene en el poder desde 1959, la democracia no existe desde entonces y las libertades son tan exiguas en Cuba como el ejemplar de Granma, único periódico en la isla, de apenas ocho páginas, con tres de ellas dedicadas al "ensayo" del comandante.
¿Qué implica en términos internos? Que el voto de Castro por López Obrador es también una distancia con Marcelo Ebrard, porque al comandante eso de la izquierda moderada le molesta más que la derecha dictatorial, por eso se llevó siempre mejor con el franquista Manuel Fraga Iribarne que con Felipe González. Y eso será tomado en cuenta por una izquierda partidaria que en México es especialmente dogmática y sigue mirando con devoción a Castro y a Chávez. Implica también una ruptura con el PRI, y eso les debe doler a aquellos priistas que seguían creyéndose los viejos buenos amigos y aliados del comandante. O quizás a ese viejo PRI lo termine de convencer de que cualquier apuesta por la modernidad no tiene sentido. Y confirma que Ahumada tenía razón sobre lo sucedido en Cuba y en México con los videoescándalos. Fidel, como él mismo dice, lo detuvo y se lo mandó a López Obrador.
Le da un golpe a la diplomacia mexicana que buscó desde el inicio de esta administración reconstruir las relaciones con Cuba y, paradójicamente, le da la razón, en este capítulo, a la distancia que habían puesto las administraciones de Zedillo y de Fox con el régimen cubano. De nada valieron los esfuerzos diplomáticos: ahora puede saber la cancillería mexicana que el gobierno de Cuba siempre lo consideró "ilegítimo" y que todo sirvió para darle un respiro de cuatro años a ese gobierno que sigue sin pagar sus deudas con México. Ahora sabemos también que aquel gesto de cerrar las fronteras a los vuelos mexicanos cuando comenzó la epidemia del virus A H1N1, no fue por una mala decisión sanitaria, sino un reflejo de su diplomacia. Y que si eso reventó la visita oficial que iba a hacer el presidente Calderón a la isla en 2009, el texto de Fidel acaba con esa posibilidad en lo que resta del sexenio.
Algo bueno hubo en todo esto: por fin el gobierno mexicano "desea" que haya elecciones libres en la isla. No lo decía desde 1959.
Dicen que la peor decisión es no tomar ninguna decisión. Y eso es lo que nos ocurrió con Cuba: estuvimos tantos meses buscando reacomodar esa relación, hacerla retroceder al pasado, que perdimos muchas oportunidades de establecer una diplomacia mucho más firme y activa con nuestro verdaderos aliados en el continente: a esta altura, nos debería quedar muy claro que los intereses del régimen cubano y el de Chávez no son los nuestros.
Duarte y su equipo
Luego de las controvertidas elecciones veracruzanas, todo parece indicar que existe plena confianza en el grupo de Javier Duarte de que no habrá marcha atrás. El gobernador electo ya está armando su equipo, ya se rehicieron muchas alianzas que se habían roto en el proceso electoral y, sobre todo, ya se están buscando operadores económicos y de seguridad que impliquen un cambio profundo en la entidad. Será interesante ver si puede darle un giro de 180 grados a la dinámica de desarrollo de un estado que alguna vez fue calificado
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Columna Itinerario Político
Ricardo Alemán
El Universal, 6 de agosto de 2010
El más longevo dictador de la región, el comandante Fidel Castro, se levantó de su lecho de prolongada gravedad en su isla, con fuerza suficiente para lanzar un escupitajo al rostro del gobierno mexicano.
Y como si no pasara nada —como si fuera la travesura de un abuelo senil—, el presidente Felipe Calderón ordena una respuesta timorata que termina con la felicitación al anciano dictador por sus más de ocho décadas de vida, a pesar de que puso en duda la legitimidad del propio Calderón.
Queda claro, para efectos político-diplomáticos, que los hermanos Castro y el jefe de ellos, Fidel, sólo utilizaron a Andrés Manuel López Obrador y a la llamada izquierda mexicana como misil para sus venganzas contra el gobierno de Calderón. Es decir, que para escupir el rostro del gobierno de Calderón, y del propio presidente, Fidel sacó del armario un rancio misil —tan viejo que hoy es veneno para AMLO—, y utilizó a López Obrador y a la izquierda mexicana para descalificar al gobierno de Calderón.
Está claro que si Fidel Castro hubiese respaldado a AMLO entre julio y diciembre de 2006, como hoy lo hace, y si en aquella fecha hubiese descalificado al gobierno de Calderón, esa maniobra habría sido veneno puro para el debilitado gobierno de Calderón. Pero también es cierto que hoy el veneno es para el propio AMLO, al que Castro hace ver como cercano a dictaduras como la cubana y la venezolana.
¿Pero qué hicieron AMLO, Marcelo Ebrard y la llamada izquierda mexicana ante el coqueteo de Castro? Sí, por increíble que parezca, López Obrador y su carnal Marcelo se la creyeron. Es decir, que AMLO, Marcelo y muchos otros nunca entendieron que el colmillo largo y retorcido del dictador los convirtió en “tontos útiles”, sobre todo a López Obrador. ¿Y por qué el papel de tonto útil de AMLO, en manos de Castro?
Porque si al dictador le preocupara la salud de la democracia mexicana y el avance de la izquierda en esa democracia no habría avalado al gobierno de Salinas en 1988 y menos al de Calderón en 2006. La gran pregunta es esa. ¿Por qué hasta hoy despertó el tirano Fidel Castro? La respuesta es elemental: porque hasta hoy le sirvió al dictador el agua pestilente que le exprimió a Carlos Ahumada, luego que el propio Fidel Castro traicionó a su amigo Carlos Salinas.
Pero la interrogante de fondo está en otro lado. ¿Qué quieren del gobierno de México los hermanos Castro? ¿Qué les debe el gobierno de Calderón a los dictadores cubanos para que sacaran de la alcantarilla esas aguas putrefactas que —guste o no a trasnochados milicianos de la izquierda mexicana— lanzaron al rostro del gobierno y del presidente Calderón? Pronto sabremos la respuesta.
El decálogo de los Castro
Por lo pronto, vale la pena enlistar las diez mentiras del abuelo dictador, quien confirma que para la política y la diplomacia el colmillo no envejece. Sí, dictador, viejo y todo —y acaso por eso—, sigue siendo un zorro, mientras el gobierno de Calderón pareció manso cordero. ¿Cuáles son las diez mentiras? Van.
1.- ¿Qué no es cierto que por medio siglo la dictadura cubana vivió del aval de los corruptos y nada democráticos gobiernos del viejo PRI?
2.- Hoy el viejo dictador se escandaliza del complot contra AMLO, pero siempre guardó silencio cómplice de los fraudes priístas contra los mexicanos.
3.- ¿Por qué Castro habla hasta hoy de fraudes electorales en México, cuando avaló con su presencia, con elogios y con su amistad el fraudulento gobierno de Carlos Salinas?
4.- ¿Por qué si sabía que en 2006 se hizo un fraude no desconoció al gobierno de Calderón? ¿Qué no fue de los primeros que lo reconocieron?
5.- ¿Con qué calidad política, ética, democrática, un dictador como Castro —que ha impedido las elecciones y la democracia por más de medio siglo en Cuba— habla de un fraude electoral?
6.- ¿Por qué los hermanos Castro no aclaran si las declaraciones de Fidel son oficiales o se trata de la ocurrencia de un abuelo senil?
7.- ¿Quién le cree a Fidel Castro que Carlos Ahumada llegó a Cuba por la libre —como si fuera real la Cuba libre—, o que la dictadura no avala o veta hasta el vuelo de una mosca?
8.- Está claro que Carlos Ahumada llegó a Cuba porque los Castro autorizaron que Salinas lo escondiera en la isla. ¿A cambio de qué? ¿Por qué entonces no denunciaron el complot?
9.- ¿Quién traicionó primero a quién, Carlos Salinas a los Castro o los hermanos dictadores al ex presidente mexicano? Vale la pregunta, porque cuando fue detenido Carlos Ahumada, y luego que lo exprimieron, quedó al descubierto una traición, que hoy se confirma, con el uso de las aguas putrefactas y su exhibición pública.
10.- ¿Por qué la venganza de los Castro contra el gobierno de Calderón? ¿Qué se comió el presidente Calderón ante la relación de los Castro?
Y será el sereno, pero el gobierno de Calderón no puede quedarse como si nada. Claro, a menos que también en este caso piense que ya se van.
EN EL CAMINO
Otra de la CNDH. Dicen los que saben que en esa Comisión se hace más política que actividad por los derechos humanos. Al tiempo.




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