El Presidente Calderón en el 75 Aniversario del Instituto Politécnico Nacional
Sala de Prensa
El Presidente Calderón en el 75 Aniversario del Instituto Politécnico Nacional
Muy buenos días.
Señor Diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, Presidente de la Cámara de Diputados.
Señor Senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez, Directora General del Instituto Politécnico Nacional. Enhorabuena. Felicidades.
Muy estimados Gobernadores: de Morelos, de Guanajuato, de Zacatecas; Gobernadora de Yucatán.
Dirigentes partidistas.
Legisladores.
Distinguidos invitados especiales.
Muy estimados integrantes de la comunidad politécnica: maestros, alumnos, ex alumnos.
Señoras y señores.
Primero que nada, y a nombre mío y de mi familia, quiero expresar mis condolencias a la doctora Yoloxóchitl Bustamante por el sensible fallecimiento de su padre, el señor Laureano Bustamante Medina, y esperamos sinceramente que el ejemplo que a usted le dio en vida su padre, sabemos que seguirá floreciendo y fructificando en bien de México.
Es un honor para mí el poder celebrar con ustedes estos primeros 75 años del Instituto Politécnico Nacional. El Poli, como los mexicanos lo llamamos y lo queremos, es un actor estratégico en la construcción del México moderno que hoy tenemos.
Son 75 años de cumplir cabalmente su misión y lema: La Técnica al Servicio de la Patria. De impulsar la producción industrial y el desarrollo del país, de concebir y realizar grandes obras de ingeniería, de promover el bienestar y el progreso de los mexicanos.
Hoy inician los festejos de esta gran institución, que es un ejemplo de educación pública, popular y de calidad, que demuestra, precisamente, que no está reñida la extensión y la cobertura educativa con la calidad educativa que necesita el país, que es un ejemplo del compromiso con las mejores causas y con los más altos ideales de nuestra sociedad.
Así que felicito a las varias generaciones de politécnicos que han forjado el prestigio y la grandeza de esta casa de estudios; a sus directivos, a sus trabajadores, a sus profesores e investigadores, a todos sus estudiantes y a todos sus egresados.
Pienso que el Politécnico es la obra mayor de un grupo de hombres visionarios que dieron rumbo y destino a la educación técnica, industrial y comercial del país. En el legado del ex Presidente Lázaro Cárdenas del Río, de Juan de Dios Bátiz y de Luis Enrique Erro, quienes crearon esta institución, había varios nobles propósitos, entre ellos dos fundamentales:
Formar los técnicos y profesionistas de alto nivel que demandaba entonces y demanda ahora el desarrollo nacional y ofrecer oportunidades de educación superior a los hijos de obreros y campesinos. Cristalizó con el Politécnico uno de los principios de justicia social plasmados en los ideales de la Revolución y consignados en la Constitución de 1917.
Hoy, no sólo rendimos un sentido homenaje a los fundadores del Instituto, sino también a las muchas generaciones de mexicanas y mexicanos que, antes que ello, a lo largo del Siglo XIX y el primer tercio del XX, crearon escuelas de artes, de oficios y de especialidades.
Pero el Politécnico fue el que no sólo sintetizó este gran esfuerzo, sino que al agrupar a todos estos planteles en escuelas superiores y bachilleratos técnicos, abrió las puertas, verdaderamente, del futuro a través del conocimiento y el dominio de la técnica.
Como escribió, entonces, el Presidente, el General Lázaro Cárdenas, todo Estado moderno exige una técnica dirigida hacia la abundancia de bienes esenciales y de equipos suficientes de cultivo, de transformación, de comunicaciones, de cambio y de cultura.
Éste es, precisamente, el espíritu que anima desde su creación al Instituto Politécnico Nacional, una casa de estudios que siempre ha puesto el conocimiento al servicio de un México más justo y desarrollado, un México más fuerte y competitivo, más libre y democrático; en esencia, un México mejor.
A 75 años de su fundación, los mexicanos reconocemos con orgullo que el Instituto ha cumplido con creces la promesa que le hizo a la Patria. El México de hoy no podría concebirse sin las aportaciones del Politécnico Nacional, sin las transformaciones hechas con el trabajo de sus más de 800 mil egresados en estos tres cuartos de siglo.
Sus contribuciones han fortalecido el desarrollo político, económico, social y cultural del país. La comunidad politécnica ha dejado su huella en los proyectos tecnológicos y de ingeniería más trascendentes para el avance nacional. Ha dejado su huella en el desarrollo de los sectores petrolero, textil, eléctrico, electrónico, automotriz, hidráulico, carretero, de telecomunicaciones, de vivienda y de muchos, muchos otros.
Ha dejado su huella, también, en especialidades llamadas a revolucionar nuestra forma de vida en este Siglo XXI, como la robótica, la nanotecnología, la biotecnología, el medio ambiente, la energía, las tecnologías de la información y de la comunicación.
Es, además, una institución ejemplar, no sólo por las contribuciones de sus egresados al desarrollo de México, sino también por su capacidad de renovación y adaptación para enfrentar los retos de nuestro tiempo.
En esta Administración hemos hecho un gran esfuerzo por fortalecer y ampliar sus instalaciones. Destaca la creación de dos nuevas Unidades Profesionales fuera de la Ciudad de México, una en el Estado de Guanajuato, otra en el Estado de Zacatecas, con lo que el Instituto ya cuenta con 82 unidades académicas distribuidas en 17 entidades de la República. A través de esta amplia estructura, el Instituto ofrece más de 280 programas de enseñanza reconocidos por su calidad y pertinencia.
Quiero felicitarlos a todos ustedes, por su compromiso permanente con la excelencia en sus actividades docentes, de investigación y de difusión de la cultura. Así ha sido y así lo ha enfatizado ahora la actual Dirección del Politécnico.
Quiero aprovechar esta ocasión solemne, para hacer un reconocimiento a la gestión de la doctora Yoloxóchitl Bustamante, la primera mujer al frente de esta casa de estudios.
Bajo el liderazgo de la doctora Bustamante, el Politécnico ha seguido su ruta de excelencia académica. Así lo demuestra el hecho de que nueve de cada 10 estudiantes cursa un programa educativo con calidad acreditada. Gracias a ello, por ejemplo, los estudiantes de nivel medio superior del Politécnico, obtuvieron este año y por tercero consecutivo, las mejores calificaciones del país en la Prueba ENLACE.
Me alegra también saber que el número de proyectos en materia de incubación de empresas con base tecnológica, creció en este año alrededor de 50 por ciento, y que además este modelo se está extendiendo a otros centros de educación superior en el país.
Celebro también que este esquema haya sido replicado en 2010, por universidades en Bolivia, Perú, El Salvador y República Dominicana; porque bajo el liderazgo de la Dirección del Politécnico, ha dado este Instituto una sólida proyección nacional e internacional, precisamente, en este instrumento, la incubación de empresas, que vincula el conocimiento científico con la producción nacional, y con la apertura de oportunidades para sus estudiantes y sus egresados.
Todos estos logros se inscriben en el esfuerzo permanente de la institución por vincular su oferta educativa a las demandas de los emprendedores.
Y la lección que nos da es clara: si queremos detonar todo el potencial de desarrollo del país, tenemos que vincular las escuelas con las empresas, con las fábricas, con las agroindustrias, con los hoteles, con los laboratorios.
Ustedes lo han hecho, lo están haciendo con gran éxito. Y por eso, hoy, más del 70 por ciento de sus egresados se incorporan de inmediato a la vida productiva nacional.
Pero quizá la más relevante aportación del Politécnico sea la construcción de un modelo educativo, que ha sido retomado por otras escuelas, y que ha expandido nuestras capacidades para responder a los retos de la globalización.
Aquí también tenemos avances contundentes, y que debemos seguir impulsando los mexicanos. En esta Administración, por ejemplo, se han abierto 39 institutos tecnológicos, 24 universidades politécnicas, 18 nuevas universidades tecnológicas. En cuatro años se han creado 90 nuevos centros de educación superior en el país, y se han fortalecido o ampliado otros 45.
Éste énfasis en la ampliación de las oportunidades de educación superior y, particularmente, la educación tecnológica, ha permitido que se haya ampliado la cobertura en ese nivel educativo.
En 2006, sólo 24 por ciento de los jóvenes podían realizar estudios superiores. Hoy ya pueden hacerlo el 30 por ciento que es la meta que nos habíamos planteado para el año 2012. Y para apoyar el esfuerzo de los alumnos que no cuentan con los recursos para continuar sus estudios, actualmente se otorgan becas para educación superior a más de 460 mil jóvenes, 75 por ciento más que en 2006. Y queremos llevar esa cifra, este mismo año, al medio millón de becas para jóvenes universitarios.
Éstas son adicionales a las más de seis millones 800 mil becas que se están dando para educación básica y para educación media superior, donde también se han abierto más de 800 planteles de educación media superior en esta Administración.
En esta fecha, en que rendimos tributo los mexicanos al Politécnico y expresamos nuestra gratitud a esta institución, quiero reafirmar el compromiso irrenunciable de mi Gobierno con el fortalecimiento de la educación superior pública en el país.
En ella está una de las mayores fortalezas de la Nación y uno de los principales acervos de conocimiento. Ahí se crea y se difunde el saber. Ahí se investiga y se forma a las nuevas generaciones de profesionales e investigadores. Aquí se prepara y se atrinchera el país para ganar en la era del conocimiento, que es la que domina, precisamente, en este Siglo XXI.
Por eso, el desarrollo nacional está estrechamente ligado a la calidad, vitalidad y capacidad de respuesta de nuestros centros de educación superior, y entre ellos, desde luego, del Politécnico Nacional.
En especial, la educación superior pública ha probado ser el instrumento por excelencia de la movilidad social, el igualador de oportunidades. Y el Politécnico es el mejor ejemplo de ello. Como lo anhelaron sus fundadores, el Instituto ha igualado las oportunidades de miles y miles de mexicanos, de poder construirse en base a su esfuerzo un futuro mejor.
El éxito de sus egresados es el mejor argumento para defender la educación superior pública, para fortalecerla, modernizarla y expandirla.
Nuestro compromiso con el desarrollo de la educación superior, se expresa también en crecientes inversiones en este sector. Tan sólo este año ejerceremos un presupuesto histórico de más de 106 mil millones de pesos en la educación superior, también 65 por ciento mayor al que había apenas hace cuatro años.
Prácticamente en esta misma proporción han crecido los recursos que recibe el Politécnico, al pasar de poco más de seis mil millones, en 2006, a casi 10 mil 900 millones en 2011.
Sin duda, la educación superior es la gran aliada estratégica del México fuerte, competitivo y ganador que todos queremos. Las inversiones que realizamos en este sector, son para el presente y también para el futuro de la Nación.
En la sociedad del conocimiento, no podemos darnos el lujo de fallar en la formación de los profesionales y expertos que necesita nuestro país.
En este 75 Aniversario del Politécnico nos preguntamos cómo queremos ver al Politécnico al cumplir su primer centenario, y lo queremos ver cómo queremos ver al país: fuerte, competitivo, de calidad, igualador de oportunidades.
En un mundo que compite ferozmente, el avance en la educación superior no admite titubeos ni dilaciones. Por eso, todos debemos sentirnos orgullosos del esfuerzo que se está haciendo y sentirnos comprometidos a hacer un esfuerzo mayor.
Hoy, actualmente, gracias a este esfuerzo, ya se gradúan en México cada año más de 90 mil jóvenes técnicos o ingenieros. De hecho, nos hemos colocado ya como una de las naciones con mayor proyección y debemos serlo, debemos ser un país capaz de formar a sus jóvenes, hombres y mujeres en la ciencia, en la tecnología, en las artes, en las humanidades.
Técnicos al servicio del hombre, humanistas al servicio del hombre, técnicos humanistas; es decir, ciudadanos de bien formados en el conocimiento, en la ciencia y en el alto sentido del deber y del servicio.
Hoy, México, gracias a este esfuerzo, por ejemplo, ya tiene un egreso de ingenieros o técnicos anual mayor al que generan países como Alemania, Reino Unido, Canadá, Brasil o Argentina, en donde egresan menos ingenieros cada año, de lo que lo hacen en México.
El Gobierno Federal, a mi cargo, está decidido a seguir fortaleciendo la educación superior y a seguir fortaleciendo al Politécnico Nacional, a las instituciones tecnológicas y a todas las universidades públicas, porque es la única manera de igualar las oportunidades en el país y de elevar la competitividad de nuestra economía, indispensable para el progreso de la Nación.
Porque tenemos claro que es la mejor apuesta para resolver los problemas que frenan nuestro desarrollo, porque estamos convencidos de que es el camino correcto para que México sea una Nación justa e igualitaria.
Amigas y amigos:
El Politécnico ha sido y seguirá siendo uno de los motores de la transformación de México.
Hace 75 años fue el eje de la industrialización del país. En esta segunda década del Siglo XXI le toca ser uno de los arietes para enfrentar los retos de la globalización, del conocimiento, de la informática, de la generación de mejores condiciones de vida.
Ahora le corresponde seguir poniendo el conocimiento científico y tecnológico al servicio de la Patria.
Hoy, más que nunca, es importante que las instituciones de educación superior, que están a la vanguardia, como esta casa de estudios, mantengan vivo y acrecienten su compromiso con el desarrollo del país.
Sin duda, hoy el Politécnico está mejor preparado para hacer frente a las demandas y a los requerimientos de nuestra sociedad.
Los mexicanos tenemos la certeza de que sus alumnos, sus egresados, sus profesores, sus directivos, seguirán haciendo de esta querida institución una de las más grandes palancas del desarrollo nacional.
Sé que continuarán dando su mejor y mayor esfuerzo para construir ese México justo, ordenado, generoso, por el que trabajamos todos; para construir el país desarrollado, próspero, competitivo, que deseamos y que merecen las nuevas generaciones de mexicanos.
Felicito de nuevo a la comunidad politécnica por este gran Aniversario.
De cara al futuro, sé que todos ustedes honrarán el legado que hoy celebramos; sé que seguirán cumpliendo la tradición de servicio y excelencia que ha distinguido al Instituto Politécnico Nacional por 75 años. Sé que seguirán dando gloria al Instituto y a México, como lo expresa, precisamente, la porra del Politécnico, el Huelum, al que voy a invitar a la Directora, a que venga y lo encabece.
Muchísimas felicidades a todos.
Y larga vida, gloria, al Politécnico Nacional.