Albricias veraniegas, agudo lector/Juan Goytisolo, escritor
Publicado en EL PAÍS, 29/07/11;
Uno.- A la vista de cuanto ocurre en la desdichada Europa del euro, ante cosas que todo el mundo ve pero nadie sabe o puede poner remedio, la mejor receta para salir del tobogán de la crisis sobre el que nos deslizamos en vísperas del gran batacazo sería exigir la dimisión colectiva de sus 27 gobiernos y amén de encomendar las almas a Dios y a su santa Iglesia, confiar nuestro destino a las sibilas y augures de las agencias calificadoras de riesgo Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch con la esperanza última de que nos conduzcan si no a todos, al menos a un núcleo selecto, al goce tangible de algún paraíso fiscal.
Dos.- Su Santidad Benedicto XVI va a pisar “la viña devastada por los jabalíes del laicismo”. Su próximo viaje pastoral a Madrid será la ocasión de mostrarle que aún quedan almas sencillas y buenas fieles a su sabia doctrina. Como el presupuesto de 50 millones de euros previsto para la Jornada Mundial de la Juventud, de la Fundación Madrid Vivo, subvencionada por las grandes entidades financieras, y el precioso sostén moral de la docta e incorruptible presidenta de la capital (¡la pobre no tiene “ni un puto duro”!) resultan quizás insuficientes en razón de los fastos del acontecimiento y el alojo de decenas de millares de peregrinos que a lo largo del trayecto previsto cicatrizarán con sus vítores las heridas abiertas en el corazón del Pontífice por los desmanes laicos, se abre paso la idea de una colecta en los barrios más castigados por la crisis cuyo lema, “Una perlita más para la tiara del Papa”, mostraría que también los humildes son capaces de rascarse los bolsillos y sacrificar unos euros a favor del atribulado ocupante de la Silla de Pedro. Que sólo coticen los ricos, y las familias hipotecadas y en paro queden excluidas de los inmensos beneficios espirituales condignos a la visita, sería a todas luces injusto y contrario a la enseñanza milenaria de la Iglesia en pro de los desvalidos.
Tres.- En mis lejanos tiempos de bachiller, el profesor de historia evocaba con sentimiento el espolio de los bienes del clero (léase la desamortización) llevada a cabo por “el judío” Mendizábal. Ciento setenta y pico años después, la Iglesia, injustamente desposeída, ha adoptado las medidas oportunas para resarcirse de tal atropello. Inspirándose en el ejemplo de los oligarcas rusos de Yeltsin, ha inscrito a su nombre, al amparo de la derogación de una cláusula de la Ley y el Reglamento Hipotecario por el Gobierno de José María Aznar, no sólo centenares de templos parroquiales, basílicas y ermitas navarras con todos sus enseres y objetos de culto, sino también casas, almacenes, garajes, viñedos (no sé si devastados por los jabalíes laicos), frontones y olivares considerados de domi-nio público pero formalmente inmatriculados.
“¿Cómo se ha hecho usted dueño de semejante fortuna?”, preguntaron a un conocido magnate ruso. “Muy sencillo. Era el director de un gran consorcio estatal y lo puse a mi nombre”.
Según leo en la prensa, la diócesis de Navarra ha puesto también a su nombre, sin que nadie lo advirtiera, el patrimonio comunal de centenares de parroquias (1.087 propiedades) y su norma se ha extendido al parecer al resto de España. Escaldada por el fiasco de la cartera de fondos de riesgo del arzobispado de Valladolid, Nuestra Santa Madre apuesta hoy por lo sólido: lo inmobiliario. Venta, alquiler o hipoteca llaves en mano.
Cuatro.- Por si la tentativa de sentar en el banquillo al juez Baltasar Garzón denunciado por la Asociación Manos Limpias (con Ariel) y Falange Española (sí, la de siempre) no bastara, lo acaecido con el Diccionario Biográfico General de la Lengua Española, editado por la Real Academia de la Historia, es un ejemplo de la vuelta salvífica a las virtudes prístinas y a las más puras esencias patrias. Los criterios políticos, sociales y religiosos de antaño vuelven por sus fueros tras varias décadas de negativismo y decadencia. Franco no fue un dictador sino un pelín autoritario y sus bien probadas virtudes castrenses salvaron a España del totalitarismo estaliniano. La Guerra Civil impuso el triunfo de los sanos principios hispanos frente a las soflamas de los descreídos. Un florilegio de los millares de entradas sobre personajes y acontecimientos del siglo XIX y primera mitad del XX nos procuraría otras muchas verdades macizas como las piedras de nuestras catedrales.
A la falta de una Ley de Libertad Religiosa y de Conciencia para no incomodar al Vaticano, escribe Juan José Tamayo (Capillas en la Universidad, EL PAÍS, 24/6/ 2011) no ha habido en España una verdadera transición: “Estamos muy lejos de pasar del Estado confesional al Estado laico”.
¡Tápate los oídos, lector! No escuches los cantos de sirena de quienes desean arrastrarnos al abismo. Acude a la capital a recibir a Su Santidad, como antes lo hiciste en Santiago y el País Valenciano. Muéstrale con tu ejemplo que tampoco en Madrid faltan santos.
Cinco.- Las noticias que llegan de México son asimismo alentadoras. Conforme al corresponsal de este periódico, Pablo Ordaz, los rezos fervorosos de dos obispos habrían contribuido tal vez al milagro de dejar en libertad a Jorge Hank, exalcalde de la piadosa ciudad de Tijuana, cuyo arsenal de armas de todo calibre, incautado por el Ejército, destinaba sin duda a defender a los feligreses de aquellos de las arremetidas y trampas de Satanás.
Y como las venturas no suelen venir solas, leemos también que el obispado de Alcalá de Henares, alarmado sin duda por las palabras de Demetrio, obispo de Córdoba, quién en una homilía cuya paternidad me atribuyen algunos agudos lectores, revelaba el plan secreto de la Unesco de convertir el 50% de la humanidad al homosexualismo en un plazo de 20 años, ha colgado en su página web una guía de lecturas y consejos destinados a probar a los que padecen ya de tan extendido mal “que es posible la esperanza”.
¡Ojalá dicha lectura y la del entendido autor de Camino y santo de la Iglesia, Monseñor Escrivá de Balaguer, animen a los numerosos miembros del cuerpo pastoral aquejados de esa dolencia a seguir unos cursillos prácticos de castidad compartida “dentro del más exquisito respeto a sus personas” como reza la web diocesana caritativamente consagrada a tan doloroso tema.
Seis.- Aconsejamos finalmente al lector que, tutelado por la Trinidad de las ya citadas agencias calificadoras de riesgo, y renunciando a las rebajas veraniegas de bañadores, cremas solares, sombreros de rafia y pareos, desee vitorear a Su Santidad a lo largo del trayecto en papamóvil con aire acondicionado (será en Madrid, será en agosto) hasta el lugar en el que se celebre la ceremonia inaugural del Congreso, el uso del pack del peregrino promocionado por Robert Juan Cantavella en su devota novela El Dorado en donde hallará asimismo la lista de prodigios que favorecieron material y espiritualmente a las fuerzas vivas y autoridades del País Valenciano.
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