Gran
fracaso, rebelión en ciernes/
VERÓNICA
ESPINOSA, reporteraRevista Proceso No. 1867, 12 de agosto de 2012:
Panistas –sobre todo de viejo cuño– atestiguan el hundimiento de su partido luego de la derrota del pasado 1 de julio y hacen esfuerzos para evitar el naufragio total. En una jugada arriesgada, proponen la renovación absoluta del Comité Ejecutivo y del Consejo Nacional del PAN, y piden que el presidente saque las manos de la vida partidista. Tienen pocas esperanzas de lograr esto, especialmente después de las señales que han mandado Felipe Calderón y Gustavo Madero, trabados en una lucha por el control del blanquiazul.
QUERÉTARO, Qro.- Tras hacer un balance de la derrota de su partido en las elecciones del 1 de julio, militantes del PAN –entre ellos Fauzi Hamdan, Francisco Ramírez Acuña y Ricardo García Cervantes– demandan la renuncia de los integrantes del Comité Ejecutivo y la renovación total del Consejo Nacional, además de que proponen frenar “una intromisión del presidente que no podemos aceptar” en las definiciones del futuro de Acción Nacional.
Con un documento avalado por poco más de 10% de los consejeros nacionales, el grupo de panistas trabajaba para llevar su posición a debate en la reunión del Consejo Nacional del sábado 11.
Este grupo –en el que también participan el alcalde de León, Ricardo Sheffield Padilla; el exprocurador de Guanajuato Juan Miguel Alcántara Soria; la exsenadora Elena Álvarez de Vicencio, y el exsecretario de Agricultura Javier Usabiaga Arroyo– considera que en las condiciones actuales ni el CEN con Gustavo Madero al frente ni el Consejo Nacional tienen autonomía, libertad ni principios para restructurar al PAN.
“La renuncia de Gustavo Madero por sí sola no resuelve nada. Todo quedaría igual, y tanta responsabilidad tiene el CEN como la tiene Calderón. Sugerimos renuncias escalonadas para no dejar sin dirigencia al partido”, dice a Proceso uno de los miembros del grupo, quien pidió no ser identificado.
La fuente sostiene que tuvo reuniones antes y después del 1 de julio con otros militantes panistas y, después de muchas conversaciones e intercambio de reflexiones “sobre lo que ya se veía venir”, consensuó un documento que fue divulgado en la víspera de la reunión de consejeros del sábado 11
El Mensaje a los miembros del Partido Acción Nacional de cara a la sociedad atribuye la derrota electoral directamente a la gestión de Felipe Calderón y a los gobiernos estatales y municipales, pero también a las fallas en la dirección y organización partidaria, “y desde luego al desempeño del equipo de campaña y su deficiente estrategia”.
El grupo de consejeros panistas descontentos propone integrar una comisión especial con exgobernadores, exalcaldes, exlegisladores y militantes “de gran experiencia y autoridad moral”, que se encargaría de organizar y convocar a una convención en noviembre próximo para hacer diagnósticos y definir criterios para el futuro del partido.
También pide a los funcionarios públicos emanados del PAN hacer un ejercicio de autocrítica y propone al mismo tiempo que la comisión especial haga un diagnóstico claro sobre el ejercicio de gobierno de Calderón, de los gobernadores y alcaldes, como parte de los saldos que se deben evaluar tras la derrota del 1 de julio.
“No debemos dejar pasar la oportunidad de corregir los gravísimos errores que hubo en todas las etapas del proceso interno y externo. Es importante incluir en ese análisis las fallas que se han venido acumulando desde la elección presidencial de 2000”, asegura la fuente.
Además de consensuar con al menos 10% de los consejeros nacionales para que este debate llegara a la reunión del sábado 11, el grupo insiste en la necesidad de renovar a mediano plazo todos los cargos directivos del CEN y al propio Consejo Nacional, pues “actualmente no hay nadie con autonomía y sin compromisos de grupo para tomar decisiones: O están con el presidente o están con El Yunque”, expresó la fuente consultada por Proceso.
En la búsqueda de consensos para su firma el documento redactado por los inconformes llegó a manos de los senadores electos Javier Corral y Juan Carlos Romero Hicks, así como a los exgobernadores Ernesto Ruffo Appel y Carlos Medina, quienes estuvieron de acuerdo en todo, excepto en las renuncias del pleno del CEN y del consejo.
“Lo consideraron demasiado fuerte, pero si en el CEN está sobrerrepresentado El Yunque y en el consejo lo está Calderón, no hay capacidad de autocrítica ni autonomía.”
Los exlegisladores que participan en el grupo también pidieron la opinión del excandidato presidencial Diego Fernández de Cevallos; al cierre de esta edición aún esperaban su respuesta.
“Diego no es proclive a incluirse en esas firmas y él ya le dejó muy clara su postura a Calderón en una reunión en Los Pinos. Le dijo que no debe verse en el futuro definiendo los cómos y los tiempos del partido.”
Reuniones en Los Pinos
Mientras tanto, el encuentro nacional de legisladores electos del PAN terminó como otro capítulo de la lucha por el control del partido que sostienen Felipe Calderón y Gustavo Madero: en forcejeos públicos ante los futuros integrantes de las bancadas y los presidentes de los comités estatales.
En la reunión que tuvo lugar en Jurica el martes 7 y miércoles 8, los operadores y aliados de Calderón avanzaron al comprometer el respaldo mayoritario para Ernesto Cordero y Luis Alberto Villarreal como coordinadores en el Senado y la Cámara de Diputados.
Madero tuvo el espaldarazo de los dirigentes estatales en un intento por frenar las ansias presidenciales de tomar las decisiones que definan el rumbo del PAN antes de abandonar Los Pinos.
El balance pareció favorecer a Madero, quien logró reagrupar a los dirigentes estatales –en una jugada en la que fue su cabildero el exgobernador Juan Manuel Oliva, ahora distanciado del presidente que se va– y recibió de Javier Corral un elogio poco ortodoxo: “Ya está mostrando la testosterona”, frase que el senador electo por Chihuahua usó al hablar de los saldos del agitado encuentro legislativo, en el que la agenda pasó a segundo término frente al ruido generado por Calderón y la llegada de los presidentes de los comités.
Algo dejó en claro el presidente en sus encuentros de las últimas semanas con consejeros de su partido: una vez que concluya su mandato pretende reinsertarse plenamente en la actividad partidaria.
La necesidad de integrar una comisión –aunque nombrada por el CEN– para hacer el diagnóstico poselectoral del PAN y proponer modificaciones a los procesos de afiliación y reformas a los estatutos salió del propio Madero en la comida a la que fue convocado por Calderón en Los Pinos el jueves 9, junto con 18 presidentes de los comités estatales.
Según la propuesta del presidente del CEN –que pretendía formalizar en la reunión del sábado 11 y que Calderón aparentemente aceptó– esa comisión sería integrada por algunos de los presidentes estatales y miembros del CEN, y estaría a cargo de organizar una consulta nacional que culminaría en un encuentro, con fecha tentativa de 15 de septiembre, así como de proponer fechas para las próximas asambleas ordinaria y extraordinaria.
En sus recientes reuniones con consejeros –y en la que sostuvo con los legisladores electos– Calderón ha hablado de una “responsabilidad de todos en la derrota”, pero no ha sido capaz de admitir cuál es su parte en ella y ha culpado a la excandidata Josefina Vázquez Mota y a su equipo de campaña.
En una cena privada en Jurica con los diputados y senadores electos el martes 7, por ejemplo, el largo discurso del presidente incluyó reproches a Vázquez Mota por no haber apostado a ofrecer la continuidad como médula de su campaña, sino al concepto de “Josefina diferente”
En su idea de que los costos de la derrota los asuman otros, el presidente desplegó un discurso de logros y alcances de su sexenio, que “a lo mejor no supimos cómo comunicarlos bien, o el resultado hubiera sido otro”, y hasta sugirió que no se había destinado a la campaña el dinero suficiente.
La presencia del presidente en el acto en Jurica tuvo detractores y defensores. En principio fue ampliamente elogiada un día después por el exsecretario del Trabajo Javier Lozano:
“Ayer vi al mejor Calderón, al mejor Calderón panista, al mejor Calderón gobernante, a un gobernante saliente, sí, pero congruente hasta el último momento que habló con la razón y con el corazón a los panistas. Creo que no se esperaba un mensaje tan claro, tan sincero, tan auténtico, tan audaz, tan honesto, tan emotivo como el de ayer de Felipe Calderón; nos motivó, nos emocionó.”
En el otro extremo Corral criticó “el discurso autocomplaciente y ausente de autocrítica”. “Calderón tiene un diagnóstico exacto sobre el deterioro del partido y los errores de la campaña, pero es laxo cuando habla de su propia responsabilidad”, dijo ante algunos reporteros.
–El presidente dijo anoche que después del 1 de diciembre tendrá mucho tiempo para participar en el partido, pero, ¿qué tanto podrá intervenir en la toma de decisiones? –le preguntó la reportera a Corral.
–Participa y ha participado en la vida del partido, nadie le quita ni le ha quitado ese derecho ni se lo niega. A lo que el presidente Calderón no tiene derecho es a controlar los procesos del partido, la revisión en que se encuentra –respondió.
Otros senadores electos, como el exdirigente estatal de Guanajuato Fernando Torres Graciano, Martín Orozco –excandidato a gobernador de Aguascalientes– y el exdirector del Conacyt y exgobernador de Guanajuato Juan Carlos Romero Hicks discrepan en la urgencia presidencial y asumen que para consumar las reformas estatutarias y la renovación de la dirigencia y del propio consejo, “no corre prisa”.
Pero tampoco hay consenso para las propuestas de Madero. Por ejemplo Martín Orozco se dijo en desacuerdo con el aplazamiento de la designación de los coordinadores parlamentarios y Torres Graciano sugirió que el dirigente del partido deberá respetar el resultado de la consulta que él mismo hizo a los integrantes de las bancadas.
Romero Hicks asumió que Madero cumplirá con anunciar el nombramiento de los coordinadores antes del 15 de agosto. “¿Qué es más importante, el burro o la carreta?”, dijo a la reportera, maleta en mano, al terminar la reunión en esta ciudad el miércoles 8.
Y así como Lozano se deshizo en halagos a la presencia presidencial en la cena del martes 7, Madero fue declarado capitán del barco que sobrevivió a la tormenta por el presidente del PAN de Aguascalientes, José López:
“Después de esta tormenta (se) ha erigido una dirigencia noble, legítima. Nos venimos a sumar al barco que dirige Gustavo Madero y que de manera afortunada Juan Manuel Oliva también ha venido a apoyar en este esfuerzo noble, en este esfuerzo legítimo. Hoy vamos a navegar, presidente Madero, al puerto de la victoria nuevamente.”
Para el jueves 9 Calderón ya estaba de nuevo montado en la brega partidaria, y haciendo a un lado la agenda oficial convocó a los presidentes de los comités estatales –los que dos días atrás habían ido a Jurica a respaldar a Madero– y al propio dirigente nacional a comer a Los Pinos.
“Nos tenemos que mostrar juntos para que se vea que no hay pleito; pueden decir que hay bloques, pero ¿cuáles bloques si aquí estamos todos?”, habría dicho Calderón en esa comida, luego de las señales de pugna exhibidas públicamente en el encuentro con los legisladores electos.
“Nadie se quiere quedar con nada”, deslizó en ese encuentro, de acuerdo con la versión que uno de los asistentes dio a Proceso. A la reunión sólo llegaron 18 de los 32 dirigentes. Además de Calderón y Madero estuvieron la secretaria del CEN, Cecilia Romero; el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, y el secretario particular del mandatario, José Tarcisio Rodríguez.
Ahí Calderón culpó “a los de afuera” de ser quienes fabrican una imagen del panismo enfrentado y dividido.
Lo cierto es que el presidente “ha arriado algunas de sus banderas”, dijo Corral en Jurica. Pero no ceja en su empeño de fijar tiempos y específicamente en definir (o palomear) candidaturas para las elecciones constitucionales que se efectuarán en 14 estados el año próximo.
Ante Madero y los dirigentes, en una aparente conciliación Calderóofreció respetar los plazos que se definan para las reformas. Pero una vez más los urgió a elaborar sus diagnósticos y planes de trabajo, sobre todo a definir candidatos “desde ya”, “en caliente”, como les dijo a los legisladores de las próximas bancadas.
Un dirigente panista consultado por Proceso resume: “El conflicto de Calderón es si llegamos a las asambleas con él como presidente… o como expresidente”.
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