Revista Proceso No. 1867, 12 de agosto de 2012:
Fuentes militares en
México y Estados Unidos confirmaron a Proceso la existencia de un plan para
atrapar “o ejecutar” al Chapo Guzmán, elaborado por el Pentágono y propuesto al
gobierno mexicano y aceptado, en principio, por el presidente Calderón.
Prácticamente copiado del que llevó al asesinato de Osama bin Laden en
Paquistán, el operativo se efectuaría exclusivamente por miembros de la Marina
de los Estados Unidos, sin intervención alguna de elementos militares o
policiacos mexicanos. Sólo el rechazo rotundo de los altos mandos de las Fuerzas
Armadas mexicanas lo ha detenido… Pero el Pentágono lo volverá a plantear con el
ánimo de que el inminente próximo gobierno lo acepte.
Ante lo difícil
que ha sido atrapar a Joaquín El Chapo Guzmán, el gobierno estadunidense tiene
listo un plan para capturar a este narcotraficante, el más conocido jefe del
Cártel de Sinaloa, en una operación similar a la llevada a cabo en Paquistán el
año pasado para dar con Osama bin Laden, líder de Al Qaeda.
Fuentes militares
en México y Estados Unidos confirman la existencia del plan, que fue elaborado
por el Pentágono hace varios meses y ahora se encuentra detenido porque está
diseñado para ser ejecutado sólo por estadunidenses, idea que no es vista con
agrado por sus contrapartes mexicanas.
El plan incluso ya fue presentado a
Felipe Calderón, quien lo promovió entre las Fuerzas Armadas. Y aunque ya hubo
un rechazo tajante de parte del Ejército y la Marina de México, Washington no lo
ha desechado y se lo propondrá al próximo presidente.
El plan existe a partir
de una orden del Departamento de Defensa y el Comando Norte lo tiene considerado
como una misión prioritaria, dijo una fuente de alta jerarquía del Ejército
mexicano de la que por mutuo acuerdo se conserva el anonimato. La pretensión del
Pentágono obedece a los constantes “intentos frustrados” del gobierno mexicano
de detener a Guzmán Loera desde que escapó del penal de máxima seguridad de
Puente Grande, Jalisco, en enero de 2001, durante el sexenio de Vicente
Fox.
El Chapo ha escapado por lo menos seis veces de cercos montados para
detenerlo, confirmó la fuente militar. La más reciente ocurrió en febrero pasado
en una mansión costera de Los Cabos, Baja California Sur, un día después de que
la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, estuviera en visita
oficial en ese balneario.
La información precisa para capturar al capo ha
sido proporcionada por agencias estadunidenses, principalmente la encargada de
la lucha antidrogas, la DEA, por lo que cada “intento fallido” del gobierno
mexicano ha irritado a Washington.
Para México la eventual intervención
militar de Estados Unidos en territorio mexicano para hacerse cargo de la
detención del Chapo es “un asunto muy riesgoso”, porque además de una clara
violación a la Constitución provocaría problemas de toda índole, añadió el
funcionario militar.
La operación propuesta está pormenorizada en el Plan de
Seguridad de Apoyo a México, diseñado por estrategas militares de las fuerzas
especiales del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el Pentágono.
La
ejecución del operativo estaría a cargo de la principal fuerza especial de
Estados Unidos, el Navy Seal (acrónimo de las palabras sea, air, land), formado
por comandos de la Marina entrenados para acciones clandestinas en territorio
enemigo, sea por mar, aire o tierra.
La operación sería una copia de la que
el Pentágono ejecutó en secreto en Paquistán para “capturar o eliminar” a Bin
Laden, quien finalmente fue muerto en su escondite en mayo de 2011. Helicópteros
de las fuerzas especiales llegaron hasta el búnker del líder musulmán en las
afueras de Islamabad, muy cerca de la academia militar paquistaní.
A partir
de esa experiencia los mandos del Pentágono le explicaron a Calderón la
propuesta para detener al Chapo, en lo que se definió como una operación
“sencilla, rápida y quirúrgica”.
En la sierra de Sinaloa, donde Guzmán Loera
entra y sale a placer, la captura requeriría tres equipos especiales de seals
con el apoyo de tres aviones de alta tecnología digital operados a control
remoto y armados con misiles, según el plan.
Las fuerzas especiales se
desplazarían por Sinaloa o Durango en helicópteros artillados. Al llegar al
objetivo, dos de los equipos actuarían en tierra y otro se quedaría en el aire,
con respaldo de los aviones no tripulados, para prevenir cualquier represalia
del grupo delictivo.
En 10 o 15 minutos los dos equipos de asalto atraparían
al objetivo y, según la propuesta operativa, en caso de encontrar resistencia lo
eliminarían en el acto, al igual que a toda su guardia. Como ocurrió con el
autor intelectual de los ataques terroristas contra Estados Unidos del 11 de
septiembre de 2001, en caso de ejecutar al objetivo tendrían que recoger el
cadáver.
El operativo contra El Chapo estaría observado y dirigido “en tiempo
real” desde las oficinas centrales del Pentágono, del Comando Norte e incluso
desde las oficinas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. En la
operación contra Bin Laden, el presidente Barack Obama siguió paso a paso desde
la Casa Blanca el trabajo de los seals, aunque en el caso mexicano serían los
mandos del Pentágono los responsables de vigilar el operativo.
En el plan no
caben militares mexicanos, ni del Ejército ni de la Marina. Sólo entrarían
uniformados mexicanos para presentar los resultados.
Según el mando militar
consultado por Proceso es claro que Estados Unidos tiene capacidad para capturar
al Chapo en México, aunque para simular la participación mexicana los
estadunidenses tendrían que disfrazarse con uniformes de alguna corporación
nacional, como la Policía Federal.
Para el Comando Norte, creado en 2002 por
el Pentágono después de los ataques de Al Qaeda, con el propósito de realizar
operaciones “delicadas” para “la seguridad de Canadá, Estados Unidos y México”,
la captura del Chapo está considerada como una misión.
Washington equipara a
los cárteles de la droga mexicanos con terroristas y por consiguiente los
considera una amenaza a su seguridad nacional. En consecuencia, el Comando Norte
asume como su obligación actuar contra los narcotraficantes, añade el jefe
militar.
Objetan las Fuerzas Armadas
De acuerdo con la información
obtenida en Washington, Calderón aceptó la propuesta estadunidense, pero cuando
el Pentágono explicó que la operación tendría que ser llevada a cabo
exclusivamente por las fuerzas militares de Estados Unidos, fue rechazada por
las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, pese a que ésta, a
diferencia del Ejército, ha favorecido más la relación con su contraparte
estadunidense.
El titular del Ejecutivo intentó convencer a los jefes
militares mexicanos, mientras que a los representantes del Pentágono les dijo
que tendría que analizarlo y “después” les daría la respuesta.
Calderón
insistió ante las Fuerzas Armadas mexicanas que la propuesta era acertada y
acorde con los objetivos de combate al narcotráfico. En su desesperación
argumentó que sería un operativo secreto y rápido “que se podía arreglar” para
no exponer al Pentágono, con la salida inmediata de los seals, pero el rechazo
del Ejército y la Marina fue contundente. Sus argumentos fueron la prohibición
constitucional y la defensa de la soberanía ante la presencia de tropas
extranjeras.
Después de la reunión con los mandos del Ejército y la Marina,
Calderón terminó por darle la negativa al Pentágono a menos de que participaran
soldados o marinos mexicanos.
En esas condiciones el Departamento de Defensa
estadunidense dejó en claro que el operativo era inconcebible. Pero entre los
militares consultados existe la certeza de que el gobierno de Estados Unidos
“insistirá ante el próximo presidente de México”.
Para evitar sorpresas las
Fuerzas Armadas mexicanas iniciaron una campaña entre las autoridades civiles
para advertir de los riesgos que implicaría una operación encubierta extranjera
para atrapar o matar al Chapo.
Durante el gobierno de Felipe Calderón el
Pentágono logró una de sus metas: tener presencia directa en México. La apertura
de la Oficina Binacional de Inteligencia (OBI) en 2010 fue el conducto para que
los militares estadunidenses realicen labores de inteligencia en territorio
mexicano desde la propia Ciudad de México e incluso desde instalaciones
militares en Escobedo, Nuevo León.
En el Distrito Federal la OBI ocupa la
parte alta del edificio ubicado en Reforma 265, donde operan tres agencias
militares y seis civiles. Las primeras son la Agencia de Inteligencia Militar,
la Oficina Nacional de Reconocimiento y la Agencia Nacional de Seguridad. Además
hay organismos de inteligencia de los Departamentos de Justicia, Seguridad
Interior y del Tesoro (Proceso 1776).
Según publicó el diario The New York
Times en agosto del año pasado, agentes estadunidenses de inteligencia castrense
también operan en las instalaciones de la zona militar con sede en Escobedo,
Nuevo León.
De acuerdo con el mando castrense consultado, en la relación con
México los militares estadunidenses siempre han tenido un pie en la puerta y han
aprovechado cada espacio que se les abre. Ahora que se les franqueó la entrada
ya están pensando en operar en el territorio.
La política del Departamento de
Defensa hacia México fue establecida en el Reporte de Revisión de Defensa, que
realiza el Pentágono cada cuatro años. Publicado en febrero de 2010, menciona
que “continuará trabajando estrechamente con México para tener una frontera
segura, aumentando la capacidad de defensa para operaciones
coordinadas”.
Para todo el Continente Americano establece que desarrollará
“asociaciones de defensa regional para enfrentar amenazas domésticas y
trasnacionales, como las organizaciones narcoterroristas, el tráfico ilícito y
disturbios sociales”.
En julio de 2011 el general Charles H. Jacoby, jefe del
Comando Norte y del Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica, fue todavía
más preciso cuando compareció ante el Comité de Servicios Armados del Senado
estadunidense para ser ratificado en ambos mandos operativos del
Pentágono.
Requerido por los senadores estadunidenses sobre la relación que
tendría con los militares mexicanos “para vencer a las organizaciones de
delincuencia trasnacional que están causando altos niveles de violencia en
México y que amenazan la seguridad de nuestra frontera sur”, Jacoby mencionó que
el presidente Obama emitió un decreto ejecutivo para declarar “emergencia
nacional” en Estados Unidos ante la amenaza de la delincuencia trasnacional,
incluida la mexicana.
“Esas organizaciones (los cárteles del narcotráfico)
constituyen una inusual y extraordinaria amenaza a la política exterior, la
economía y la seguridad nacional de Estados Unidos”, dijo el
comandante.
Expertos en invasiones
En efecto, Obama emitió el 24 de julio
del año pasado un decreto ejecutivo para bloquear en Estados Unidos las
propiedades de cuatro organizaciones delictivas trasnacionales: Los Hermanos del
Círculo o La Familia de los Once –que opera en la antigua Unión
Soviética, Medio Oriente, África y América Latina–, La Camorra de
Italia, la Yakuza japonesa y Los Zetas.
Obama decretó: “Esas
organizaciones han logrado tal alcance y gravitación que amenazan la estabilidad
y los sistemas político y económico internacionales y cada vez son más
sofisticadas y peligrosas para Estados Unidos”. En el caso de Los Zetas,
el FBI incluso ha tratado de vincularlos con “terroristas islámicos” de
Irán.
De acuerdo con el presupuesto del año fiscal 2012, autorizado
por el Congreso, el Pentágono dispone de 553.8 millones de dólares para apoyo
internacional en sus actividades antidrogas, además de 486.5 millones para
“operaciones de contingencia en el extranjero” en el mismo rubro.
En el caso
de México, el Pentágono además designó agregado militar a un experto en
“operaciones especiales”. En diciembre pasado envió al almirante Colin J.
Kilrain como agregado militar y oficial en jefe de defensa de la embajada de
Estados Unidos en México.
Antes de ese cargo Kilrain era el encargado del
combate al terrorismo en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos,
organismo que depende directamente del presidente y que incide en la política
exterior estadunidense.
Tanto Jacoby como Kilrain tienen experiencia en las
invasiones de Estados Unidos. Jacoby participó en la de Granada en 1983 y en
Afganistán en la Operación Libertad Duradera, iniciada en 2001; Kilrain lo hizo
en Haití en 1994 y en Afganistán.
Después de la ejecución de Bin Laden, El
Chapo se convirtió para Estados Unidos en el hombre más buscado del mundo. Tanto
la DEA como el FBI lo tienen como su principal objetivo en el
extranjero.
Guzmán Loera también sigue apareciendo en la lista de los hombres
más ricos del mundo de la revista Forbes. Aunque Colombia y Estados Unidos le
han dado severos golpes a su estructura económica, el capo sinaloense se
mantiene como uno de los hombres del planeta con una riqueza superior a los mil
millones de dólares.
La operación propuesta por el Pentágono para detener al
Chapo en territorio mexicano ha estado acompañada de una serie de detenciones de
sus socios, colaboradores y familiares en México, Colombia, Estados Unidos y, la
semana pasada, en Belice.
Apenas el pasado jueves 9 el gobierno de Felipe
Calderón extraditó a Estados Unidos a Sandra Ávila Beltrán, La Reina del
Pacífico, acusada de traficar drogas del Cártel de Sinaloa en complicidad con
narcotraficantes colombianos. La decisión se tomó no obstante haber sido
exonerada de los delitos más graves por la justicia mexicana.
Dos días antes
el gobierno colombiano extraditó a Dolly Cifuentes Villa, acusada de ser socia
del sinaloense. Su hermano Francisco fue piloto del capo colombiano Pablo
Escobar, jefe del Cártel de Medellín; mientras que su también hermano
Hildebrando fue uno de los principales socios de Guzmán Loera.
La mujer tenía
oficinas de importaciones en Colombia, Panamá, México, Brasil y Estados Unidos
valuadas en más de 200 millones de dólares. Según la policía colombiana, a
través de esas empresas El Chapo lavó millones de dólares y acumuló una gran
riqueza en inmuebles.
En abril pasado la policía colombiana realizó un
operativo de extinción de dominio contra 58 bienes supuestamente adquiridos con
dinero del sinaloense en Bogotá, Cali y Medellín, valuados en 15 millones de
dólares. Antes, en septiembre de 2011, le había ocurrido lo mismo con 301
bienes. Según la policía colombiana eran casas, fincas, terrenos, departamentos,
empresas, vehículos e islas privadas a nombre de testaferros, valuadas en unos
250 millones de dólares.
Estados Unidos, además, tiene en su lista mundial de
cabecillas del narcotráfico a dos hijos y a la primera esposa del Chapo, por lo
que existe una orden para que se les congelen los bienes o cuentas que tengan en
ese país. Se trata de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, El Chapito; Ovidio Guzmán
López, y María o Alejandrina Salazar Hernández.
La DEA también busca a José
Alfredo Guzmán Salazar, a quien la Marina dio por detenido en junio pasado
aunque de inmediato la PGR negó que se tratara del hijo del jefe del Cártel de
Sinaloa.
En el juicio que se sigue contra éste en una corte federal en
Chicago, el gobierno estadunidense busca decomisar al menos mil 374 millones de
dólares que, según dice, ha obtenido la organización criminal en los últimos
siete años, luego de la fuga del Chapo del penal de Puente
Grande.
*
Golpe al “Chapo” en España/Alejandro
Gutiérrez
Revista Proceso No. 1867, 12 de agosto de 2012:
No
cabe duda de que las autoridades estadunidenses le tienen puesto el ojo al Chapo
Guzmán: Información que el FBI le proporcionó a la policía de España permitió
desmantelar una célula del Cártel de Sinaloa que se estaba asentando en Madrid y
que hubiera sido dirigida por un primo del capo sinaloense. El golpe fue
asestado con limpieza y contundencia el miércoles 8. El primo y tres hombres más
fueron capturados en Madrid; y uno de los detenidos, además, es un priista
sonorense al que le gusta presumir su cercanía con Enrique Peña Nieto y Emilio
Gamboa Patrón.
MADRID.- En cuanto salieron del centenario Hotel Palace,
uno de los más lujosos de la ciudad, Jesús Gutiérrez Guzmán, primo de Joaquín El
Chapo Guzmán, y otros dos presuntos miembros del Cártel de Sinaloa fueron
interceptados por una decena de policías encubiertos. Todos los agentes
aparentaban ser transeúntes que pasaban por el lugar.
“¡Policía
Nacional!” les gritó uno de ellos a los presuntos miembros del cártel mexicano,
quienes quedaron pasmados por la sorpresa.
Era el mediodía del
miércoles 8. La cámara de video grabó el momento en el que interceptaron al
pariente del Chapo; a Samuel Zazueta Valenzuela, quien utiliza un bastón para
ayudarse a caminar, y a Jesús González Palazuelos Soto.
Un
comisario de la Dirección General de Policía informó en conferencia de prensa
que el mismo día pero en una acción diferente fue capturado Rafael Humberto
Celaya Valenzuela, encargado de los asuntos “legales” del grupo que buscaba
utilizar España como plataforma para sus operaciones de narcotráfico en
Europa.
Es el mismo Celaya Valenzuela que en su perfil de Facebook presume
sus fotografías con Enrique Peña Nieto y Emilio Gamboa
Patrón.
Vigilados
En mayo de 2009 el FBI inició
la operación Dark Water para investigar las actividades de tráfico de drogas y
lavado de dinero de la organización del Chapo Guzmán en la región de
Massachusetts. En octubre de 2010 la agencia estadunidense le comunicó
a la Policía Nacional española que tenía conocimiento de que el cártel mexicano
tenía intención de establecerse en España para expandir su actividad criminal al
resto de Europa.
El FBI descubrió que integrantes de la organización viajaron
a España en marzo de 2011. Desde ese momento la policía española los detectó en
Madrid e inició una vigilancia estrecha de sus movimientos.
En cuanto
llegaron a esa ciudad empezaron a planear el envío de droga desde Brasil, vía
marítima. Hicieron varias pruebas para estudiar las medidas de seguridad.
Fletaron tres contenedores con carga legal declarada, sin droga. Y en el cuarto
envío “embarazaron” la carga con 373 kilos de cocaína. Sin embargo el embarque
fue asegurado a finales del pasado julio en el puerto de Algeciras.
“Los
contenedores sin nada (de droga) son medidas de seguridad normales que toman
todas las organizaciones criminales cuando van a abrir un canal de
distribución”, dijo el comisario en conferencia de prensa.
Explicó que tras
el aseguramiento en Algeciras “se estuvo a la espera de las personas que ya
habían estado con anterioridad observando cómo podían distribuir la droga en
España”.
Las primeras investigaciones de la Policía Nacional española
revelaron que Jesús Gonzalo Palazuelos Soto se desplazó a Madrid para hacerse
cargo del cargamento de cocaína. Días después llegó Jesús Gutiérrez Guzmán,
líder del grupo. Venía acompañado de Samuel Zazueta Valenzuela y Rafael Humberto
Celaya Valenzuela.
En los cateos realizados en las habitaciones de los
detenidos se aseguraron teléfonos celulares, 5 mil 500 dólares, 3 mil euros, 4
mil pesos mexicanos y documentación diversa que será analizada por los
peritos.
El jueves 9 el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco,
dictó prisión incondicional para todos ellos por el presunto delito de tráfico
de drogas, en virtud de una solicitud de extradición realizada por Estados
Unidos.
Contradicciones
El comisario que
difundió la información acerca del arresto manifestó: “Nos hubiera
gustado detener al Chapo Guzmán, pero aquí que hay compañeros mexicanos, sabrán
que eso es prácticamente imposible. No vino pero mandó a su primo con
otras tres personas importantes que no suelen tocar la droga. No iban a tocarla,
simplemente venían a hacer los contactos de distribución, sin ellos implicarse
en nada de la distribución”.
Y añadió: “El Cártel de Sinaloa yo entiendo que
en España y el resto de Europa tenía poca presencia, por eso nos congratulamos
de que en el primer intento serio de implantarse en Europa hayamos sido nosotros
quienes los capturamos”.
Pero esto contradice lo que antes informó la
Policía Nacional sobre su Operación Guadaña, en la que capturaron a 65 personas
y aseguraron 5 millones y medio de euros y más de 3.4 toneladas de cocaína
camuflada en contenedores de manzanas (Proceso 1800).
En esta
operación, que permitió desarticular una serie de células que operaban en
Colombia, Panamá, Brasil, Argentina, España (Galicia era un centro neurálgico,
pero también Madrid y Barcelona), la autoridad española logró la captura
del mexicano Nicolás Rivera Gámez, máximo responsable de una alianza de
organizaciones involucradas en aquellos países y en España, entre
células colombianas y españolas.
Tras meses de intervenciones telefónicas y
seguimientos de los correos electrónicos de los implicados, la policía española
identificó en mayo de 2010 a Rivera Gámez como “el máximo representante de la
organización suministradora de origen colombiano y mexicano”.
El 15 de
septiembre de 2010, cuando la policía pidió autorización judicial para catear
algunas de sus mansiones, lo describe así: “La importancia de este individuo
dentro de la organización ha quedado evidenciada a través no sólo del control
que él mismo aparentemente tendría de todas las ramas de la organización, sino
de igual modo a través de la opulencia y ostentación que él mismo ha
evidenciado”.
No sólo el periódico El Faro de Vigo del 14 de noviembre de
2010 identificó al mexicano Nicolás Rivera como lugarteniente de Daniel Barrera,
El Loco Barrera, señalado como uno de los más importantes narcotraficantes
actuales. La DEA y la policía colombiana lo señalan como “socio” del Chapo
Guzmán.
El 25 de octubre de 2009 la policía colombiana aseguró 10 toneladas
de cocaína destinadas al Chapo Guzmán, con valor de 200 millones de dólares, que
serían entregadas en Veracruz.
Proceso informó
(número 1813) en julio de 2011 que, en la misma Operación Guadaña, la Policía
Nacional española había descubierto la participación de otro mexicano, a quien
identificaron como Héctor Murillo Rivera, apodado July o El
Cojo, quien fue mantenido bajo vigilancia desde el 2 de marzo de 2010, cuando
llegó a Madrid procedente de México.
“La información indica que era quien
daba el visto bueno a la infraestructura empresarial, personal y material
facilitada por Nicolás Rivera Gámez”, el cabecilla de la alianza de los cárteles
mexicanos y colombianos en Europa.
El tío
influyente
Personaje de bajo perfil en el priismo sonorense,
Rafael Humberto Celaya Valenzuela debe su militancia en el PRI
a su influyente tío Víctor Hugo Celaya Celaya, quien en enero pasado
fue designado delegado en Baja California por Pedro Joaquín Coldwell, presidente
nacional del tricolor.
Originario de San Luis Río Colorado, fue criado en
Hermosillo, Sonora, estado considerado la “segunda casa” del Cártel de Sinaloa,
grupo al que en opinión de Humberto Melgoza, director del semanario Contraseña,
se le considera localmente un gobierno alterno.
El tío de Celaya Valenzuela
es pieza importante en el priismo norteño: presuntamente es amigo de Manlio
Fabio Beltrones, recién nombrado próximo coordinador de los diputados priistas,
y del exgobernador de Coahuila Enrique Martínez y Martínez, actual delegado
regional del CEN en Baja California Sur.
Ésta es la segunda vez que
su sobrino Rafael Humberto Celaya Valenzuela se ve implicado en actividades del
narcotráfico. Según el portal contraseña.com.mx, el 27 de diciembre de
2011 en la casa de Rogelio Baldenebro Arredondo, hermano de Manuel, alcalde de
San Luis Río Colorado, apareció una cartulina que decía: “Rogelio, tienes una
semana para regresar los 200 mil dólares del túnel próxima tu cabeza”.
Javier
Quintero, corresponsal de MVS en Sonora, informó a Carmen Aristegui que Celaya
Valenzuela admitió que la manta estaba dirigida a él y no a
“Rogelio”.
En Sonora, Celaya Valenzuela ha desempeñado puestos de
mediano nivel en la administración pública estatal y municipal. De 1997
a 2003 ocupó un cargo en el área administrativa del DIF estatal, con el
gobernador Armando López Nogales. De 2003 a 2009 laboró en la Dirección de
Egresos de la Secretaría de Hacienda del estado, en la administración de Eduardo
Bours.
Luego Ernesto Gándara Camou, alcalde de Hermosillo en el
trienio 2006-2009, lo nombró administrador de Agua de Hermosillo. Ahora
Gándara es senador electo.
Inmediatamente después de que se dio a conocer su
detención, el periódico El Universal subió a su portal de internet una serie de
fotografías que Celaya Valenzuela tiene en Facebook, donde aparece abrazado con
el candidato presidencial del PRI Enrique Peña Nieto o en sus actos
proselitistas. También difunde una imagen en la que aparece a un lado de Emilio
Gamboa Patrón, próximo coordinador de los senadores priistas.
En cuanto se
supo de su detención y empezaron a circular las fotografías de Celaya con Peña
Nieto, el CEN del PRI emitió un comunicado: “El CDE del PRI en Sonora informa
que recientemente (Celaya Valenzuela) pretendió ser candidato a diputado
federal, aspiración que fue rechazada por el priismo sonorense.
“El señor
Celaya Valenzuela nunca fue coordinador de campaña de candidatos federales en el
primer distrito electoral de Sonora, por lo que carecen de veracidad las
informaciones en el sentido de que haya sido designado, con ese carácter, por el
candidato ganador de la Presidencia de la República o por alguna autoridad
nacional o local del Partido”.
Se argumenta que durante su campaña Peña Nieto
se tomó miles de fotografías con militantes y simpatizantes, sin que eso
implique compromiso o cercanía más allá del momento. Ello es válido también para
el caso de la fotografía en la que Celaya aparece con el senador electo Emilio
Gamboa Patrón, aclara el comunicado.
Pese a que la trayectoria política de
Celaya Valenzuela ha sido escasa, existen constancias documentales de que en el
pasado proceso electoral contendió por la candidatura del PRI a la diputación
federal por el distrito 01 con cabecera en San Luis Río Colorado.
Expreso de
Sonora publica fotografías tomadas el 7 de febrero de 2012, a las 10:30 de la
mañana, que muestran a Celaya Valenzuela en el momento de su registro.
Sin
embargo, el candidato del PRI era Manuel Baldenebro Arredondo, aún alcalde de
San Luis Río Colorado, por lo que el CDE del PRI argumentó que en sus listas de
registro no aparecía Rafael Humberto Celaya Valenzuela. Éste se inconformó ante
la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF).
En una resolución del 8 de marzo de 2012 el magistrado presidente de
esa sala, Noé Corzo Corral, ordenó al PRI reponer el proceso. Informó que la
anulación de la precandidatura de Manuel de Jesús Baldenebro se debió a que se
violentaron los derechos políticos de Celaya Valenzuela.
El argumento que se
utilizó para negarle el registro a Celaya, según consta en la sentencia del
TEPJF, fue que su nombre no existía en los registros del PRI de San Luis Río
Colorado, ya que por un error de mecanografía presentó su registro con el nombre
de Refael Humberto Celaya Valenzuela. Para el magistrado Corzo Corral, se trató
de un error involuntario que por ningún motivo debía ser causal para negarle el
registro.
El proceso se repuso y al final la candidatura fue para Manuel
Baldenebro Arredondo. Posteriormente fue nombrado por Enrique Peña Nieto
coordinador de candidatos federales del primer distrito. Entonces Celaya
Valenzuela declaró: “Las ambiciones personales quedaron atrás, ahora es la
unidad del partido, el proyecto de Peña Nieto, el más importante”, según publicó
La Prensa de San Luis el 23 de marzo de este año.
Finalmente, de acuerdo con
fotografías consignadas en este mismo medio, en su calidad de coordinador de
candidatos federales Celaya Valenzuela fungió como testigo e invitado especial
en el registro de la fórmula de Manuel Baldenebro Arredondo ante el IFE. (Con
información de Patricia Dávila.)
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