12 ago 2012

Equidad interna, el nuevo sueño perredista/

Equidad interna, el nuevo sueño perredista/
Rosalia Vergara, reportera.
Revista Proceso No. 1867, 12 de agosto de 2012:
Pasados los comicios del 1 de julio y no sin diferencias internas, el PRD se apresta a redefinir su rumbo. Tras algunos encuentros y un balance de la jornada electoral, ahora intenta definir quiénes serán sus coordinadores legislativos y nombrar a su próxima dirigencia. Lo novedoso, según se desprende de las afirmaciones de varios dirigentes perredistas, es que se busca un equilibrio de cuotas entre las corrientes y recuperar la alianza con el PT y el Movimiento Ciudadano.
En vísperas de la realización de su cónclave para definir quiénes serán sus coordinadores de bancada en la Cámara de Diputados, el Senado y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), así como los nuevos dirigentes, el PRD comienza a diseñar su estrategia para trabajar de manera coordinada con el Partido del Trabajo (PT) y el Movimiento Ciudadano (MC) para las elecciones intermedias de 2015 y la presidencial de 2018.

El 18% obtenido en las preferencias electorales el pasado 1 de julio caló hondo entre los perredistas, cuyas corrientes se afanan ahora en posicionar a sus piezas idóneas en los espacios legislativos, lo que se definirá entre el miércoles 15 y el jueves 16 en un encuentro con candidatos electos en Acapulco, Guerrero.
Una vez superado ese punto la cúpula perredista ocupará los siguientes dos días –el viernes 17 y el sábado 18– en la renovación de los órganos de dirección del partido, que se decidirá en un consejo.
Entrevistado el viernes 10, horas antes del XIX consejo nacional de Izquierda Democrática Nacional (IDN),René Bejarano, quien salió a la luz pública por primera vez desde que fue nombrado miembro del Comité Político Nacional (CPN) del PRD, habla sobre la línea que seguirá su corriente en la búsqueda de acuerdos entre los militantes para la conformación de la nueva dirigencia:
“Hay un proceso de negociación. Este fin de semana hubo reunión de los líderes y se busca que haya equilibrio en los espacios, que son cuatro. Se trata de incluir a todos”,insiste.
Para él la prioridad de IDN es mantener la secretaría general, que dejará su esposa, Dolores Padierna, para ocupar un lugar en el Senado. “Entendiendo que hay que darle juego a los demás”.
–¿Ustedes estarían dirigiendo el partido y las demás corrientes mayoritarias estarían en las coordinaciones legislativas?
–Así es. Hay muchos escenarios… Vamos a suponer, por ejemplo, que en la Asamblea quede alguien del equipo de Marcelo Ebrard; en la Cámara de Diputados, uno de Alianza Democrática Nacional; Nueva Izquierda en el Senado y nosotros en el partido. Pero ya se verá. De otra manera, si un grupo sobresale no será válido.
–¿Y las corrientes más pequeñas?
–Hay que integrarlas. No es nada más la coordinación; también hay vicecoordinaciones, ahí están los espacios en las mesas directivas; hay presidencias de comisión, la propia estructura administrativa en algunos lados; también la coordinación en los otros partidos.
“No sólo se elige al secretario general del partido; se cambian también otras carteras, se designa a los consejeros políticos.”
Bejarano asegura que no aspira a la secretaría general del PRD. Su propósito, insiste, es seguir operando–“como lo he venido haciendo”– con eficiencia. “No es mi afán protagonizar en esta coyuntura más allá de un espacio en la comisión política; ahí estoy bien”,completa.
Alejandro Encinas, senador electo, comenta a la reportera vía telefónica que desconoce cualquier encuentro para definir a los futuros coordinadores del PRD en el Poder Legislativo; tampoco sabe, dice, cómo se definirá a los nuevos dirigentes del partido.
Aclara que no ha participado en ninguna reunión con sus correligionarios. Lo que no niega es su interés por coordinar la bancada en el Senado. Adelanta incluso que el mejor método es que los propios legisladores electos y no las corrientes sean quienes decidan.
Rechaza también que el partido se esté desmarcando de la lucha de Andrés Manuel López Obrador por la invalidez de la elección presidencial del 1 de julio, en la que, puntualiza, “se canceló el derecho de la ciudadanía a elegir a sus gobernantes”.
Respecto a los comentarios del gobernador electo de Morelos, Graco Ramírez, el senador saliente Carlos Navarrete y Manuel Camacho Solís sobre la aceptación del resultado “haiga sido como haiga sido”, Encinas los considera desafortunados. Y expone: quienes toman las decisiones en el partido están cerrando filas en esta lucha que no es partidista, sino en defensa del derecho de los ciudadanos a elegir a sus gobernantes.
Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD, también expresó su descontento por esos pronunciamientos, pero aclaró que eso no significa una escisión en el partido. Incluso pidió no calificar las diferencias internas como conflicto, porque no lo hay. Sólo se trata de diferencias de forma:
“El PRD debe aprovechar todo esto para afianzarse políticamente, para superar esta debilidad que hemos tenido como partido y movimiento político, y prepararse para obtener nuevos e importantes triunfos electorales en las elecciones locales de 2015.”
–¿Cómo va la pelea entre corrientes? –pregunta la reportera.
–¿Cuál pelea? Son distintos puntos de vista… Hemos aprendido el valor de la unidad.
Cuotas equilibradas
En las reuniones de los nuevos grupos legislativos con la actual dirigencia nacional, incluido el segundo pleno del VIII CPN del 27 y 28 de julio último, los participantes acordaron de manera unánime formar una alianza con el PT y MC, las organizaciones que el PRI desdeñó en los comicios intermedios de 2009 y en las elecciones para gobernador de 2010 en el Estado de México, donde los perredistas prefirieron aliarse con el PAN.
El miércoles 15 se reunirán de nueva cuenta en Acapulco para nombrar a los próximos coordinadores; luego seguirán con la designación de los representantes de los órganos de dirección del partido.
En las dos últimas elecciones presidenciales, ambas impugnadas por la izquierda, el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador fue quien levantó de la lona a los perredistas, que en 2006 se colocaron como segunda fuerza legislativa desplazando al PRI al tercer lugar.
En 2007 la corriente Nueva Izquierda (NI) asumió el control del partido después de siete meses de lucha interna entre los lopezobradoristas, los chuchos y sus aliados. Pero en 2009 su maximalismo los cegó, pues modificaron su política de alianzas para signar acuerdos con otros partidos, pero se distanciaron del PT y el MC.
El miércoles 8 los candidatos electos al Senado tuvieron un encuentro privado. Padierna habló de la necesidad de formar un solo grupo parlamentario entre las fuerzas de la izquierda para impulsar una agenda común. Los participantes acordaron invitar de manera formal al PT y al MC a sumarse al proyecto.
Además las corrientes mayoritarias del PRD acordaron repartirse las coordinaciones legislativas y los órganos de dirección del partido de la siguiente manera: El Senado será para el equipo de Marcelo Ebrard; la Cámara de Diputados para NI; la ALDF para IDN y la dirección del partido para Alianza Democrática Nacional (ADN) del Estado de México.
Ese miércoles 8 comenzaron a barajarse los nombres de los prospectos y se determinó que esbozarán la agenda legislativa una semana después en un cónclave en el que estarían los gobernadores en funciones y los electos, así como los integrantes de la Comisión Política Nacional y el secretariado del PRD para determinar quiénes serán los próximos coordinadores legislativos y sus suplentes.
Los jaloneos están duros.Manuel Camacho Solís, regente capitalino en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y expresidente de la Comisión de Concordia y Pacificación creada en 1994 para negociar con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, se perfila como coordinador perredista en el Senado. Los otros aspirantes son Miguel Barbosa, de NI; Dolores Padierna, de IDN, y el lopezobradorista Encinas.
En la Cámara de Diputados el mejor posicionado es Miguel Alonso Raya, pero también están Julio César Moreno, de NI; Alejandro Sánchez Camacho y Aleida Alavez Ruiz, de IDN.
Para presidir la Comisión de Gobierno de la ALDF se perfila un personaje cercano al jefe de gobierno electo, Miguel Ángel Mancera, ya que fue su coordinador de asesores: Manuel Granados Covarrubias. La tarde del jueves 9 recibió apoyo de los diputados locales electos la exprocuradora social del Distrito Federal Dione Anguiano.
También están René Cervera, presidente de la Fundación Equidad y Progreso, que se creó para brindar apoyo a Ebrard cuando éste aspiraba a la candidatura presidencial; Vidal Llerenas, Adrián Michel y Arturo Santana, quienes se desempeñan como diputados federales en la Legislatura que está por terminar.
Los ejes rectores de la agenda en la ALDF son: reforma para la Ciudad de México, transparencia, mejor gobierno y participación ciudadana, reducir la inequidad y garantizar derechos, justicia y seguridad, y pugnar por una ciudad en crecimiento y sustentable.
El apoyo a Granados Covarrubias se dio en el marco de la presentación de la agenda legislativa para la ALDF por parte de los diputados electos que se denominan Grupo Progresista del PRD. Falta que convenzan al grupo del otro aspirante: Víctor Hugo Lobo, exdelegado en Gustavo A. Madero.
Los que los perredistas acordaron es que ninguna corriente podrá tener más de una coordinación en San Lázaro, el Senado o la ALDF.
El factor AMLO
En su Balance del proceso electoral 2012, aprobado en el segundo pleno del VIII consejo nacional del 27 y 28 de julio, el PRD reconoce que el liderazgo político y social de Andrés Manuel López Obrador se sostuvo, pese al desgaste político que produjo la resistencia al fraude de 2006 y al permanente ataque y descalificación de que fue objeto durante todo el sexenio en los principales medios.
Al igual que en 2006, el PRD se ubicó en el segundo lugar como fuerza política en el Legislativo y sumó las gubernaturas de Tabasco –tierra natal de López Obrador– y Morelos, que compensan la pérdida de uno de los bastiones del perredismo cardenista: Michoacán, ahora en manos del PRI.
“La nueva correlación de fuerzas en el Congreso de la Unión abre nuevas oportunidades para la acción y la lucha parlamentaria del PRD y de la izquierda en su conjunto, por lo que la formulación de la estrategia y la agenda legislativa vinculadas al movimiento popular, las causas y principios contenidos en nuestro programa, adquieren una mayor relevancia”, indica el Balance.
Pese a sus altibajos, entre 1991 y 2012 el PRD se posicionó en las preferencias electorales. De 2000 a 2003, por ejemplo, la tendencia fue a la baja luego del tercer intento de Cuauhtémoc Cárdenas de ganar la Presidencia. Para 2006 la fuerza del partido aumentó con la candidatura de López Obrador, quien gozaba de una alta popularidad como gobernante capitalino, sobre todo después del intento del entonces mandatario Vicente Fox por impedir que fuera candidato presidencial.
Ese año ante la sospecha del fraude, el conflicto poselectoral derivó en el plantón de Reforma. En esa época la corriente NI estaba al frente del perredismo, con Jesús Ortega como secretario general.
El perredismo se dividió entre chuchos y lopezobradoristas.
Tres años después, en 2009, los chuchos, con el apoyo de la corriente Foro Nuevo Sol, dirigida por la diputada federal electa Amalia García Medina, y ADN, del también diputado electo Héctor Bautista, se alejaron de López Obrador y sus simpatizantes –el PT y el MC– y cancelaron la alianza creada por la izquierda.
En 2012 se revivió el fenómeno: El PRD captó 9 millones de votos, “aunque en términos porcentuales no alcanza la cresta de 1997”. Sin embargo, “el resultado electoral de 2012 constituye un repunte importante del perredismo nacional”, según el reporte perredista.
En 2000 el partido logró 6 millones de votos; en 2010, 12 millones, y en la elección del pasado 1 de julio, 13.5 millones.
En el Senado, PT y el MC fueron los ganadores de la elección del 1 de julio. Los petistas casi completan sus cinco integrantes para formar un grupo parlamentario, pues obtuvieron cuatro escaños en el Senado; el MC se quedó con tres y el PRD con 21. En la Cámara de Diputados los perredistas suman 102 legisladores, los petistas 18 y el MC siete. En suma, las izquierdas tendrán 28 senadores y 127 diputados federales.

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