Publicado en La Silla Rota, 10 de septiembre de 2012
Generales en retiro, analistas, y consultores afirman que la designación del colombiano Óscar Naranjo como asesor en materia de seguridad “es aventurada” y “negativa” e indican que en México hay gente preparada para enfrentar el problema del narcotráfico
El nombramiento de Óscar Naranjo, ex director de la Policía Nacional de Colombia, como asesor de Enrique Peña Nieto, en materia de seguridad ha generado polémica y críticas en contra, al considerar expertos, generales en retiro y consultores que “no va a hacer nada, porque los problemas de México y de Colombia en esta materia son muy distintos” e incluso van más allá e indican que es una “designación aventurada” y “negativa”.
El fenómeno del narcotráfico no es el mismo México que en Colombia ni existen las mismas condiciones, por lo que Óscar Naranjo, como asesor en materia de seguridad del Presidente electo, Enrique Peña Nieto, no podrá hacer nada, dice el general Rafael Paz del Campo, experto en seguridad nacional y coordinador de tesis en la Maestría en Derecho Militar en la Universidad Anáhuac.
“Para empezar, en Colombia existe una centralización, un mando unificado que le permite al ministro de Defensa controlar a la Policía Nacional que además está militarizada”, señala el general en retiro.
En entrevista para La Silla Rota, indica que “aquí estamos ya en un esquema de conflicto urbano con el narco y ellos no tienen ese problema”.
Paz del Campo abunda que traer al general de policía colombiano Óscar Naranjo como asesor en temas de seguridad “no es malo, es algo totalmente normal, todos tienen asesores de seguridad y en otras áreas, pero en realidad (él) no va a hacer nada, porque los problemas de México y de Colombia en esta materia son muy distintos”, aseguró.
Jorge Justiniano González Betancourt, también general en retiro y ex presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados en la LV Legislatura, ve el tema de la presencia del general Óscar Naranjo desde una perspectiva distinta y asegura que el anuncio de su llegada “es una designación aventurada”.
Aquí tenemos compañeros, gente muy capacitada y solvente que puede hacerse cargo del combate a la delincuencia organizada sin tener asesores extranjeros. El anuncio de Peña Nieto “es una cuestión de propaganda; lo que en realidad hace falta es limpiar a los cuerpos policiacos y hacerlos honestos, organizarlos bien para que cumplan su tarea”, sostiene el militar de filiación panista.
Carmelo Terán Montero, general de División en retiro, con Maestría en Seguridad Nacional, egresado del Colegio de Defensa Nacional en 1986, y comandante de la Fuerza de Tarea Arcoíris y del Agrupamiento Terán, que operó en Chiapas durante el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), es más radical en sus planteamientos sobre el tema.
Ve como algo “negativo” el anuncio de Peña sobre la incorporación del general ÓscarNaranjo como asesor en matera de combate al crimen organizado.
Terán utiliza otras variables para revisar el caso del general Naranjo como asesor y advierte que su llegada no será buena, “porque el mexicano es celoso y defiende su mexicanidad; nadie conoce mejor el problema que tenemos que quienes vivimos aquí; lo dijo Benito Juárez, lo que México no haga por sí mismo que no espere que otras naciones lo hagan”.
El general de Infantería advirtió que el problema no radica sólo en que se traiga a extranjeros para tareas delicadas, aunque sea como asesores. En el fondo, lo que ha sucedido siempre es la descoordinación entre instituciones; cada una jala para su lado y termina haciendo o diciendo cosas que afectan a las otras instituciones, dice Terán.
“Con Vicente Fox se tuvo una mala experiencia al designar un coordinador para las Fuerzas de Seguridad. Al final terminaron a la greña y cada quien por su lado. Nadie lo tomó en cuenta y propició errores, como declaraciones de prensa que lastimaron principalmente a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el general Clemente Vega terminó enemistado con él”.
El coordinador de seguridad en el sexenio de Fox Quesada era entonces Adolfo Aguilar Zínser.
Una larga lista
Dos días después de que el entonces candidato presidencial priísta anunció la inclusión de Óscar Naranjo, ex director de la Policía Nacional de su país, como asesor externo en seguridad, el general colombiano dijo en entrevista al diario The Washington Post (TWP) que como asesor recomendaría al gobierno entrante dos temas centrales: mejorar las operaciones de inteligencia contra el narco y atacar sus recursos financieros para ir mermando su poder.
“Me gustaría atacar (sic) las finanzas de manera más agresiva. Yo lo haría con más fuerza, velocidad y eficacia”, dijo al TWP. Naranjo agregó que no participaría en aspectos operativos y no estaría integrado al gabinete de seguridad. Solo daré mi opinión acerca de planes y operaciones, indicó.
Para Arturo Arango Durán, consultor y analista independiente en temas de seguridad a nivel nacional, el verdadero tema a discutir no es si va a llegar un asesor extranjero, sino la falta de reglas y mecanismos para controlar y transparentar el trabajo de este tipo de personajes.
Asesores extranjeros en temas de seguridad siempre los ha habido, el asunto es que se mueven de manera poco clara y sin reglas que definan jurídicamente su labor, sus límites y responsabilidades, explicó Arango.
“Sucede que vivimos en una doble moral, porque nuestros elementos, militares o policiales, se capacitan desde hace años en el extranjero y últimamente se ha participado en ejercicios conjuntos con otras fuerzas armadas”.
La presencia de un asesor extranjero no es algo bueno o malo en sí, indicó Arango. “El propio Partido de la Revolución Democrática (PRD) trajo en el 2002 a Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, como asesor para combatir a la delincuencia en la capital, aplicando su política de Tolerancia Cero, enfocada a reducir la violencia urbana y la corrupción".
En marzo de este año el gobierno de los Estados Unidos envió a su embajada en México al Almirante Colin Kilrain como agregado naval y asesor para las fuerzas armadas mexicanas en combate al narcotráfico y terrorismo. Kilrain fue comandante en jefe de las Fuerzas Especiales de la Marina de los Estados Unidos.
La llegada del Almirante Kilrain a México fue impulsada en Washington por el congresista texano Henry Cuellar, quien dijo a la prensa norteamericana a principios de este año que ya no bastaba el uso de la fuerza bruta para luchar contra el crimen organizado.
“Se necesita inteligencia, entrenamiento, tecnología y operaciones para asegurar la victoria. Siempre hemos tenido enviados militares. Esto solo mejora el nivel de cooperación”, agregaba Cuellar.
Las versiones periodísticas surgidas en los Estados Unidos en ese momento, indicaban que el Almirante Kilrain asesoraría los cursos que se imparten en la Academia Estatal de Formación y Desarrollo Policial, construida en 2011 en Puebla y con capacidad para albergar a unos 500 elementos.
Los gobiernos de México y los Estados Unidos reconocieron en ese contexto que la presencia de asesores y capacitadores norteamericanos de equipos especiales era una realidad para elevar la capacidad de los policías mexicanos y para hacerle frente a los cárteles del narcotráfico.
“Mal o bien, tenemos entre nosotros agentes de la CIA, de la DEA, del ICE del FBI que de alguna forma está opinando todos los días sobre lo que se hace y lo que se debería hacer en el combate al narcotráfico, pero no solo opinan sino que también hacen labores de inteligencia en el país”, sostuvo el analista.
Arturo Arango agrega que “todo el apoyo que se pueda tener para combatir estos fenómenos, vale, es bienvenido pero la verdad es que ese no es el tema central sino la falta de regulación y de medidas de control y seguimiento de todo esto que está prohibido por la Constitución pero que en los hechos sucede todos los días”.
Los pasos de Peña
Arturo Arango y el general Rafael Paz del Campo coinciden en un aspecto sobre el papel como asesor externo del colombiano Óscar Naranjo: la intención de Enrique Peña Nieto es la de echar a andar políticas de seguridad para reducir drásticamente y en el menor tiempo posible los niveles de violencia cuyo saldo, a menos de tres meses de concluir el sexenio, rebasa los 60 mil muertos ligados de alguna manera con el narcotráfico.
Ambos precisan que el general Naranjo formó parte de las estructuras de a los cárteles colombianos en forma exitosa, logró capturas trascendentales y reformó a la Policía Nacional haciéndola más profesional y una de las más confiables del continente, y sobre todo bajó los niveles de violencia de manera por demás significativa.
Pero lo que no pudo hacer fue acabar con el narcotráfico, con la producción de drogas y con el trasiego de éstas al extranjero, sostienen el general y el consultor en seguridad.
En cifras, el general Naranjo enfrentó 66 homicidios por cada 100,0000 habitantes en 2002. Esta se redujo a menos de 30 asesinatos en el 2010.
En contraparte, la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL) recordó hace unos días, tras conocerse ha advertido que “el mejor policía del mundo”, como se le conoce a Naranjo, el Tribunal Mundial de Libertad Sindical revisó la actuación del general colombiano como parte de política de ese país en relación con las luchas sociales de sus habitantes.
El uso de fuerzas militares y paramilitares para reprimir a sectores sindicales, estudiantiles y políticos fue una constante en la que participó en diversos momentos el general Óscar Naranjo, indicaron.
“Las reformas laborales neoliberales de 1990 y 2012, disminuyeron a los sindicatos de 14 por ciento a 4 por ciento de la población económicamente activa; de 1980 a 2010 la contratación colectiva se redujo a 2 por ciento, así como que fueron asesinados 2 mil 900 líderes sindicales en esos años, crímenes de los cuales goza de impunidad 90 por ciento de sus autores”, señaló la ALAL.
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