31 oct 2012

De ternuritas a "cositas"


¡Gracias, "ternuritas"!/Ricardo Alemán.
El Universal, 31 de octubre de 2012
Gracias, integrantes del #132, por ratificar que dentro y fuera de Televisa son la misma impostura. Gracias por confirmar que el supuesto apartidismo que blandieron como bandera no fue más que un engaño y que, a la vuelta del tiempo, terminaron convertidos en grosero coro de aplaudidores de una causa partidista.
Gracias por exhibir que sucumbieron "al primer cañonazo de fama y popularidad" y que son capaces de venderse al mejor postor, incluso a la terrible mafia del poder, representada por Televisa. Gracias por desmitificar la supuesta democracia popular de su movimiento, convertido en mafia populachera vertical y autoritaria.

 Gracias por esgrimir una supuesta lucha a favor del progreso y la modernidad y que, al final de cuentas, terminó exhibida como una lucha decimonónica, rancia y carente de toda viabilidad. Gracias por exhibirse como uno de los grupos sociales más atrasados, conservadores y retardatarios de la historia mexicana.
Gracias por ratificar que la "chabacana" exigencia por democratizar los medios no era más que una consigna busca-chamba; carente de sustento y que terminó en un grito "engañabobos". Y gracias porque a la primera de cambio los "ternuritas" se dejaron fichar por la "corrupta", "malévola" y "opiacea" Televisa. Y gracias porque con ese fichaje confirmaron que la malvada Televisa "todo lo compra".

Gracias por regalar al respetable del graderío una estampa de cuerpo completo de que Televisa no solo es plural, tolerante autocrítica y sensible a las cusas populares sino que --con tal de lavarse la cara--, hasta tiene en sus filas a las mafias más rabiosas, como la del #132. Y gracias porque no hay duda que en poco tiempo también habrá espacio en Televisa para el SME, Antorcha Campesina, la CNTE, Atenco... quienes acompañarán a "Los ternuritas", reducidos a su versión de "¡cositas!".
Gracias por esa monumental enseñanza a toda la sociedad mexicana –verdadero prodigio didáctico--, de qué la congruencia, lealtad, los principios y los valores no importan un pepino. Y sobre todo, gracias, porque una vez que consiguieron un "huesito" en el Canal de las Estrellas, ya nadie porta y menos defiende la camisera emblema del #132.

Gracias por la experiencia irrepetible de verlos tratar de imponer su razón a punta de gritos y sombrerazos; al mismo tiempo que dicen defender sus "derechos" atropellando los de terceros. Gracias por pregonar su vena fascista y nada democrática, al gritar a los cuatro vientos, en horario AAA, que exigen cabezas y horarios –y hasta el extermino de sus críticos--, para imponer su chabacano remedo de democracia.
Gracias por corroborar que son aprendices de mafia organizada que, como cualquier otra --plagada de oportunistas, maniqueos y ambiciosos sin límite--, amenaza a empresas mediáticas para luego poner en práctica el cobro de piso. Gracias, porque luego de patear y escupir a los medios les exigieron espacios, pantalla, radio y la publicación de artículos. Gracias porque en cada una de sus acciones confirman su cultura mafiosa que favorece a un puñado de causas que se rigen por el odio y el resentimiento social.

Gracias por sacar a la luz la grave crisis en las universidades públicas y privadas en donde, entre otras carencias, existe un gravísimo rezago en la enseñanza del periodismo y la comunicación. Gracias por recordarnos que el activismo en México sigue en pañales, al grado de que cualquiera con una manta y un altavoz pregona su revolución de closet, que sirve sólo para conseguir chamba. Y gracias porque, en el fondo, más que revoluciones aparecen luchas de egos pubertos, versiones juveniles de Gerardo Fernández Noroña, como es el caso del locuaz Attolini.
Gracias por confirmar la acertada definición de Ciro Gómez Leyva quien los llamó "jóvenes viejos", ya que defienden lo más rancio de la abuela izquierda mexicana.
Gracias por exhibir la mentira de que las redes sociales son medios marginales y que, por ello, las televisoras hacen y deshacen con los pobres ciudadanos indefensos. Gracias, porque nos dejan clara su vejez, cuando en lugar de emplear su "talento" en las redes sociales, pelean por un espacio en la pantalla chica que ya no es –o no debiera ser--, alternativa para los jóvenes.
Gracias, porque con su ejemplo reafirman que en México no es más exitoso quien tiene mayor talento o es mejor estudiante. Gracias porque ratifican que el que transa avanza.
Gracias por dar la razón a quienes cuestionamos lo chabacano de su movimiento... y gracias porque de "ternuritas", algunos avanzados ya pueden ser llamados ¡cositas..!
¡Gracias cositas..!.

*
Carta dirigida a Antonio Attolini (la nueva estrella del canal de las estrellas) /Carlos Alazraki
Publicado en La Crónica de Hoy, 30 de octubre de 2012
Estimado joven Attolini:
Me recuerdas mucho a un comercial de la Lotería Nacional que hice hace años cuando Zedillo era Presidente de la República.
Te lo platico:
Salía un joven como tú a cuadro manejando un Corvette y decía: Yo era comunista hasta... que me gané la Lotería.
Ahora sí... ¡Bienvenido al mágico mundo de la TV! Bienvenido a tu nueva carrera de "crítico" en la televisión mexicana. Bienvenido al medio que tanto criticaste, odiaste, insultaste y vomitaste.
Sí, mi querido joven Attolini, bienvenido al establishment que tanto odias y repudias.
Ahora sí, mi querido joven, vas a vivir lo que nunca has vivido. Vas a vivir la experiencia de tu vida.
Imagínate...
Para empezar, ya estás cobrando tu sueldo de una de las más grandes "mafias del poder".
Y para el colmo, al aceptar cobrar ese dinero, te acabas de convertir en un empleado más de ellos.
Independientemente de que ya estés padeciendo el odio de tus ex amigos los "ternuritas" del #YoSoy132.
Sí, los mismos ternuritas que te apoyaron, confiaron y te nombraron como uno de sus 43 mil voceros que tienen.
Pero en fin, esa es otra conversación.
Mejor regresemos a lo que vas a vivir:
Fíjate que vas a vivir económicamente mejor. Supongo que te van a pagar por programa. Entonces, cuando multipliques por cuatro programas tu sueldo al mes, te vas a emocionar.
También te vas a emocionar mucho cuando dentro de unos tres o cuatro meses, la gente te comience a reconocer en la calle. Tus papás y tu novia —si es que tienes— van a ser los más felices.
Otra cosa que te va a emocionar es cuando te veas por las mañanas en el espejo y te digas: "Toñito: ¡Eres un genio!".
¿Te fijaste cómo le diste ayer en la madre a Joaquín y a Marín? ¡Estás en la cúspide!
Y de repente, te va a llegar otra realidad...
Ese día que creíste que le diste en la madre a Joaquín y a Marín... ¿Qué crees? ¡El programa nadie lo vio!

El programa no tuvo ni un punto de rating.
Y de repente... Comenzarán tus agruras. Comenzarán tus pesadillas. Comenzarán tus pensamientos negativos de:

Me van a correr.
Se me va acabar ese delicioso sueldo que me daban para criticarlos. Las ternuritas ya no me van aceptar.

Y para el colmo... Ya me volví normal... Tendré que trabajar en serio para ganarme la vida...
¡¡¡Qué horror!!!
¡¡¡Ya no voy a ser famoso!!!
En fin, mi joven Attolini, esta es una opción de lo que te puede pasar. Igual y me equivoco muchísimo.
Igual y tu programa es un éxito e igual tú y tus amiguitos serán los próximos conductores estrellas de ese Canal.
Conductores estrellas con todos los privilegios que gozan los conductores.
Sin embargo... Lo dudo mucho... El domingo vi tu primer programa...
carlos@alazraki.com.mx
* 

Milenio, 30 de octubre de 2012
Tenía interés en ver completo el debut de algunos #YoSoy132 en Televisa, pero a los 40 minutos ya no pude con tanta confusión.
Para empezar, nunca me quedó claro quiénes eran 132 y quiénes no. Y me pareció deplorable que ningún panelista sacara el pecho por el movimiento. Lo trataron como a una amante vergonzante.
Me confundieron los galimatías que expresaba la mayoría de ellos. Y los argumentos rudimentarios sobre un tema de por sí arcaico, la "democratización de los medios", con su jerga de apertura, pluralidad, objetividad, bla, bla, bla. Muchos calificativos para descalificar. Ni una idea original, útil, en 40 minutos.
Digo que es un tema arcaico porque, por ejemplo, se está viviendo la que quizá sea la primera elección esencialmente digital del siglo: la presidencial de Estados Unidos. Allá no están linchando emisoras ni periodistas, pues la gran batalla ciudadana está en las redes sociales y YouTube. ¿No eran esas las herramientas de la primavera mexicana?
La campaña de Obama propulsó su propia red social, Dashboard (conectada por Facebook): una comunidad en línea que revoluciona las formas de difundir mensajes electorales, redirigirlos, multiplicarlos, marginarlos. Millones de demócratas on line, ligados con sus celulares, tabletas y PC, para organizarse, juntar fondos, persuadir indecisos, motivarse.
La red de Facebook en Estados Unidos tiene 160 millones de perfiles, 120 millones más que hace cuatro años. México, con 39.4 millones y creciendo, es quinto en el mundo. ¿No estará por ahí el futuro? Lo he subrayado aquí desde 2007. Lo subrayo después de ver en televisión a esos jóvenes viejos.
Rolleros, rolleros, rolleros.

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