Milenio, 16 Enero 2013
Lorena López, reportera.
“Histórica” visita de Peña Nieto al Senado
Ciudad de México • Háganos el honor, le dijo el panista Ernesto Cordero al presidente Enrique Peña Nieto mientras con una mano hacía a un lado el escaño desde el que preside las sesiones del Senado y con la otra lo invitaba a colocarse frente a la escribanía con la forma del águila colocada sobre la imagen de la República de plata que corona a la Mesa Directiva del Senado.
Peña Nieto, cuidadoso de las formas, no ocupó el lugar destinado para los senadores y se mantuvo de pie observando desde ahí el salón de plenos de la nueva sede del Senado, mientras bromeaba con los legisladores y hasta con los reporteros que lo observaban, a quienes aclaró sonriente: “no es sesión extraordinaria ¿eh?”
El perredista Miguel Barbosa reaccionó rápidamente y soltó:
“hay quórum”, entre bromas, palmadas en la espalda y la pose para la postal
histórica: un Presidente de la República recorría la sede del Senado, visitaba
sus oficinas y hasta compartía comida mexicana con los legisladores.
Fue la visita de desagravio que pretendió poner fin a la
molestia generada entre los legisladores por haber sido marginados de la
negociación del Pacto por México. En lo que fue definido por Cordero como un
buen día para México, Peña Nieto hizo lo que ningún Presidente y acudió al
Senado fuera de protocolo y sin una sesión solemne de por medio.
El gesto fue correspondido por el coordinador de la bancada
del PAN y aunque se había planeado una fotografía oficial del inédito hecho en
la parte baja de la Mesa Directiva del Senado, fue el propio Cordero quien, al
pie de la escalera, invitó al mandatario a subir y ubicarse en el espacio desde
donde Peña Nieto ha recibido trabas de los legisladores, como la obligada
ratificación de los mandos de seguridad y el impasse momentáneo a su propuesta
de reforma educativa.
El Presidente llegó
puntual a la cita. A las cuatro de la tarde ingresó al estacionamiento
subterráneo del Senado acompañado por los dos principales negociadores del
Pacto por México, los secretarios de Gobernación y Hacienda: Miguel Osorio
Chong y Luis Videgaray, respectivamente.En el sótano de la nueva sede los esperaban los coordinadores del PRI, PAN y PRD. Ahí Emilio Gamboa invitaba a Cordero a encargarse de la bienvenida oficial en su calidad de presidente de la Mesa Directiva.
Desde ahí, Peña Nieto se dirigió en primer lugar a la oficina de la Fundación Belisario Domínguez que dirige el perredista Miguel Barbosa. Después a la Junta de Coordinación Política encabezada por el priista Gamboa y al salón de plenos donde permaneció durante tres minutos, observando los palcos, los escaños y el tablero electrónico de votaciones de los senadores.
Fue en la oficina de la Mesa Directiva que preside el panista Cordero donde se concretó la comida del Presidente con los coordinadores parlamentarios del Senado y el consejo rector del Pacto por México.
Ahí estaban también Gustavo Madero, Jesús Zambrano y César Camacho y todos los integrantes del grupo negociador del Pacto.
Treinta convidados al banquete donde el mensaje, de acuerdo con Cordero, Barbosa y Gamboa, fue que no hay subordinación del Poder Legislativo ante el Ejecutivo y que el Pacto por México no será un cinturón de fuerza para la agenda legislativa del Congreso.
El menú incluyó una ensalada de lechugas con palmito, crema de frijol con queso, crema y tiras de tortillas doradas. Los convidados podían elegir carne o pescado. El Presidente optó por la carne blanca. Después llegó el postre. Crepas de cajeta y ate con queso. Entre platillo y platillo, llegó el acuerdo: los senadores tendrán mano para conocer la construcción de las iniciativas del Pacto y se reservarán su derecho a revisarlas, sin renunciar a su facultad de adecuarlas.
Eso sí, Gamboa dejó en claro que el hecho de que una de las 95 reformas planteadas en el acuerdo firmado en diciembre no pase en el Congreso, no significa que fracase el Pacto. A decir de Cordero, el Presidente fue “muy bienvenido”, mostró voluntad política y entendimiento de la democracia.
La sonrisa que Peña Nieto mostró ante las cámaras en su recorrido por el Senado se mantuvo también durante la comida de más de una hora, donde además de la negociación, también hubo espacio para las bromas.
Y es que los coordinadores parlamentarios del Senado también lanzaron ante el presidente Peña Nieto una broma a su antecesor en la Cámara, Manlio Fabio Beltrones, a quien le pidieron entregar las llaves de la nueva sede, porque “hay varios cajones que no quieren abrir”.
El diputado aceptó de buen talante el comentario y al final de la reunión se despidió con un apretón de manos de Peña Nieto, pero cuidó de no quitar protagonismo a los coordinadores del Senado, retirándose por una puerta distinta a la principal de la sede.
El coordinador de los diputados del PRI ya tendrá espacio para recibir en San Lázaro al Presidente en la reunión ya acordada y prevista para los próximos días con los mismos fines: dejar el mensaje de respeto del Ejecutivo a los legisladores y su papel en el Pacto.
Antes de retirarse, el presidente brindó abrazos a perredistas como Jesús Ortega y Zambrano y salió del Senado después de dos horas de visita dándose tiempo, fiel a su costumbre, para saludar a quienes lo buscaban para estrechar su mano y con la deferencia al Poder Legislativo el cual, finalmente, tiene en sus manos el avance de los 95 acuerdos del Pacto por México que firmó con los dirigentes del PRI, PAN y PRD.
Peña Nieto fue el primer Mandatario en apersonarse en la nueva sede parlamentaria, pero no el primero en acercarse al Senado
Nota de Mayolo López, Mariel Ibarra y Antonio Ba
Reforma, 6 enero 2013.- "No hay sesión extraordinaria, ¿eh?", soltó entre risas un relajado Presidente Enrique Peña Nieto al entrar ayer al salón de plenos del Senado.
El Mandatario rompió el protocolo. Aceptó la invitación que le hicieron cinco días antes y se reunió en la sede de la Cámara alta con los líderes de las tres principales fuerzas políticas, los coordinadores parlamentarios de ambas Cámaras y sus colaboradores más cercanos.
Departió en el Senado, donde sus propuestas han encontrado resistencia del PAN y de los partidos de izquierda. Llegó a impulsar los temas contenidos en el Pacto por México.
No se asomaron los reclamos, pero los senadores advirtieron que si bien los acuerdos del pacto político son importantes, éstos no representan la totalidad de su agenda legislativa.
Peña Nieto fue el primer Mandatario en apersonarse en la nueva sede parlamentaria, pero no el primero en acercarse al Senado. El 7 de diciembre de 1994, con apenas una semana en el cargo, el entonces Presidente Ernesto Zedillo participó en un desayuno que le ofrecieron las tres fracciones de la 16 Legislatura.
"Con todo respeto, estoy en la casa de los senadores y me atengo a las reglas de los senadores, yo no impuse las reglas", así se presentó Zedillo ese día.
En esta ocasión, el Estado Mayor Presidencial llegó un día antes, a las 19:00 horas, para revisar la logística de la visita, que fue acordada previamente por los coordinadores parlamentarios. Las paredes recibieron una "manita de gato".
El Mandatario fue recibido por el Presidente del Senado, Ernesto Cordero, y los coordinadores del PRI, Emilio Gamboa, y del PRD, Miguel Barbosa, quienes le dieron un recorrido por sus oficinas antes de llevarlo al salón de plenos.
Una vez ahí, Cordero fue el encargado de explicar la dinámica de la sesiones y presumir el recinto a Peña Nieto y al Secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Mientras posaban para las fotos, Barbosa hizo lo propio con el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Osorio Chong, y el Jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño.
Alrededor de la 16:30 horas el Mandatario fue conducido a la Presidencia de la Mesa Directiva, en donde ya esperaban los líderes de los partidos: César Camacho, del PRI; Gustavo Madero, del PAN, y Jesús Zambrano, del PRD.
También estaba ahí el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, no así el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara baja, Francisco Arroyo.
Para la comida se sirvió ensalada de verduras, sopa de tortilla, carne y pescado. De postre, ate con queso y crepas, además de vino tinto.
Cordero dio la bienvenida a Peña Nieto, quien apenas el lunes por la tarde confirmó su asistencia, luego de que se descartara al Palacio Nacional como sede de la comida.
Barbosa adelantó su rechazo a una eventual propuesta de aumento al IVA en alimentos y medicinas en la futura reforma hacendaria, y a que se permita la inversión privada en sectores estratégicos de Pemex.
"No es un asunto de sometimiento por parte de un poder, es un asunto de colaboración para construir el pacto. Hablamos con claridad, hay independencia de la oposición y de poderes, y la cortesía parlamentaria debe animar mucho los actos del Poder Legislativo", dijo el perredista.
Durante la comida, Gamboa destacó que el pacto demuestra que dentro de la pluralidad política que existe en el País hay acuerdos y se privilegia la política, a pesar de que hay puntos de vista distintos.
"Hay posiciones encontradas, las tiene que haber, esa es la democracia que estamos viviendo. Hay puntos de vista distintos, pero vamos a tratar de buscar los consensos y de privilegiar la política siempre para mejorar el nivel de vida de los mexicanos", señaló, y consideró que incluso si no se llega a aprobar alguna reforma, ello no significará que el pacto haya fracasado.
Peña Nieto, quien fue el último orador, resaltó el valor de la oposición en el País al señalar que no se puede entender el avance democrático sin el PAN y el PRD.
Del PAN, destacó que ha enarbolado la bandera democrática y subrayó la importancia de que encabezara el primer gobierno de transición que, dijo, tuvo aciertos y avances.
Al PRD lo definió como una fuerza que privilegia causas y demandas justas de la sociedad.
En tanto, los dirigentes de los partidos --Camacho, del PRI; Madero, del PAN, y Zambrano, del PRD-- coincidieron en la necesidad de mejorar la coordinación para avanzar en la búsqueda de una plataforma que permita la transformación del País.
Frente a todos los actores del pacto, Beltrones propuso que en algunas semanas la reunión se repita, pero en el recinto de San Lázaro.
Ante la petición del diputado priista se asomaron algunas voces que, en broma, advirtieron: "Las segundas partes nunca han sido las mejores".
"Bueno… Nos vemos en San Lázaro, pero vamos a mejorar el menú…", dijo Peña Nieto antes de retirarse del recinto de Paseo de la Reforma.
*
EPN no tiró línea.- PRI
El Presidente Enrique Peña Nieto acudió al Senado con la mejor actitud, aseguró el líder tricolor, César Camacho
Nota de Antonio Baranda y Mariel Ibarra
Reforma, 15 enero 2013.- El Presidente Enrique Peña Nieto no acudió al Senado de la República a "tirar línea" a legisladores o fuerzas políticas, aseguró el líder nacional del Partido Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz.
"Alguien que supusiera que se les puede tirar línea es porque no conoce a las y los legisladores, el Presidente de la República sabe del profesionalismos y del empaque de los legisladores de todo signo partidario y nunca se atrevería a hacerlo
"Y nadie, estoy seguro, se dejaría que se lo hicieran", sostuvo Quiroz al término del encuentro privado, que tuvo una duración aproximada de una hora y media.
En entrevista, dijo que la presencia de Peña Nieto en el edificio del Senado para un acto no protocolario, demuestra el respeto republicano que le tiene a los otros Poderes.
Tras reiterar que el Primer Mandatario tampoco busca "secuestrar" al Congreso, reveló que éste reconoció la labor del Legislativo y destaco su pluralidad y colegialidad.
"El Presidente fue muy enfático en ponderar la importancia de lo acordado en la mesa del Pacto (por México). El Pacto es el inicio y no el fin de la discusión legislativa.
"(Expuso un) mensaje de optimismo y beneplácito por haber sido capaces todos los actores de todos los partidos de acordar esta agenda mínima que ya seguramente ocupará la atención de legisladores de todos los partidos y de ambas Cámaras"; mencionó.
Camacho señaló que los representantes de las tres principales fuerzas políticas reiteraron su disposición para aterrizar las primeras reformas que plantea el Pacto, como la iniciativa en materia de telecomunicaciones y la Ley Nacional de Responsabilidad Hacendaria y Deuda Pública para las Entidades Federativas y Municipios.
"Vino en la mejor actitud, con el mejor tono, evidenciando el respeto que tiene por otro Poder, ya fue a la Cámara de Diputados (...) para recibir su toma de protesta y hoy sin ningún trámite específico, sin ninguna consideración protocolaria, se apersona en la Cámara de Senadores.
"Para expresar el respeto que tiene por la función legislativa y formular votos porque pronto las iniciativas que se enviarán se puedan procesar debidamente", agregó.
Reprueba Padierna visita de EPN a Senado
La vicecoordinadora del PRD en el Senado de la República, Dolores Padierna, reprobó la visita que hizo el Presidente Peña Nieto a la Cámara alta, al señalar que fue a "dar línea" sin respetar la autonomía del Poder Legislativo.
"Es lamentable que ni el PRI, ni Enrique Peña Nieto respeten la autonomía del Poder Legislativo y pretendan venir a dar línea al Congreso, sin dar oportunidad a que cada uno de los Grupos Parlamentarios aprobara su agenda legislativa en sus respectivas reuniones plenarias", aseguró.
De acuerdo con Padierna, esto confirma el regreso del presidencialismo al señalar que el Presidente es el que propone y dispone.
"La política del Senado ha sido de construir acuerdos, no de imponer líneas, si a eso vino Enrique Peña Nieto, no es bienvenido en el Senado", expresó mediante un posicionamiento.
Padierna también cuestionó la asistencia de algunos perredistas a la reunión con Peña Nieto, al asegurar que violan la normatividad interna del partido.
En la reunión con el Ejecutivo estuvo presente el líder de la bancada del PRD, Miguel Barbosa, y el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, ambos de la corriente Nueva Izquierda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario