Alberto Aguirre | El
Economista, 15 de abril de 2013
Paradojas de la transformación
del sistema político que impulsa la administración peñista: gracias a los
sistemas de rastreo y vigilancia adquiridos y operados por Genaro García Luna
a mediados del sexenio calderonista, pudo descubrirse y desactivarse el complot
en contra del senador David Monreal Ávila.
La
célula -así nombraban en la Secretaría de Seguridad Pública federal a la
unidad de inteligencia- quedó en manos del Cisen y el equipo de Eugenio Imaz
Gispert ejecutó con agilidad el tramo final de la operación que evitó un
golpe que habría tenido consecuencias funestas no sólo para la familia más
poderosa de Fresnillo, sino para todo el gobierno.
¿Espionaje
al exgobernador de Zacatecas? Las pesquisas iniciaron en las oficinas del
Servicio de Administración Tributaria, que encabeza Aristóteles Núñez, y
luego quedaron en manos de Alberto Bazbaz, jefe de la Unidad de Inteligencia
Financiera de Hacienda. Los equipos de operaciones especiales del secretario
Luis Videgaray, nuevamente en acción. El expediente de lo que sería una
investigación de lavado de dinero pronto terminaría en el escritorio del
secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, con la evidencia de lo que
tramaba Antonio Guardado, para supuestamente vengar a su hermano Juan Carlos,
desaparecido en febrero del 2011.
Más que
el seguimiento de los movimientos empresariales de la familia Guardado -que de
la venta de chile seco se había expandido a la venta de combustibles y hasta
los medios de comunicación-, inicialmente hubo el rastreo de los mensajes de
texto y las conversaciones entre el empresario fresnillense y el líder del
comando que atentaría contra el actual senador petista y excandidato por ese
partido a la gubernatura de Zacatecas, en el 2010. Él y su hermano atribuyen
al Santo Niño de Atocha que haya habido una desgracia. En las altas esferas
del gobierno peñista, por el contrario, existe la plena convicción de que era
mejor intervenir, que dejar que los obradoristas se martirizaran.
Los
servicios de inteligencia frustraron el complot y el gobierno federal decidió
hacerse cargo de la seguridad de los Monreal. “Se filtra la mitad, debería
contarse todo”, sostuvo Ricardo Monreal, la semana pasada, cuando confirmó que
ya no usaría la escolta que le ofreció Osorio Chong. El legislador
obradorista se sabe uno de los hombres más espiados en las épocas recientes y
no ignora que tanto priistas como panistas han utilizado al Cisen para espiar a
sus enemigos.
Parientes.
Aliados. Socios... ¿Mafiosos? Los Monreal y los Guardado están inmersos en el
primer escandalo del sexenio, pero este affaire aun tiene sorpresas y secretos
impactantes. La divulgación de los detalles principales de las pesquisas y
sobre todo el tono lacónico del procurador Jesús Murillo -quien reconoció́ que
una venganza podría estar entre los móviles del complot en contra de los
Monreal- obligan a las puntualizaciones. ¿Por qué nunca reapareció́ Juan
Carlos Guardado si su familia pagó el rescate que exigieron sus presuntos
raptores? ¿Hubo diferencias políticas o empresariales entre el ex alcalde de
Fresnillo y su suplente? ¿Qué clase de negocios tenían los Monreal y los
Guardado? ¿Por qué la esposa del empresario los responsabiliza de lo que pudo ocurrirle?
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