Gibraltar
y la Paz de Utrecht/José Ramón Remacha, embajador de España.
Publicado en ABC, 15 de julio de 2013
Se
cumplen el 13 de julio 300 años de la firma del Tratado por el que se cedió
Gibraltar. El lugar, Utrecht. Firmantes, Monteleón y Osuna por parte de España;
Bristol y Strafford por parte inglesa. Y días después se producía la
ratificación. Estos hechos son objetivos y generalmente bien conocidos.
Menos
sabido, pero igualmente objetivo es el resultado de una investigación llevada a
cabo en los archivos de Londres y París donde se guardan los textos y
documentos de la negociación de la Paz de Utrecht. Decía Charles Mordaunt que
dicha Paz era like the peace of God, beyond human understaning. La complejidad
del asunto se encuentra en el numero de firmantes, mas de diez estados, en las
muchas modificaciones territoriales y fronterizas que conlleva y en el
protagonismo hegemónico ejercido por Francia e Inglaterra. Y de aquí resulta
que si bien la Paz de Utrecht afecta a España, Inglaterra, Francia, Portugal,
Prusia, Austria, Holanda, Saboya, Nápoles y Sicilia, Cerdeña, Baviera y Brasil,
la negociación la llevan a cabo Francia e Inglaterra, casi de modo exclusivo.
Empiezan en 1711 y presentan sus conclusiones a la firma en la conferencia de
Utrecht en 1713.
Los documentos firmados que componen la Paz de Utrecht son más
de veinte entre tratados, convenios, etc. Los representantes españoles no
fueron admitidos en Utrecht hasta la firma. La razón esgrimida es que estaba en
juego el reconocimiento de Felipe V como Monarca de la nueva dinastía en España
y que ése era el primer paso imprescindible y necesario. Argumento discutido.
Durante
más de dos años la negociación la llevan adelante los ministros Torcy por parte
de Francia y Bolingbroke por Gran Bretaña utilizando sus enviados que viajan de
una corte a la otra con documentos y comentarios. Esta manera de negociar tiene
como base fundamental la representación que ostenta Luis XIV en nombre de su
nieto Felipe V. Así se explica que la documentación que acredita todo esto se
encuentre principalmente en los archivos de La Courneuve de París y en Kew de
Londres. No en los archivos españoles. Esta circunstancia ha hecho difícil
hasta ahora conocer el fondo de la negociación, sus objetivos y en definitiva
la voluntad de las partes firmantes.
En
los Preliminares de la Paz, documento de 18 de septiembre 1711, entre Londres y
París, en el punto cuarto reza la proposición inglesa: Gibraltar et le Port
Mahon resteront dans les mains de ceux qui les possedent presentement. Y de
manera consecuente la proposición francesa dice que el Rey promete en nombre de
su nieto que Gibraltar y Mahón permanecerán en manos inglesas. Hay otros puntos
donde el acuerdo tarda más tiempo en alcanzarse como es el punto séptimo
relativo al derecho de Asiento a favor de Inglaterra. O el punto quinto
relativo a la demolición de las defensas de Dunkerque.
La
representación ejercida por el Rey de Francia es de carácter verbal, no llega a
producirse la presentación formal del documento. Se dice en varias ocasiones
«en virtud del poder que el Rey tiene en sus manos de su nieto el Rey de
España». A lo cual Inglaterra responde insistiendo en la necesidad de que el
ministro firmante en nombre de España esté debidamente acreditado llegada la
hora de la firma. De hecho el poder existe. Hemos
encontrado
un documento fechado el 3 de septiembre de 1711, cifrado y secreto, remitido a
París desde Corella por el embajador de Francia M. de Bonnac. Dice
textualmente: Que les ports de Gibraltar et de Mahon que les anglais possèden
présentement leur resteront. Consta que abuelo y nieto mantuvieron una cierta
correspondencia sobre la marcha de las negociaciones. De una parte el francés
insiste en obtener concesiones de España para Inglaterra. Principalmente
derechos para ejercer el comercio de Inglaterra en América y en el
Mediterráneo. A veces utiliza la presión psicológica. Y por parte del Monarca
español es patente la reticencia en conceder tales derechos. Respecto a
Gibraltar y Menorca admite una cesión temporal, con gran pesar —dice— y si
resulta imprescindible para firmar la paz.
El
hombre fuerte de Luis XIV en España durante las negociaciones es su primo el
Duque de Vendôme, cuya función era la de general en jefe de las tropas
francesas durante la Guerra de la Sucesión. Muere en Vinaroz y fue enterrado en
El Escorial. La correspondencia entre ambos es una fuente muy valiosa de
interpretación para el tratado que se firma el 13 de julio. En carta de fecha
15 de agosto de 1711, cifrada, dice a Torcy que las noticias sobre la marcha de
las negociaciones deben mantenerse secretas. Restringidas a un circulo tan
exclusivo y estrecho como el formado por el Rey, su esposa y la princesa de los
Ursinos. De no ser así toda la operación —dice Vendôme— fracasará porque no hay
español que acepte la entrega de Gibraltar. La princesa de los Ursinos tenía
interés en las negociaciones porque esperaba la concesión de un principado con
soberanía en alguna parte de los Países Bajos españoles.
Por
su parte, Bolingbroke, en carta a Monteleón, dice ser el autor del texto en
latín del tratado. Hay alguna diferencia importante con respecto al texto
castellano. Aquel dice semper al establecer la posibilidad de devolución de
Gibraltar. Este no dice por cuánto tiempo. Y el texto inglés, más fiel al
latino, dice always. En otra carta refiere que los actos programados en Utrecht
para las firmas no pasarán de ser meramente formales. Las fechas de las firmas
fueron principalmente desde abril a julio de aquel año. Por la diferencia de
calendario las fechas de los tratados no podían ser las mismas para todos.
Hasta mediados del siglo XVIII entre el calendario gregoriano y el protestante
hay una diferencia de 11 días. Así resultaba que el 12 de abril, día previsto
para la firma del tratado entre Holanda e Inglaterra era su primero de abril,
Fool’s Day, día de las inocentadas. Y para evitar bromas decidieron firmar la
noche del 12 al 13. El de España con Gran Bretaña lleva registrada la fecha
13-2julio1713. Es decir el 13 del calendario español y el dos del de
Inglaterra. Hoy no pasa de ser una anécdota porque aunque las fechas no sean
iguales el aniversario es el mismo para ambos.
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