Confirma PGJDF narcovenganza
REFORMA / Redacción
Ciudad de México
(27 agosto 2013).- Más de 90 días después del secuestro de 13 jóvenes en
el Heavens After de la Zona Rosa, el Procurador capitalino, Rodolfo Ríos,
aceptó que el móvil fue una venganza entre dos grupos de narcomenudistas.
Este lunes,
por primera ocasión, el funcionario aceptó que el secuestro y ejecución fue
motivado por una venganza entre La Unión Insurgentes y La Unión Tepito, por el
control de la venta de droga en antros.El detonante, dijo, fue el homicidio de un vendedor de droga identificado como Horacio Vite Ángel, "El Chaparro", quien operaba en el bar Black de la Colonia Condesa, controlado por el primer grupo.
"De
las declaraciones que tenemos vertidas, hasta este momento, el móvil es (la
confrontación) de los Insurgentes y La Unión por el problema suscitado en el
bar Black", dijo el funcionario.
Vite Ángel
fue ejecutado el 24 de mayo, y dos días después el grupo para que el que
presuntamente vendía droga habría orquestado el secuestro y asesinato de las 13
personas sacadas del Heavens.
El pasado
22 de agosto, agentes de la PGR localizaron en un rancho de Tlalmanalco, Estado
de México, una fosa clandestina de donde fueron exhumados 13 cuerpos, los
cuales habían sido enterrados con varias capas de tierra, cemento y cal.
Un día
después se confirmó que los cuerpos pertenecían al de los jóvenes secuestrados
tres meses atrás en el Heavens; hasta ayer 10 ya han sido identificados.
No obstante
la forma en que fueron secuestrados y enterrados, ayer el Procurador insistió
en que detrás de este caso no hay delincuencia organizada.
"No
estamos hablando de ningún cartel ni tampoco de delincuencia organizada, hemos
sido muy precisos en señalar y conocer la diferencia de cuando se trata de
delincuencia organizada", expuso.De acuerdo con la declaración de dos supuestos vigilantes del rancho, detenidos por la PGR, los 13 secuestrados fueron llevados al lugar y asesinados el mismo 26 de mayo.
Funcionarios de la PGR y la PGJDF indicaron que los jóvenes habrían muerto por asfixia, y al momento del hallazgo tenían entre 80 y 90 días de haber fallecido.
Por separado, el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, reconoció que cuentan con información relacionada con el caso, pero se negó a revelarla porque la averiguación está en manos de la Procuraduría capitalina.
Llaman en Tepito a perdonar
Tristeza,
desolación. Un silencio apenas roto por el llanto.A la mitad de la Iglesia de San Francisco de Asis, en el corazón de Tepito, el párroco junta a los familiares, los llama a perdonar y no guardar resentimientos.
Afuera, la lluvia tapiza el atrio del templo en el que anoche se celebró una misa por 12 jóvenes secuestrados en el Heavens de la Zona Rosa, cuyos cuerpos aparecieron casi tres meses después en una fosa clandestina de un rancho de Tlalmanalco.
Minutos antes de las siete de la noche, la madre de Alan Omar Athiencia llega a la iglesia ubicada en Fray Bartolomé de las Casas. En sus manos porta veladoras que va repartiendo entre los asistentes. Su mirada muestra tristeza.
Julieta González, madre de Jennifer Robles, arriba al recinto y junto con otras dos mujeres porta las mismas pancartas que durante más de 90 días ha llevado de un lado a otro con la esperanza de encontrar viva a su hija.
Para ellos ya no hay esperanza. El cadáver de Alan Omar fue plenamente identificado por la PGR, con exámenes de ADN. El de Jeniffer está en la misma circunstancia.
Con paso lento las dos mujeres emprenden una caminata de aproximadamente 20 metros. Al llegar frente a la imagen San Francisco de Asís colocan las fotografías de Jennifer para después sentarse en primera fila y escuchar las palabras de Abraham Parra, el padre que celebra la misa.
Vestidas de negro y sin dirigir palabra a amigos o familiares, entran Leticia Ponce y Josefina García, las madres de Jerzy y Said. Sin lágrimas en los ojos y con una veladora, ambas se sientan juntas en la segunda fila de la iglesia.
La misa transcurre en silencio. El padre, que hace siete años llegó a Tepito, menciona uno a uno los nombres de las 12 personas. Pide el descanso eterno por cada una de ellas y desde sus lugares las madres sueltan el llanto.
"Pedimos a Dios por los 12 chicos desaparecidos, por ellos y por sus familias, y por los hermanos que tiene un corazón durito", dice el párroco.
En la iglesia unos 150 fieles lo escuchan en silencio. Entre ellos están sólo los familiares de Alan Omar, Jeniffer, Jerzy y Said.
La madre de Alan se levanta y va hasta la fila donde están Leticia y Josefina. Se abrazan, se besan las mejillas y comienzan a orar por sus difuntos.
Antes de que termine la ceremonia, el párroco reúne a los feligreses a la mitad del recinto. Pide que cada uno coloque una veladora frente a San Francisco Asís.
Josefina García, la madre de Said, rompe en llanto.
"Una característica propia de nuestra fe es el amor, y entre más amemos, más perdonamos", expone el sacerdote.
Leticia Ponce --la madre de Jerzy, el hijo del ex líder del Cartel de Tepito, Jorge Ortiz "El Tanque"-- sale del templo y acompañada por familiares se pierde entre los negocios del Barrio Bravo.
"Aquí la comunidad es muy solidaria", continúa el cura.
"Tristemente lo malo es lo que sale a la luz, pero yo veo un ambiente normal, estamos acostumbrados a vivir en este ambiente de comercio, y pues hay inseguridad".
Ya pasan de las ocho de la noche. La lluvia arrecia y la gente comienza a retirarse en silencio.
El párroco recuerda que hace tres meses los familiares de esos jóvenes desaparecidos comenzaron a acercarse a la iglesia, a pedir por volverlos a ver con vida.
Analizan actuación de PGJ
La responsabilidad de la PGJDF en el caso de los jóvenes secuestrados en el Heavens After depende del día que fueron asesinados, consideró el Ombudsman capitalino, Luis González Placencia.
"Si ellos hubiesen perdido la vida a las pocas horas de haber sido secuestrados, es posible que cuando la denuncia se realizó ellos ya no tuvieran vida.
"En ese caso no hay una influencia de la tardanza del CAPEA (Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes de la PGJDF) para hallarlos con vida", sostuvo el presidente de la Comisión de Derechos Humanos local.
Por tal motivo, dijo, el organismo revisará los resultados de los peritajes de la PGR, pues en caso de que los jóvenes hayan muerto después de iniciarse la averiguación, la PGJ sería la responsable de no encontrarlos con vida.
El presidente de la Comisión comentó que la investigación que mantienen abierta por este caso se basa en los protocolos que sigue la PGJDF al momento de recibir una denuncia de desaparición.
Agregó que esto se debe a que cuando esto sucede la dependencia mantiene un prejuicio por la ausencia, ya que considera que se debe a cuestiones personales.
"Es importantísimo que cuando se denuncia una desaparición se actúe de inmediato, hay un vicio en las Procuradurías que implica un prejuicio, que es el que las personas van a aparecer al poco tiempo", expresó González Placencia.
En este contexto, el titular del organismo enfatizó que los resultados de su investigación no sólo dependerá de la hora en que murieron las víctimas.
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