Presentación
del Secretario de Hacienda de la Iniciativa de Reforma Hacendaria, que tuvo lugar en el Salón Adolfo López
Mateos de la Residencia Oficial
8 de septiembre de 2013
Con el permiso del ciudadano Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos, el licenciado Enrique Peña Nieto, les doy la más
cordial bienvenida a este evento en la Residencia Oficial de Los Pinos.
Varios saludos…“En cumplimiento al mandato que establece el Artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, hace unos momentos, el Presidente de la República ha enviado a la Cámara de Diputados, como Cámara de origen, la Iniciativa de Ley de Ingresos para el Ejercicio 2014.
Asimismo, ha enviado el Proyecto de Presupuesto de Egresos para el año que entra, el Presupuesto de Egresos Federal y los criterios generales de política económica.
Estos tres instrumentos constituyen el Paquete Económico y se ha dado cumplimiento cabal a lo establecido en la Constitución Política dentro del plazo Constitucional.
Asimismo, el Presidente de la República ha enviado a la Cámara de Diputados 11 decretos que conforman la Reforma Hacendaria y de Seguridad Social.
A través de estos 11 decretos se propone una Reforma Constitucional a los Artículos 4º y 123, la creación de cuatro nuevas leyes, la abrogación de dos leyes y la modificación de 15 ordenamientos legales.
Al hacer la presentación a la Cámara de Diputados
de la Reforma Hacendaria y de Seguridad Social, el Presidente propone a esa
soberanía dar cumplimiento a siete de los compromisos establecidos en el Pacto
por México.
Estos compromisos están dirigidos a implementar la
Seguridad Social Universal y a realizar una Reforma Hacendaria que simplifique,
transparente y nos dé mayor justicia en el sistema tributario.
Al respecto, quiero aprovechar esta oportunidad
para llamar la atención de ustedes, sobre diez hechos, diez características de
la economía mexicana:
En primer lugar. Nuestra economía no ha crecido a
la altura de su potencial en los últimos 30 años, periodo en el que se ha dado
un crecimiento del Producto Interno Bruto de apenas dos por ciento en términos
reales en promedio. Este débil crecimiento de la economía en los últimos 30
años está asociado al nulo crecimiento de la productividad.
De acuerdo a la medición que realizó el INEGI, el
año pasado, la productividad total de los factores en 2011 fue 8.2 por ciento
inferior, a la que existía en 1990, esto es una contracción anual promedio del
0.4 por ciento.
Segundo. El bajo crecimiento económico no ha permitido
satisfacer las necesidades sociales más básicas de amplios segmentos de la
población mexicana; y es por ello que el 45.5 por ciento de nuestra población
se encuentra aún en situación de pobreza.
Lo que es una realidad es que seguimos teniendo,
prácticamente el mismo porcentaje de población en pobreza que hace 30 años.
La política social con un enfoque asistencialista
ha sido claramente insuficiente para mejorar las condiciones de vida de amplios
sectores de nuestra población.
Tercero. El Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social, el CONEVAL, en su más reciente medición, señala
que el 61.2 por ciento de los mexicanos, es decir, 72 millones de personas,
carece de acceso a la seguridad social.
Asimismo, dos terceras partes de las personas
mayores de 65 años nunca han cotizado al Sistema de Seguridad Social, y 37.6
por ciento de ellas no recibe ningún tipo de pensión o jubilación.
De no corregirse esta inercia, el problema será
más grave en el futuro en virtud de que mayores números de mexicanos se
incorporarán a la tercera edad.
Cuarto. México es el único país de los integrantes
de la OCDE que no cuenta con un Seguro de Desempleo.
Este hecho es más grave si consideramos que los
trabajadores con menores ingresos son los que presentan una mayor rotación
laboral. De hecho, el 78 por ciento de los desempleados, que pierden su trabajo
en el sector formal, ganaban antes de ser desempleados, menos de cuatro
salarios mínimos.
Además, el 61 por ciento de los desempleados
tardan más de un mes en volver a emplearse, periodo en el que sus familias ven
deteriorado su ingreso y precipitan su recontratación en empleos probablemente
dentro del sector informal.
Quinto. El 60 por ciento de la población que
trabaja está empleada en el sector informal, donde la productividad de las
empresas es 45 por ciento inferior a la del sector formal, lo que impacta
directamente en los salarios de los trabajadores.
La informalidad está limitando el potencial de las
empresas y los trabajadores mexicanos, y les impide mejorar su bienestar de
manera significativa. En el sector informal no se tiene acceso al crédito ni a
la cobertura de seguridad social, ni a la capacitación ni a la nueva
tecnología.
Sexto. La insuficiente inversión en bienestar
social se deriva, en buena medida, de la debilidad fiscal del Estado mexicano.
Los ingresos tributarios como porcentaje del Producto Interno Bruto son de 13.7
por ciento, mientras que el promedio en América Latina asciende al 18.4 por
ciento. Y en países desarrollados de la OCDE alcanza el 26.3 por ciento.
En particular, la recaudación como porcentaje del
Producto Interno Bruto del Impuesto Sobre la Renta a las personas físicas
representa sólo una cuarta parte del promedio en los países de la OCDE. Este
indicador también es menor para los ingresos por Impuesto Sobre la Renta de las
empresas.
De igual forma, en nuestro país la mayor parte de
los ingresos exentos, las deducciones personales y los regímenes especiales
benefician sólo al 10 por ciento de la población que tiene mayores niveles de
ingresos.
El Sistema Tributario Mexicano es inequitativo y
no ha sido efectivo para redistribuir el ingreso, a diferencia de lo que sucede
en otros países, donde la política fiscal juega un papel fundamental para
lograr mayor igualdad social, la distribución del ingreso en México, antes y
después de impuestos, se mantiene, prácticamente, inalterada.
Séptimo. Derivado de esta escasa recaudación, el
gasto público como porcentaje del PIB en México es apenas del 19.5 por ciento,
mientras que en el resto de América Latina alcanza, en promedio, el 27.1 por
ciento, y en los países de la OCDE es de 46.5 por ciento.
Esto implica que nuestra inversión en programas
sociales, en ciencia y tecnología, en salud pública o en infraestructura, es
una de las más bajas en América Latina.
Octavo. México es el segundo país en la OCDE con
mayor prevalencia de obesidad, al ubicarse ésta en 30 por ciento de la
población adulta, mientras que el promedio de los países avanzados es del 22.2
por ciento de la población, dicha cifra es sólo superada por los Estados
Unidos.
La prevalencia de obesidad entre la población
infantil es una señal de que se deben de tomar medidas decididas en el presente
para evitar la intensificación de problemas de salud pública en el futuro, pero
también una de las mayores contingencias previsibles para las finanzas públicas
nacionales.
Noveno. En México el consumo de combustibles por
habitante es superior al de países con el mismo Producto Interno Bruto per
cápita e incluso superior al de países con un grado de desarrollo superior.
Por ejemplo, el consumo de gasolina per cápita en
México es más del doble que en Chile y más del triple que en Brasil, países con
un desarrollo similar al nuestro, y el segundo de ellos con una importante
producción de petróleo.
Las emisiones de bióxido de carbono, principal gas
de efecto invernadero, así como el uso de plaguicidas están generando graves
daños sobre el medio ambiente y sobre la salud de los mexicanos.
Y, finalmente, décimo. Durante 2013 la economía
mexicana ha experimentado una marcada desaceleración económica mayor a la que
preveíamos en los criterios generales de política económica para este año 2013,
fundamentalmente derivada de factores del sector externo, pero también por la
pérdida de dinamismo de factores internos, como son la construcción pública y
privada, así también como de una producción petrolera menor a la que se estimó
originalmente para este año.
Ante esta situación de bajo crecimiento económico
la Reforma Hacendaria y el Paquete Económico 2014 debe considerar acciones que
reconozcan el entorno económico y acelerar de forma decidida el crecimiento
económico.
Señor Presidente de la República.
Señoras y señores:
He tenido la oportunidad de acompañar al
licenciado Enrique Peña Nieto durante muchos años y a lo largo de este tiempo
lo he escuchado muchas veces reiterar, argumentar y convencer en favor de que
México necesita una Reforma Hacendaria.
Una Reforma Hacendaria para crear un Sistema de
Seguridad Social Universal, que nos dé impuestos más justos, más transparentes
y más simples, y que nos permita acelerar el crecimiento económico en lo
inmediato, pero también de forma sostenida y a largo plazo.
Estoy seguro que esta convicción del Presidente de
la República la comparte la mayoría de los mexicanos.
Y hoy, en este día, en que se ha entregado a la
Cámara de Diputados la Propuesta de Reforma Hacendaria tenemos la oportunidad
de hacer de estos anhelos una realidad.
Ahora corresponde al Poder Legislativo, empezando
por la Cámara de Diputados como Cámara de origen, hacer un análisis cuidadoso,
profesional y responsable.
Y estoy seguro que, como ha caracterizado a los
Diputados y Diputadas de la LXII Legislatura y también a las y los Senadores,
harán un trabajo profesional con altura de miras y, sobre todo, con alto
patriotismo.
Muchas gracias y muy buenas tardes.
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