La
CNDH trata con guantes de seda al Ejército/GLORIA
LETICIA DÍAZ
Revista
Proceso
# 1938, 21 de diciembre de 2013
Ni
siquiera al demostrar que fue violada por militares Miriam consiguió justicia.
La queja interpuesta ante la CNDH derivó en una recomendación a la Defensa. Sin
embargo, el primer organismo dio por terminado el seguimiento de la
recomendación al considerar que bastaban los oficios en los que la Sedena se
decía dispuesta a cumplirla, aunque no haya reparado daño alguno ni los
responsables fueran procesados.
Después
de casi tres años Miriam Isaura López Vargas revive la impotencia sentida en
febrero de 2011, cuando fue violada por militares en una acción con la que pretendían
que se declarara traficante de drogas y acusara a otras 10 personas.
A
pesar de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) comprobó las
torturas y abusos sexuales a los que fue sometida por los soldados
–responsables también de su detención arbitraria y retención ilegal–, en la
recomendación 52/2012 el organismo encabezado por Raúl Plascencia Villanueva
dio por satisfechos los ocho puntos recomendatorios dirigidos a la Secretaría
de la Defensa Nacional (Sedena), pero lo hizo sin haber garantizado la
reparación de daños y sin considerar la opinión de la víctima ni la de sus
representantes legales.
“Volvieron
las pesadillas que tenía después de las torturas. Ya habían disminuido pero
ahora otra vez sueño con eso. Lo que más me duele es que las autoridades no
hagan nada, que no haya investigaciones ni castigo a los responsables”, dice
López Vargas en entrevista.
Sobre
el caso, la directora ejecutiva de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción
de Derechos Humanos (CMDPDH), Alejandra Nuño, comenta que al darle carpetazo a
la recomendación citada “la CNDH manda un mensaje de impunidad y de ninguneo a
una mujer que se atrevió, como muy pocas lo hacen, a denunciar hechos tan
graves como la violación sexual por parte de militares. Con este cierre se le
dice a la Sedena que sus elementos pueden seguir cometiendo abusos sin
consecuencias. Es inexplicable que un organismo nacional protector de los
derechos humanos haga esto”.
Proceso
publicó en su edición 1834 la historia de Miriam Isaura, quien el 2 de febrero
de 2011 fue detenida en el centro de Ensenada, Baja California, por hombres
vestidos de civil y encapuchados que iban en una camioneta blanca, aunque la
Sedena sostuvo en partes oficiales que fue arrestada en un retén en San Quintín
con cinco kilos de mariguana.
Permaneció
retenida siete días en los cuarteles militares de Ensenada y Tijuana, donde fue
torturada y violentada sexualmente para obligarla a firmar documentos que le
dio personal de la Procuraduría General de la República (PGR) para admitir su
supuesta culpabilidad y para que además señalara a 10 soldados que no conocía
como si fueran sus cómplices en el tráfico de mariguana.
Estuvo
detenida 80 días en el Centro Nacional de Arraigo de la Ciudad de México y
después fue trasladada a una prisión de Ensenada, pero en septiembre de 2011
quedó absuelta de los cargos por delitos contra la salud.
Con
el acompañamiento de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste y
la CMDPDH, el 14 de marzo de 2011 –mientras estaba arraigada– interpuso una
queja ante la CNDH por los abusos sufridos, y el 15 de diciembre siguiente, ya
en libertad, presentó una denuncia formal en la Fiscalía Especial para los
Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) contra
efectivos de la II Región Militar, con sede en Tijuana, y también contra
personal de la PGR por torturas y violación sexual.
El
28 de septiembre de 2012 la CNDH emitió la recomendación 52/2012, dirigida a la
Sedena y a la PGR, en la cual se orientaba primordialmente a los entonces
titulares de ambas dependencias, Guillermo Galván Galván y Marisela Morales, a
reparar los daños causados a López Vargas así como a realizar investigaciones
para identificar y sancionar a los responsables por la detención arbitraria, retención
ilegal, tortura y violación sexual sufridas por López Vargas. El 18 de octubre
la Sedena admitió la recomendación.
Después
de padecer hostigamiento y amenazas de miembros del Ejército que se apostaban
afuera de su casa, López Vargas recuerda que el 20 de noviembre de 2012 la
visitadora adjunta de la CNDH, Candelaria Cid Sánchez, se presentó a su
domicilio sin aviso previo: “A mi casa llegaron dos soldados con la licenciada
Candelaria, y a una cuadra se quedó un vehículo oficial con más soldados y dos
hombres vestidos de civil, encapuchados”.
Molesta,
Miriam, madre de cuatro hijos, reclamó a la visitadora que llevara soldados,
cuando fueron compañeros de ellos quienes la agredieron. “Me contestó que como
ella no sabía llegar a mi casa, fue al cuartel para que la llevaran y quienes
la acompañaban tenían el encargo de darme una indemnización por haberme
lastimado una mano y un pie (de la violación y de las torturas no dijo nada), y
para que fuera al cuartel militar a recibir atención psicológica a fin de dar
cumplimiento a la recomendación”.
Pero
López Vargas dejó claro que no aceptaría nada que no revisaran sus abogados.
Ellos le habían dicho que la reparación del daño debía apegarse a estándares
internacionales de derechos humanos y además ella no podía acudir a recibir
terapia en las instalaciones donde fue torturada.
“La
licenciada Candelaria me decía que tomara lo que me estaban dando”, continúa.
“Ni siquiera vi el cheque, pero ella decía que si no lo tomaba ya no me iban a
indemnizar, que lo hiciera por mis hijos.
“Estaba
muy insistente, decía que tomara lo que me ofrecían para cerrar el asunto. Como
me negué, me pedía que le firmara documentos, pero no lo hice. Después me
enteré que por todo el daño que me han causado ellos, (la Sedena) me ofrecía 45
mil pesos, pero nada de justicia.”
Sólo
papeleo
El
15 de enero de 2013, abogados de la CMDPDH enviaron a la CNDH un escrito en el
que exponían criterios internacionales de reparación integral del daño “que no
sólo contemplan temas económicos, sino garantías de no repetición, una disculpa
pública, sanción ejemplar a los responsables y sobre todo justicia para las
víctimas. Le recordábamos a la CNDH que la reparación del daño tenía que ser
acordada con Miriam y con sus representantes”, resalta Nuño.
Sin
responder a esta propuesta de reparación –y más de un año después de que se
emitiera la recomendación– el segundo visitador de la CNDH, Marat Paredes
Montiel, determinó el cierre del seguimiento, al considerar que fue “aceptada
con pruebas de cumplimiento total”, de acuerdo con el oficio de folio V2/76424,
dirigido al secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos Zepeda. El documento
tiene fecha del 11 de octubre de 2012 pero no fue transmitido a los
representantes de López Vargas sino hasta el 27 de noviembre de ese año.
El
documento enlista los ocho puntos de la recomendación dirigida a la Sedena
(expediente 52/2012), pero no menciona los lineamientos dirigidos a la PGR, la
cual también fue reconvenida por la comisión.
La
CNDH dio todos los puntos como aceptados y “con pruebas de cumplimiento total”,
incluso los primeros cuatro, referentes a la reparación de daños y al
esclarecimiento y castigo de los responsables, tanto en el fuero federal
ordinario como en el militar.
En
el documento se da cuenta del encuentro con López Vargas el 20 de noviembre del
año pasado y la CNDH da fe de la propuesta que hizo personal de la Sedena para
dar “apoyo psicológico y la indemnización”, a lo que la agraviada “señaló que
no se niega a recibir la reparación del daño pero solicitó que ésta se realice
a través de los estándares internacionales previstos en las sentencias para el
Estado mexicano, ya que éstos deben ser consultados con las víctimas”, y que en
15 días enviaría un escrito a la CNDH con sus consideraciones.
Sin
aludir siquiera al documento enviado por la CMDPDH en enero de 2013, el segundo
visitador consideró como prueba de cumplimiento de este punto dos oficios de la
Dirección General de Derechos Humanos de la Sedena, fechados el 23 de noviembre
de 2012 y el 2 de octubre de 2013, en los que confirma el monto estimado de la
indemnización y manifiesta el “compromiso de encontrarse en la mejor
disposición de brindar atención médica y psicológica cuando ésta (López Vargas)
lo solicite, así como la indemnización por concepto de daño moral y material”.
Sobre
el segundo punto, en el que la CNDH conminaba a la Sedena a colaborar
“ampliamente en la presentación y seguimiento de la denuncia de hechos”
formuladas ante la PGR porque los agresores de Miriam son servidores públicos
federales, el organismo presidido por Plascencia dio por satisfecho el
ordenamiento.
Lo
hizo con el argumento de que recibió dos oficios de la Dirección General de
Derechos Humanos de la Sedena, del 8 de noviembre y 14 de diciembre de 2012, en
los que informaba que en la primera fecha envió a la PGR un documento para
manifestarle que está “en la mejor disposición de colaborar con el seguimiento
de la averiguación previa que se hubiera iniciado con motivo de la
Recomendación 52/2012”, así como otro de la Fevimtra, fechado el 5 de diciembre
del año pasado, en el cual el agente del Ministerio Público federal acepta la
propuesta de colaboración.
En
cuanto a los señalamientos tres y cuatro, en los que la CNDH pide a la Sedena
iniciar procedimientos contra los responsables ante la Procuraduría General de
Justicia Militar, así como ante la Unidad de Inspección y Contraloría General
del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, el visitador Marat Paredes consideró como
pruebas de cumplimiento dos documentos enviados por la dirección castrense. En
el primero, del 13 de noviembre de 2012, informa del inicio de una averiguación
previa, y en otro del 20 de febrero de 2013 pide informes sobre la indagatoria.
Asimismo,
el 6 de septiembre de 2013 la mencionada dirección de la Sedena remitió a la
CNDH otro oficio para notificarle que solicitó que el expediente abierto por el
órgano de control fuera remitido al Área de Responsabilidades de la
dependencia.
Los
siguientes cuatro puntos se refieren a girar instrucciones a los altos mandos y
al personal para poner a disposición inmediata del Ministerio Público a las
personas detenidas; no utilizar las instalaciones militares “como centros de
detención, interrogatorio, retención, violación sexual y tortura”; que no se
autoricen operativos con personal vestido de civil ni en vehículos no
oficiales; que se apliquen los programas de derechos humanos de la dependencia,
y que se impartan cursos para que “no se trate con violencia y abuso sexual a
las mujeres”.
Como
en los puntos precedentes, para el segundo visitador las pruebas de
cumplimiento pleno de la recomendación 52/2012 fueron oficios entregados por la
Dirección General de Derechos Humanos de la Sedena, en los que se reproducen
correos electrónicos donde se instruye al personal a seguir las indicaciones de
la CNDH.La
CNDH, cuestionada
Frente
a esta resolución de la CNDH, el pasado jueves 12 la CMDPDH presentó un escrito
a Plascencia en el que le hace notar que al cerrar el seguimiento de la
recomendación 52/2012 viola su propio reglamento, pues en el artículo 138 de la
normatividad interna se estipula que se clasificará acatada aquella
recomendación “una vez que se han agotado las posibilidades reales de
cumplimiento”.
De
acuerdo con la organización civil, es evidente que “aún quedan diversas
posibilidades reales para agotar el cumplimiento de la recomendación, dentro de
la que se encuentra la valoración adecuada de la voz y propuestas de Miriam
Isaura y sus representantes”, por lo que la CMDPDH insta a Plascencia a
reconsiderar “su decisión de concluir el seguimiento de la recomendación (…) y
retome a la brevedad el cabal seguimiento a la misma”.
Este
documento, firmado por Nuño, contiene un análisis pormenorizado de los ocho
puntos recomendatorios y se apoya en criterios internacionales y de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos para demostrar las deficiencias del cierre
de seguimiento firmado por Paredes. También considera grave que la comisión
considere como pruebas de cumplimiento oficios de la Sedena, cuando no hay
hasta ahora servidores públicos de la dependencia sancionados por los abusos
contra López Vargas.
Peor,
la misma CNDH “ha documentado de manera constante los diversos abusos militares
en los últimos años, lo cual se ha visto reflejado en la cantidad de quejas
recibidas como en el número de recomendaciones emitidas hacia la Sedena”. En
2011 y 2012 la CNDH registró mil 695 y mil 503 quejas, respectivamente, aunque
el primer año emitió sólo 25 recomendaciones, y en el segundo, 15.
“En
virtud de ello, y dado que varios de esos abusos se repiten, resulta sumamente
necesario que esta Comisión Nacional entienda la importancia del cumplimiento
de recomendaciones que reiteran conductas ya repetidas”, señala la CMDPDH en su
escrito. Agrega que la protección de los derechos humanos “no termina en la
recepción de una queja o en la emisión de una recomendación, sino que debe
extenderse al cumplimiento adecuado por parte de la autoridad responsable”.
En
entrevista, Nuño manifiesta su preocupación por que “el organismo público
nacional, con un presupuesto de mil 500 millones de pesos al año, no sea capaz
de integrar los estándares internacionales de derechos humanos en sus
consideraciones, no tome en cuenta las cuatro sentencias de la Corte
Interamericana contra México relativas al fuero militar ni las recomendaciones
hechas por los órganos de derechos humanos del Sistema de Naciones Unidas al
respecto, ni siquiera porque en la pasada revisión del Examen Periódico
Universal el ómbudsman acudió como parte de la delegación mexicana”.
Tras
lamentar que pese a estas carencias la CNDH encabece la Federación
Iberoamericana de Ómbudsman, la defensora de derechos humanos señala: “Este
caso pone en evidencia el trato preferencial que la CNDH da a la Sedena y deja
en indefensión a la víctima, porque el organismo se da por satisfecho con la
sola expresión de voluntad de la dependencia.
“En
el documento de cierre de seguimiento no hay ninguna valoración de la
aportación de la Sedena a la investigación abierta por la PGR, cuando es sabido
que de manera consistente las fuerzas armadas han sido un obstáculo para la
debida integración de averiguaciones previas en las que estén involucrados sus
elementos.”
Para
Nuño la determinación de la CNDH en el caso de López Vargas evidencia que para
el organismo “las víctimas no son el centro de su actuación, y el mensaje que
manda para esta mujer que ha sufrido amenazas por su valentía es ‘bájale a tu
indignación, la Sedena puede hacer lo que quiera’; eso no abona a la lucha
contra la impunidad”.
Por
lo pronto Miriam no pretende quedarse quieta: “Pienso llegar hasta la Corte
Interamericana. Sé que es un proceso que puede tardar mucho, pero ya han pasado
dos años de los hechos y en México no hacen nada. Voy a llegar hasta las
últimas consecuencias”.
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