Y
el propio PRD boicoteó la consulta/JESUSA
CERVANTES
Revista
Proceso
# 1938, 21 de diciembre de 2013
Se
disparó en un pie. La izquierda se había unido en el repudio a la reforma
energética, pero ella misma estropeó su lucha: a la hora de legislar la
consulta que podría haber revertido la privatización del petróleo, “olvidó”
consignar la facultad de revocar las modificaciones constitucionales. Ahora
delinea su plan B: judicializar el caso, repartir folletos y enterrar cápsulas
del tiempo.
Gracias
a “un título seductor”, la mayoría de la izquierda en la Cámara de Diputados
avaló la Ley de Consulta Popular (LCP)… que resulta insuficiente para revocar
la reforma en materia energética.
Ambigua,
sin solidez ni alcance, la norma aprobada por PRD, PRI, PAN, PVEM y Panal el
martes 10 no prevé la posibilidad de que la consulta revoque reformas a la
Constitución, explica Alfonso Durazo Montaño, diputado por MC y exsecretario
particular de Vicente Fox.
Ante
esta situación, Manuel Bartlett, senador por el PT, anuncia que los
legisladores integrados en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)
buscarán interponer una controversia constitucional para dar marcha atrás a la
“privatización del petróleo”. Cabildearán también un juicio político contra
Enrique Peña Nieto por traición a la patria.
Sin
embargo, considera que la única forma efectiva de evitar la entrega de los
hidrocarburos es “la calle, porque este gobierno siente que puede violentar
toda ley y que su capacidad de imposición no tiene límite. Sólo la calle le
puede imponer ese límite”. Una vez que Morena se constituya como partido y
Andrés Manuel López Obrador se reintegre a la lucha, cree que el camino se
reorientará.
Negociación
y desconocimiento
El
jueves 5, la diputada perredista Amalia García y la senadora Angélica de la
Peña –esposa del expresidente nacional del PRD Jesús Ortega– confeccionan el
predictamen de la LCP, en el marco del Pacto por México. Junto a ellas trabaja
el diputado panista José González Morfin.
Ese
mismo día, la minuta de la reforma política delineada por PAN y PRI en el
Senado llega a San Lázaro. Sin discutirse en comisiones comienza a debatirse en
el pleno.
Por
la tarde, Amalia García presume que el PRD ha logrado que las “cartas
ciudadanas” (esquemas de participación civil) se incorporen al dictamen de la
LCP. Y a punto de que concluya ese jueves, la Comisión de Gobernación convoca a
una sesión extraordinaria: La LCP se discutirá la madrugada del viernes, una
vez que se desahogue la reforma política, lo que ocurre a la una de la
madrugada.
La
comisión avala el dictamen de la LCP, con el voto de los perredistas. El PT y
MC la rechazan por considerarla “insuficiente” y llena de “ambigüedades”.
Sin
embargo, a las tres de la mañana del viernes, la sesión del pleno se levanta
debido a un desencuentro entre PRD y PAN con el PRI.
“Se
clausura sin discutir la LCP, porque Amalia García, Angélica de la Peña y José
González Morfin incumplieron el compromiso que habían firmado en el Pacto por
México, y que era permitirle al presidente de la República tener tiempo aire
para promover su posición cuando él solicitara la consulta pública”, revela una
de las fuentes que participaron en las negociaciones durante aquella madrugada.
“Silvano
Aureoles –coordinador del PRD– y Alberto Villarreal –líder de los panistas– se
quisieron pasar de listos no respetando el acuerdo”, añade la fuente.
La
votación de la LCP se pospone para el martes 10, eliminando la preferencia que
tendría el Ejecutivo federal en la difusión (artículo 41). Los perredistas
incluyen cambios en los artículos 12, 14 y 15, pero no incorporan la
puntualización de que las reformas a la Constitución puedan revocarse mediante
consulta.
Finalmente
la LCP se avala en el pleno con 431 votos a favor, de los que 66 fueron del
PRD.
El
diputado Alfonso Durazo Montaño considera que “no fue ingenuidad” de quienes
negociaron la ley dejarla llena de obstáculos. Les otorga el beneficio de la
duda: “Atribuyo estos errores a la forma en que se procesó, a la falta de
análisis parlamentario, a la premura”.
El
legislador, que forma parte de la Comisión de Gobernación, detalla que el
dictamen nunca se discutió a cabalidad. Sólo se fijaron los posicionamientos de
los partidos políticos.
La
perredista Aleida Alavez, integrante de la Mesa Directiva de la Cámara de
Diputados, lo contradice. El miércoles 18 aseguró ante los medios de
comunicación: “Nosotros, como PRD, votamos a favor de la consulta porque tiene
todos los elementos, los mecanismos, para llevarse a cabo. Nadie nos engañó,
nadie nos puso una redacción que no conociéramos”.
Ley
suprema e intocable
El
martes 10, durante el debate de la LCP, Durazo pide a la gente de izquierda que
no se deje engañar. “El título es tremendamente seductor”, acepta, pero insiste
en que la ley está llena de obstáculos.
En
entrevista, el diputado detalla los aspectos que hacen “casi imposible”
revertir los cambios a la Constitución en materia energética.
Es
ambigua, sostiene, pues no establece claramente su carácter revocatorio. Y
lanza: “La ley tiene una serie de malos entendidos, y si el PRI y el gobierno
no respetan los procedimientos parlamentarios explícitos, yo me pregunto si van
a respetar aquello que uno supone que está implícito en la ley, como es el
carácter revocatorio de una consulta popular en términos constitucionales”.
Segundo
punto: En la ley se marca que se someterán a consulta los “actos legislativos”…
lo que convierte en intocable la reforma energética, que concierne a los
artículos 25, 27 y 28 de la Carta Magna. Ocurre que esas modificaciones,
jurídicamente hablando, no son “actos legislativos”, sino un “acto del
constituyente permanente”, integrado por el Congreso de la Unión, más 17
congresos locales que avalen lo propuesto por el legislativo federal.
La
ley cuenta con otros matices nocivos, añade, en los requisitos para convocar
una consulta a iniciativa ciudadana. Primero se pide juntar 2% de las firmas
del listado nominal de electores, que ya se tienen. Pero, luego, la Cámara de Diputados
debe hacer dos consultas a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ese
tribunal debe determinar si en la petición “no hay inconstitucionalidad” y si
el tema planteado es “de trascendencia para la nación”, lo que abre un portón a
la discrecionalidad.
Peor
aún, en el artículo 5 de la LCP, explica Durazo, se asienta que para hacer
válido el resultado de una consulta la participación debe ser igual o mayor a
40% del listado nominal.
Existe
otro escollo: el artículo 11. Ahí se establecen los temas que no pueden
someterse a este tipo de práctica democrática. Y no está permitido consultar a
la gente sobre “ingresos y gastos del Estado”.
El
senador del PRI David Penchyna, que tuvo a su cargo el procesamiento de la
reforma en dicha cámara, ha repetido que el petróleo y el gas son un asunto de
“ingreso y gasto”, por lo tanto, vedados al escrutinio público.
Las
otras vías
El
senador Manuel Bartlett informó que cuando llegue al Senado la minuta de la
LCP, en febrero, MC y PT tratarán de explicitar el carácter revocatorio a las
reformas del constituyente permanente.
Existe
aún otra vía: el recurso de acción de inconstitucionalidad ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. Se argumentará que se han violado los
procedimientos parlamentarios y la propia Carta Magna.
Para
ello, Morena tiene que lograr 33% del respaldo de senadores o de diputados.
“¿Cuál
es el argumento? La amputación de decisiones políticas fundamentales, que dicen
que no se puede tocar una Constitución en sus partes esenciales”, asienta
Bartlett, quien ya tiene experiencia en recursos de este tipo, como el que
interpuso cuando se promulgó la Ley del Servicio Eléctrico o la de
Telecomunicaciones.
El
diputado Durazo señala que no sólo los legisladores federales pueden iniciar
este recurso; también los partidos políticos o un Congreso local.
“Si
el PRD es congruente con su rechazo a la reforma energética”, arguye, “puede
solicitar la acción de inconstitucionalidad, como partido o como Asamblea
Legislativa del Distrito Federal u otro Congreso en que tenga 33% de los
votos.”
Por
su parte, el diputado Ricardo Monreal, coordinador de MC en San Lázaro, informó
que se intentará “unificar las estrategias con PRD y PT, organizaciones
sindicales y sociales opositoras a la reforma; preparar folletos informativos
sobre posibles despidos de trabajadores de Pemex y CFE; distribuir casa por
casa un folleto en forma de historieta sobre lo lesivo de la reforma,
destacando la falsedad de que bajarán los precios de la luz, el gas y la
gasolina; recurrir a las redes sociales; hacer de las elecciones federales de
2015, fecha en que tendría que realizarse la consulta popular, un referéndum
sobre la permanencia o rechazo a que el PRI y el PAN sigan teniendo mayoría en
la Cámara de Diputados; promover el depósito de cápsulas del tiempo en los
parques que lleven por nombre Lázaro Cárdenas o 18 de Marzo, que contengan
recibos de luz, gas, gasolina y diésel, así como la lista de senadores y
diputados que votaron a favor de la reforma. Las cápsulas se abrirán el 18 de
marzo de 2018…”.
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