Los
enemigos misericordiosos del papa Francisco/Bernardo Barranco V.
La Jornada, Miércoles 18 de diciembre de 2013;
El
profesor Sergei Shkarovskij, de la Universidad Estatal de Moscú, autor del
polémico libro 33 días en el Vaticano, sobre la muerte de Juan Pablo I, el
cual asegura que fue resultado de un atentado, lanza una advertencia
contundente: El Papa Francisco debe tener cuidado. Los enemigos del papa
Luciani todavía están presentes en la Iglesia. La espontaneidad, sencillez y
abundancia de gestos simbólicos del papa Francisco le han ganado gran
popularidad no sólo en los medios internacionales, sino entre los fieles. Sin
embargo, a pesar del clima general favorable en torno al Papa, también han
surgido críticas severas, que se expresan especialmente en Internet.
La
última exhortación Evangelli Gaudium es la puntilla para criticar las
propuestas del Papa de reformas que no se concentran en las estructura de la
Iglesia, sino que proponen recuperar la misión evangelizadora de una Iglesia en
declive y envejecida.
Lo que está en
juego no sólo es el futuro pastoral de la Iglesia, sino sus equilibrios de
poder internos. Se
mezclan intereses religiosos, políticos, económicos y geoestratégicos que
rebasan a un Papa que quiere realizar cambios de fondo. No es casual que la
primera amenaza viene del brazo financiero de la mafia italiana que durante
décadas ha utilizado al Vaticano para lavar dinero. Así lo aseveró Nicola Gratteri, fiscal italiano, quien
advirtió al periódico The Washington Post
que el Papa corre peligro. La voluntad de Francisco, que busca transparentar el
IOR (Banco Vaticano) en el fondo, perturba los centros de poder infectados y se
pone en riesgo ante el crimen organizado. Por tanto, lo que está en juego no
sólo son las reformas ni la pastoralidad de la Iglesia, sino las fibras de
poder que trastocarían a una curia entramada en poderes financieros e
influencia en la política internacional.
De entrada
Bergoglio no era candidato de los grandes bandos curiales de poder. La periodista
argentina Elisabetta Piqué, muy cercana al Papa, en su libro Francisco:
vida y revolución, registra tensiones entre el cardenal Bergoglio con Angelo Sodano cuando era secretario de
Estado, por arbitrarios nombramientos de obispos en Argentina y por presionarlo
para endurecer su posición frente al gobierno. Por su parte, sobre el tema del
aborto y de la mujer en la última extortación, Hans Kunk en su último artículo,
Contra el viento de proa de la curia, previene sobre la presión y boicot de
sectores curiales allegados a Ratzinger, señalando: Algunos observadores se
preguntan con preocupación: ¿sigue el papa emérito Ratzinger actuando como una
especie de papa en la sombra a través del arzobispo Gerhard Ludwig Müller,
prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y de Georg Gänswein,
secretario personal de Ratzinger?
No debemos
olvidar al lobby gay, transversal y presente en los diferentes bandos curiales.
Para
algunos la actitud de Francisco de mayor respeto y apertura hacia los
homosexuales propiciaría una actitud más benevolente hacia el pontífice. Para
otros analistas la identidad de este grupo no es la condición gay, sino los
privilegios, las canonjías y el poder; ante la amenaza de perderlos presentarán
un frente de combate. ¿Cuántos secretos de poder y corrupción guarda la relatio
en Vatileaks elaborada por Julián
Herranz y otros cardenales? Difícil responder; el texto es alto secreto de
Estado.
En
suma, Francisco asciende al papado gracias a la fractura de los bandos en la
curia. Pero las propuestas de reformas estructurales que propone amenazan los
privilegios y el poder de los actores tradicionales; por tanto, Francisco puede
ser un factor que unifique a las camarillas ante un enemigo común al acecho.
Otro
flanco de abierta oposición es la ultraderecha católica y todos los coros
devotos emparentados a los lefebvristas. Cuestionan al Papa por demasiado
simple, muy coloquial y hondamente populista, es decir, quedar bien con las
audiencias y decir lo que quieren oír. Esta derecha católica respiró con alivio
al encontrar en la exhortación que en el tema del aborto y la defensa de la
vida desde la concepción el magisterio de Bergoglio está totalmente en línea
con los de todos sus predecesores, aquí no hay horizonte de apertura.
No
podemos dejar de lado los grupos de presión que han constituido algunas órdenes
y movimientos religiosos, como Comunión y Liberación, los Focolares, la
comunidad de San Egidio, los Neocatecúmenos, el Opus Dei y los legionarios de
Cristo. Acaba de ser publicada una sugerente investigación periodística en Roma
sobre el tema, pues describe las trayectorias, ambiciones, modus operandi y
poder de estos movimientos que han sido cobijados por diversos sectores de la
curia. El libro se titula El lobby del Vaticano, de Charlotte Zavattiero, quien
también notifica: Los movimientos que se presentan en este libro, junto con sus
líderes, representan uno de los mayores desafíos para el nuevo Papa. Francisco
aspira a una Iglesia abierta, sin los privilegios de estos movimientos
clericalizados y más allá de la politiquería de poder religioso. ¿Lo logrará?
Otro frente incómodo son los vaticanistas e intelectuales católicos de peso.
Sólo un ejemplo: Vittorio Messori, converso ratzingeriano, cuestionó a
Francisco por aspirar a un mito, que es el sueño del Papa de un retorno a la
Iglesia primitiva, a la pobreza, la fraternidad, la sencillez, la ausencia de
estructuras jerárquicas de la ley canónica, sueño que para Messori no es más
que un mito sin fundamento bíblico ni histórico.
En
otro momento recorreré los cuestionamientos más filosóficos y teológicos de
intelectuales católicos soberbios que no perdonan a Francisco su crítica al
eurocentrismo y al fracaso del modelo pastoral europeo que ha sumido en una
crisis sin precedentes a la Iglesia. Igualmente, aunque no son los enemigos
devotos, pero conviene repasar lo que en Roma se denomina con menosprecio el
progresismo adolescente. Es decir, aquellos sectores progresistas cuyas
expectativas subieron ante las diversas señales del Papa y ahora empiezan a
decepcionarse porque Bergoglio no ha ido más a fondo en materia de la moral
sexual de la Iglesia y, de manera preponderante, el papel de la mujer en la
Iglesia.
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