Proyecto
digital de relumbrón/Jenaro Villamil
Revista Proceso # 1935, 30 de noviembre de 2013
Cinco
días antes del primer año de la nueva administración federal, y ante el claro
incumplimiento del plazo para discutir y aprobar las leyes secundarias de la
reforma en telecomunicaciones, el gobierno de Enrique Peña Nieto decidió
presentar con un gran despliegue burocrático y mediático la Estrategia Digital
Nacional, que pocos han entendido y comentado.
En
el planteamiento con el que se anunció, la estrategia carece de un diagnóstico
claro, de metas fijas, de plazos para cumplirlas y de responsables directos,
pero sí establece dos metas genéricas, más publicitarias que operativas: hacer
que México pase del quinto al primer lugar en América Latina en materia de
digitalización (lugar que actualmente ocupa Chile), y alcanzar el promedio de
digitalización de los países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE), de 59.29 puntos.
Tan
sólo para lograr el primer objetivo (pasar del quinto al primer lugar en
América Latina en 2018) se necesitan más de 94 millones de conexiones de
telefonía y banda ancha (móvil y fija), de acuerdo con un análisis elaborado
por Jorge Fernando Negrete, director general de Mediatelecom.
La
única proyección precisa del gobierno federal consiste en alcanzar, hacia el
final de su sexenio, una cobertura de 70% de los hogares con internet, y de 85%
de las pequeñas y medianas empresas.
Al
respecto, el dato más reciente publicado por el Inegi indica que hasta abril de
2013 sólo 30.7% de los hogares mexicanos (9.5 millones) tienen conexión a
internet, pero con desigualdades regionales graves: Mientras en el Distrito
Federal y la Península de Baja California 50% dispone de computadora y
conexión, en Chiapas y Oaxaca la proporción apenas llega a 20%.
Para
darnos una idea del nivel de conexiones que se necesitan hacia 2018 para lograr
la meta del plan de Peña Nieto, el comparativo de datos entre Chile y México
revela lo siguiente: En telefonía móvil, nuestro país requerirá 68 millones de
conexiones adicionales a los 103 millones actuales de celulares y smartphones
existentes para arribar a la tasa de 137.6% de cobertura que tiene el país
sudamericano; se precisa de otros 21.4 millones de conexiones de banda ancha
móvil para pasar de 12.81% a un mínimo de 30% de hogares con acceso a esta
tecnología, como en Chile; y en banda ancha fija tendría que haber 2.3 millones
más para pasar de 11.6% a un mínimo de 13%.
La
Estrategia Digital Nacional presentada por Enrique Peña Nieto y su coordinadora
Alejandra Lagunes, convertida en una especie de “supersecretaria” del gobierno
federal, no aclara cómo se alcanzarán tales metas ni cuánto costará hacerlo.
El
proyecto, presentado en el Museo Nacional de Antropología, prevé los siguientes
habilitadores: conectividad, inclusión, habilidades digitales,
interoperabilidad, marco jurídico y datos abiertos. Dentro del rubro de
“conectividad” se habla del despliegue de infraestructura de banda ancha, un
Programa Nacional de Espectro Radioeléctrico, y de la instalación de puntos de
intercambio de internet (IXP).
“Sin
la instalación de una amplia y robusta red de infraestructura de
telecomunicaciones, sin mayor disponibilidad de espectro para comunicaciones
móviles avanzadas y sin núcleos en internet no será posible alcanzar ningún
objetivo de digitalización”, advierte el análisis de Mediatelecom.
De
acuerdo con el discurso presidencial, se persiguen cuatro objetivos: establecer
una Ventanilla Única Nacional; una Política Nacional de Datos Abiertos;
economía, educación y salud de calidad, y seguridad ciudadana.
El
mismo discurso no aclaró cómo los conseguirá. Únicamente informó que ya está en
construcción un “gran sitio en internet” para unificar en un solo portal “cerca
de 7 mil trámites de gobierno de la República”, y que, gracias a este
megasitio, se podrá acceder a las calificaciones en las escuelas e inclusive
solicitar actas de nacimiento y pasaporte “desde cualquier lugar, hora o
dispositivo electrónico”.
El
primer mandatario no precisó en ningún momento cómo se garantizarán la
seguridad y la protección de los datos personales que contendrá este volumen de
información y de Big Data nacional.
Alejandra
Lagunes, en la misma presentación, mencionó que entre las generalidades que la
estrategia deberá aterrizar se encuentran “aspectos de gobernanza en internet,
seguridad, soberanía de datos, privacidad y protección de datos personales”.
El
largo brazo de Google
En
julio de este año, Proceso publicó el borrador de un ambicioso proyecto para
consolidar todo el manejo de datos digitales del gobierno federal en una sola
“nube digital” que sería operada por Google, el gigante estadunidense señalado
por Edward Snowden como uno de los principales colaboradores de la estrategia
de espionaje e intrusión global de Estados Unidos.
Ese
proyecto incluía un plan de almacenamiento de datos que beneficiaría a Kio
Networks, de la empresaria María Aramburuzabala, la mujer más acaudalada de
México, y el soporte técnico se le daría a EMC Computer Systems.
El
plan de la “nube digital” confirmó el enorme poder que ya había adquirido al
interior de la administración federal Alejandra Lagunes, experta en
mercadotecnia política y comunicación en redes sociales, quien trabajó como
gerente de ventas de Google México en 2005 antes de convertirse en gerente de
ventas de Televisa Interactive Media (2008-2009).
Al
parecer, se canceló el proyecto de la “nube digital”, pero no está claro si las
empresas que iban a ser beneficiadas van a participar y de qué manera en los
plazos de la Estrategia Digital Nacional.
Para
varios observadores y funcionarios consultados por Proceso off the record, es
claro que la estrategia confirma el poder adquirido por Lagunes y su círculo
más estrecho –que proviene, como ella, de las grandes trasnacionales de la
tecnología–, y que, incluso, ya se han ido creando una especie de “mandos
dobles” en las áreas de Comunicación Social de cada secretaría. Uno reportó a
David López, el director general formalmente, y otros a Lagunes, responsable de
todos los medios digitales, institucionales y no.
Temas
ausentes
En
su análisis sobre la Estrategia Digital Nacional, Jorge Fernando Negrete
advierte varias ausencias, además del tema más señalado sobre derechos a la
privacidad y la seguridad de los datos personales y de las operaciones
financieras a través de las tecnologías digitales.
Entre
esos temas están “los contenidos y las aplicaciones digitales”. La estrategia,
dice Negrete, “debiera velar por el contenido que va a circular por las redes y
por las aplicaciones que permitan un mejor aprovechamiento de los servicios
públicos y el logro de un gobierno eficiente”.
El
director de Mediatelecom menciona otras ausencias importantes en el documento:
“–Faltan
indicadores y proyecciones alcanzables de digitalización anuales y rumbo hacia
el 2018, fecha en que el país pasará a tener 124.7 millones de habitantes,
según Conapo.
“–No
se define con claridad cuál será la instancia administrativa responsable y
cuáles sus atribuciones para lograr lo establecido en la Estrategia Digital
Nacional. Sólo se menciona que la coordinación a cargo de Lagunes tendrá un
poder ‘transversal entre todas las dependencias y entidades del gobierno de la
República para promover la adopción y el desarrollo de tecnologías, la
innovación, la apertura y la transparencia en todo el aparato gubernamental’.”
El
análisis de Negrete puntualiza:
“Quedan
en duda las atribuciones que en la materia conservarán la Subsecretaría de
Comunicaciones y la Coordinación de la Sociedad de la Información y el
Conocimiento (e-Mexico), adscritas a la SCT”. Las atribuciones de esta última
instancia, creada por el gobierno de Felipe Calderón, son muy similares a las
que adoptó la oficina a cargo de Alejandra Lagunes.
Y
prosigue:
“–La
capacitación y alfabetización digitales son fundamentales, pero no se
establecen metas claras en este sentido. Sólo se presume que el gobierno de Peña
Nieto distribuirá computadoras a estudiantes de quinto y sexto años de primaria
a través de la fase piloto del programa MiCompu.Mx.
“–El
tema federal está ausente en la estrategia nacional. Mediatelecom advierte que
‘cada entidad federativa debiera crear su propia estrategia o agenda digital, o
adaptar las que ya existen al nuevo escenario que plantea la reforma
constitucional en materia de telecomunicaciones’.
“–No
se menciona ni se retoma ninguna de las experiencias internacionales que
existen en este tema. Por ejemplo, Brasil, Colombia y Chile son tres naciones
latinoamericanas que desarrollaron sus propias agendas digitales antes que
México.”
Brasil
publicó su Plan Nacional de Banda Ancha (PNBL en portugués), que busca la
cobertura de 95% de los municipios; 42 millones de hogares con internet, y
91.5% de población con telefonía móvil. En 2013, Brasil decretó la exención
fiscal para el despliegue de redes, servicios y obras civiles encaminadas al
desarrollo de la banda ancha que permitirán inversiones por 8 mil millones de
dólares hasta 2016. En México no existe nada parecido.
En
Colombia, desde 2010 se lanzó el Plan Vive Digital para multiplicar por siete
el número de medianas y pequeñas empresas con conexión a internet e impulsar la
reducción del IVA en internet a la población de los niveles socioeconómicos más
bajos.
Chile
estableció en su plan digital metas y plazos muy claros que se han ido
cumpliendo. Pasó de tener sólo 1% de hogares con internet de alta velocidad a
50%; de 15% de escuelas conectadas a 70%, y de 40.7%
de
habitantes con acceso a internet a 80%.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario