ÁLVARO
DEL PORTILLO SERÁ BEATIFICADO EN MADRID EL
PRÓXIMO 27 DE SEPTIEMBRE
El
programa de la beatificación incluye actos centrales en Madrid y en Roma
Roma, 22-I-2014. Después del
milagro aprobado por el Papa Francisco, y publicado con el Decreto de la
Congregación de las Causas de los Santos del 5 de julio de 2013, la Santa Sede
ha comunicado con fecha de ayer que el Santo Padre –acogiendo la petición
dirigida por el Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría– ha establecido
que Monseñor Álvaro del Portillo sea beatificado en Madrid, su ciudad natal, el
sábado 27 de septiembre de 2014.
Un encuentro internacional en
Madrid
La ceremonia de beatificación será
presidida por el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el
Cardenal Angelo Amato, y tendrá lugar en Madrid. Se prevé la participación de
personas provenientes de todo el mundo. Al día siguiente, Mons. Javier
Echevarría, Prelado del Opus Dei, celebrará una Misa de acción de gracias. “En este momento de profunda
alegría –ha afirmado Mons. Javier Echevarría– deseo agradecer al Papa Francisco
la beatificación de este obispo que tanto amó y sirvió a la Iglesia. Desde
ahora encomendamos al futuro beato las intenciones del Santo Padre: la
renovación apostólica y el servicio a Dios de todos los cristianos, la
promoción y ayuda de los más necesitados, el próximo Sínodo sobre la familia,
la santidad de los sacerdotes”.
Don Álvaro y Madrid
La biografía de Mons. del Portillo
–a quien mucha gente llama con confianza “don Álvaro”– está estrechamente unida
a las ciudades de Roma (donde residió la mayor parte de su vida) y de Madrid,
donde nació el 11 de marzo de 1914, y
donde transcurrió la infancia y juventud junto a sus padres y a sus 7 hermanos.
En la capital de España, en el año 1935, conoció a san Josemaría Escrivá de
Balaguer y pocos meses después decidió a formar parte del Opus Dei.
En su época de estudiante de
ingeniería, con 19 años, el joven Álvaro del Portillo, además de seguir los
cursos de la carrera universitaria, trabajó en las actividades de las
conferencias de san Vicente de Paúl, para impartir catequesis y socorrer a
niños desamparados en Vallecas y en otros barrios entonces muy pobres del
Madrid de la pre-guerra, y distribuir donativos y alimentos entre las familias
indigentes. Impulsado luego por san Josemaría, siguió llevando a cabo este tipo
de tareas con otros jóvenes que participaban en la incipiente labor del Opus
Dei, que se desarrollaba alrededor de la Academia DYA.
El 25 de junio de 1944, terminados
brillantemente sus estudios civiles y eclesiásticos, recibió la ordenación
sacerdotal en Madrid de manos del obispo de la diócesis, Mons. Eijo y Garay. Y
allí ejerció el ministerio sacerdotal hasta que, en 1946, se trasladó a Roma.
El escenario de la beatificación
Como es sabido, el decreto
pontificio de Benedicto XVI sobre los ritos de beatificación y canonización
–difundido por la Congregación para las Causas de los Santos el 29-IX-2005–
precisa que las beatificaciones sean celebradas por un representante del Santo Padre,
por lo general el prefecto de la mencionada Congregación, en la localidad que
se considere idónea. El mismo decreto establece, en cambio, que únicamente las
canonizaciones serán presididas por el Pontífice.
Por este motivo, al conocerse la
noticia de la futura beatificación, se estudiaron diversas opciones dando
preferencia a lugares céntricos de Roma distintos de la Plaza de San Pedro, que
se reserva al Santo Padre. Sin embargo, a medida que aumentaba la previsión del
número de participantes, se comprobó que ese proyecto no parecía factible en el
centro de la ciudad. La Congregación para las Causas de los Santos estimó muy
conveniente una segunda hipótesis que surgió entonces: organizar la ceremonia
en Madrid, ciudad natal del futuro beato, de quien se cumple en 2014 el
centenario de su nacimiento. Esta opción facilita también la participación de
numerosas personas del país de origen de don Álvaro que desean asistir a la
ceremonia y que –en el contexto de la crisis económica actual– hubieran tenido
dificultades para afrontar el viaje.
Actualmente se comienza a trabajar
un plan de atención a los participantes de todos los países, que incluirá
visitas a la catedral de la Almudena (Madrid) y a los lugares relacionados con
la historia del futuro beato y con el nacimiento del Opus Dei, fundado por san
Josemaría Escrivá –en Madrid– el 2 de octubre de 1928.
En Roma, junto al Papa Francisco
El Comité organizador está
preparando también diversos actos en Roma para los asistentes que deseen luego
peregrinar a la ciudad de San Pedro (“videre Petrum”, para “ver a Pedro”).
Se está estudiando con las
autoridades competentes que, durante los días sucesivos a la beatificación, el
cuerpo de don Álvaro –que reposa en la cripta de la Iglesia prelaticia de Santa
María de la Paz, en Roma– sea trasladado provisionalmente a la basílica de San
Eugenio, para facilitar la afluencia de las numerosas personas que querrán
rezar ante el nuevo beato.
Después de la beatificación, se
celebrará una Misa de acción de gracias en una de las basílicas romanas.
Además, los fieles podrán participar en la Audiencia del miércoles con el Papa
Francisco, para manifestar de este modo su agradecimiento y su unión al Romano
Pontífice.
Todos a una, por la senda de don
Álvaro
Tanto en Roma como en Madrid se
desarrollarán actividades, promovidas por Harambee Africa International, para
financiar cuatro proyectos médicos y educativos nacidos en el África
subsahariana por impulso de Mons. Álvaro del Portillo, durante los años en que
fue prelado del Opus Dei.
“Harambee” significa “todos a una”
en lengua swahili. Los asistentes a la beatificación serán invitados,
concretamente, a unirse con sus donativos a la puesta en marcha de un centro
materno-infantil dependiente del Niger
Hospital (en Enugu, Nigeria), a la ampliación y mejora de las
instalaciones de tres antenas médicas y de una escuela de enfermería
dependiente del Centro Hospitalario Monkole (en Kinshasa, Congo); al desarrollo
de un programa contra la desnutrición infantil del Centro Rural Ilomba (en
Bingerville, Costa de Marfil). Un cuarto proyecto consiste en la obtención de
becas de estudio para seminaristas africanos que se forman en la Pontificia
Universidad de la Santa Cruz, institución fundada en Roma por Mons. Álvaro del
Portillo, siguiendo el deseo de san Josemaría Escrivá de Balaguer.
Rosalinda Corbi, coordinadora de la
actividad de Harambee explica que “nos parecía necesario compartir el regalo de
esta beatificación con las personas que más lo necesitan, y deseábamos llevarlo
a cabo de un modo que hubiera complacido tantísimo a don Álvaro, que ya desde
joven dedicó mucho tiempo a los enfermos y necesitados”.
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