El presidente nacional del PAN, Gustavo Madero criticó la reunión, al señalar que fue una fotografía muy cara para el gobierno mexicano.
Todo por una foto!
/FA
Publicado en La Otra Opinión, 30 de enero de 2014;
“Del comes y te vas; a
la foto y hasta nunca...”
El Presidente Enrique
Peña Nieto estuvo en Cuba de visita oficial en el
en el marco de su participación en la II Cumbre de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños; la CELAC.
El CELAC “es verdaderamente un espacio inédito” de
participación que había sido anhelado por muchas décadas. “Sin duda, es un
espacio que puede propiciar hacia adelante una mayor integración, anhelada, de
toda la región latinoamericana y del Caribe”.
Al hacer un balance de su visita agradeció la hospitalidad
de la que fue objeto en especial al Presidente Raúl Castro. Comentó que sostuvo
encuentros bilaterales con su homólogos de Argentina, Cristina Kirchner; Brasil, Dilma
Rousseff; Ecuador, Rafael Correa;
Guatemala, Otto Pérez Molina;
Nicaragua, Daniel Ortega; el Primer
Ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph
Gonsalves, y con los Presidentes de las naciones que, con México, conforman
la Alianza del Pacífico: Perú, Ollanta
Humala; Colombia, Juan Manuel Santos;
y Chile, Sebastián Piñera, así como
con la Presidenta electa de esa nación, Michelle
Bachelet.
Precisó que en los próximos días- 10 de febrero- se acordó
un encuentro en Cartagena de Indias, Colombia, “para llevar a cabo ya la
suscripción de este acuerdo de relación comercial que hemos venido trabajando,
o que se ha venido trabajando desde el 2010”.
Antes de su reunión con el “líder histórico” de la revolución
cubana Fidel Castro Ruz señaló: “todavía
está pendiente para más tarde tener un encuentro privado con el Presidente Raúl
Castro, para llevar a cabo una reunión de trabajo que nos permita realmente
explorar cómo podemos fortalecer la histórica relación de hermandad que hay
entre nuestros pueblos (...) Y, también, se ha confirmado para, previo a este
encuentro, tenga oportunidad de saludar personalmente a quien, sin duda, es líder político y moral de Cuba, al
Presidente Fidel Castro.”
Agregó que tendrá “la
oportunidad de saludarle y de reafirmar esta vocación y este espíritu que
anima al pueblo de México, de mantener y estrechar los lazos de amistad y de
hermandad con el país hermano de Cuba.”
Y en efecto, a eso de las 19 horas se concretó el encuentro
privado.
¡La foto fue la nota! No importa d elo que hablaron.
Peña Nieto fue recibido por Fidel durante una hora, previa a
la visita que hiciera al Palacio de la Revolución para encontrarse con el
presidente Raúl Castro.
Hubo mucho cabildeo
para ese encuentro que para muchos pone fin a un periodo de frialdad y
distanciamiento que duró más de 12 años en las relaciones entre México y Cuba.
Y bueno así esto de
la diplomacia y de la política.
Bienvenido el encuentro, hubiera sido mal visto que Fidel no
recibiera a nuestro Presidente toda vez que publicitó las reuniones con otros
jefes de estrado y lideres que asistieron a la cumbre.
Pero....Mmm. –siempre hay un pero-, Con todo respeto, creo
que hubo excesos de nuestro Presidente.
¿No había necesidad de escribir un texto en exclusiva para
el Granma,
ni de albar a Fidel: “líder político y moral de Cuba”.
Le faltó decir “histórico”
Todavía más el Presidente Peña nos envió dos mensajes desde
su Twitter: “Durante mi Visita Oficial a Cuba, tuve oportunidad de saludar a
Fidel Castro.
: pic.twitter.com/qJyBfy3iWj
Y obviamente nos anexa la foto.
Otro más dice: “Fue un encuentro fraterno, reflejo de los
históricos lazos de amistad entre cubanos y mexicanos.
Que bueno, pero ¿qué ganamos como país?
¡Reconocer a una dictadura perfecta!
¿Pensó el Presidente Peña en el pueblo cubano?
¿Sabe que dijeron?
Todos sabemos la falta de libertades que existen en la Isla.
Mi amigo Jorge Fernández Menéndez en su columna Razones
de Excélsior dice que en Cuba “no se permite ni la más mínima oposición, donde
no se publica ni un periódico ni una revista, donde no hay más radio o
televisión que la que controla estrictamente el Estado, donde hay centenares de
presos políticos, detenidos simplemente por ser parte de esa oposición,
viviendo en condiciones lamentables. Y una dictadura que todavía es admirada
por algunos personajes en nuestro país que llegaron a agredir en su reciente
visita a México a la bloguera Joani
Sánchez, premio Ortega y Gasset de Periodismo, por el sólo hecho de ser una
de las pocas voces que difiere del discurso oficial cubano.”
Coincido con Jorge y otros colegas más.
Como dice nuestro clásico Juan Gabriel ¿pero qué necesidad?
Y a propósito de Yoani Sánchez.
Ciro Gómez Leyva en su columna “La Historia en Breve” de
Milenio Diario, comentó la otra parte
de la moneda de lo que sucedió en La Habana, en palabras –letras mas bien- de Yoani Sánchez
. “Ha empezado la Cumbre de la Celac (...) “Detenciones,
amenazas y arrestos domiciliarios (…) Hay alfombras rojas, pisos pulidos,
helechos arborescentes en el Palacio de la Revolución, brindis, foto de familia, tráfico desviado,
policías cada 100 metros, guardaespaldas, prensa acreditada, discursos de
apertura, gente advertida, calabozos repletos, amigos en paradero desconocido”.
Concluyó así, comenta Ciro: “Todo pasa, cada presidente y
cada canciller vuelven a su país”.
Varias columnas comentan de la visita hoy, sólo rescató dos;
Frentes Políticos de Excélsior y
Templo Mayor de Reforma...
Dice la columna Frentes
Políticos de Excélsior que “La reunión histórica tuvo lugar. Hacia las
siete de la noche, hora de México (...). El objetivo de la cita, manifestó
Enrique Peña Nieto, fue saludarlo y reafirmar la vocación y espíritu que anima
a México a estrechar los lazos de amistad y hermandad con Cuba.
“Hay voces que no
están de acuerdo, bajo el argumento de que Fidel estuvo más de medio siglo como
presidente de la isla, lo que lo convierte en un dictador. No reparan en que el
daño hecho a las relaciones diplomáticas requiere de cirugía mayor tras los
tropiezos panistas.”
Y Templo Mayor de Reforma:
“Mucho se esforzó el gobierno mexicano (léase el Canciller
Meade) en lograr el encuentro y, al
final, lo obtuvo.
CON LA ENTREVISTA de una hora que sostuvieron Enrique Peña
Nieto y Fidel Castro se le da vuelta a la página en la relación entre México y
Cuba luego del distanciamiento durante los gobiernos panistas.
DE LA fría relación hacia un régimen que no es democrático,
se pasa ahora a la cálida reanudación de relaciones… sin importar la naturaleza dictatorial del régimen, ni las relaciones
con la oposición cubana.
ES DECIR, México regresa a las épocas de la paradoja de
tener política exterior de izquierda y política interior neoliberal. ¡Azúcar!”
Sin comentarios.
Y obviamente la visita deja muchas cosas que desear.
La foto era el objetivo, y se consiguió.
Hay una caricatura en el Periódico Reforma que dice mucho.
Es de Camacho están el Presidente Peña y Fidel abrazados sonriendo...el titulo
es “la foto y te vas”...
Difícilmente se volverán a reunir...pero la imagen quedará
para la posteridad.
¡Caray como pasa el tiempo!
Vienen a mente el mes
de marzo de 2002.
Retrospectiva:
Era marzo de 2002, gobernaba México un partido distinto al
de hoy; el Presidente era Vicente Fox. Había de celebrarse una reunión en
Monterrey, y Fidel era el jefe supremo de Cuba, y por tanto estaba invitado,
obviamente se esperaba su no asistencia.
Y la sorpresa fue que decidió venir de último momento, en ese sentido envió una carta a Fox y metió en problemas al gobierno de entonces.
Y la sorpresa fue que decidió venir de último momento, en ese sentido envió una carta a Fox y metió en problemas al gobierno de entonces.
Rescato la carta y el diálogo “proivado” que Fidel hizo
publico y daño las relaciones bilaterales: México-Cuba.
18 horas del día 19
de marzo de 2002.. Llegó esta carta a Los Pinos...
“La Habana, 19 de
marzo del 2002
“Estimado Presidente:
“He vuelto a leer con atención su amable carta
de 28 de enero del presente año, en la que me invita a participar en la Conferencia
Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, de las Naciones Unidas,
que se celebrará en Monterrey. Ya antes, el 21 de diciembre del 2001, había
recibido la invitación de los embajadores Shamshad Ahmad y Ruth Jacoby,
co-Presidentes del Comité Preparatorio de las Naciones Unidas.
“La enorme cantidad de trabajo que he tenido
en las últimas semanas no me permitía tener la seguridad de participar en dicha
Conferencia, lo cual realmente me apenaba mucho con México, sede de ese
importante evento, y con las Naciones Unidas, que tanto interés ha puesto en el
mismo.
“Es por ello que he
tomado la decisión de realizar un esfuerzo extra y participar en esa reunión,
aunque sea por el mínimo de tiempo posible, lo que tengo la satisfacción de
comunicarle, en primer lugar, a Usted.
“Espero poder
contribuir con espíritu constructivo al éxito de esta Conferencia, a la que
México ha dedicado grandes esfuerzos.
“Al desearle éxitos,
estimado Presidente Fox, le reitero el testimonio de mi amistad y consideración
personal.
“Fidel Castro Ruz.”
*
Horas después,
pasadas las 23 horas se dio este dialogo
privado; al lado de Vicente Fox estaba el canciller Jorge G. Castañeda.
Dijo Fidel que en ese momento él se encontraba en su despacho, reunido con varios de sus compañeros, y
en eso entró la llamada desde México con carácter de urgente
“Me levanté de la
mesa, fui para mi despacho, y pedí que me comunicaran con el Presidente Fox. Se
produce entonces un insólito diálogo, que transcribo tal como quedó registrado.
Fidel.- Dígame, señor Presidente, ¿cómo está usted?
Fox.- Fidel, ¿cómo estás?
Fidel.- Muy bien, muy
bien, muchas gracias. ¿Y usted qué
tal? ( no lo tutea).
Fox.- ¡Qué gusto! Oye, Fidel, pues llamándote por esta sorpresa que me llevé hace apenas un par de
horas, cuando me entero de tu
pretendida visita acá a México.
Primero, antes que nada, quisiera decirte que esta conversación sea privada, entre tú y yo,
¿estás de acuerdo?
Fidel.- Sí, de acuerdo. Usted recibió mi carta,
¿verdad? Se la envié...
Fox.- Sí, recibí tu carta hace apenas un par de horas y por
eso te llamo ahora.
Fidel.- Ah, muy bien,
a mí me habían dicho que usted se acostaba temprano y le enviamos la carta
temprano.
Fox.- Sí, me acuesto temprano, pero esto me mantuvo
despierto.
Fidel.- ¡No me diga!
Fox.- No, es que me llegó... Aquí son las 10:00 de la noche
ahorita, me llegó a las 8:00, y estábamos aquí precisamente cenando con Kofi
Annan.
Fidel.- ¡Ah!
Fox.- Pero, mira,
Fidel, yo te hablo primero como amigo.
Fidel.- Sí, me habla
primero como amigo, espero que no me diga que no vaya. (es evidente que Fidel sabía lo que ocurriría)
Fox.- (Se ríe) Bueno, vamos a ver, déjame platicarte, a ver
tú que opinas.
Fidel.- Yo lo escucho,
pero se lo advierto de antemano. Muy bien.
Fox.- ¿Mande?
Fidel.- Que yo lo escucho,
pero lo digo de antemano.
Fox.- A ver, escúchame primero. Escúchame primero.
Fidel.- Sí.
Fox.- Sí, como amigo,
la verdad es que así de última hora y esta sorpresa sí me pones en una buena
cantidad de problemas.
Fidel.- ¿Por qué?
Fox.- Problemas de seguridad, problemas de atención.
Fidel.- Bueno, no me
importa, yo no tengo ninguna preocupación,
señor Presidente; parece que usted no me conoce.
Fox.- ¿Tú no tienes preocupaciones por eso?
Fidel.- No, se lo
aseguro que ninguna; no llevo 800 hombres como lleva el señor Bush.
Fox.- Pero no es muy
de amigos avisar a última hora que te apareces aquí.
Fidel.- Sí, pero también yo corro muchos riesgos que nadie
corre, usted lo sabe perfectamente bien.
Fox.- Bueno, pero tú puedes confiar en un amigo y me podías
haber hecho saber un poco antes que pretendías venir, eso yo creo que hubiera
resultado mucho mejor para ambos.
Pero, mira, de plano yo sé que no solo tienes el derecho,
sino, si no te es posible ayudarme como amigo en ese sentido y te es
indispensable...
Fidel.- Sí. Dígame en
qué puedo ayudarlo, menos en eso.
Fox.- Bueno. ¿En qué puedes ayudarme menos en eso?
Fidel.- Dígame, ¿cómo?
¿Qué debo hacer? Yo los riesgos los corro tranquilamente.
Fox.- A ver, déjame...
Fidel.- Pero usted
comprenderá que esto daría lugar a un escándalo mundial, si realmente ahora me
dicen a mí que no vaya.
Fox.- ¿Pero qué
necesidad tienes de armar escándalo mundial, si te estoy hablando como amigo?
Fidel.- Óigame, es que
usted es el Presidente del país, y si usted es el anfitrión y me lo prohíbe, no
me quedaría más remedio hasta que publicar el discurso mañana.
Fox.- Así es, así es. No, tú tienes todo el derecho.
A ver, déjame hacerte una propuesta.
Fidel.- Sí.
Fox.- ¿Sí?
Fidel.- Dígame.
Fox.- No sé cuándo pretendes venir, porque eso no me lo
dices, pero mi propuesta sería que vengas el jueves.
Fidel.- A ver, dígame,
dígame exactamente, estoy dispuesto a escuchar una transacción en esto. Bien,
¿qué día es hoy?, martes. ¿A qué hora usted quiere que yo llegue el jueves?
Fox.- Porque tú tienes... o sea, Cuba tiene apartada su
presentación ante el pleno para el jueves.
Fidel.- Sí, sí, la
hora exacta ahí, ahí estaban... El jueves debe ser...
Fox.- Hacia la 1:00 de la tarde.
Fidel.- No, el jueves
tengo que participar en una mesa redonda y tengo que hacer el discurso por la
mañana.
Fox.- Porque tú tienes discurso por la mañana hacia la 1:00
de la tarde.
Fidel.- Más o menos.
Yo le ayudo en todo, no le molesto en nada, ni voy a las comidas, ni siquiera a
la reunión... Bueno, esa reunión ya la tendríamos que discutir...
Fox.- Ahí te va, ahí te va, déjame terminar.
Fidel.- Sí.
Fox.- Que puedas venir el jueves y que participes en la
sesión y hagas tu presentación, como está reservado el espacio para Cuba a la
1:00. Después tenemos un almuerzo, un almuerzo que ofrece el gobernador del
estado a los Jefes de Estado; inclusive te ofrezco y te invito a que estuvieras
en ese almuerzo, inclusive que te sientes a mi lado, y que terminado el evento
y la participación, digamos, ya te regresaras, y así...
Fidel.- ¿A la isla de
Cuba?
Fox.- No, bueno, pues a lo mejor te buscaras...
Fidel.- ¿A dónde? ¿O
al Hotel? Dígame.
Fox.- A la isla de Cuba, o a donde tú gustaras ir.
Fidel.- Correcto.
Fox.- Y que me dejaras libre -y es la petición que te hago-
el viernes, para que no me compliques el viernes.
Fidel.- Usted no
quiere que yo le complique el viernes. Muy bien, es que usted parece que no
leyó una línea en que yo le digo que voy con espíritu constructivo, a cooperar
en el éxito de la conferencia.
Fox.- Sí, sí leí esas líneas.
Fidel.- Si mi palabra
no le dio el efecto... Yo comprendo las demás cosas, de las cuales no vamos a
hablar, y lo que puede pasar. Casi adiviné que usted me iba a llamar para
decirme algo parecido a eso. Pero, muy bien, yo con toda franqueza se lo digo:
Estoy dispuesto a cooperar con usted. Estoy dispuesto a cooperar con usted y a
hacer lo que usted está solicitando.
Fox.- Podemos hacerlo de esta manera.
Fidel.- Sí, repítamelo, por favor. (Aquí Fidel evidenció la
ingenuidad de Fox!)
Fox.- A ver, llegar el jueves por la mañana, a la hora que
tú gustes.
Fidel.- Sí, jueves por
la mañana, pronunciar el discurso.
Fox.- Sí, pronunciar el discurso en el pleno; participar en
la comida de Jefes de Estado y donde yo te invito, inclusive, a estar sentado
al lado.
Fidel.- Muy bien,
muchas gracias.
Fox.- Y por la tarde, pues salir a la hora que a ti te
convenga.
Fidel.- Sí, muy bien.
Déjeme ver el horario, allí hay una hora de diferencia, la hora en que yo tengo
que moverme.
Fox.- Tenemos una hora de diferencia.
Fidel.- Si acaso
tuviera que llegar un poquito más temprano, digamos, porque ya yo sé dónde
ocasiono el mayor daño (Se ríe), pero tal vez pudiera estar allí al amanecer.
Fox.- ¿Del día jueves?
Fidel.- Porque la hora
es la 1:00 y allí estaban negociando la hora del turno, tal vez yo hable antes;
tal vez, pero estoy preparado para esa hora más o menos, ya que hay 30
oradores. Yo salí perjudicado, porque fue a última hora, y se lo confieso, que
he tomado la decisión a última hora. Usted me reprochaba que un amigo debe
decirlo o no.
En primer lugar tengo
dos cosas: tengo los riesgos y, además, no había tomado la decisión. Esa es la
verdad.
Fox.- Sí, sí, lo entiendo, lo entiendo.
Fidel.- Pero decidí,
en un momento dado, que era conveniente, como se lo expliqué en mi carta. Yo le
ruego que usted, cuando pueda, la vuelva a leer.
Fox.- Aquí la tengo enfrente mío.
Fidel.- ¿Y usted tiene
por ahí al Secretario General cerca, está cenando con él?
Fox.- Se acaba de ir hace 15 minutos. Se fue al hotel y
mañana él va a allá a Monterrey.
Fidel.- ¡Qué lástima
que yo no pueda escucharlo a él cuando hable!, porque creo que habla al
principio.
Fox.- A ver, Fidel, tú... tú... Sí, yo sé que...
Fidel.- Bueno, si
usted me consiguiera que, por ejemplo, yo usara el turno 10, si me consigue un
turno...
Fox.- A ver, espérame.
Fidel.- Sí.
Fox.- Yo tengo una participación el jueves, arranca la
ceremonia de inauguración a las 9:00 de la mañana.
Fidel.- A las 9:00,
muy bien.
Fox.- A esa hora me supongo que va a hablar el Secretario
General y voy a hablar yo.
Fidel.- Sí, yo
quisiera escucharlo a él, porque él fue el que me invitó.
Fox.- No hay problema en que vengas a eso.
Fidel.- Usted es el presidente del país anfitrión; no era Estados
Unidos, era México.
Fox.- No hay problema en que vengas a eso, que llegues
temprano y que participes desde la inauguración; desde las 9:00 de la mañana
que empezamos, ahí va a hablar él, hablo yo y, efectivamente, tu lugar es como
el lugar número 10.
Fidel.- No, el lugar
mío es el número 30; pero si usted me consigue el 10, es decir, después que
hablen los principales allí —creo que encabeza Chávez como presidente de los
77—, algunos más, si usted me consigue el turno 10 ó 12...
Fox.- ¿Pero tú quieres que te cambie ahí, digamos, de la
1:00 de la tarde hacia un poco antes?
Fidel.- Hable con
Kofi, hable con Kofi y plantéele su problema, él va a entender que el mundo
tiene dueños y que eso es muy serio.
Fox.- Puedo hablar con Kofi Annan (Se ríe).
Fidel.- Hable con Kofi
(Risas), ¿comprende?
Fox.- Sí, sí, puedo hablar con él, cómo no.
Fidel.- Entonces yo lo
complazco mucho más a usted, me aparezco allí y hablo. Casi sería mejor que
llegara un poco a media noche o a una hora de esas, y durmiera un poco y fuera
para allá.
Fox.- Tú no más me avisas a qué hora vas... Tú me avisas a
qué hora, si yo te tengo una residencia, un lugar donde llegar, si llegas muy
temprano.
Fidel.- Bueno, yo
tenía un hotelito ahí, unos cuartos, porque es que no estaba decidido si iba.
Fox.- Sí, es que no hay cuartos, ese es el problema, que no
hay habitaciones.
Fidel.- No, pero la
delegación nuestra tiene 20 cuartos allí y algunos de ellos los podemos mandar
para otros puntos, una casa de huéspedes.
Fox.- Sí, incluso nos acomodamos, tú tienes amigos ahí en Monterrey que a la mera hora te pueden
instalar. Eso no es problema. Tú tienes que llegar de madrugada...
Fidel.- Mire, yo lo
puedo complacer más completo. ¿Tengo que llegar de madrugada?
Fox.- Sí. ¿A qué le llamas madrugada, 5:00 o 6:00 de la
mañana?
Fidel.- No, yo
prefería sobre las 10:00 de la noche o algo así, una hora determinada.
Fox.- ¡Ah!, llegar por la noche del miércoles.
Fidel.- Sí, sí, sin
que nadie me vea. Nos vemos por la mañana allí, que me vean por allí por la
mañana.
Fox.- Ponlo más cargado hacia la noche y vemos cómo nos
acomodamos, o sea, más hacia la media noche o la madrugada.
Fidel.- Bien.
Fox.- Y llegas, te instalas y participas desde las 9:00 de
la mañana.
Fidel.- Me instalo y
estoy allí a las 8:30. Fíjese.
Fox.- Sí. Correcto, correcto.
Fidel.- Entonces usted me garantiza con Kofi Annan y le
explica los problemas; si no, tendría que hablar y explicarle, porque es que a
mí me invitan las Naciones Unidas.
Fox.- No, no hay problema en eso. Yo...
Fidel.- Usted como
anfitrión fue muy amable al enviarme la invitación, pero son las Naciones
Unidas las que me invitan. Y se lo dije a usted aquí, fue lo primero que le
dije tan pronto empezamos las conversaciones, que tenía la invitación.
Fox.- Bien, por eso.
Entonces, vamos a seguir pensando así, de esa manera.
Después terminamos...
Fidel.- Correcto.
Entonces yo lo complazco a usted, yo me voy más temprano. Si yo tengo unas
ganas de estar aquí tremendas, tengo mucho trabajo y muchas cosas con las que
estoy entusiasmado.
Fox.- Fidel, ¿te puedo pedir otro favor?
Fidel.- Dígame.
Fox.- Que estando en
casa a mí me serviría muchísimo que no hubiera declaraciones sobre el tema de
la Embajada o de las relaciones México-Cuba o de ese evento que vivimos en
estos días pasados.
Fidel.- No tengo ninguna necesidad de hacer declaraciones
allí.
Fox.- ¡Qué bueno!
Fidel.- Dígame, ¿en qué más puedo servirlo?
Fox.- Pues básicamente no agredir a Estados Unidos o al
presidente Bush, sino circunscribirnos...
(Aquí Fidel se molesta y sube la voz!)
Fidel.- ¡Óigame, señor Presidente, yo soy un
individuo que llevo como 43 años en política y sé las cosas que hago y las que
debo hacer! No le quepa la menor duda de eso, que yo sé decir la verdad con
decencia y con la elegancia necesaria. No albergue el menor temor, que no voy a
soltar ninguna bomba allí. Aunque la verdad es que estoy en desacuerdo con el
consenso ese que han propuesto ahí. No, yo me voy a limitar a exponer mis ideas
básicas y fundamentales, y lo haré con todo el respeto del mundo. Yo no voy a
tomar aquello como una tribuna para agitar ni mucho menos: voy a decir mi
verdad. Y puedo no ir, y la digo desde aquí, la digo mañana por la mañana, así
que para mí no es...
Fox.- Es que tú me ofreces en tu carta, precisamente eso:
participación constructiva, para que sea una verdadera aportación a la
discusión, al debate y a la solución de los problemas que todos tenemos en el
mundo.
Fidel.- Sí, señor
Presidente, usted debe tomar en cuenta, incluso, que cuando yo hago un viaje de
estos lo hago con bastante riesgo.
Fox.- Sí, eso lo entiendo.
Fidel.- Debe saberlo. Y no lo hago —ausentarme de ahí—
porque sentiría vergüenza, cuando he tomado la decisión de ir. Y a muchos
lugares no he ido, no fui a la Cumbre allá en Perú, pero yo tengo un concepto
mucho más elevado de la importancia de esta conferencia y un concepto mucho más
elevado de México; me parecía, incluso, que lo estaría lastimando, en realidad,
a usted o a los mexicanos.
Yo no voy allí ni a agitar ni a organizar manifestaciones,
nada. Tengo en cuenta que usted es el Presidente de ese país y que un deseo
suyo, por muchos que sean los derechos, debo tomarlo en cuenta.
Y me alegro que usted haya pensado en una fórmula decorosa,
en que yo esté allí a la hora, escuche al Secretario General de las Naciones
Unidas. Y si usted pudiera, con la ayuda del Secretario General de las Naciones
Unidas, garantizarme que yo tome un turno —no esperemos tanto tiempo allí,
mientras más tiempo entonces más...— y hablo en el turno entre el 10 y el 15,
después que empiece la lista de oradores, aparte de su discurso, entonces
nosotros hablamos con un compañero que estaba allí, le daremos instrucciones
—que ya le habían dado hoy instrucciones de que gestionara un más temprano
turno—, entonces yo quedo libre para ocasionarle a usted las menores molestias.
Fox.- Sí.
Oye, Fidel, de
cualquier manera está la invitación a que me acompañes a la comida, que eso
sería como a la 1:00 de la tarde ó 1:30 y acabando de comer, entonces puedes
salir.
Fidel.- Siempre y
cuando usted no me ponga mole con guajolote y mucha comida ahí, porque en el
avión viajar hacia acá muy lleno...
Fox.- No, hay cabrito que es muy rico.
Fidel.- ¿Hay un
cabrito?
Fox.- Sí, señor, excelente.
Fidel.- Bueno, muy bien.
Fox.- Entonces, ¿podemos quedar con ese acuerdo, Fidel?
Fidel.- Podemos quedar
con ese acuerdo y quedamos amigos, como amigos y caballeros.
Fox.- Sí, te lo agradezco muchísimo y nada más me vas a dar
la hora de tu llegada, para poder recibirte y llevarte a acomodar.
Fidel.- Le daré la
hora de mi llegada.
Bueno, si quiere llego hasta más temprano y con eso salvamos
mucho. ¿A qué hora te vas a acostar mañana?
Fox.- ¿Mañana?
Fidel.- Sí.
Fox.- ¿Mañana qué es, miércoles? Mañana me voy acostar
temprano, como buen ranchero.
Fidel.- Como buen
ranchero. Yo soy al revés, yo suelo como buen trasnochador.
Dígame, ¿cuál es la hora que más le conviene?
Fox.- Mira, como tú estás señalando, 10:00, 11:00, 12:00 de
la noche, para que te instales y puedas descansar y estar al otro día en la
mañana.
Fidel.- Muy bien, de
acuerdo.
Fox.- Entonces, ya no más que la Embajada me da la hora
exacta para recibirte allí como se debe.
Fidel.- Sí, mañana te dará la hora exacta.
Fox.- Con la Embajada hablamos sobre eso.
Fidel.- Sí, como siempre, te agradezco mucho esa deferencia, ese honor,
si vas allí, creo que ayudaría mucho a... (aquie le habla de tu a Fox).
Fox.- Me acompañas a la comida y de ahí te regresas.
Fidel.- Y de ahí
cumplo sus órdenes: me regreso.
Fox.- Fidel, te agradezco muchísimo.
Fidel.- Muy bien,
Presidente.
Fox.- Nos van a salir bien las cosas así.
Fidel.- Yo pienso que sí, y le doy las gracias...
Fox.- Bueno, igualmente y que pases buena noche.
Fidel.- ...Por su
deferencia y por buscar una fórmula que sea honorable y aceptable.
Fox.- Sí, yo creo que lo es y te lo agradezco.
Fidel.- Muy bien, muy bien, le deseo mucho éxito.
Fox.- Buenas noches.
Fidel.- Buenas noches.
*
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