9 jun 2014

Abraham B. Yehoshua


ABRAHAM B. YEHOSHUA
Entrevista al escritor israelí Yehoshua: me recuerda el apretón de manos Rabin-Arafat
MAURIZIO MOLINARI
CORRESPONSAL DESDE JERUSALÉN
Vatican Insider, 9 de junio de 2014
“Desde los jardines del Vaticano Simón Peres ha dejado en herencia a Israel su último mensaje como lider político, mirando hacia el futuro de Oriente Medio”. Sentado en el salón de su apartamento en Tel Aviv, el escritor Abraham B. Yehoshua ve las imágenes en directo desde el Vaticano con una atención especial hacia el presidente israelí, de 90 años, que está llegando al final de su mandato.
-¿Cuál es el mensaje que Peres deja en Israel?  
-“Es el reconocimiento del gobierno de unidad nacional creado por Abu Mazen con Hamas. Mañana la Knesset elegirá su sucesor. Estamos en el epílogo del septenio de Peres y también de su larga vida pública, dedicada a la seguridad y la prosperidad de Israel. Y nos encontramos delante del último gesto que cumple como estadista. Se trata de un momento simbólido de alto valor político. Peres reconoce el gobierno Fatah-Hamas, sugiriendo al premier Benjamin Netanyahu de hacer lo mismo”.

 -¿Por qué cree que en un evento interreligioso, lleno de simbolismo, prevalece este aspecto político?
-“Por el simle motivo que encuentros entre líderes israelíes y palestinos ha habido muchos. El apretón de manos en los jardines del Vaticano evoca, para quien lo vio, el del jardín de las Rosas de la Casa Blanca entre Rabin y Arafat sobre los acuerdos de Oslo. Era 1993. Estábamos en los tiempos de Bill Clinton, pero ni aquel presidente americano, ni los que han venido después, han conseguido llevar a las partes a un acuerdo sobre el estatus final. Dudo que pueda conseguirlo el Papa. Pueden hacerlo sólo las partes implicadas, con decisiones y gestos concretos como el que ha hecho Simón Peres”.
 -Presentando el evento en el Vaticano los portavoces de la Santa Sede han dicho que solamente querían crear una atmósfera propicia entre las partes, sin entrar en los detalles de las negociaciones como las fronteras y los asentamientos. ¿Es un enfoque que puede funcionar?
“Lo veremos con el tiempo, pero como he dicho, pertenezco a una generación que ha visto muchos apretones de manos, muchas esperanzas de acuerdos que han quedado en nada y muchos pactos desvanecer. Estoy convencido que el intermediario puede hacer poco en Oriente Medio, incluso si las distintas partes se muestran cercanas. Para alcanzar un acuerdo es necesario antes que nada voluntad recíproca. Deben ser los israelíes y los palestinos los que quieran la paz”.
 Si lo que más le ha llamado la atención ha sido el gesto de Peres que ha accedido a participar en el encuentro, ¿cómo interpreta el de Abu Mazen yendo al Vaticano?
-“El presidente palestino está buscando la legitimización del gobierno que acaba de crear. Y esta es el camino que persigue para llegar a un acuerdo de paz con Israel, y Simón Peres ha decidido apoyar el encuentro. En este momento se trata, visto desde Israel, de un paso político muy importante.
 -¿Cuáles pueden ser las consecuencias de este este gesto que Simón Peres deja en herencia a Israel?
Difícil decirlo. Basta con pensar que los principales canales de televisión israelíes no han dedicado una gran atención al evento, reduciéndolo de hecho a un evento marginal. Esto es algo sobre lo que reflexionar, pero que no quita nada a la decisión tomada por Peres”.
 En una recuente entrevista a 'La Stampa' Simón Peres dijo que los líderes de las religiones “pueden actuar como jefes de Estado”. ¿El evento en el Vaticano puede dar inicio a un nuevo enfoque del diálogo para intentar llegar a un acuerdo de paz?
Peres tiene razón cuando concede a los líderes religiosos una importancia estratégida, y creciente, aquí en Oriente Medio, y no solo aquí. Pero permanece el hecho de que nos encontramos frente a un conflicto entre dos pueblos, cada uno de ellos con sus propias legítimas razones, que puede ser resuelto solo gracias a decisiones políticas adoptadas por los respectivos gobernantes. Y Peres desde los jardines del Vaticano se ha dirigido sobre todo a Israel, a los israelíes como ciudadanos y como nación, animándoles para que continuen por el camino de la paz con los palestinos, afronten los sacrificios que los acuerdos conllevan, y entiendan los pactos entre Fatah y Hamas como una oportunidad para alcanzar una resolución que ponga fin al conflicto entre los dos pueblos”.
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