El próximo 7 de julio el papa Francisco celebrará un servicio religioso con algunas víctimas de curas pedófilos.
Nada del otro mundo, se
tratará de una de las misas diarias matutinas que el papa jesuita celebra en su residencia, en la Casa de Santa Marta, a la cual han sido
invitados, además de otros fieles, algunas personas (deberían ser seis o siete,
todas europeas) que han sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes siendo
niños.
El mismo Jorge Mario Bergoglio fue el encargado de anunciar esta iniciativa
hablando con los periodistas durante el vuelo de retorno de Tierra Santa:
“Próximamente habrá una Misa en Santa Marta con algunas personas que han
sufrido abusos, y después habrá una reunión con ellos”.
La
fecha ha sido elegida porque a principios de julio -del 1 al 4- tendrá lugar en
el Vaticano la quinta reunión del consejo de los ocho cardenales que trabajan
con el Papa en la reforma de la Curia y del gobierno de la Iglesia mundial.
Aprovechando la presencia en Roma del arzobispo de Boston, Sean O'Malley, uno
de los miembros del llamado C8 así como coordinador de la comisión que el Papa
ha creado para tutelar los menores, el domingo 6 de julio se celebrará una
reunión informal de trabajo sobre este nuevo organismo. Y la mañana siguiente,
la misa en Santa Marta con algunas víctimas de curas pedófilos.
Los
miembros del grupo inicial de la comisión son: la francesa Catherine Bonnet,
estudiosa de psicología e psiquiatra; la irlandesa Marie Collins, representante
de las víctimas de los abusos (entre los nuevos miembros podría estar también
otra víctima); la inglesa Sheila Hollins, docente de psiquiatría; el jurista
italiano Claudio Papale; la ex primera ministra y ex embajadora polaca Hanna
Suchocka; el jesuita alemán Hans Zollner, estudioso de la cuestión y decano de
la facultad de psicología de la Universidad Gregoriana; el jesuita argentino
Humberto Miguel Yáñez, director del departamento de teología moral de la
Universidad Gregoriana y ex profesor en el seminario de San Miguel de Buenos
Aires, cuyo rector fue Jorge Mario Bergoglio; y, finalmente, el cardenal
O'Malley.
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