¡El papa Francisco nombró a un exorcista como obispo de Apatzingán!/ Fred Alvarez Palafox
Publicado en La Silla Rota, 20 de noviembre de 2014
Publicado en La Silla Rota, 20 de noviembre de 2014
¿Pretenderá exorcizar a Los caballeros Templarios?
El Papa Francisco ha nombrado esta semana a Mons. Cristóbal Ascencio García, como nuevo obispo de la diócesis de Apatzingán, Michoacán; hasta ese momento era sacerdote de la parroquia de San Francisco de Asís en Tepatitlán de Morelos, diócesis de San Juan de los Lagos, Jalisco. Y desde el año 2000 a la fecha ha sido Juez Eclesiástico del Tribunal Diocesano y Exorcista de la Diócesis. Tiene una enorme preparación, y cuenta con 59 años de edad.
La noticia se dio a conocer en L’Osservatore Romano en Roma al mediodía del lunes 17 de noviembre de 2014.
Monseñor Ascencio sustituye en el cargo a don Miguel Patiño Velázquez, quien renunció por motivos de edad al haber cumplido 75 años. (El artículo 401.1 del Código de Derecho Canónico establece que “al obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”).
Como sabemos don Miguel Patiño ha sido un hombre valiente, en sus más de 33 años al frente de la diócesis se ganó a la feligresía por su forma abierta de denunciar la violencia en la entidad.
En Apatzingán la tierra donde hace 200 años se generó el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana se encuentran nueve de los municipios más violentos de Michoacán a saber: Apatzingán, Nueva Italia, Lombardía, Tepalcatepec, Buenavista, Aguililla, Coalcomán, Tumbiscatío y Villa Victoria.
También en ese lugar hay un templo que se llama “El Perpetuo Socorro“ que hace cinco años fue violentada por alrededor de 200 policías federales que iban encapuchados y portaban armas de alto poder. Un hecho inédito que no ocurría desde los años veinte.
La diócesis cuenta con 63 sacerdotes distribuidos en 27 parroquias, se sabe que algunos de ellos han sido asesinados por el crimen organizado, otros más han sido amenazados.
En una entrevista con Rodrigo Vera de la revista Proceso ( Proceso # 1943, 25 de enero de 2014) el vicario de catedral, Gregorio López, detalló las circunstancias de la muerte de sus compañeros.
–¿Los sacerdotes han recibido amenazas de muerte o intentos de extorsión?–, le pregunta el reportero Rodrigo Vera
–Sí .-responde el prelado–al padre Rafael Galindo, por ejemplo, los narcotraficantes le hablaban por teléfono exigiéndole el pago de 10 mil pesos semanales. Nunca les dio nada y por fortuna no tomaron represalias en su contra. Otros han recibido amenazas telefónicas de muerte que no han pasado de ahí.
¿Qué paso aquel sábado 1 de agosto de 2009?
Lo publique en la revista Código Topo de Excélsior entonces (septiembre de 2009), y que comparto en este espacio de La Silla Rota.
Aproximadamente a las 19:30 horas del sábado 1 de agosto, más de 200 efectivos de la policía federal preventiva acompañados (de las áreas de investigación, inteligencia y operaciones especiales de la PFP) por 2 helicópteros Black Hawk, un avión y dos vehículos acorazados irrumpieron violentamente en el templo, “El Perpetuo Socorro”, ubicado en la colonia 18 de Marzo, en Apatzingán Michoacán, justo en el momento en que se celebraba un servicio religioso de acción de gracias en honor a la joven Liz, una quinceañera con síndrome de Down hija de Miguel Ángel Beraza Villa alias “La Troca”, supuesto operador del grupo delictivo La Familia.
Liz estaba acompañada de familiares, amigos, así como de 15 niños –al igual que Liz-, con discapacidad compañeros en la escuela de educación especial.
A la voz de ¡Somos la Policía Federal! ¡Nadie se mueva!, la SSP se atrevió a realizar esa incursión en un templo en el momento de la liturgia -“inédito” en la historia contemporánea- debido a que un informe de inteligencia (después se supo que de la DEA) establecía que ahí se encontraría –en calidad de padrino- Servando Gómez Martínez alias “La Tuta”, miembro del cártel de ese grupo delictivo.
En la acción policiaca se detuvieron a 34 personas, entre ellas a Miguel Ángel Beraza Villa, alias La Troca, a Rafael Hernández Harrison, apodado La Cuchara; dos elementos clave de esta organización.
Las autoridades decomisaron, entre otras cosas, 11 vehículos de lujo, dos armas largas, 12 granadas de fragmentación, unos 13,000 dólares en efectivo, 4, 500 pastillas psicotrópicas, una computadora portátil y teléfonos móviles.
Y como era de esperarse la acción generó una serie de protestas, la primera fue del secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), José Leopoldo González, quien emitió una “enérgica protesta” por la irrupción policiaca en el recinto religioso “en el momento en que se celebraba la Santa Misa, el acto sagrado más importante para los fieles católicos. “Los fines no justifican los medios utilizados en éste u otros casos. Nada explica este tipo de acciones dentro de un recinto religioso y menos en estos momentos donde México es señalado internacionalmente como un país inseguro y violento, subrayó el prelado.
El también obispo auxiliar de Guadalajara concluyó con un llamado a las autoridades, “en todos sus niveles de gobierno, a no permitir que ocurran este tipo de conductas por parte de aquellos que deben guardar la seguridad y el orden.”
Y de inmediato quizás debido a la presión mediática – o quizás por temor a ser excomulgados-, la SSP pidió disculpas a la CEM, y concretamente al obispo de Apatzingán, a la feligresía y a las autoridades eclesiásticas representadas “por las circunstancias en las que tuvo que realizarse el operativo:”
En un boletín de Prensa/326 la autoridad se justifico diciendo que “dicha acción se concretó en ese momento y lugar debido a una evaluación de inteligencia que garantizaba la detención de este presunto delincuente (La Troca), evitando así su fuga o un posible enfrentamiento.”
La CEM por su parte aceptó las disculpas de la SSP por la irrupción policial en el recinto religioso. En un comunicado la CEM señaló que la irrupción en la iglesia ha sido una "falta de respeto a la fe católica y sus sacramentos". Sin embargo, hizo un reconocimiento a la SSP por las disculpas ofrecidas y renovó su compromiso por colaborar en la lucha para erradicar la criminalidad.
Y ya con el aval de la CEM, Mons. Miguel Patiño Velázquez, obispo del lugar expresó a los medios locales dirigiéndose “a todos los fieles de esta diócesis para expresar mi más enérgica protesta por los abusos cometidos por la Policía Federal el sábado 1 en el templo del Perpetuo Socorro de esta ciudad, cuando sin ninguna orden de cateo irrumpieron en el recinto sagrado en el momento preciso de la celebración de la Santa Misa.” Por lo que solicito a las fuerzas policiacas “que sus operativos se realicen de tal modo que eviten a la ciudadanía sufrimientos innecesarios e injustos.”
Señala que el gobierno del presidente Calderón en su lucha contra la delincuencia, “necesita contar con el respaldo del pueblo al que pretende y debe servir. Tiene ya la fuerza de la Ley y de las armas, pero si no tiene la autoridad moral que la aprobación del pueblo le otorga, sus acciones parecerán arbitrarias y prepotentes. No debemos llegar a sentir que “es peor el remedio que la enfermedad”.
En el comunicado se expresa –eso sí-, el reconocimiento y apoyo al esfuerzo que el Gobierno y las fuerzas del orden público realizan para llevar al pueblo tranquilidad y la seguridad perdidas: “Aceptamos sus disculpas, pero exigimos como ciudadanos y como pastores que en la planeación y realización de sus operativos las fuerzas policiacas respeten la dignidad, los derechos y la libertad de las personas, y que tengan cuidado de no agraviar más la sensibilidad religiosa de este pueblo que en su fe, en su culto y sobre todo en la celebración de la Santa Misa, en sus templos, encuentran un tiempo y un espacio de seguridad, esperanza y paz.”
Hasta ahí los hechos.
Lo que más me llamó la atención entonces fue el posicionamiento del Monseñor Patiño Velázquez, por cierto un hombre moderado y miembro del consejo General de la Congregación de Misioneros de la Sagrada Familia desde 1967, quien dijo que para entrar al templo se debía tener una orden de cateo.
No estoy tan seguro que se deba tener una orden para ingresar a un templo donde se encuentra un presunto delincuente. Y es que los templos son del culto público y propiedad de la nación.
El que se va.
A don Miguel Patiño Velázquez, le ha tocado el momento de mayor actividad criminal en esa región de la Tierra Caliente de Michoacán. En una carta difundida el 15 de enero anterior, Monseñor Patiño recriminó la quema de vehículos y comercios en la cabecera municipal apatzinguense, por la banda criminal Los Caballeros Templarios a la vez solicitó a las autoridades detener y desarmar al crimen organizado.
Mons. Miguel Patiño Velázquez gobernó la Diócesis de Apatzingán muchos años, llegó a ese lugar como obispo el 21 de mayo de 1981, pero antes fue párroco de varias parroquias de la diócesis..
El que llega.. Cristóbal Ascencio García
El nuevo Obispo nació el 25 de marzo de 1955 en Josefino de Allende, municipio de Jesús María, Jalisco. Sus padres fueron Rubén Ascencio Hernández y Amparo García Villegas (ambos difuntos). Proviene de una numerosa familia de trece hermanos, siendo el segundo de ellos. Actualmente viven diez de los trece.
Se formó como sacerdote en el Seminario de San Juan de los Lagos, más tarde obtuvo una licenciatura en Derecho Canónico por la Universidad Pontifica Gregoriana de Roma. Entre otros cargos fue Vicario parroquial de San Nicolás de Tolentino en Mexticacán y San Juan Bautista de San Juan de los Lagos; formador en el Seminario Menor, párroco del Espíritu Santo y Prefecto y después Rector del Seminario Mayor. Además, ha sido juez del Tribunal Eclesiástico diocesano y del Tribunal de Segunda Instancia, y es Exorcista de la Diócesis.
Hasta ahora era párroco de la Parroquia San Francisco de Asís en Tepatitlán de Morelos y miembro del Colegio de Consultores.
@fredalvarez
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