6 may 2015

Mensaje del general Secretario de la Defensa

 Protesta de Bandera de los Soldados del Servicio Militar Nacional Clase 1996, anticipados, remisos y mujeres voluntarias
Campo Marte, DF, mañana del 5 de mayo de 2015
“...Hoy, nuestro país vive nuevamente, se ve acosado por circunstancias que no merece.
Apátridas lucran con el temor y el envenenamiento físico y moral de nuestro más grande tesoro: los jóvenes y niños....“

Mensaje del General Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional:
 Ciudadano Enrique Peña Nieto, Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas; Diputado Julio César Moreno Rivera, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; Senador Luis Miguel Barbosa Huerta, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Ministro Luis María Aguilar Morales, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina.
Respetables integrantes del Gabinete de la Presidencia de la República; doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, Jefe de Gobierno del Distrito Federal; ciudadanos Almirantes, Generales, Capitanes y Jefes, oficiales, cadetes, marinería y personal de tropa.

Distinguidos invitados especiales; jóvenes soldados y mujeres voluntarias del Servicio Militar Nacional, integrantes de los medios de comunicación.
Señoras y señores:
La identidad nacional es la mayor virtud y recurso que une a los pueblos, máximo atributo de confianza y sentido de pertenencia; se alimenta y fortalece con la remembranza de hechos heroicos, generando en el presente, unión y espíritu de solidaridad para consolidar, de cara al futuro, conciencia y voluntad social.
Refrescar nuestro vibrante pasado nos permite conocer nuestro presente; significa valorar todo lo que nos ha identificado como Nación, con carácter y determinación. Esa es, justamente, la importancia y trascendencia de la Batalla del 5 de mayo de 1862.
Hace 153 años, la victoria mexicana, en la heroica ciudad de Puebla, consolidó sin duda, los sentimientos de nuestra nacionalidad, de nuestra identidad mexicana.
Aquel día, se fortaleció el espíritu y sentir de la Nación ante la invasión extranjera, ante el ejército más poderoso del mundo; se motivó a todo nuestro pueblo para mantenerse firme en la lucha y lograr el triunfo de la República y de la Constitución.
Los mexicanos se percataron de sus capacidades y comprendieron que únicamente tomando como base el esfuerzo conjunto de todos, se pueden concretar grandes objetivos, a pesar de cualquier adversidad coyuntural.
Con este marco histórico, cada año los jóvenes mexicanos que cumplen con su Servicio Militar Nacional hacen eco con sus voces para expresar su juramento de custodiar nuestra Bandera, como lo hicieran los defensores de Puebla.
Hoy, 49 mil 212 conscriptos de la Clase 1996, anticipados y remisos, en toda la República, y mil 441 mujeres voluntarias, juran proteger al Lábaro Patrio.
Al término de su capacitación, en el mes de diciembre de este año, se les habrán inculcado habilidades y valores que les permitirán ser mejores ciudadanos, mexicanos íntegros, responsables, respetuosos de los derechos humanos y de la igualdad de género; fortalecer su respeto por los Símbolos Patrios e incrementar su identidad y conciencia nacionales.
Participar en el proceso productivo de nuestro país, responder al llamado de la Patria en caso de requerirse, para coadyuvar en la seguridad y defensa nacionales, y contribuir en el auxilio a la población civil en necesidades públicas o desastres.
Respetable auditorio.
También es oportuno recordar que hace 70 años, el 2 de mayo de 1945, la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, integrada por el legendario Escuadrón 201, arribaba a las Filipinas para participar en la Segunda Guerra Mundial; 290 mexicanos que, al igual que las tropas de Puebla, defendieron la soberanía, la dignidad de todo un pueblo y el porvenir de la Nación.
Su ejemplo nos marca la ruta a seguir. Nos enseña a aplicar todo nuestro esfuerzo para no claudicar.
Es oportuno también ofrecer merecido reconocimiento a todos los connacionales que en diversos sucesos relevantes de nuestro devenir histórico independiente y anteponiendo siempre los intereses de la Patria a los personales o de grupo, han puesto en alto el nombre de México.
Hoy, nuestro país vive nuevamente, se ve acosado por circunstancias que no merece.
Apátridas lucran con el temor y el envenenamiento físico y moral de nuestro más grande tesoro: los jóvenes y niños.
Se trata de personas desadaptadas, sin escrúpulos, ni conciencia ética, que con sus viles acciones lastiman a los mexicanos, a sus familias, a su patrimonio y su forma de vida.
Desde esta tribuna quiero recordarnos que México es una gran Nación en el concierto mundial, con excelente capital humano, con enormes recursos de todo tipo, con invaluables superficies territoriales y marítimas, con posición geográfica estratégica, con acendrada historia y tradición; y sobre todo, con un porvenir prometedor que nos hará trascender en el futuro próximo.
Sólo nosotros, solamente los mexicanos unidos y decididos, podremos influir en el destino del país; nuestra historia es ejemplo de ello.
El futuro de México es decisión nuestra, que sea la mexicanidad el férreo eslabón que nos cohesione y fortalezca, para extirpar al cáncer que atenta contra el bienestar de la Patria.
Hoy, al igual que en todas las épocas, somos más los buenos mexicanos, que los malos.
A los cobardes criminales hay que combatirlos con unidad ciudadana y todo el peso de la ley.
No permitamos que se mezclen entre nosotros, denunciémoslos a ellos y a los que los apoyan; desterrémoslos y con ellos a la ilegalidad, la irresponsabilidad, la corrupción y la impunidad que los cobija, donde sea que se encuentren.
Cerremos filas para el logro de este gran objetivo.
Ahora, es el momento de cubrir nuevamente a la Nación de gloria. Cubramos a la Nación nuevamente de gloria, venciendo a la ignorancia con educación, abatiendo la corrupción con la denuncia, transparencia y rendición de cuentas, derrotando la impunidad con un sistema jurídico más robusto.
Estos retos que repercuten en el progreso de la Nación, son de todos y su solución requiere de la participación de todo mexicano, de cada uno de nosotros, sumando esfuerzos, cada quien haciendo lo que le corresponda en su respectivo ámbito de responsabilidad.
Ante el embate de las organizaciones criminales en contra de la sociedad y sus instituciones, las Fuerzas Armadas seguiremos cumpliendo de forma inquebrantable las órdenes de nuestro Comandante Supremo.
Reitero. Continuaremos apoyando a los tres niveles de Gobierno para llevar ante la justicia a los delincuentes, a los cobardes criminales, que generan temor en la población para satisfacer bajos y nefastos intereses.
Permaneceremos desplegados, de día y de noche, en toda la geografía nacional; empeñados sin descanso con todos los medios que nos provee la Nación para generar condiciones que permitan el progreso.
Persistiremos sin desmayo, en resguardar la democracia y la voluntad popular, pues significa la más preciada labor que cualquier militar puede hacer por la Patria.
Pueblo, democracia e instituciones, somos una y la misma expresión.
No bajaremos la guardia, por el contrario. Redoblaremos bríos en la imperiosa misión que se nos ha asignado para salvaguardar a los mexicanos.
Lo hacemos porque sabemos y tenemos claro que debemos proteger el elemento más importante de la Patria: su gente.
Recalco. Todo criminal que ha pretendido dañar a la sociedad con actos ruines, desafiando la fortaleza del Estado mexicano, ha sido aprehendido o nulificado por las fuerzas del orden; ha sido puesto a disposición de las autoridades correspondientes.
Ese seguirá siendo su destino y también el de sus cómplices.
Que quede claro, las Fuerzas Armadas siempre estaremos con los ciudadanos de bien. A ellos nos debemos, de ellos se nutren nuestras filas, por ellos estamos dispuestos al máximo sacrificio
Hoy, extendemos nuestro reconocimiento a todos los que han caído en el cumplimiento del deber. Soldados de tierra, mar y aire e integrantes de los cuerpos de seguridad. Servidores todos, públicos, comprometidos, dispuestos y preparados, que han sido ejemplo de entrega a la sociedad nacional.
Sus familias cuentan con el respaldo del Gobierno de la República, con el apoyo de las instituciones, y merecen el agradecimiento y reconocimiento de todos los mexicanos.
Señor Presidente:
Hoy, en este Campo Militar Marte, y ante miles de hombres y mujeres que cumplen con su obligación militar, me permito reiterarle que, cumpliendo con sus directivas, continuaremos defendiendo a los ciudadanos, procurando su seguridad, salvaguardando su patrimonio y protegiendo sus derechos. Ellos han sido, son y serán, el eje de nuestro accionar.
Con férrea vocación de servicio y acendrado profesionalismo, siempre, dentro del marco de la ley y con respeto irrestricto a los derechos fundamentales, seguiremos desempeñando las imperativas tareas que nos asigne.
Los marinos, pilotos y soldados, los conscriptos y mujeres voluntarias del Servicio Nacional Militar, refrendamos el compromiso con México, con sus instituciones.
Trabajaremos, reitero, sin descanso, permanentemente, para generar condiciones de paz y tranquilidad que permitan a todo ciudadano desarrollar sus actividades productivas, en aras del progreso de México.
Esa seguirá siendo nuestra prioridad mientras la sociedad lo requiera, en tanto los intereses de la Nación lo demanden.
Soldados del Servicio Militar Nacional, Mujeres Voluntarias:
El origen del Servicio Militar Nacional es la defensa de nuestra soberanía.
Al protestar defender nuestra Bandera, ustedes adquieren elevado compromiso con la Patria, están llamados a contribuir en el desarrollo y seguridad de México.
De las enseñanzas de sus instructores, hagan suyos los valores y virtudes, busquen la perfección en las nuevas habilidades y empléenlas responsablemente en las vidas cotidianas.
El México que todos queremos necesita de ustedes, jóvenes emprendedores, propositivos, comprometidos con principios y con sólidos valores, dispuestos a contribuir en su construcción.
Estoy convencido que de entre estas filas, surgirán los mexicanos que asumirán con responsabilidad las riendas del país para seguir conduciéndolo al sitio que se merece entre las naciones.
El 5 de mayo de 1862, en Puebla se dio un paso sólido y definitivo para consolidar nuestro sentido de identidad.
Hoy seguimos, ante los desafíos que cada generación enfrenta, ese mismo camino.
Reafirmemos que México es una Nación que no se vence, sea cual fuere la dificultad o circunstancia. Vamos a ganar para un mejor futuro, ese es nuestro destino, que su generación continúe con el pujante impulso que hoy lleva nuestro México.

Enhorabuena por la Clase del servicio Militar Nacional 1996 y gracias a todos pos su atención.
-MODERADOR: Ameniza este evento, la Banda de Música de la Secretaría de la Defensa Nacional con la pieza musical Ecos de México.
(PIEZA MUSICAL)
-MODERADORA: Nuestro Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas realizará la Toma de Protesta al Personal del Servicio Militar Nacional del país, a través de la Red Nacional de Radio y Televisión.
-PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO: Desde aquí, desde el Campo Marte de la Ciudad de México, tomo protesta a los jóvenes de la Clase 1996, Anticipados, Remisos y Mujeres Voluntarias, a quienes pregunto:
Protestan seguir con fidelidad esta Bandera, emblema de nuestra Patria, y defenderla con su vida.
-VOCES A CORO: Sí, protesto.
-PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO: Si no lo hicieran así, que la Nación se los demande.
-MODERADOR: Hace uso de la palabra el ciudadano José de Jesús Hernández Juárez, soldado del Servicio Militar Nacional.
-C. JOSÉ DE JESÚS HERNÁNDEZ JUÁREZ: Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas; representantes de los Poderes de la Unión; funcionarios de la Administración Pública Federal.
Generales, Almirantes, Jefes, Capitanes, Oficiales, Cadetes, Clases, Tropa y Marinería.
Representantes de los medios de comunicación.
Compañeros del Servicio Militar Nacional.
Señoras y señores:
En esta significativa fecha, en la que recordamos que las armas nacionales cubrieron de gloria aquel 5 de Mayo de 1862, en los Fuertes de Loreto y Guadalupe, en la Heroica Ciudad de Puebla, hoy de Zaragoza, representa para mí un honor hacer uso de la palabra para expresar el sentir de los jóvenes que en todo el país, orgullosamente, protestamos custodiar nuestra Bandera, como lo hicieron los mexicanos de aquella época.
El Servicio Militar Nacional, obligación ciudadana que está en el Artículo 5º de la Carta Magna, surgió en la primera mitad del Siglo XX, como medida necesaria ante el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial. Era imperante que la juventud mexicana se encontrara lista para salvaguardar la Patria, en caso de ser necesario.
En 1940 se promulga la ley y el reglamento de este Servicio. En 1942, por el Decreto del entonces Presidente Manuel Ávila Camacho, entró en vigor, siendo llamados para conformar la primera reserva los jóvenes nacidos en el año 1924.
Esta iniciativa formaba parte del esfuerzo nacional coordinado e integral, que incluía la reorganización del Ejército para estar en condiciones de enfrentar las amenazas externas que imperaban en la época.
A pesar de lo deseado por la mayoría de los países, el final del conflicto bélico mundial provocó nuevos retos y amenazas en el acontecer internacional, los cuales hicieron necesarios que México conservara vigente el sistema de conscripción.
El Servicio Militar Nacional ha evolucionado constantemente hasta nuestros días. En un principio, fue de carácter netamente militar. Unidades y centros de adiestramiento se establecieron en todo el país, con sesiones dominicales, primeramente, y luego sabatinas.
Posteriormente, iniciaron compañías del Servicio Militar Nacional, hasta cesar a finales de la década de los 90.
A finales del Siglo XX, el Servicio Militar se transformó, al igual que los antagonismos del mundo y con una visión más social, en coordinación con las demás instituciones, se aplicaron programas educativos de labor social, de activación física y de fomento deportivo.
Por vez primera, hubo participación de la mujer mexicana como voluntaria, que hacía las mismas actividades que los hombres.
Además, se incluyeron acciones contra las adicciones, el rescate al acervo cultural y la participación.
El Servicio Militar Nacional, en esta década, se moderniza para impulsar a la juventud mexicana.
Asimismo, se reactivaron las compañías del Servicio Militar Nacional por tres meses, a razón de una unidad de esta naturaleza por cada una de las 12 regiones militares.
Amable auditorio:
En este magno escenario del Campo Militar Marte, a la juventud mexicana Clase 1996, anticipados y remisos, así como a las mujeres voluntarias, nos queda claro que en esta obligación ciudadana fortalecemos y desarrollamos nuestros valores cívicos, morales y patrióticos.
La doctrina militar nacional tutela nuestro adiestramiento, para ser ciudadanos responsables, íntegros, honestos, respetuosos, en todas las actividades cotidianas, teniendo como fin último la defensa de nuestro país.
En el Servicio Militar Nacional se nos enseña la mística de todo soldado, se forja nuestro carácter, se nos enseña a trabajar en equipo, se templa nuestra resistencia física y mental, pero sobre todo, se nos inculca el amor a México, el amor a la Patria sobre todas las cosas.
Los soldados del Servicio Militar Nacional con orgullo expresamos que somos un eslabón más del entrañable vínculo que une a nuestras Fuerzas Armadas con la sociedad.
Señor Presidente de la República:
A los soldados y mujeres voluntarias del Servicio Militar Nacional les complace que esté usted, que nos complazca con su presencia, para que con pasión y lealtad, continuemos esforzándonos en el trabajo y en los estudios buscando un mejor país.
Hoy, México vive momentos trascendentales de su historia que exigen responsabilidad de todos; requiere de ciudadanos dignos y dispuestos a dar lo mejor de sí, para que juntos, sociedad, Fuerzas Armadas y Gobierno, forjemos el futuro que merece nuestro país.
Ante usted, como nuestro Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, protestamos defender el pendón tricolor, nuestra enseña Patria que nos brinda identidad y que representa la unión de todos los mexicanos.
Nuestro juramento es perenne compromiso con la Patria.
Compañeros soldados del Servicio Militar Nacional y Mujeres Voluntarias:
Sigamos el ejemplo de valentía, decisión, de honor ilustre del General Ignacio Zaragoza; emulemos la voluntad, la unión y determinación de aquellos célebres mexicanos que ofrendaron su vida en la Heroica Puebla, por defender nuestra Nación.
Con entrega y profesionalismo, con amor a la Patria, con amor a México, sigamos practicando los principios, valores y virtudes que aquí se nos inculcan y que nos brindarán la oportunidad de proyectarnos ante la sociedad, nuestras familias y personas de bien.
Que la formación castrense recibida sirva para robustecer nuestro temple y carácter, que en todas nuestras actividades seamos ejemplos de rectitud para los jóvenes y los niños.
Digamos hoy a nuestra Patria, a todo el país, que los jóvenes estamos prestos para el servicio de México, que los acompañaremos en el camino que transita hacia la prosperidad y el desarrollo.
Muchas gracias.

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