ENTEBBE,
27 Noviembre de 2015
Trabajar por la justicia y la reconciliación, fue
el llamado del papa Francisco en su encuentro con las autoridades y cuerpo
diplomático de Uganda en el Salón de Conferencias de la State House.
El
encuentro se produjo minutos después de la visita de cortesía que hizo al presidente de Uganda, Yoweri Kaguta Museveni, en el mismo edificio.
Francisco
expresó también su deseo de “que mi presencia aquí sea vista también como un
signo de amistad, aprecio y aliento a todo el pueblo de esta gran nación”.
Recordando
a los 22 mártires católicos ejecutados por odio a la fe en Uganda a fines del
siglo XIX, junto a 20 anglicanos, el Papa señaló que todos ellos “son
verdaderos héroes nacionales”.
“Ellos
dan testimonio de los principios rectores expresados en el lema de Uganda: ‘Por
Dios y mi país’” y “nos recuerdan el papel fundamental que ha tenido y sigue
teniendo la fe, la rectitud moral y el compromiso por el bien común, en la vida
cultural, económica y política de este país”.
El
Papa señaló que su visita apostólica “pretende también llamar la atención sobre
África en su conjunto, sus promesas, sus esperanzas, sus luchas y sus logros”.
“El
mundo –señaló– mira a África como al continente de la esperanza”.
“Uganda
ha sido bendecida por Dios con abundantes recursos naturales”, dijo el Papa,
pero “sobre todo, la nación ha sido bendecida en su gente: sus familias
fuertes, sus jóvenes y sus ancianos”.
“Espero
con alegría reunirme mañana con los jóvenes, para dirigirles palabras de
aliento y desafío. Qué importante es ofrecerles esperanza, oportunidades de
educación y empleo remunerado y, sobre todo, la oportunidad de participar
plenamente en la vida de la sociedad”, dijo.
Francisco
reiteró la gran bendición que significan las personas mayores, que son “la
memoria viva de todos los pueblos”.
“Siempre
hay que valorar su sabiduría y experiencia como una brújula que consiente a la
sociedad encontrar la dirección correcta para afrontar los desafíos del
presente con integridad, sabiduría y previsión”, alentó.
El
Santo Padre reconoció además la “preocupación excepcional” de Uganda por acoger
refugiados de otros países “para que puedan reconstruir sus vidas con seguridad
y con el sentido de la dignidad que proporciona el ganarse el sustento mediante
un trabajo honrado”.
“Nuestro
mundo, atrapado en guerras, violencia, y diversas formas de injusticia, es
testigo de un movimiento de personas sin precedentes”, lamentó, y subrayó que
“la manera cómo los tratamos es una prueba de nuestra capacidad de humanidad,
de nuestro respeto por la dignidad humana y, sobre todo, de nuestra solidaridad
con estos hermanos y hermanas necesitados”.
El
Papa también advirtió a las autoridades de Uganda sobre “la globalización de
una ‘cultura del descarte’, que nos hace perder de vista los valores
espirituales, endurece nuestros corazones ante las necesidades de los pobres y
roba la esperanza a nuestros jóvenes”.
Al
concluir su discurso, el Papa renovó su pedido al presidente y todo el pueblo
de Uganda de responder “siempre a los valores que han forjado el alma de su
nación”.
Fuente: ACI
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