La población
frena en la calle el golpe de Estado en Turquía
Erdogan asegura que está camino de Ankara y pide a los ciudadanos que resistan la intentona
Andrés Mourenza
El País, Cizre 15 JUL
2016 - 19:04 CDT
Un golpe de
Estado ha sumido esta noche a Turquía en una situación caótica. Sectores de las
fuerzas armadas turcas se sublevaron para tratar de hacerse con el poder en el
país y decretaron la ley marcial. El Ejecutivo intentó sofocar la revuelta y el
presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió a sus partidarios que salieran a
las calles para frenar la sublevación, como así comenzó a ocurrir. A través de
la televisión se pudo ver cómo los golpistas comenzaban a ser detenidos y los
militares eran expulsados del canal de televisión estatal desde el que estaban
controlando la información.
El llamamiento
de Erdogan a frenar como fuera la asonada derivó en enfrentamientos a tiros en
Ankara y Estamubul. La agencia progubernamental Anadolu informó que 17 policías
de las fuerzas especiales fueron asesinados en una academia policía en Ankara.
En esa misma ciudad varios tanques dispararon en las inmediaciones del
Parlamento turco, según se pudo ver a través de la televisión, y un avión de
combate utilizado por los golpistas ha sido derribado.
El Gobierno
lanzó una ofensiva contra los sublevados y pidió ayuda de los ciudadanos, a los
que animó a "saltar sobre los tanques". Las mezquitas llamaron también
a los fieles a resistir el golpe. El centro nacional de inteligencia, cuando la
gente se había echado a la calle, dijo que el golpe había fracasado.
Poco después de
esa amenaza, los militares golpistas leyeron en la televisión pública un
comunicado en el que aseguraban tener el control del país. Erdogan, a quien la
crisis le sorprendió fuera de la capital, asegura que está regresando y que el
golpe no va a triunfar. Lo ha hecho a través de un teléfono móvil que ha
mostrado la cadena CNN turca. "Tarde o temprano será eliminado. Voy a
volver a Ankara", ha agregado el presidente.
El primero en
reconocer que el Gobierno estaba intentado ser apartado del poder fue el primer
ministro turco, Binali Yildirim. "Se trata de un grupo dentro del Ejército
que se ha alzado", dijo el jefe de gobierno, quien admitió que esos
militares habían "rodeado algunos edificios importantes".
"Quienes lo han hecho pagarán un alto precio. No haremos concesiones en la
democracia", prometió Yildirim.
Los militares
sublevados se hicieron con el control de la televisión, desde la que han
comenzado a lanzar mensajes. Afirmaban que Erdogan era un "traidor",
y lo han acusado de haber establecido un "régimen autoritario del
miedo". Los militares sostienen que el país, a partir de ahora, será
gobernado por un llamado Consejo de Paz en Casa.
Los golpistas
decretaron el toque de queda y los aeropuertos fueron cerrados. El jefe del
Estado Mayor fue tomado como rehén.
El presidente
de Estados Unidos, Barack Obama, llamó este viernes a evitar "cualquier
violencia y derramamiento de sangre" en Turquía y ha declarado su respaldo
al "Gobierno turco democráticamente elegido", por medio de un
comunicado divulgado por la Casa Blanca tras el golpe de Estado protagonizado
por el Ejército de ese país. Rusia, por su parte, hizo un llamamiento en favor
del respeto de la ley. "Por supuesto, nosotros partimos de que es
necesario evitar cualquier enfrentamiento sangriento y solucionar todos los
problemas que surgen en cada país exclusivamente en el marco
constitucional", dijo Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en
rueda de prensa conjunta con el secretario de Estado norteamericano, John
Kerry.
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