Revista Proceso # 2106, 11 de marzo de 2017
En juego, los negocios del grupo Atlacomulco/JOSÉ GIL OLMOS
Conforme se acerca la jornada electoral del Estado de México, a la par de los acostumbrados discursos triunfalistas de funcionarios y dirigentes del PRI, empiezan a manifestarse otras voces. En entrevista con Proceso, el consejero político de ese partido César Augusto Santiago señala que los desplantes públicos del presidente nacional Enrique Ochoa no son idóneos para cohesionar a la militancia y atraer a los votantes. A su vez, el consejero electoral Bernardo Barranco describe las peculiaridades del voto en la entidad y advierte que el próximo 4 de junio no habrá experimento político ya que está en juego el modelo de negocios político-empresarial del grupo Atlacomulco.
Último reducto político del grupo que gobierna el país con Enrique Peña Nieto al frente, la elección en el Estado de México es fundamental para que el PRI se mantenga en la lucha por la Presidencia en los comicios de 2018. Sin embargo, militantes históricos, como César Augusto Santiago, consideran que la dirigencia partidista no marca un rumbo.
Santiago, quien fue presidente nacional y ahora es consejero político del PRI, añade que la cúpula de su partido se encuentra alejada tanto de la militancia como de los 11 millones de votantes potenciales en aquella entidad, a los que no convencen de apoyar a su candidato, Alfredo del Mazo Maza. “Si no ganamos estaremos metidos en un grave problema”, advierte en entrevista.
A un mes de que arranque el proceso electoral para la sucesión de Eruviel Ávila en la gubernatura, reconoce que su partido no está en el mejor momento, porque la situación nacional no es fácil, hay un “humor social negativo” y su presidente, Enrique Ochoa Reza, no entiende lo que está pasando.
“Supone que con desplantes, retos y exageraciones va a resolver la situación”, señala el político chiapaneco. Considera erróneo que la dirigencia nacional “sólo emita berrinches, desplantes, retos y agresiones individuales a los personajes del momento, sin cuidar en dar una oferta clara y contundente de lo que quiere el PRI para el país y la gente.”
A su vez Bernardo Barranco Villafán, consejero electoral en el Consejo Local del INE en esa entidad, sostiene que para el PRI la elección del próximo 4 de junio es fundamental porque representa la posibilidad de que prevalezca un grupo de poder que ha hecho de las funciones de servidor público y de los recursos también públicos un negocio.
“La política en el Estado de México no sólo es un juego de poder, sino un negocio jugoso. Siguiendo la filosofía de Carlos Hank González, del grupo de Atlacomulco, hay una tenue línea entre la política y los negocios, entre los empresarios y los actores políticos. En algunos casos pasan de ser funcionarios a ser proveedores, en otros son al mismo tiempo empresarios y políticos. De tal suerte que esto alcanza casos inusitados, como ver al secretario de Gobierno, José Manzur Quiroga, que tiene declarados más de 80 millones de pesos en propiedades; además los ostenta, con un rancho con lago artificial, un pequeño zoológico y una colección de más de 200 vehículos Ford Mustang”, señala Barranco Villafán.
Precisa que, de cara a 2018, ganar la gubernatura le permitirá al grupo Atlacomulco, que lleva 90 años en el poder, garantizar la continuidad de su proyecto político y empresarial. De ahí que una derrota trascendería lo electoral e implicaría la debacle.
Por eso, enfatiza, el proceso mexiquense no es un experimento ni un juego de ajedrez político, sino una prioridad para la élite que consiguió llevar a Peña Nieto a la Presidencia en 2012. “Hay intereses que van más allá de lo electoral y de lo político; profundos y poderosos intereses económicos que ostenta este grupo, tanto en el Estado de México como a nivel federal”, advierte Barranco Villafán, involucrado desde hace 16 años en las cuestiones electorales del estado.
Una elección diferente
Durante una década Barranco Villafán fue consejero electoral propietario en el Instituto Electoral del Estado de México, posteriormente del Instituto Federal Electoral y ahora del Instituto Nacional Electoral en la misma entidad. Entre uno y otro cargo, coordinó un proyecto social de observación electoral llamado Dictamen Ciudadano.
Precisa que en los próximos comicios locales para elegir gobernador y renovar el Congreso local y las 125 presidencias municipales participarán casi 8 millones de jóvenes, más de la mitad de padrón electoral son mujeres y 67% del voto se concentra en 15 municipios conurbados a la Ciudad de México.
Señala también que la oposición ha dejado pasar dos veces la oportunidad de ganar la gubernatura, pues en 2006, cuando triunfó Peña Nieto, el PAN se desmoronó a pesar de que su candidato Rubén Mendoza Ayala empezó con 18 puntos en las preferencias electorales.
En 2012 la oposición cayó otra vez porque el PAN y el PRD no lograron concretar una alianza, lo que Barranco Villafán atribuye al bloqueo de acuerdos por parte de “la gente de Andrés Manuel López Obrador”, resentida por lo que llamaron “el robo” de la elección presidencial.
“Hay un alto nivel de responsabilidad política de una oposición que pareciera no querer ganar. En esta elección, a pesar de que las dirigencias a nivel nacional estaban de acuerdo en formar una coalición, las estructuras locales tanto del PAN como del PRD se opusieron. Pareciera que hay una especie de inclinación de la oposición a no querer conquistar el poder en el Estado de México cuando ha tenido posibilidades de hacerlo”, comenta.
En esta ocasión, dice, existe una grave sospecha: “La hipótesis que existe es que hubo la compra de muchos líderes. Es la única explicación porque no es posible que las dirigencias locales del PRD hace seis años querían una alianza con el PAN y ahora se oponen. La única explicación lógica, congruente con la historia del Estado de México, es que la misma estructura del poder gubernamental está atomizando el voto de la oposición, fragmentándolo para que el voto duro del PRI sea el definitivo”.
Otra característica importante en la elección es que en el Estado de México prevalece la cultura política del México del pasado: el absolutismo priista y presidencialista. Explica Barranco Villafán:
“En los momentos electorales, el aparato de Estado se convierte en una poderosa maquinaria, en una muy bien aceitada estructura electoral. Hay una distribución que va desde los secretarios, directores y jefes de área que les permite llegar hasta los rincones más apartados de la entidad. Los funcionarios en las estructuras municipales del partido y del gobierno constituyen una verdadera maquinaria invencible; son los que operan la compra e inducción del voto a través de los programas sociales.
“En el Estado de México el PRI y el mismo Estado se convierten en una enorme estructura electoral muy bien aceitada, coordinada y efectiva para conquistar el voto. Hasta donde sé, lo tenían en Veracruz, Hidalgo, pero la manufactura, el sello que ha sido conservado desde los años sesenta en el Estado de México es como la matriz de una enorme maquinaria que incluye funcionarios, autoridades electorales, medios de comunicación, etcétera. Es mucho más amplio de lo que uno podría imaginar, forma parte de la cultura de un sector importante de los mexiquenses.”
Otra característica de esos comicios es que el padrón de 11 millones 267 mil 513 ciudadanos, el mayor del país, consta de 52.5% de mujeres y el resto de hombres.
En cuanto a la edad de los electores, el entrevistado observa el ascenso de la generación conocida como millennial, que son 3 millones de electores entre 20 y 29 años.
La población de 30 a 39 años alcanza 2.5 millones, mientras que de 40 a 49 años son 2.3 millones. En total están registrados casi 8 millones de jóvenes, que equivalen a 67% del electorado. Sin embargo, recuerda que en la elección pasada la juventud mexiquense sólo tuvo una participación de 38%.
“Es una generación proclive a las redes sociales, ya no es influida por la televisión, sino más por las redes. Es la generación que más desprecia la política tradicional y a los partidos; tiene una actitud diferente hacia a la cultura contemporánea, es individualista pero a la vez toda su vida está vinculada a las redes sociales.
“Es la generación más instruida y más urbana, en la que la mujer tiene derechos propios. Tiene principios y valores éticos fuertes, y desprecia con notoriedad la corrupción y la retórica rancia de los partidos políticos. Este sector representa un enorme reto para conquistarlo porque ya no se puede a través de la televisión o de los spots, tampoco van a las plazas a los mítines; los partidos tendrán que usar más las redes”.
Precisa que por todo ello la juventud es un sector impredecible que por primera vez será preponderante. En el caso de las mujeres, destaca, aparte de que son mayoría en la lista nominal, con 52.44%, en las últimas elecciones han votado 10% más que los hombres.
En cuanto a la distribución geográfica, 15 de los 16 municipios, que concentran 60% del electorado, son urbanos, y 15 están en el Valle de México; sólo Toluca está aparte. Tan sólo cinco de esos municipios concentran 35% del electorado: Ecatepec (1 millón 220 mil electores), Nezahualcóyotl (829 mil), Naucalpan (659 mil), Toluca (660 mil) y Tlalnepantla (549 mil).
No obstante aclara: “Ya no es más el voto rural o el del cacicazgo, sin embargo estos municipios son los que menos votan. El más alto índice de abstención esta en Naucalpan, Ecatepec y Chimalhuacán, con cerca de 60%”.
Esa falta de participación beneficiará al PRI, que confía en su voto duro de poco más de 3 millones. También le conviene la atomización del voto entre muchos candidatos.
En esos términos, reitera el consejero, se juega en la elección del Estado de México la continuidad de un modus operandi que ha funcionado más de 70 años en esa entidad y que los sectores político, empresarial y mediático no están dispuestos a negociar.
El optimismo de Peña Nieto
El sábado 4 de marzo, frente a sus huestes que festejaban el 88 aniversario del PRI, Peña Nieto se mostró optimista y anunció que su partido ganará las elecciones para gobernador en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, así como las alcaldías de Veracruz. Habló de la fortaleza del partido y sostuvo que nunca pactará una derrota.
Al respecto, César Augusto Santiago comenta: “No podía ser de otra manera, los dirigentes tienen la obligación de ser optimistas. Yo también quisiera que le fuera bien al partido, pero la realidad es muy distinta. El PRI nacional está abandonado, no hay una entidad en la que esté trabajando con un sistema de organización, con un mensaje de contenido a la gente, haciendo labores de persuasión social, mostrando humildad.
“Los priistas en los estados sólo están repitiendo las mismas consignas y desplantes de su dirigente, es el partido de desplantes más que de principios. Eso tiene que cambiar pronto para que se pueda ganar en el Estado de México y en otros.”
Sostiene que en sus viajes a varias entidades él ha visto a un priismo desalentado y destrozado, porque Ochoa Reza persiste en su campaña personal de retos y estridencias.
No obstante, confía en que Del Mazo Maza será gobernador: “Creo que vamos a ganar porque la base militante va a reaccionar bien, porque es la tierra del presidente Enrique Peña Nieto, donde el gobernador está bien evaluado y se nota trabajo administrativo y político. Confiemos que la campaña sea una labor de inclusión, porque si no ganamos estaremos metidos en un grave problema”.
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