Revista Proceso # 2110, 9 e abril de 2017..
Polémica sobre “Ceguera ideológica”, artículo de Javier Sicilia
LA REDACCIÓN
De Alberto Pérez Shoelly
Señor director:
Le pido que publique esta carta dirigida a Javier Sicilia.
Señor Sicilia: leí su artículo en Proceso 2108, intitulado “Ceguera ideológica”. Usted siempre ha sido crítico de todos los partidos y de la clase política, pero por alguna extraña razón cuando se trata de Andrés Manuel López Obrador o de Morena, su crítica destila no sólo veneno, sino hasta bilis.
Hace usted una crítica a la fuerte presencia de los lopezobradoristas-morenistas en las redes sociales, y hace comentarios que suscribiría el mismísimo Miguel Ángel Osorio Chong. No le falta razón cuando dice que en las redes sociales López Obrador y Morena son los líderes indiscutibles. A donde usted vaya en las redes sociales, el predominio de los “pejezombies” o “chairos”, como nos dicen los derechistas o prianistas, es abrumador.
Ahora bien, ¿usted cree que esta situación es de a gratis, es algo que se ha dado así nada más? No, mi estimado poeta. Esta situación se ha dado no porque seamos agresivos, ciegos, borregos y todo lo que usted nos quiera endilgar –por cierto, en lo único en lo que usted acierta es en la analogía que hace de los morenistas con los Testigos de Jehová. En efecto, nos la pasamos tocando puertas casa por casa, igual que estos hermanos–. Somos mayoría en las redes sociales porque contamos con argumentos para sustentar nuestros dichos y siempre hablamos con la verdad. Esto es algo que ya debería de tener completamente claro.
Usted dice que fuera de la honestidad personal de López Obrador no hay ninguna otra cosa que haga diferente a Morena de los demás partidos. Permítame discrepar. No solamente de forma declarativa decimos que somos diferentes, lo acreditamos con nuestra práctica política.
¿Conoce usted a funcionarios, diputados locales y federales, senadores que donen la mitad de todas sus percepciones para el sostenimiento de escuelas universitarias? ¿Conoce usted algún otro partido que esté siendo construido a partir de la suma de ciudadanos por sección electoral, de forma plural, abierta y sin acarreos o entrega de algo a cambio?
Aunque usted no lo crea, Morena es el único partido que se comporta así, de manera diferente. (Si le interesa conocer una opinión franca y sincera sobre la organización Ahora, en la que usted participa, vea http://lacorrupcionenmexico.com.mx/2017/02/28/ahoraonunca-oportunismo-iniciativa-honesta.).
Finalmente, repite usted las mismas mentiras que han estado haciendo circular los enemigos pagados de López Obrador –espero no se haya usted sumado a este selecto grupo– sobre el incidente de Nueva York, en el mitin de Andrés Manuel en apoyo a migrantes.
En primer lugar, López Obrador nunca tuvo vínculos con los Abarca ni con Aguirre; fueron Los Chuchos –que controlan al PRD desde entonces– los que los palomearon, los designaron, los promovieron y los defendieron.
En segundo, López Obrador le dijo provocador al señor Tizapa porque ése fue su comportamiento al reventar un evento. En días recientes aparecieron más datos de este señor Tizapa, que así sea padre de uno de los 43, al parecer ética y moralmente deja mucho que desear, y arrojan muchas dudas de sus reales motivaciones para reventar el encuentro.
Y si usted no cree que en Morena proponemos algo nuevo, lo invito a conocer el Nuevo Proyecto de Nación. Ningún otro partido cuenta con un documento de este tipo, actualmente en proceso de actualización. ç
¿De qué lado está la ceguera ideológica, señor poeta?
¿De qué lado está la ceguera ideológica, señor poeta?
Atentamente:
Alberto Pérez Shoelly
#
Respuesta del colaborador
Señor director:
Por este conducto le respondo al señor Alberto Pérez Shoelly.
Gracias por su carta. No sé realmente qué responder a tanto dechado de virtudes políticas que usted le atribuye a Morena y a López Obrador. Es difícil, como lo dije en ese artículo que tanto le ha molestado y que su carta confirma plenamente, enfrentarse a quienes la ideología ciega. Ella produce los mismos efectos en todos los partidos y en todas las Iglesias: “Somos la verdad”, digan lo que digan y hagan lo que hagan y, además –esto puedo inferirlo de lo que me dice– “tienen que aguantar, sin chistar, las majaderías que propinamos cuando algo no nos gusta de ustedes, por la simple razón de que somos mayoría en las redes sociales”.
Vaya argumento. Lo felicito, estimado señor Pérez Shoelly, y felicíteme a Morena de mi parte por su altura política y su capacidad patibularia.
No voy a hablar del señor Tizapa –ni usted ni López Obrador saben lo que es una víctima de la violencia que todas las partidocracias no han dejado de producir. No voy tampoco a defender a Ahora –sus argumentos y su lucha son suficientemente poderosos para que nadie tenga que defenderlo, a pesar de sus defectos. Tampoco abundaré en el Nuevo Proyecto de Nación –por lo que me dice, es un documento muy semejante a la Biblia o tal vez al Corán, y no tengo el gusto de meterme con textos sagrados.
Sé que entre ustedes Dios es Dios y AMLO su profeta, y no me gustaría tener que vivir lo que Salman Rushdie ha debido padecer por haberlo hecho con Mahoma y el Corán. Tampoco voy a referirme a cómo López Obrador apoyó y llevó a la gubernatura de Morelos a Graco Ramírez, que es una especie de Javier Duarte, porque lo negaría y diría que soy un provocador.
Voy a hablarle de mí: durante las caravanas y los diálogos que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) hicimos y tuvimos con los poderes y los entonces candidatos a la Presidencia de la República –incluyendo a López Obrador–, la única amenaza de muerte que recibí –además de un intento de emboscada de Javier Duarte– fue de Morena. Y en los diálogos que sostuvimos en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, López Obrador despreció a las víctimas en un grave gesto de inhumanidad y se puso a disputar conmigo, como si yo no fuera un ciudadano que le reclamaba por sus omisiones con las víctimas de su entonces partido –el PRD–, sino un rival político.
En una conferencia que di para Morena-cultura tuve que ser evacuado por la puerta trasera del Club de Periodistas (para que tenga una visión amplia de esto lea el capítulo 23 de mi novela autobiográfica El deshabitado, y si le parece que miento baje los videos de ese diálogo o lea el artículo que al respecto escribió Adolfo Gilly, “Nuestro dolor no cabe en sus urnas” (La Jornada 30 de mayo de 2012). Le pediría también darse una vuelta por los artículos que he escrito en Proceso y visitar los comentarios que sus correligionarios hacen a ellos. Aunque no hable de Morena ni de López Obrador, sus partidarios no dejan de insultarme con los mismos insultos de siempre; ni siquiera tienen imaginación para el desprecio o para entender algo de lo que allí he dicho.
A pesar de ello, le confieso algo, señor Pérez Shoelly: deseo con todo mi corazón que las próximas elecciones las gane López Obrador. ¿Sabe por qué?, porque ustedes necesitan una buena dosis de decepción. Sólo así podrán darse cuenta de que lo que necesita México no es un mesías o, mejor, más presidencia imperial, sino una verdadera refundación nacional y una nueva forma de democracia.
Por cierto, yo jamás les dije “agresivos” ni “borregos”. Esos adjetivos –¿o habrá que decir sustantivos?– los puso usted en mi pluma. Pregúntese qué dirían Freud y Lacan.
Paz, fuerza y gozo. Son virtudes que necesitan.
Atentamente:
Javier Sicilia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario