Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
29 abr 2018
Anaya, paralizado por el triunfalismo/
Revista Proceso 2165, 29 de abril de 2018
Anaya, paralizado por el triunfalismo/
ÁLVARO DELGADO
Después del debate del domingo 22, el candidato de la coalición Por México al Frente intensificó sus actividades proselitistas inmerso en un ambiente de triunfalismo, lo que contrasta con la opinión de sus colaboradores más cercanos, quienes se muestran cautos. Algunos le aconsejan relanzar la campaña. El dilema –que aún no resuelve Anaya– es definir si las cosas van bien y no se requieren grandes cambios, o si ya es hora de olvidarse del PRI y atacar sólo a López Obrador… Por lo pronto, el candidato se centra en captar el voto joven.
El triunfalismo de Ricardo Anaya se instaló en su entorno tras el debate de los cinco candidatos presidenciales, el domingo 22, del que se autoproclamó ganador y en cuyo posdebate ratificó su línea estratégica de que sólo él puede derrotar a Andrés Manuel López Obrador con el “voto útil” del priismo.
“¡Anaya presidente, Anaya presidente!”, es la expresión sembrada por los animadores en los mítines del candidato, como en los cinco en un día que, por vez primera en su campaña, encabezó en Puebla, donde la maquinaria del exgobernador Rafael Moreno Valle movilizó a miles de acarreados.
“¡Acaba de darle un nocaut a ya sabes quién! ¡Lo dejó en la lona!”, festejó ante Anaya la candidata a senadora Nadia Navarro, en un mitin en Tepeaca, Puebla, el estado que más ha privilegiado en el primer tercio de su campaña.
Pero este ambiente triunfalista contrasta con la cautela de políticos experimentados cercanos a Anaya, como el senador Ernesto Ruffo Appel, el primer gobernador de oposición y candidato a diputado federal, quien la misma noche del debate lo vio “dominante”, pero no contundente ante López Obrador.
“Esto va hacer que López Obrador baje un par de puntitos, a lo mejor Ricardo sube un par de puntitos y va a disminuir la distancia que los separaba. Sin embargo, no hubo una situación contundente.”
–¿Hubo nocaut a López Obrador?
–No vi nocaut, pero lo vi no dominante de la cancha: evasivo, populista, como siempre ha sido, como un pescado resbaloso. Pero es el incumbente, el que va arriba, y era obvio que muchos de los asuntos críticos iban a ser en contra de él, y él tenía que venir a resbalarlos.
Agustín Basave, el coordinador de asesores de Anaya, es todavía más mesurado: aunque el desempeño del candidato en el debate replantea la contienda e implica un reposicionamiento de éste, “tenemos que evitar cometer el error de confiarnos”.
Alerta: “Hay gente que piensa que le fue muy bien, que ganó el debate, y entonces todo de aquí en adelante es muy fácil: que vienen dos debates que va a volver a ganar y que ya ganó la Presidencia. No. Tenemos que ajustar cosas, tenemos que relanzar la campaña y no caer en el error, en el espejismo, yo diría, de que el debate ya decidió la elección”.
Pero el relanzamiento de la campaña de Anaya no se ha materializado porque existen dos posturas en el equipo de campaña y en la coalición Por México al Frente: la que establece que las cosas van bien y no hay que hacer mayores cambios, y la que plantea que es hora de olvidarse del PRI y atacar sólo a López Obrador.
Jorge G. Castañeda, el coordinador estratégico, es el más tenaz promotor de la convergencia priista, aunque no formalmente con el PRI, “ni mucho menos con Enrique Peña Nieto”, sino “con los votantes”, a quienes invita a “venir a casa” con Anaya.
“Esos votantes tiene que venir a casa. ¿Por qué? Porque son jóvenes, en muchos casos universitarios, mujeres que deben reconocerse mejor en Ricardo Anaya que en López Obrador”, declaró, el viernes 27, al conductor Luis Alberto Medina, de Proyecto Puente de Sonora.
Ante este escenario en su equipo de campaña y la alianza de los partidos
Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, Anaya se mantiene vacilante: No ha tomado aún ninguna decisión.
Hay una única cosa en la que hay consenso, conforme a información obtenida por el reportero: se necesita más “empatía y emotividad” en la campaña presidencial.
Clientelismo y acarreo
Pero, además de insípida, la campaña de Anaya ha sido poco explotada en el contacto con los ciudadanos en el primer tercio de la misma, que va del 30 de marzo, cuando se inició, hasta una semana después del primero de los tres debates: un mitin de proselitismo al día en promedio.
En efecto, en 30 días de campaña encabezó sólo 32 mítines –incluidos los previstos para el sábado 28 y domingo 29 de abril–, en 13 estados, siendo Puebla el que más días visitó: cinco.
Quinto padrón electoral del país, Puebla es, también, el estado en que Anaya más mítines –que su equipo de prensa llama “concentraciones ciudadanas”– ha encabezado, 13, incluido el previsto para el domingo 29, cuando arrancó la campaña a gobernadora de Martha Érika Alonso, esposa de Moreno Valle, quien a su vez es candidato plurinominal a senador.
Aunque Moreno Valle le disputó a Anaya la candidatura presidencial, al final pactaron que la esposa de éste sea la candidata a gobernadora, y él, coordinador de los senadores, cargo que también ambicionan Gustavo Madero y Miguel Ángel Mancera.
Y ella fue la que se ha puesto al servicio de Anaya las veces que ha visitado el estado, como el miércoles 26, cuando encabezó mítines en San Martín Texmelucan, Tepeaca, Atlixco, San Andrés Cholula y en el centro de espectáculos Acrópolis –algo inédito en la campaña–, a donde los asistentes fueron llevados en decenas de autobuses y a quienes proveyeron de bolsas con una naranja, una torta y un frutsi.
En San Andrés Cholula, donde a ratos llovió mientras se desarrollaba el mitin de Anaya, promotores panistas regalaron decenas de sombrillas con los colores del PAN, de fabricación china, importadas por la empresa El negocio perfecto, uno de los proveedores de Moreno Valle.
Así como se vieron personalmente en las dos visitas pasadas, ahora se entrevistaron en Atlixco, en privado, antes de la principal concentración de la Acrópolis, cuyo aforo de 10 mil 500 personas ni siquiera se colmó y se comenzó a vaciar justo cuando hablaba Anaya, que tuvo que abreviar su discurso a sólo siete minutos.
Aunque de proporciones distintas, este episodio en Puebla evocó el que padeció Josefina Vázquez Mota cuando, en el arranque de su campaña presidencial, en 2012, se le vació el Estadio Azul, también mientras daba su discurso, en lo que se conoce como el josefinazo. Anaya era asesor de la candidata.
–¿Por qué se van.
–Ya nos aburrimos.
Y sí: muchos habían llegado desde las cuatro de la tarde, cuando el mitin comenzó a las 20:00 horas. Mujeres, hombres y niños de condición humilde bajaban de las unidades de transporte y esperaban instrucciones de personas que los hacían formarse para ingresar en bloque al recinto.
A algunos los proveían de banderolas azules, anaranjadas o amarillas de los partidos coaligados; a otros les daban camisetas, y a algunos más, bolsas de mandado. A todos les repartieron tortas, que comían sentados en las butacas.
Poco entusiasmo concitó Anaya en estos mítines en Puebla, con un discurso idéntico a los que pronuncia en todo el país, aunque en esta ocasión tuvo más contacto con los asistentes, tomándoles la mano a las mujeres, besando niños y tomándose selfies.
En Tepeaca, donde se ubica el tianguis más antiguo de América y que tiene 458 años de haberse fundado, un jovencito traía una iguana que capturó. “Se parece a los dinosaurios del otro partido”, dijo ante las risas de sus simpatizantes mientras acariciaba al animal.
En el primer tercio de su campaña, Anaya ha privilegiado los estados con mayor padrón electoral: al Estado de México ha ido tres veces; en la Ciudad de México ha tenido siete actos de campaña; en Jalisco, también tres; en Veracruz, cuatro; en Puebla, 13; Guanajuato, una vez, y Nuevo León, dos.
Agenda de derecha
Justamente en su segunda visita a Nuevo León –en la primera, el martes 10, cenó en privado con el Grupo de los Diez potentados empresariales– fue al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), la tercera institución de educación que visita en la campaña.
En su apuesta por el voto joven, Anaya ha sido el único de los cinco candidatos presidenciales que ha visitado, además, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente, en Guadalajara, y el Instituto Tecnológico Autónomo de México, tres instituciones de carácter privado.
Anaya ha privilegiado también las reuniones con la iniciativa privada, sector al que pertenece en su condición de empresario-político, y se ha reunido con ellos en la Ciudad de México, Mérida, Ciudad Juárez, Chihuahua, y Córdoba.
Aunque acogido con calidez, fue en el ITESM –al que llegó acompañado por Basave y Salomón Chertorivski, el coordinador del plan de gobierno– donde Anaya enmudeció con la pregunta que le formuló el estudiante guanajuatense Arturo Arámburu: “Si tú no fueras candidato el día de hoy, ¿por quién votarías?”.
Anaya no atinaba a contestar. Sólo sonreía, nervioso, en medio del murmullo de los mil 800 estudiantes que abarrotaron el auditorio Luis Elizondo, que desde 1994 recibe a todos los candidatos presidenciales.
“Sólo un nombre. Nada de rodeos ni contextos”, insistió Arámburu, quien ante el estupor de Anaya concedió: “Bueno, puedes dar la razón por la que sí votarías”.
“Lo que pasa es que la política es un asunto de equipo. Yo sí creo en eso”, se trataba de escabullir Anaya. “Entonces, como los integrantes de la coalición me están apoyando a mí, yo evidentemente estaría apoyando al que fuera el candidato de nuestra coalición. ¿Quieres una respuesta concreta?: si yo no hubiera sido candidato del PAN, probablemente lo hubiera sido Margarita, y por supuesto yo la hubiera apoyado”.
Fue un guiño más de Anaya a Zavala y a su esposo, Felipe Calderón, quien no ha dejado de criticarlo y que al respecto le respondió en su cuenta de Twitter: “Si hubiese habido la democracia interna que había prevalecido durante 75 años en el PAN, la o el candidato de este partido electo democráticamente estaría adelante en las encuestas, aún sin alianza. La destrucción de la vida democrática del PAN lastimó toda nuestra democracia”.
En su participación en el ITESM, donde fue el primero de los cinco candidatos presidenciales que acudirán ante el estudiantado, Anaya, como los otros candidatos, fue interrogado sobre varios temas y asumió la agenda de la derecha.
Por ejemplo, por primera vez, a pregunta específica, se declaró en contra del aborto: “Vida”, respondió. Y también se manifestó contra la legalización de las drogas: “No va a resolver el problema”.
Sobre la pena de muerte y la eutanasia, también se declaró en contra: “No es la solución”.
–¿Matrimonio igualitario?
–Tolerancia.
–¿Equidad de género?
–Indispensable.
–¿Corrupción?
–Cáncer.
También por primera vez se manifestó contra las “innecesarias” pensiones a los expresidentes y por lo “necesario” de reducir los altos sueldos de los funcionarios.
En dos planteamientos que ha hecho López Obrador, coincidió en uno y en el otro discrepó.
–¿Revocación de mandato?
–Conveniente.
–¿Amnistía para delincuentes?
–Locura.
En el encuentro en el ITESM también le preguntaron a Anaya sobre sus amigos y si, de llegar a la Presidencia de México, también los ayudaría.
“Sí, te voy a decir cómo; y no, también te voy a decir cómo”, matizó el candidato, quien creó una fundación sin fines de lucro que derivó en un negocio de casi 8 millones de pesos para sus amigos constructores Eduardo de la Guardia Herrera y Abraham Jaik Villarreal (Proceso 2153).
“El servicio público no es para ayuda, en lo personal, a tus amigos. Pero les voy a ayudar a construir un mejor país, en el que sus hijos puedan vivir seguros y en paz, en el que crezca la economía, haya oportunidades de empleo.”
Vendedor como empresario de una nave industrial a su amigo Manuel Barreiro, acusado de lavado de dinero, Anaya afirmó: “El amiguismo, la política de cuates, le ha hecho muchísimo daño a nuestro país. Creer que llegas al gobierno para que tus cuates se hagan ricos, para ayudar a tu gente más cercana me parece que es una ayuda mal entendida. Eso es corrupción”.
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...Pero posiciona a sus cuates en Querétaro/ÁLVARO DELGADO
El candidato presidencial Ricardo Anaya afirma que “el amiguismo, la política de cuates, le ha hecho muchísimo daño a nuestro país” y se opone a un “fiscal carnal”, pero él colocó a dos de sus amigos como presidentes del Instituto Electoral de Querétaro (IEEQ) y del Tribunal Electoral del Estado de Querétaro (TEEQ).
Se trata de los dos órganos garantes de la democracia en Querétaro, que exigen plena autonomía, pero sus respectivos presidentes, Gerardo Romero Altamirano y Martín Silva Vázquez, son parte del grupo político de Anaya en el estado desde que eran estudiantes.
Romero Altamirano, presidente del IEEQ, tiene una relación con Anaya desde que ambos estudiaban en el Instituto Queretano San Javier, y fue miembro de Acción Juvenil del PAN cuando el secretario era José Luis Báez, actual presidente estatal con licencia de ese partido.
Es, además, amigo íntimo de Felipe Fernando Macías, candidato a diputado federal y coordinador de logística de la precampaña presidencial de Anaya; y cumplió durante tres meses esa función sin dejar de cobrar como regidor del ayuntamiento de la capital estatal.
El presidente del IEEQ es también amigo de Antonio Rangel, jefe de los diputados locales del PAN y recién incorporado a la campaña presidencial como coordinador de agenda del candidato y con quien, además junto con Báez, Anaya creó la Fundación por más humanismo que, pese a ser una asociación no lucrativa, derivó en un negocio de 8 millones para sus amigos constructores Eduardo de la Guardia Herrera y Abraham Jaik Villarreal ( 2153).
Justamente por la militancia de Romero Altamirano en el PAN, el PRD impugnó su nombramiento como consejero del IEEQ en 2014, pero Anaya, quien era presidente interino del PAN y diputado federal, lo respaldó y fue electo por el Instituto Nacional Electoral.
Más aún: El amigo de Anaya le renta las oficinas del IEEQ a su suegro, Donino Ángel Martínez Díez, a quien le paga 167 mil 544 pesos mensuales, según el contrato de adjudicación directa firmado el 10 de febrero de 2017.
Por su parte, el presidente del TEEQ, Martín Silva Vázquez, fue compañero de Anaya en la carrera de derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro y trabajaron juntos, entre 2001 y 2002, en el ayuntamiento queretano a las órdenes de director de Seguridad Pública, Édgar Mohar Kuri, actual tesorero del PAN y de la campaña de Anaya.
Y cuando Anaya fue secretario particular del gobernador Francisco Garrido Patrón (2003-2009), también trabajaron juntos: el primero como secretario particular y el segundo como secretario técnico.
Siendo presidente nacional del PAN, Anaya logró que el Senado, presidido por el panista Roberto Gil Zuarth, nombrara a su amigo magistrado del TEEQ por siete años, en abril de 2016, y apenas en diciembre del año pasado sustituyó en la presidencia de ese órgano a Gabriela Nieto Castillo, hermana de Santiago, el exfiscal electoral federal.
Justamente en diciembre de 2017 circuló ampliamente un video que acreditó que en el ayuntamiento de Querétaro se almacenaba propaganda del PAN, por lo que Morena y el PRI presentaron una queja ante el IEEQ, que Romero Altamirano ordenó desechar, y el TEEQ, presidido por Silva Vázquez, declaró improcedente; ambos, amigos de Anaya.
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