Anne Barrett Doyle, de la ONG Bishop Accountability, denunció ayer al jefe de EE.UU. Fuente: AP
Piden cambios en las leyes canónicas y le suman presión al Papa para que profundice los cambios/
Elisabetta Piqué.
La Nación, ROMA.- Phil Saviano tenía 11 años cuando fue abusado por primera vez por un sacerdote de Worcester, un pueblo de las afueras de Boston. Saviano es una víctima "famosa": es el hombre que en Spotlight -ganadora de un Oscar sobre el escándalo de encubrimiento de abusos sexuales que hubo en la Iglesia de Massachusetts- se presenta en la redacción de The Boston Globe con una caja llena de papeles, reclamando a los periodistas que tomen en serio el caso y que investiguen.
Hoy Saviano, de 65 años, es parte de una legión de sobrevivientes de abusos y activistas que, desde todo el mundo, ha llegado a Roma en coincidencia con la cumbre sobre protección de menores convocada por el Papa que comenzará mañana, un encuentro sin precedente sobre el que no ocultan gran escepticismo.
"Tiendo a ser optimista por naturaleza, admito que la Iglesia ha hecho avances desde 1992 cuando por primera vez denuncié lo que me pasó, espero que algo bueno salga de esta cumbre, pero tengo grandes dudas", dijo Saviano.
Anne Barret Doyle, directora de Bishop Accountability, fue más explícita. "Hay mucho en juego con esta cumbre: miles de niños que han sido abusados durante décadas por el clero y obispos que prometieron que nunca más reinaría el silencio. Pero basándome en nuestras investigaciones no puedo ser optimista. Creo que la Iglesia Católica está muy lejos de hacer las reformas que tiene que hacer para detener los abusos sexuales de menores, que son una epidemia", denunció.
"Todos sabemos qué debe pasar: deben cambiar las leyes canónicas, que deben dejar de priorizar al sacerdocio por sobre los niños abusados", aseguró Doyle. "Creo que no tiene sentido hablar de una conversión del corazón y de las mentes, como hizo el Papa, si antes no se cambian las leyes canónicas, que deben claramente indicar que quien abusa debe ser removido del sacerdocio de inmediato y llevado a la Justicia civil", agregó.
Para dar un idea de lo que sucede en el mundo, Doyle aseguró que los presidentes de las conferencias episcopales de ocho países que representan el 50% de los católicos del mundo (Brasil, México, Filipinas, Estados Unidos, Italia, Francia, Colombia y República Democrática del Congo), que estarán en la cumbre, han hecho poco y nada para poner en práctica protocolos antiabusos.
Aunque se habla mucho de "política de tolerancia cero", según Bishop Accountability solo la Iglesia de Estados Unidos ha puesto a punto protocolos más serios y cumple esta norma: quien comete un abuso debe ser removido de inmediato.
"No creo que nada de concreto saldrá de esta cumbre. El Papa tiene el poder de cambiar las leyes para que los curas culpables de abusos sean removidos y los obispos culpables de encubrir también sean removidos, pero lamentablemente el Vaticano sigue sin hacer lo que debería hacer", lamentó Saviano.
"No creemos que los obispos sean mala gente", aseguró Doyle. "Según nuestros datos, de más de 5000 obispos que hay en el mundo, hay 101 acusados de abusos y encubrimiento", estimó. "Lo que es malo es el sistema y si no hay cambios verdaderos, lo que hace 20 años fue un shock para los católicos, se convertirá en la indignación más absoluta”.
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