29 jul 2019

El peligroso israelí que mataron en Artz/ Salvador Garcia Soto

 El peligroso israelí que mataron en Artz/ Salvador Garcia Soto
El Universal, 27 de julio de 2019

Detrás del violento ataque armado en la exclusiva Plaza Artz y de la infantil primera versión de “crimen pasional” que manejaron las autoridades de la CDMX, hay una truculenta historia que involucra a uno de los criminales más peligrosos del estado de Israel. Benjamín Yeshurum Hutchi, el principal objetivo de este ataque en el que murió junto a su socio Alon Azulay, ingresó ilegalmente a México en marzo de este año, con un pasaporte europeo falso y luego de haber sido liberado de la cárcel por las autoridades hebreas, tras purgar una condena de más de 14 años por varios delitos.

Según las autoridades vinculado a mafias internacionales de tráfico de armas, drogas y de los casinos en México, no era la primera vez que Hutchi estaba en nuestro país, en donde ya había radicado desde el 2003 cuando vino por primera vez al país traído por miembros de la poderosa comunidad judía en la Ciudad de México, que lo contrataron para que los ayudara en la prevención e investigación de secuestros que por esas fechas se dispararon entre los empresarios judíos en la zona de Tecamachalco y Polanco. Benjamín Yeshurum, que había pertenecido al Mosad, en donde tuvo entrenamiento especial, llegó a nuestro país procedente de Venezuela, a donde se había escondido después de que en 2001 escapó de una cárcel de Israel, con ayuda de un policía corrupto, tras haber sido sentenciado en los años 90 a 17 años de prisión por haber estado involucrado en el asesinato de Many Aslan, hijo del delincuente israelí Ezequiel Aslan.
Así llegó a nuestro país, donde trabajó apoyando y cuidando a miembros de la comunidad judía, pero en el camino comenzó a desarrollar actividades delictivas y extralegales, como el cobro de deudas para ellos mismos, con métodos de intimidación y violencia. Para el 2005 ya se había convertido en un “empresario independiente” y, aprovechando sus habilidades bélicas y de seguridad, montó su propio negocio de “extorsión, tráfico de drogas y venta de protección” a negocios, bares y restaurantes de Polanco donde se movía habitualmente. Para entonces, hasta los mismos miembros de la comunidad israelita que lo habían traído, comenzaron a ser víctimas de sus extorsiones y amenazas. Por esas fechas la Interpol ya había girado una ficha roja a su nombre a petición del Gobierno de Israel.
Cuando fue ubicado en México, la Interpol y el Cisen pidieron apoyo a la Policía del entonces Gobierno del Distrito Federal, bajo el argumento de que Hutchi había comprado protección de la Agencia Federal de Investigaciones de la PGR, por lo que no podían solicitar su detención a los agentes federales del entonces Gobierno de Vicente Fox. La Secretaría de Seguridad Pública del DF montó un operativo de seguimiento y vigilancia en la zona de Polanco, a cargo del entonces subsecretario de Seguridad, Gabriel Regino. El 28 de junio de 2005, fue detenido con 43 dosis de cocaína. Lo llevaron al edificio de la SSP en la calle de Liverpool. Ahí recibieron una llamada de la Embajada de Israel que pedía que lo tuvieran “muy bien vigilado” y en una zona segura. Al día siguiente, en medio de un fuerte operativo de seguridad, Benjamín Yeshurum Hutchi fue trasladado al aeropuerto Benito Juárez, donde fue entregado a dos soldados del Mosad.

En Israel permaneció en prisión hasta febrero de 2019, cuando fue liberado, para luego arribar a nuestro país con un pasaporte falso. Fuentes de la FGR aseguran que Benjamín Yeshurum reactivó en estos meses las relaciones que desde 2005 trabó con integrantes del cártel de Los Beltrán Leyva, en específico con Édgar Valdés Villarreal “La Barbie”.
Su asesinato en Plaza Artz se produjo justo unos días después de que fuera detenido en nuestro país Erez Akrishevsky, otro delincuente que fue quien escapó con él de la cárcel israelí en 2001. ¿Qué cuentas pendientes tenía Benjamín Sutchi con los cárteles de droga y crimen organizado mexicano que mandaron a sus sicarios a matarlo justo en un restaurante concurrido y a plena luz del día en la plaza comercial más exclusiva de la Ciudad de México? Eso es lo que nos tendrán que decir ahora las autoridades capitalinas.


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