ARSENAL/Francisco Garfias /
Excélsior, 4 de febrero de 2020
“¡Ven y dímelo a la cara!”
Buscamos a Simón Levy para preguntarle si le interesaba aclarar sus afirmaciones sobre los supuestos antecedentes penales de Francisco Javier Quiroz Sandoval, el hombre que se bajó con su familia del avión que iba a Tabasco, por considerar que era inseguro viajar con López Obrador.
Le hicimos notar que el aludido, a quien llamó #LordMeBajo, lo desmintió. El expediente judicial que le atribuyen es de un individuo que lleva los mismos apellidos, pero invertidos. Se trata de Francisco Javier Sandoval Quiroz, buscado en el Estado de México.
Quiroz Sandoval aclaró en Twitter:
“No trabajo para Aeroméxico, ni me regalan vuelos. Tampoco tengo antecedentes penales. Podré ser #LordMeBajo, pero la 4T no podría caer más bajo”.
Levy, sin embargo, sostuvo su versión: “Gracias no. No me interesa, y sí tiene (suponemos que antecedentes penales). Jamás me atrevería a decir algo sin sustento”, nos dijo.
No fue el único que hizo señalamientos a Quiroz Sandoval. Fernández Noroña identificó al pasajero como auditor externo de Aeroméxico.
La senadora de Morena Citlali Hernández fue más lejos. Formuló una pregunta-acusación: ¿Cómo iba a viajar en un avión con un Presidente, si él trae tantas investigaciones?
Se dio cuenta de que metió la pata. Tuvo el valor de reconocerlo, pero quiso equilibrar cartones:
“Caer en el error de una noticia falsa dista mucho de la mezquindad con la que la oposición se ha comportado”, escribió en Twitter.
¿Error? No, senadora. Eso se llama difamación. El artículo sexto de la Constitución así lo establece:
“La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros…”.
* Por lo demás, Levy responsabilizó a Felipe Calderón por un tuit abiertamente racista — “maldito judío de mierda”— que, asegura, recibió de Alan Rodríguez, integrante de México Libre, organización que el expresidente encabeza junto con su esposa Margarita Zavala.
“Cuando quieras decirme algo @FelipeCalderón ven y dímelo directamente a la cara. Meterte con una religión es asqueroso y vil. Preocúpate más por lo que está pasando en Estados Unidos. Vas a necesitar más suerte de la que te imaginas”, subrayó.
Hacia las nueve de la noche, Felipe no se había dado por aludido. Es aventurado responsabilizarlo por ese mensaje racista que subió otra persona, aunque, efectivamente, pertenezca a su organización.
* Las quejas por los retrasos en los vuelos y las filas de espera dentro del avión para despegar o bajarse del mismo son cosa de todos los días en el AICM. Hay un grave problema de saturación que se agrava con el paso del tiempo. La excepción es que los vuelos salgan y lleguen a tiempo.
Un caso es el vuelo VW349 de Aeromar, de San Luis Potosí a Ciudad de México. Estaba programado para el día de ayer a las 20:30 de la noche. La llegada era a las 21:50 PM.
De buenas a primeras la aerolínea envió a los pasajeros un correo en el que les avisó que, por “motivos operacionales”, la salida se retrasaría una hora y diez minutos.
La nueva salida sería a las 9:40 PM. Es decir, 10 minutos antes de la hora de llegada original. Ésta se pospuso hasta las 11 de la noche. Ya no supimos si hubo nuevas demoras.
Todo esto para decir que hay que armarse de paciencia frente a la incapacidad mostrada. AMLO informó ayer en la mañanera que el Aeropuerto Felipe Ángeles de Santa Lucía tiene un avance del 3.96% en 109 días de construcción, con una inversión de mil 785 millones de pesos.
A ese ritmo, el avance en un año será de 14 por ciento. Si hacemos cuentas, se llevaría un total de siete años. No se cumplirá con la fecha marcada para su inauguración: 21 de marzo de 2022.
¿Cuál sería el avance del NAIM si el Presidente no hubiese tomado la decisión de parar la obra cuando llevaba un avance se 33% y se habían invertido 120 mil millones de pesos?
Es una pregunta, no una provocación.
@#
Favor de no tuitear/ Genaro Lozano
REFORMA
04 Feb. 2020
Cada vez dan más ganas de cerrar Twitter. Ahí, todos hemos cometido errores o hemos sido insensibles, arrogantes o frívolos. El escritor y científico Jaron Lanier publicó un libro titulado Diez argumentos para borrar tus cuentas de redes sociales en este momento. Confieso que llevo meses pensando en leerlo. Creo que ya llegó el momento, pero especialmente debería ser una lectura indispensable para quienes son servidores públicos o quienes lo han sido.
Desde hace algunos años varios servidores públicos y/o legisladores han caído en malos usos de las redes sociales. Hace algunos años, Arne Aus den Ruthen, quien trabajaba para Xóchitl Gálvez en la Miguel Hidalgo, se dio a conocer por exhibir con videos en Periscope a ciudadanos cometiendo faltas cívicas. Al final, Arne dejó el servicio público y fue regañado públicamente por su ex jefa por difamar y exhibir a ciudadanos. Casos similares son los de Javier Lozano, quien como senador insultaba a sus representados con adjetivos como "ordinarios", o Gerardo Fernández Noroña, otro agresivo legislador tuitero. Ambos son de los troles más famosos de Twitter.
Actualmente, hay servidores y ex servidores públicos tanto del gobierno federal como de la CDMX que hacen un mal uso de sus redes sociales y agreden a ciudadanos.
Simón Levy es un ex servidor del gobierno de la CDMX. Fue muy conocido por su polémica propuesta de un Corredor Cultural en Avenida Chapultepec, conocida como "Shopultepec". En ese momento, Levy aceptó abrir ese proyecto a consulta y, pese a la presión en todo momento, fue respetuoso con la ciudadanía. Por esto, me extraña que el también ex subsecretario de Turismo federal decidiera exhibir recientemente a un ciudadano que se bajó de un vuelo comercial porque el Presidente iba en ese avión y para el pasajero esto representaba un riesgo para su familia. Varios pasajeros lo grabaron y el tema explotó en Twitter. Cuentas pro AMLO denostaron al pasajero usando el hashtag #LordMeBajo y también crearon la tendencia #EsUnHonorVolarConObradror.
Todo el incidente podría parecer una ociosidad, pero Levy exhibió en un tuit una foto del pasajero inconforme con un mensaje en el que escribió: #LordMeBajo sabe que estuvo preso y le van a descubrir su montaje mediático. Acompañando a ese tuit, Levy incluyó un expediente judicial y defendió su publicación. Todo este episodio está mal. De entrada, porque Levy confundió al pasajero con la persona del expediente. No son la misma persona. Además porque no se debe exhibir a una persona que no es pública y en caso de que hubiese estado en prisión tampoco se debe revictimizar a nadie. Levy es doctor en Derecho y lo sabe. A la fecha, no se ha disculpado con el ciudadano que se bajó del avión y que tenía todo el derecho de hacerlo.
Otros dos casos son los de Ricardo Peralta, actual Subsecretario de Gobernación, y el de Pepe Merino, actual Director de la Agencia Digital de Innovación Pública de la CDMX. Peralta y Merino usan sus cuentas de Twitter como si no fueran servidores públicos. Recientemente, el primero parecía referirse a la Caminata por la Paz como "chillidos de marrano", mientras que el segundo es acusado frecuentemente de contestar con arrogancia a ciudadanos. Apenas el fin de semana, Merino le contestó a una ex funcionaria que acaba de ser mamá y que se quejaba de la inseguridad en la CDMX con un: "igual lo que extrañas es la opacidad de un gobierno que escondía info". Esa respuesta no sólo es insensible e inaceptable, sino hasta irónica porque el actual InfoCDMX ha sido señalado por activistas por su opacidad y el Gobierno de Sheinbaum, criticado por adjudicaciones directas y sin contratos.
Twitter es un pequeño mundo y no es representativo de los problemas del país ni de las preocupaciones de la mayoría de la gente, pero lo que sí está exhibiendo hoy es la insensibilidad, arrogancia y desdén con el que muchos servidores y representantes tratan a quienes deberían servir. Esos servidores no le hacen ningún favor ni a sus jefes ni al debate público con sus tuits. Tal vez no deberían cerrar sus cuentas, pero sí tuitear menos y dar más resultados.
@genarolozano
“¡Ven y dímelo a la cara!”
Buscamos a Simón Levy para preguntarle si le interesaba aclarar sus afirmaciones sobre los supuestos antecedentes penales de Francisco Javier Quiroz Sandoval, el hombre que se bajó con su familia del avión que iba a Tabasco, por considerar que era inseguro viajar con López Obrador.
Le hicimos notar que el aludido, a quien llamó #LordMeBajo, lo desmintió. El expediente judicial que le atribuyen es de un individuo que lleva los mismos apellidos, pero invertidos. Se trata de Francisco Javier Sandoval Quiroz, buscado en el Estado de México.
Quiroz Sandoval aclaró en Twitter:
“No trabajo para Aeroméxico, ni me regalan vuelos. Tampoco tengo antecedentes penales. Podré ser #LordMeBajo, pero la 4T no podría caer más bajo”.
Levy, sin embargo, sostuvo su versión: “Gracias no. No me interesa, y sí tiene (suponemos que antecedentes penales). Jamás me atrevería a decir algo sin sustento”, nos dijo.
No fue el único que hizo señalamientos a Quiroz Sandoval. Fernández Noroña identificó al pasajero como auditor externo de Aeroméxico.
La senadora de Morena Citlali Hernández fue más lejos. Formuló una pregunta-acusación: ¿Cómo iba a viajar en un avión con un Presidente, si él trae tantas investigaciones?
Se dio cuenta de que metió la pata. Tuvo el valor de reconocerlo, pero quiso equilibrar cartones:
“Caer en el error de una noticia falsa dista mucho de la mezquindad con la que la oposición se ha comportado”, escribió en Twitter.
¿Error? No, senadora. Eso se llama difamación. El artículo sexto de la Constitución así lo establece:
“La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros…”.
* Por lo demás, Levy responsabilizó a Felipe Calderón por un tuit abiertamente racista — “maldito judío de mierda”— que, asegura, recibió de Alan Rodríguez, integrante de México Libre, organización que el expresidente encabeza junto con su esposa Margarita Zavala.
“Cuando quieras decirme algo @FelipeCalderón ven y dímelo directamente a la cara. Meterte con una religión es asqueroso y vil. Preocúpate más por lo que está pasando en Estados Unidos. Vas a necesitar más suerte de la que te imaginas”, subrayó.
Hacia las nueve de la noche, Felipe no se había dado por aludido. Es aventurado responsabilizarlo por ese mensaje racista que subió otra persona, aunque, efectivamente, pertenezca a su organización.
* Las quejas por los retrasos en los vuelos y las filas de espera dentro del avión para despegar o bajarse del mismo son cosa de todos los días en el AICM. Hay un grave problema de saturación que se agrava con el paso del tiempo. La excepción es que los vuelos salgan y lleguen a tiempo.
Un caso es el vuelo VW349 de Aeromar, de San Luis Potosí a Ciudad de México. Estaba programado para el día de ayer a las 20:30 de la noche. La llegada era a las 21:50 PM.
De buenas a primeras la aerolínea envió a los pasajeros un correo en el que les avisó que, por “motivos operacionales”, la salida se retrasaría una hora y diez minutos.
La nueva salida sería a las 9:40 PM. Es decir, 10 minutos antes de la hora de llegada original. Ésta se pospuso hasta las 11 de la noche. Ya no supimos si hubo nuevas demoras.
Todo esto para decir que hay que armarse de paciencia frente a la incapacidad mostrada. AMLO informó ayer en la mañanera que el Aeropuerto Felipe Ángeles de Santa Lucía tiene un avance del 3.96% en 109 días de construcción, con una inversión de mil 785 millones de pesos.
A ese ritmo, el avance en un año será de 14 por ciento. Si hacemos cuentas, se llevaría un total de siete años. No se cumplirá con la fecha marcada para su inauguración: 21 de marzo de 2022.
¿Cuál sería el avance del NAIM si el Presidente no hubiese tomado la decisión de parar la obra cuando llevaba un avance se 33% y se habían invertido 120 mil millones de pesos?
Es una pregunta, no una provocación.
@#
Favor de no tuitear/ Genaro Lozano
REFORMA
04 Feb. 2020
Cada vez dan más ganas de cerrar Twitter. Ahí, todos hemos cometido errores o hemos sido insensibles, arrogantes o frívolos. El escritor y científico Jaron Lanier publicó un libro titulado Diez argumentos para borrar tus cuentas de redes sociales en este momento. Confieso que llevo meses pensando en leerlo. Creo que ya llegó el momento, pero especialmente debería ser una lectura indispensable para quienes son servidores públicos o quienes lo han sido.
Desde hace algunos años varios servidores públicos y/o legisladores han caído en malos usos de las redes sociales. Hace algunos años, Arne Aus den Ruthen, quien trabajaba para Xóchitl Gálvez en la Miguel Hidalgo, se dio a conocer por exhibir con videos en Periscope a ciudadanos cometiendo faltas cívicas. Al final, Arne dejó el servicio público y fue regañado públicamente por su ex jefa por difamar y exhibir a ciudadanos. Casos similares son los de Javier Lozano, quien como senador insultaba a sus representados con adjetivos como "ordinarios", o Gerardo Fernández Noroña, otro agresivo legislador tuitero. Ambos son de los troles más famosos de Twitter.
Actualmente, hay servidores y ex servidores públicos tanto del gobierno federal como de la CDMX que hacen un mal uso de sus redes sociales y agreden a ciudadanos.
Simón Levy es un ex servidor del gobierno de la CDMX. Fue muy conocido por su polémica propuesta de un Corredor Cultural en Avenida Chapultepec, conocida como "Shopultepec". En ese momento, Levy aceptó abrir ese proyecto a consulta y, pese a la presión en todo momento, fue respetuoso con la ciudadanía. Por esto, me extraña que el también ex subsecretario de Turismo federal decidiera exhibir recientemente a un ciudadano que se bajó de un vuelo comercial porque el Presidente iba en ese avión y para el pasajero esto representaba un riesgo para su familia. Varios pasajeros lo grabaron y el tema explotó en Twitter. Cuentas pro AMLO denostaron al pasajero usando el hashtag #LordMeBajo y también crearon la tendencia #EsUnHonorVolarConObradror.
Todo el incidente podría parecer una ociosidad, pero Levy exhibió en un tuit una foto del pasajero inconforme con un mensaje en el que escribió: #LordMeBajo sabe que estuvo preso y le van a descubrir su montaje mediático. Acompañando a ese tuit, Levy incluyó un expediente judicial y defendió su publicación. Todo este episodio está mal. De entrada, porque Levy confundió al pasajero con la persona del expediente. No son la misma persona. Además porque no se debe exhibir a una persona que no es pública y en caso de que hubiese estado en prisión tampoco se debe revictimizar a nadie. Levy es doctor en Derecho y lo sabe. A la fecha, no se ha disculpado con el ciudadano que se bajó del avión y que tenía todo el derecho de hacerlo.
Otros dos casos son los de Ricardo Peralta, actual Subsecretario de Gobernación, y el de Pepe Merino, actual Director de la Agencia Digital de Innovación Pública de la CDMX. Peralta y Merino usan sus cuentas de Twitter como si no fueran servidores públicos. Recientemente, el primero parecía referirse a la Caminata por la Paz como "chillidos de marrano", mientras que el segundo es acusado frecuentemente de contestar con arrogancia a ciudadanos. Apenas el fin de semana, Merino le contestó a una ex funcionaria que acaba de ser mamá y que se quejaba de la inseguridad en la CDMX con un: "igual lo que extrañas es la opacidad de un gobierno que escondía info". Esa respuesta no sólo es insensible e inaceptable, sino hasta irónica porque el actual InfoCDMX ha sido señalado por activistas por su opacidad y el Gobierno de Sheinbaum, criticado por adjudicaciones directas y sin contratos.
Twitter es un pequeño mundo y no es representativo de los problemas del país ni de las preocupaciones de la mayoría de la gente, pero lo que sí está exhibiendo hoy es la insensibilidad, arrogancia y desdén con el que muchos servidores y representantes tratan a quienes deberían servir. Esos servidores no le hacen ningún favor ni a sus jefes ni al debate público con sus tuits. Tal vez no deberían cerrar sus cuentas, pero sí tuitear menos y dar más resultados.
@genarolozano
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